Imagen de Aguirrefoto. San Sebastian |
A veces
Te abrazas a una realidad
Aún no creada.
A una realidad ficticia
todavía.
Que te espera. Casi latente
Entre ríos
de párrafos con tinta.
Tras las esquinas
De la rutina
Escribes sílabas
desordenadas
Proposiciones
sin ser propuestas
Conjunciones
que no conjugan
Y letras sueltas
que se soltaron,
de un punto y aparte que era
un punto y seguido,
o un punto y coma
que no comió,
más que un silencio
entre las auroras
de tus versos
Sientes que navegas cojo,
por un folio
a medio escribir,
y adivino que los tachones
de tus rimas
enmascaran la verdad
que intentaste plasmar
pensando en mí
sin pensar en nadie.
Y aunque el miedo
se empeñe en emular
los espacios en blanco,
de mi talle.
Y aunque tu garganta
y tus dedos,
mamo a mano,
tiemblen por mis cornisas
Y aunque las dudas
habiten
entre tus palabras golosas,
sigues atado
a la hoja en blanco,
de mi desnudez.
Remisa.
A veces escribimos letras, otras veces, pintamos, dibujamos, tachamos, somos un mundo complejo, incluso, otras veces emborronamos o nos quedamos en silencio.
ResponderEliminarMe encantó tu texto, querida Albada.
Un beso enorme.
A veces dan ganas de jugar por jugar. A veces, los ríos y playas de letras con mar nos llevan a desear alcanzar a la musa esquiva, que, remisa, nos permite elucubrar.
EliminarUn beso grande y feliz finde
Los borradores de ahora no son como los de antes. De hecho, ya no existen borradores. Los manuscritos están condenados a desaparecer. Ahora no se tacha, sino que se desaparece. Ya ni siquiera escribe uno con su letra, sino con la que le presta el ordenador. Una letra sin personalidad, que no deja pistas sobre las dudas y el estado de ánimo de quien la escribe.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pensé en ese poeta en busca de un poema redondo, desde la página en blanco de una pila de folios. Por no centrarme en un cuaderno escolar, que sería el caso. En la letra de quien escribe con pluma o boli. Y qué cierto saber que no hay tachones ni letras derretidas por lágrimas. Qué cierto y cuánta información se nos priva con el uso de ordenador.
EliminarNos queda sólo, la impoluta perfección de un texto ya cocido.
Un abrazo, Macondo
Cuan cierto es, ahora una vez escrito, no hay vuelta atrás, no tienes referencia de tus dudas anteriores, todo ha desaparecido, tus dudas quedan en una única realidad, que no es la única, pero es la que queda.
ResponderEliminarUn beso.
No hay vuelta atrás. El mundo de la ofimática deja obsoletos los besos en carmín, los trazos emborronados por lágrimas de hiel, pero hay que reconocer que las musas, si uno está alerta, revolotean por encima de los ordenadores, creo.
EliminarUn beso
Te animo a que escribas más poemas.
ResponderEliminarLo haces rematadamente bien.
De verdad.
Besos.
Gracias toro. Es un orgullo para mí que digas eso, porque me veo frenada, mil veces, por la nula formación en poesía.
EliminarUn beso
No creo que se pueda formar a nadie en poesía.
EliminarDe verdad.
La poesía no se puede aprender.
Hay gente que es poeta y jamás escribirá un verso.
Besos.
Un mínimo de teoría, sin duda no estorba, pero opino como tú. Si te fijas, como poesía hay seguramente más de cien textos, y por supuesto, a pesar de saber qué poco sé...me animo.
EliminarGracias. Un beso
Me has hecho ingresar a otros espacios. Sutiles, muy propios de ti, que eres un Ser con las antenas mas afinadas de la comarca! Cordiales saludos.
ResponderEliminarGracias Beatriz, por tu lectura y tu comentario.
EliminarUn cordial saludo
Esa realidad no puede, quizás ni debe ser, ¡pero qué lujo adentrarse por los tejados de un paisaje de afectos, cuando nos sentimos colgados del hilo de seda de los sueños!...¿verdad?
ResponderEliminarMás saludos Julio David