Siguiendo la propuesta de Lazos y raíces, sobre el circo, mi aportación es la que sigue
Tras un redoble imponente,
cada noche emergía,
en el espacio redondo iluminado
un músico vestido de payaso
y una funambulista sin red.
Él abajo, y ella en la alta cuerda.
Las miradas cómplices se hallaban.
Componían una partitura
limpia y que dejaba sin aliento.
La orquestaba esa sombrilla
de la artista grácil y etérea
como batuta implacable.
Llegaban los aplausos.
Seguían otros números.
Se reunían con los payasos,
con el domador entrado en años
y con la antigua mujer barbuda.
Compañerismo en vena, pareciera.
Se quitaban los maquillajes.
La equilibrista se desnudaba
y guardaba su peluca rubia.
El violinista la buscaba, cada noche,
en la cama de la caravana
que no fue tálamo de amor.
Sin los atrezzos,
él se negaba a mirarla
y ella acababa por irse
con el presentador
del mayor espectáculo del mundo.
Pasen y vean, ya llegó el circo.
Pasen y vean:
ResponderEliminarla mona que hace media.
Media semana que no come.
Un abrazo.
jajaja, pasen y vea, que el circo no se menea :-). Ahora creo que es menos jocoso eso del arte circense. Le Soleil lo ha elevado a categoría de arte mayor.
EliminarUn abrazo
Colorido espectáculo con la acrobacia de tus versos.
ResponderEliminarUn beso dulce.
El músico no llegaba a hacer malabarismos, qué pena :-)
EliminarUn abrazo, Dulce
Cuánto me recuerda mi infancia, y el enamoramiento de las trapecistas, que uno de niño le parecían las hermosas, y el salto del corazón, con las peripecias en los trapecios. Y qué bien tejes esa historia de amor de la trapecista que ace, en manos del presentador, mientras el músico no lo cree. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarLa veía inaccesible, así lo imaginé, pero el funnambulismo es todo un arte, de enorme precisión.
EliminarUn abrazo, y por el circo. Un abrazo, y gracias.
ohh la nostalgia se adueña de mi corazón, preciosa "pintura" poética!
ResponderEliminarMuy hermoso.
Besitos.
Ains...es que los circos tiene un sabor nostágico enorme.
EliminarUn abrazo enorme.
Es bonito recordar a esos "circos" que tan bien describes en tus versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eran espéctaculos, no sé si el mayor espéctaculo del mundo, pero eran muy esperados y disfrutados.
EliminarUn abrazo
Tanta profesionalidad del musico...
ResponderEliminarA ver esa complicidad en escena despues de irse con el maestro de ceremonias.
Besossspoetamiga
Para mí que el pobre no se atrevía, ya ves :-)
EliminarUn abrazo, amigo
Boa tarde minha querida amiga Alba. Confesso que não lembro a última vez que eu fui a um circo. Obrigado pela visita e carinho.
ResponderEliminarYo tampoco lo recuerdo. Fui con un hijo y como a él los payasos no le gustaban, estuvimos poco rato. Un abrazo
EliminarEsto es una añoranza tremenda de cuando uno era chico y apreciaba mucho los circos, sobre todo en cuestión de trapecistas, payasos, fieras domesticadas. Bueno un sin fin de cosas que quizás, ahora estén más devaluadas. Porque ya nos sirve de circo el Congreso.
ResponderEliminarOtra cuestión son tus letras, Albada que como es habitual en ti son extraordinarias.
Abrazos y feliz semana, amiga.
Muchas gracias. El Congreso es un circo sin taquillera, o sí, porque les pagamos. Ahora Le Soleil lo ha llevado a otra dimensión, muy cara por cierto.
EliminarUn abrazo, y feliz día
el mundo del circo es muy bonito. se tiene que generar mucha amistad entre los artistas fuera del escenario, en la carreta, viajando de un lugar a otro...
ResponderEliminarun poema que nos traslada a ese mundo amigable... abrazos!
Ahora las carretas son caravana muy modernas, pero seguro que hay compañerismo en vena entre los artistas.
EliminarPor el circo, ese que recordamos tan cercano. Un abrazo
Creo que te has divertido escribiéndolo
ResponderEliminarPaz
Isaac
Pue sí, claro. Esa trapecista era muuuuy bella.
EliminarUn abrazo, Isaac
Con o sin maquillaje, humanos al fin... Historias de pasiones encontradas detrás de bambalinas. Un abrazo
ResponderEliminarTras ellas, en teatros y circos, hay tragedias y comedias, que no vemos en los escenarios, y ahí quise ir a mirar :-). Un abrazo
EliminarLa vida misma en cualquier escenario que se preste. Hete aquí con un maestro de ceremonias que sí sabe apreciar el valor de su trapecista.
ResponderEliminarUn beso.
Es que la timidez a veces es un atraso. El amor requiere un poquito de valentía.
EliminarUn beso
Una propuesta o, si quieres mejor, una interpretación muy vivificante del circo. Yo vinculo el circo a la infancia. Hoy no podría asistir a una sesión de los pocos circos que quedan. No sería lo mismo, yo tampoco puedo volver ya a la niñez.
ResponderEliminarEsa mirada de niño ya no está, pero eran círculos de tela y sueños. Era magia.
EliminarUn abrazo
Que bello cada personaje con una habilidad y personalidad colorida, eso son los habitantes de los circos, que aunque festivos tambien son intimidantes: Nada me asusta mas que un payaso con su cara pintada y nariz roja
ResponderEliminarPues un hijo mío tenía una fobia a los payasos que no me contagió, pero a mí me producía temor el listo, el de la cara blanca, así que le entendí :-)
EliminarUn abrazo
Algunos recuerdos de mi niñez han llegado a mi mente al leer tan bello texto Albada. Al fin y al cabo el circo es todo una función de ilusiones como en la propia vida y de ilusiones también se vive. ¡Qué no ocurrirá fuera de los escenarios!
ResponderEliminarUn abrazo.
Fuera de la pista son seres humanos como nosotros, con un talento especial para cosas circenses, pero en la pista son magia pura.
EliminarUn abrazo
El circo en todo su esplendor (y su dolor).
ResponderEliminarBesos.
El payaso triste tampoco sé si es real o sólo mito ¿eh?
EliminarUn beso
Haces traspasar por la pantalla tu nostalgia por aquellos tiempos
ResponderEliminarUn abrazo
Era inevitable. Yo miraba absorta, me abducía esa magia del circo. Lo único malo era la pena que me daban los animales amaestrados.
EliminarUn abrazo
Triste final que se da en la vida , aunque en el mundo del circo es más durpo porque hay que fingir algo que no se siente , cada vez que se sube el telón.
ResponderEliminarSon actores de una o dos funciones la día, y ha de ser muy duro, seguro que sí.
EliminarUn abrazo, Tracy
Me has llevado directa,ente a mi infancia, a aquel mundo mágico y asombroso...
ResponderEliminarMuy buen texto.
Paso corriendo antes que se despierte la tropilla.
Besos.
Gracias, sin ser tal vez el mayor espectáculo del mundo, nos dejaba los ojitos como platos.
EliminarUn abrazo
Esa ymagen sensual del circo quedó espectacular. Es melancolía.
ResponderEliminarEs una imagen potente para un timorato tal vez :-). Un abrazo
Eliminartengo problemas con la l... mmmm
ResponderEliminarTranquilo. Las teclas se indisciplinan, parecen humanas :-)
EliminarY en medio del espectáculo, un romance con luces y sombras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esas sombras no las había contemplado. Ella, tan bella, era mucha mujer :-)
EliminarUn abrazo