Siguiendo la propuesta de Neogéminis, sobre unas imágenes a elegir, mi aportación es la siquiente
Eva María había transitado por
las puertas del infierno, a veces tan cerca que creyó quemarse sin remisión.
Los niños, la sola presencia de los niños la echaron atrás de una decisión sin retorno.
No veía salida.
Qué fácil es decir “vete y rehaz
tu vida”. Muy fácil parece, pero no lo es, como ella bien sabía. Su madre
bastante hacia con regalar ropa a los niños cada temporada, porque él parecía
no entender que el sueldo no llegaba. Por mucho que cuestionara dónde se iba,
la cuenta se vaciaba a mucha velocidad. Encontró un trabajo de limpieza en una
empresa, con un sueldo parco, lo que hacía evidente que no podía emprender una
nueva vida separándose de él.
Pero un día dio el paso, se
decidió a pedirle que se fuera, o se iría ella con los niños, pero del puñetazo
le rompió la nariz. Su gran suerte es que resbaló en el suelo, por el impulso
de sus pies. Eva María acababa de fregar, y él fue a darse con el pico de la mesita
baja.
Asustada se acercó a su cabeza,
de la que salía sangre en un charco palpitante. Respiró al confirmar que no tenía
pulso, y llamó a Emergencias. Muerto, se dijo, al fin llegó mi hora de volar,
de ser simplemente yo.
Palabras 217
Intenso e profundo
ResponderEliminar.
Uma quarta-feira feliz … cumprimentos cordiais.
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Pensamentos e Devaneios Poéticos
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Gracias, es un poco duro.
EliminarUn abrazo
Un final que sería ideal para quien recibe malos tratos.
ResponderEliminarUna suerte la de Eva María. Seguro que se fue "a buscar el sol en la playa." Je,je, admíteme una broma señora poeta.
Sí, el nombre era buscado, y el final tal vez merecido .
EliminarUn abrazo
Hay que armarse de valor y echar a volar, si no se muere en vida.
ResponderEliminarMuy profundo y fuerte este relato.
Buena aportación Albada
Hay que ser valiente, si bien el precio suele ser enorme.
EliminarUn abrazo, y gracias
Otra manera de volar. Pero qué bien sienta esa libertad sin culpa y con conciencia.
ResponderEliminarMuy bien llevado, Albada.
Mil besitos que te lleguen y feliz día ♥
En este caso le sentaría de maravilla, seguro.
EliminarUn abrazo, y feliz día
Que paradoja. El mismo golpe que la hirió, le causó la muerte a su agresor. Lo que implicó su liberación, su vuelo simbólico. Y fue porque Eva María, un nombre que intuyo que planeaste, había fregado.
ResponderEliminarEs inevitable estar a favor de ella.
Bien contado. Un abrazo.
Aquí fue accidental pero si hubiera sido defensa propia, tambien la apoyaríamos a ella.
EliminarUn abrazo, Demi
Bueno, a veces la suerte ayuda a liberar. UN abrazo. carlos
ResponderEliminarAquí una suerte enorme :-). Un abrazo
EliminarLa libertad es un derecho muchas veces coartado, como se ve en tu relato, aunque ser libre puede tener un alto costo.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Suele ser muy caro. Las estadísticas así lo avalan.
EliminarUn abrazo, Dulce
Unos dirán que es justicia, otros que suerte y otros que el karma. Yo no le quito mérito a la fregona que, de reojo, mirará sonriendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Suerte de la fregona, sí señor. Aquí providencial.
EliminarUn abrazo
El azar hizo justicia, un poco excesiva o quizás no.
ResponderEliminar¿Cuántos puñetazos se tienen que soportar?
Un beso.
Ojalá ni uno, pero hay cafres, muchos.
EliminarUn beso
¿Con quién pactaría esa mujer para que se le brindara el fruto del anhelo? Eres tremenda con tus casos clínicos.
ResponderEliminarSe encomendó a su Dios, seguramente :-)
EliminarUn abrazo
Tremendo, es muy impactante tener que esperar una muerte para poder liberarse! Brutal.
ResponderEliminarUn beso grande!
Es muy triste, pero hay miles de casos, no creas.
EliminarUn abrazo, y por la libertad.
Lo mas triste es lo que tarda en llegar el final. Buena historia, o mejor dicho bien contada. Abrazos
ResponderEliminarNo sabemos cuánto tiempo duró la pesadilla, pero suelen ser años.
EliminarUn abrazo, Ester
Aquí se hizo justicia divina o real que más da.
ResponderEliminarEl mal se paga más tarde o temprano.
Un texto duro pero que a veces la solución es la muerte para la vida de otras.
Un fuerte abrazo
Esa justicia divina muchas veces no llega, y eso es lo malo. Aquí llegó en su momento :-)
EliminarUn abrazo
Intriga hasta el final.
ResponderEliminarUn abrazo.
Era un final que quise que fuera así de conntundente.
EliminarUn abrazo
Terrible cuando sólo la muerte libera de la tortura de una ominosa convivencia. Inesperada dirección hacia dónde te ha conducido la imagen! Muchas gracias por sumarte, Albada. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarPues esa imagen en rosa me hizo sentir lo que siente una mujer tras abrir la jaula. Y hay demasiasdas mujeres en esa situación.
EliminarUn abrazo
Como se dice por ahí "a cada cerdo le llega su San Martín" Merecido final para un abusador e incompetente. Ella ahora se sentirá liviana, sin un lastre así.
ResponderEliminarMe encanta tu poder de síntesis para crear un relato tan potente.
Besos, Albada.
Seguro que se siente tal liviana que no camina, sino que levita.
EliminarUn abrazo, Myriam.
un vuelo a la libertad...
ResponderEliminarUn vuelo total, casi físico.
EliminarUn abrazo
Menuda historia y vaya final
ResponderEliminarEs dura, pero las hay, y muy duras. Un abrazo
EliminarAl fin libre. Se lo merecía. Saludos amiga Albada.
ResponderEliminarAquí hice de juez y de verdugo :-). Un abrazo
EliminarMenos mal que le atinó al filo...
ResponderEliminarFue una suerte, visto desde el punto de vista de ella. Un abrazo
EliminarComo dice Sabina en una canción, "la suerte es solo la muerte con una letra cambiada", necesitamos más suertes así. Un abrazo.
ResponderEliminarY qué verdad, aquí hubo suerte, sin duda.
EliminarUn abrazo
Muerto el perro muerta la rabia.
ResponderEliminarEn este caso además de perro era un cerdo.
Besos.
Pues sí, acabó la pesadilla. Un abrazo
EliminarA veces cuando no queremos volar la vida nos saca a empellones
ResponderEliminarPaz
Isaac
A veces es así, a empujones nos metimos y nso saca. Un abrazo, Isaac
EliminarQué historia tan afortunada a pesar de todo lo demás. No siempre acaban así pero ojalá acabaran.
ResponderEliminarUn abrazo y mucho reconocimiento a tu arte de narrar.
Pues estaría bien, porque quí siguen matando a las mujeres, sobre todo cuando ellas deciden cortar la relación. Una por semana.
EliminarUn abrazo
Uf, un relato estremecedor...
ResponderEliminarAl menos, la protagonista consiguió escapar de esa violencia y volar libre.
Un besazo, Albada
Sí, lamentablemente hay demasiados casos con menos suerte.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
Muerto el perro, se acabó la rabia.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
Es así, se acabó, radicalmente.
EliminarUn abrazo, Macondo
Pensé que te había dejado mi comentario ya que te leí anoche , decía que es un relato duro , pero ella hizo justicia a su manera , ya que era un cerdo esta clase de relatos no me hacen mucha gracia , porqué rara vez acaban bien.
ResponderEliminarEn este caso si , es muy bueno besos guapa. Besos de flor.
Esos cerdos lo malo es que duran mucho, Flor. Porque quienes tienen al lado no son gente mala como ellos.
EliminarUn abrazo, guapa
Que pena tener que esperar un golpe de suerte para poder ser libre amiga ! Nos queda la ilusión de que esos niños y su madre saldran adelante olvidando al bicho.
ResponderEliminarUn relato muy apropiado para la pintura.
Me alegra volver a tu casa amiga.
gracias por tu visita, besos mil.
Es de esperar que no se necesite ese golpe d esuerte, y es una odisea.
EliminarUn abrazo, y gracias a ti. Feliz finde
Supongo que fue el karma. Un buen relato que hace pensar.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Sería, y aquí vino de maravilla. Un abrazo, Sandra
EliminarEse puñetazo le costó la vida, siendo la mejor forma de liberar a su maltratada mujer. Podríamos decir que se trató de justicia divina.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues providencial. Quería un final fenil para ella.
EliminarUn abrazo fuerte. Feliz domingo
Que pena llegar a esos extremos. Lo cuentas muy bien.
ResponderEliminarUn beso y que tengas un buen día.
LLegar a esa situación ha de ser aterrador, la verdad.
EliminarUn abrazo, y gracias
Intransigente el destino para ese hombre que maltrataba a su mujer. Sus malas obras le fueron reflejadas hacia sí. Muy fluido relato que se lee muy bien.un saludo
ResponderEliminarPues me gustarái que hubiera más finales así de justos, la verdad.
EliminarUn abrazo, y feliz domingo
cada dia puede amanecer con una tragedia, cada dia un cobarde un ser prepotente es capaz de cargar sus frustraciones su fracaso con la personas que más le quiere, renegando de que sea capaz de amar, eso que esta calaña ha convertido en odio. ¡ Maldita su estampa ! Un abrazo
ResponderEliminarEsa catadura moral de los cobardes no suele acabar así, pero quise un final justo.
EliminarUn abrazo
Un relato súper bonito y muy interesante
ResponderEliminarBsss
Gracias. Un abrazo, y feliz domingo
EliminarEstimada Albada, acabo de recibir tu libro poemario, está muy bien y tiene una muy buena presentación, me gusta la tapa dura. Ya te comentaré cuando lea esos "Rumores de pleamar".
ResponderEliminarFelicidades y un gran abrazo.
Bien, muchísimas gracias. Es muy denso, así que a dosis hmeopáticas :-)
EliminarUn abrazo
Es una triste desgracia, tener que esperar que el azar tome las riendas de tu vida, por no ser capaz de decir: ¡hasta aquí llegó!
ResponderEliminarNo, si ella lo dijo, pero el puñetazo le cerró la boca, una lacra esto del maltraro machista.
EliminarUn abrazo
Duro e intenso, muy bien relatado, debería pasar más y que el karma de su merecido a los desalmados.
ResponderEliminarUn abrazo.
Debía ser si destino. Lamentablemente sólo es ficción.
EliminarUn abrazo
Pues yo creo que fue premeditado. Era una profesional de fregar suelos, asi wue debia haber puesto el triangulito ese de ¡ojo suelo resbsladizo!. Ves?
ResponderEliminarLuego pasa lo que pasa.
Abrazo fuerte y besosss amiga
Jajaja. La excusa del suelo recién fregado tampoco lo vio claro el juez, no creas ;-)
EliminarUn abrazo fuerte, amigo
No hay mal que por bien no venga, como se suele decir. Esto es como una técnica de lucha: aprovechar la fuerza del otro.
ResponderEliminarYo creo que las pruebas están a su favor.
Un beso enorme 😘
Aprovechar el impulso del rival, sí señora.
EliminarNo sé si estaría tan claro, pero imaginé que sí. Un abrazo
Tremendo, que tenga que ser la providencia o simplemente la casualidad la que la liberen del agresor. Me quedo impactada con tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, amiga. Podría haber sido verdad.
EliminarUn abrazo
Triste, de todas maneras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Triste, muy triste, pero ella se salva. Un abrazo
EliminarQue triste forma de liberación, pero a veces el destino te da la mano. Muy bueno, besos
ResponderEliminarAquí providencial, pero es triste. Mucho.
EliminarUn abrazo
Boa tarde Alba. Parabéns pelo seu excelente trabalho e texto.
ResponderEliminarGracias, Luiz. Un abrazo
EliminarDuro y triste relato. Eso sí, el final termina por ser una liberación.
ResponderEliminarMuy bueno 👏🏼👏🏼
Una liberación, pero muy dura también, es el padre de sus hijos.
EliminarUn abrazo
Y voló... al fin.
ResponderEliminarPor aquellas que no pueden volar...
Un abrazo
Volar...voló, pero qué precios a veces se pagan por valentías
EliminarUn abrazo
Buen relato. Saludos
ResponderEliminarGracias. Un abrazo grande
EliminarA veces es la única salida para salvarse la vida! Me gustó mucho este relato tan actual y realista. Un beso
ResponderEliminarMuy realista, eso seguro, por desgracia. Y tuvo suerte al final.
EliminarUn abrazo