Tomado de Google |
P. - Ay qué cosa más linda, repetía el jazz de Ipanema, entre los aromas de un té negro con chocolate, mientras yo buscaba la quinta caja de kleenex, con los ojos llorosos de gripe mal pescada, entre charcos de un mar de peces de colores.
A. - Con la garganta, enrojecida y cerrada por la inflamación, contemplando la mesa escogida con meses de antelación, seis meses de paga invertidos, y ahí estaba él, chupando caramelos de dos en dos, para intentar poder decirle todo lo que llevaba preparado para el momento cumbre.
P.- Mientras ella miraba las entradas de Jordi Saval con la sana intención de chutarse tres quilos de couldinas, con media caja de aspirinas, dos grageas de golosinas y un puñado de fe, para acompañarle a escuchar la pieza de un amigo de Madrid
A.- Cuando pasadas las nueve, recibió un mensajito de esos llenos de muñequitos, diciéndole, que no estaba en condiciones de asistir a la cena, ¡La cena de su vida!. Pensó él, se reservaba para un concierto, el mundo se le cayó a los pies y le hizo daño, hasta recordar su invitación.
P.- Porque era de Enero, para un recital de Abril, bajo la luna de terciopelo de un manto de estrellas, para gozar con un contrabajo que andaba encendido, y un piano que agitaba sus teclas con sabor a mandarina en flor. Pero las toses estaban de arrebato y los estornudos en oferta
A.- Recuperado del susto inicial, y esperando que para el siguiente día del concierto, los cuchillos de su garganta se hubieran rendido a los embates de la bencidamina, se ocupó en cenar un atún de primera, contemplando un feroz tiburón que le sonreía muchísimo-
P.- Y es que, antes, había visto un osito de peluche olvidado sobre una silla y había creído que era un pez espada, por el termómetro que tenía cercano. El cacharro, que ya no lleva mercurio, marcaba las doce de una Cenicienta, por perder el zapato, ante lo difícil de acudir a la cita.
A. - Con la vista hipnotizada por el tiburón, apenas apreciaba cómo un osito saltarin, con termómetro incluido, se aproximaba silenciosamente hacía su mesa, con zapatillos de charol blanco y pajarita de colores, hasta que fue tarde y tuvo que darle conversación, para mayor diversión.
P. - Del oso y del tiburón, quienes acabaron por tener jaqueca de la verborrea que la fiebre le produjo, a expensas de una banda de jazz a media tarde entre pañuelos y aspirinas, con sabor a medicina de reír por no llorar. ;.)
El encadenado del día ocho de Abril de 2015
Que texto más bonito , la pena era ese catarro que hacía mella para no poder asistir al evento ..aunque entre tanto tiburón y ositos no sé lo que podría haber pasado ajja.
ResponderEliminarEstán muy bien estos relatos a dos .. así que hoy las gracias por compartirlo van para los dos .
Un fuerte abrazo y feliz domingo.
Eran improvisaciones sin más, pero nos divertíamos, y creo que se nota. Mucahs gracias, Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz domingo, sin resfriados.
Muy bien traído el encadenado. Merecida reedición.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, he ido rescatando, poco a poco, algunos de los más divertidos, pero seguiré buscando, porque sé que teníamos más por ahí. Gracias.
EliminarUn abrazo
Como siempre, magistral este relato a dos manos y dos grandes sensibilidades.
ResponderEliminarFelicitaciones para los dos.
Eran divertimentos, en horas cercanas a la de irse a dormir. Me alegro te haya gustado, Alfred es el mejor bailarín que se pueda imaginar
EliminarUn abrazo y la gratitud de ambos. Juan L.
Bonito trabajo con ese punto de humor.
ResponderEliminarUn abrazo y felicidades.
Me alegro te haya gustado, el punto de humor, de absurdo, siempre es un punto a favor, sobre todo, si se está jugando.
EliminarUn abrazo y gracias de parte de ambos
Qué bueno! Me ha parecido muy original y divertido, y, como siempre, encadenado de maravilla.
ResponderEliminarY cómo he sentido lo del catarro! Acabo de pasar una amigdalitis, ufss… 😪
Un placer, y felicidades a ambos.
Abrazos y feliz día 😘
Era Alfred el que estaba resfriado, según supe luego, y fuimos metiendo paces por lado y resfriado por otro, pero nos lo pasmaos bien, jugando.
EliminarQue te hayas mejorado del todo. Un abrazo y gracias de parte de Alfred y mía
os ha quedado genial. estas épocas de temperaturas indefinidas son muy propicias para coger todo tipo de catarros. aunque yo gracias a eso conocí a mi actual médica de cabecera, que es muy especial.
ResponderEliminartengo un recopilatorio de la cantante brasileña astrud gilberto en el que viene la famosa 'garota de ipanema'. supongo que ha tenido muchas versiones.
abrazos!
Sí, la versión de Lisa Ono es muy buena, pero hay muchas otras interesantes. Los refriados son banales, ya lo sabemos, pero si sirven para conocer al médico de cabecera y ese profesional es interesante, pues mucho mejor, porque eso de gastar kleenex y nada más es un perder el tiempo para poca cosa. :-)
EliminarUn abrazo y feliz tarde dominical
Hola Albada,
ResponderEliminarQue encantador y ternura te texto as escrito, muy original con esas lindas pinceladas de humor y catarro.
Abrazo y feliz domingo.
Bueno, eran ratos de divertimento y poco más, pero, y a pesar de un resfriado, nos divertíamos.
EliminarMe alegro te haya gustado. Un abrazo y feliz tarde
Catarros que cambian el curso de la historia, con música y termómetro para el director.
ResponderEliminar:)))
Un beso.
Una orquesta de tiburones y ositos, siguiendo la batuta-termómetro de una chica de Ipanema, quien estornudando, cambiaba el ritmo de la Cantata BWV198. :-)
EliminarUn beso, Alfred, estoy encontrando encadenados de haikús, vamos, que por jugar, que no fuera. Buena noche
Una creativa improvisación, plena de libertad para crear esta historia.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce semana.
Siempre libres y con las musas que teníamos en ese momento. ;-)
EliminarUn abrazo y feliz semana, Dulce
Jajaja, os retroalimentáis muy bien, lo hacéis genial.
ResponderEliminarLa complicidad, que con el tiempo y el conocimiento del otro, estaba casi garantizada. :-)
EliminarUn beso
Me ha encantado, y con ese toque de humor, sois geniales chic@s.
ResponderEliminarMis felicitaciones.
Mil besitos que os lleguen y feliz tarde.
Pues han llegado, sanos y salvos. Ahora le pasaré tus besitos a Alfred :-)
EliminarUn abrazo y feliz semana
🙂 que bien os sale esto!!!! Besos
ResponderEliminarÍbamos tomando el ritmo, según el otro, y con esa libertad hacia el compañero, íbamos hilando.
EliminarUn abrazo y gracias, de parte de ambos
¡Qué delirio!, jajajaja
ResponderEliminarA veces me pregunto cómo surgen estos juegos de palabras e imagino variables muy divertidas.
Un abrazo a ambos
Seguro que Alfred estaba resfriado y me lo había dicho, mientras yo miraba un restaurante bajo el mar. cada uno en su casa y con sus cosas, acabamos hilando delirios.
EliminarUn abrazo y feliz lunes