Me detuve ante una casa extraña. Cuando llevaba dos horas,
fisgando por los rincones, lúgubres, y con aroma a humedad, he pensado en el
cuento de Poe “La caída de la casa Usher”.
Recordaba el texto, todo él perturbador. El ambiente de la casa que yo miraba era igual. En la última habitación que vi me pareció que había dos hermanos, con una mujer enferma o encamada, y un hombre que me miraba, invitándome a que le acompañara, para no estar solo ante la muerte de ella, inminente. Las telarañas de los rincones, el suelo cubierto por polvo y huellas de botas, y la tenebrosa luz, me provocaba ansiedad, pero más curiosidad, así que acepté. Por la noche dije que me iba, pero él, temiendo un final inminente desde hacía horas, me convenció para seguir allí, sentada en una silla de enea. Por la expresión, el caminar arrastrando los pies, y esa faz blanca por falta de sol, me hizo pensar que enfermos, de hecho, lo estaban los dos. Él temía enterrarla viva. Ya le había pasado dos veces, declaró, y ahora su pánico le tenía paralizado.
Madelina, tan pálida y desvanecida, me parecía una actriz
estupenda. Su catalepsia, ese planeo de muerte en vida, me afectó hasta a mí cuando sucedió, porque le buscaba
el pulso, acercaba mi cara a su boca, y era evidente que estaba muerta, y bien
muerta. Miré los títulos de libros de una estantería, imaginando la lectura
como entretenimiento para ambos. Ni una sola novela con esperanza. Me ofrecí para los trámites de la muerte,
pero me pidió dos días más, aunque creyera que lo adecuado eran quince para afirmar
que estaba muerta. Esa coincidencia me hizo pensar que me había metido en el
cuento.
No, quince días yo no podía estar allí. Y ella volvió, al segundo
día, de entre los muertos, tal y como el hermano me había dicho, y que ya había sucedido
dos veces antes.
Me puse a reír, no podía parar. Dos días triste, pendiente
del loco, de la hermana, de mi vida, que parecía irse difuminando con el paso
de las horas me tenían alterada. Me quedé sin batería en el móvil, en un compás
de espera absurdo y con un tipo atándole cascabeles en tobillos y cada dedo de
las manos y los pies. Le dije que me
iba, creo que al tercer día de haber entrado. Llegué al pasillo, dejando atrás
el aseo, único lugar que conocí durante mi estancia en esa casa de locos. Se me
tiró encima, me pegaba puñetazos, quería retenerme a toda costa. Suerte tuve de acertar a coger una barra de
cortina que se apoyaba en el marco de una puerta. Le golpeé, con una fuerza que
no supe de dónde saqué. Su sangre brotaba lenta desde la cabeza, produciendo un
charco rojo creciente. Tomé su pulso, dudando si llamar al policía o a una ambulancia.
Un sonido de cascabeles, leve pero incuestionable, me sacó
del ensimismamiento. Madelina,- me dije. Entré armada con la barra y fui contando.
Cuatro, cinco, seis…
Mi abogado dice que alegar locura transitoria será atenuante.
No sé cómo pretende que sea yo quien pase por loca.
Seguro que Poe te felicitaría. Has conseguido meternos en la narración y en esta mañana lluviosa y fría, dudo si tiemblo por la frigidez gris de la mañana o por tu relato.
ResponderEliminarBesos.
Pues es mejor leyendo un texto oscuro, que estar en un día oscuro.
EliminarUn abrazo grande
Si no las hubieras contado nosotros tampoco, se lee con interés la narración fluye interesante, inquietante y se llega al final lamentado que se haya terminado. Un abrazuco con solecito
ResponderEliminarConvertirse en asesina cuesta poco, depende en qué ambientes :-)
EliminarUn abrazo, y gracias, Ester
Nos has metido la intriga y el temblor en el cuerpo, esas risas dan miedo escucharlas no paran se incrustarse dentro de la cabeza. Vamos que el relato se vive conforme lo vas leyendo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y te deseo un jueves menos intrigante ajjaj.
Mi jueves es soleado de momento, pero esta mañana me puse a escribir, tempranito, y salía a borbotones :-)
EliminarUn abrazo, amiga
Hola guapa , buenos días un relato muy intenso y que se lee rápido
ResponderEliminarme a gustado mucho , pero yo creo que esa vuela pluma tuya , tendría que volar mas lenta no crees? jajajajajaja (espero que no te haya molestado esto que te digo)
*era evidente que estaba muera (muerta), y bien muerta.
*sentada en una asilla de enea(sobra la a).
Te deseo una feliz y lluviosa mañana , besos de v...flor
pd , Tú sabrías decirme por que los de bloger tardan tanto en publicar una entrada
ya que lo colgué sobre las 22 horas y cuando me fui a dormir eran 1.30 de la mañana y no estaba colgado aún , en fin, tendré que resignarme.
Acababa de rectificar tres, y sin contar los que apuntas, que justo ahorro he arreglado. Sí, es un fallo enorme, porque es que leo según lo pensaba al escribir, y se me escapan. Cuando los leo en el móvil entonces me percato, y no siempre :-) Un abrazo, Flor
EliminarJajajajaj pues ya somos dos , por que a mi me pasa igual , menos mal que yo tengo a mi padre que de vez en cuando me lee alguno y me lo dice , jajajaja eres un amor de amiga sabes y por eso no te cambio por nada , besos en este día lluvioso
Eliminarbesos de v...flor.
A veces me dice alguien fis días después, y me da rabia, pero parece que no aprendo. :-). Besos
EliminarEstoy oyendo aplausos lejanos, creo que son de Poe...
ResponderEliminarPero aun tiemblo.
Buena aportación.
Un abrazo Albada
La pobre, esperando ser causada de asesinato, vaya, lo que menos se esperaba.;-)
EliminarUn abrazo, Carmen, y gracias.
me gusta en silencio te leo
ResponderEliminarBien. Leer en silencio es la mejor manera, creo 😉
EliminarUn abrazo
Te has metido en materia a base de bien.
ResponderEliminarGran relato.
Un abrazo.
Salió a borbotones, como me pasa a veces. Luego, amputar me resultaba muy difícil;-)
EliminarUn abrazo, Macondo
Jaja una situación así saca de quicio a cualquiera, fácil es atravesar el umbral de la locura con personajes tan atrapados por un destino de terror! Muy bueno Albada. Un Fuerte abrazo
ResponderEliminarTe vuelven loca. Cuando se juntan hermanos así, tu mente se atiborra hasta enloquecer :-)
EliminarUn abrazo
Mi admiración, Albada. Poe, te envidiaría por este relato tan oscuro y escabroso.
ResponderEliminarMil besitos para tu día ♥
Bueno, es muy simplón, no me permití hurgar demasiado, por no alargar la historia, pero muchas gracias
EliminarUn abrazo enorme
¡Impresionante! No importa que te hayas pasado de palabras, está perfecto y se lee con avidez. Un estupendo relato.
ResponderEliminarBesos, Albada
Muchas gracias, Rita. Me encantaba penar en ese espectador, acabando loco
EliminarUn abrazo, y a por una tarde bonita
Esto es como "ir a por lana y salir tranquilado", pero con efecto un tanto diferente. Madre mía, aquello es cierto, es una casa de locos. ¿Atenuantes? Todos. Igual lo de alevosía y premeditación no cabe, así que por ahí se libra la cosa.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por participar con este texto. ¿largo? No siempre es fácil abreviar y te lo digo yo, que soy de alargarme y no saber por dónde cortar.
Te felicito. Es una historia en espiral y eso me gusta.
Un beso enorme.
No es fácil quedarse con el núcleo duro, sin más, porque sin antecedentes, el relato cojea luego. Pero sí, a veces les dejo que salgan así, a,su bola -)
EliminarMuchas gracias, anfitriona. Un abrazo inmenso
Buenísimo e inquietante. Muy visual y con imágenes envolventes. No se me hizo nada largo, al contrario; lo he disfrutado mucho, querida amiga.
ResponderEliminarUn placer tu participación.
Abrazo grande, y muy feliz día 💙
Visual pretendía, pero no sé si supe producir la sensación de una decrepitud que imaginé
EliminarUn abrazo, y muchas gracias.
haces también un guiño al relato 'entierro prematuro' de poe, que por el título está claro de qué trata.
ResponderEliminarla frontera entre la cordura y la locura es muy difusa...
abrazos!
Hay ese guiño, pero dudé si poner un gato negro, al que no me animé a invitar ;.)
EliminarUn abrazo, Chema. Por una bonita tarde
Te ha quedado bordado, la historia cuando uno se siente protagonista es buena, sin dudas.
ResponderEliminarLo inquietante te favorece.
Un abrazo :)
Gracias. En primera persona llega más, si bien al escribir hay que imaginar sensaciones, en este caso la ira final, que al principio no contemplé.
EliminarUn abrazo, y a por una tarde gozosa.
la verdad es que me dejas consternado con tu historia, creo que he llegado a comprender en mi mismo la vivencia de tu personaje, ¿cómo se puede digerir una situación así? Es terrorífico tener que convivir con un enfermo que pasa de la vida a la muerte en dos direcciones, comprendo la locura del hermano.
ResponderEliminarGracias una vez más Un abrazo
Ha de ser agotador. Para el hermano y para cualquiera. La locura ronda en esa casa, por cada rincón.
EliminarUn abrazo, y feliz viernes.
¡Cómo para no volverse loco en esa casa! Me gusta como presentas uns recreacion bien diferente de la mia. Es imposible hacerlo más corto.
ResponderEliminarBesos, Albada
Pues si. Es una situación posible. Y que estremece.
EliminarUn abrazo enorme, y bonito fin de semana
En un ambiente de locos mantenerse cuerdo no es cosa fácil. Me ha gustado tu relato, con un vuelco final que lo hace interesante e ingredientes Poenianos.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Podía salir huyendo, y que fuera un sueño, pero que acabase matando me pareció más interesante, ;-)
EliminarUn abrazo grande, y bonito finde, Dulce
Muy buena recreación. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarGracias, Carlos. Un abrazo.
EliminarEsta vez parece que Poe te ha inspirado. Siempre interesante, siempre creativa, siempre estupenda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias. Aquí el ambiente ya lo tenía, por la lectura. Eso facilita imaginar.
EliminarUn abrazo grande, y vamos a por este día
¿Cuánto hay que creerle a la protagonista, que cuenta la historia? Sobre todo, siendo asesorada por un abogado. Tal vez le miente también a los lectores. Tal vez tenía algo contra Madeleine.
ResponderEliminarBesos.
Seguro que miente. Ni entró por casualidad. Desde el instante cero quería matar a Madeleine, era su rival para un cargo importante.😃
EliminarUn abraz, Demi
hola de nuevo amiga , sabes me a gustado tú arreglo , pero déjame decirte
ResponderEliminarque si yo fuese la protagonista de la historia , preferiría pasar por loca que dar con mi cuello en la horca , jajajajajaja el otro es que era demasiado truculento.
Besos de v...flor.
Esa espectadora enloquece tanto, que igual contempla haber matado con justicia:-)
EliminarUn abrazo, Flor.
ResponderEliminarLa una sin el otro no tenía mucho sentido, el final fue lógico para una locura transitoria.
Un placer leerte
Beso
Sí, ese hermano, sin esa peculiaridad de ella, pintaba poco en la historia, es verdad.
EliminarUn abrazo y feliz día
Es que no te quedaba otra, sino no sales de allí. Fantástico relato. Besos.
ResponderEliminarO buenas piernas para correr, o sobrevivir como fuera :-)
EliminarGracias. Un abrazo enorme
Todavía estoy temblando con la viveza que lo has escrito.
ResponderEliminarFascinante y al mismo tiempo muy ameno, Albada.
Abrazos con cariño y feliz día.
Podía ser más tenebroso, pero ahí quedó.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo grande, Joaquín
Se nota que has leído a Poe... Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Algunos cuentos. Y me gustaron todos.
EliminarUn abrazo, Rafael. Feliz día
Uhh tremendo relatazo!
ResponderEliminarReto más que conseguido... Se nota la lectura a este autor.
Me ha encantado.
Beso grande.
Muchas gracias, Luna. Ha sido un gustazo imaginar.
EliminarUn abrazo gigante. Feliz finde
Hola Albada. Creo que era el propio Poe que decía algo así: La ciencia nos ha enseñado que la locura es lo más sublime de la inteligencia.
ResponderEliminarBuen fin de semana, este finde sí que me voy al Penedès, a respirar aire de viñas..
Un abrazo.
Es más interesante, eso sin lugar a dudas. Los dos días de la espectadora, de hora en hora, daría para hacer una tesis , seguro.
EliminarUn abrazo y disfruta del Penedés.
Qué buen texto has creado... Tiene mucho, mucho horror, igualito que el de Poe. El horror de la decadencia de esa casa, el de la locura, el de morir en vida... Me ha encantado; Poe estaría feliz de leerte.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Sin componentes tan buenos, que sólo puede salir un texto interesante.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo grande, y por un finde de lujo
Wowwww mi amiga Albada, como me encantan
ResponderEliminartus relatos, llevan esa magia del terror,
y nos mantiene al hilo de lo que sigue,
buenísimo mi amiga.
Besitos dulces
Siby
Me alegro que te gusten. Disfruto escribiéndo. Eso sí 😃
EliminarUn abrazo, Siby. Bonito fin de semana.
Un texto de locura pero muy bueno amiga, el final era mejor así, si no no saldría nunca de ahí y terminaría mas loca de lo que ya estaba. Saludos.
ResponderEliminarO era una atleta buen preparada o no salía, seguro :-)
EliminarUn abrazo, Sandra. Por un bonito finde
Muchas gracias, amiga.
ResponderEliminarUn abrazo
Atizar con una barra a los muertos vivientes tendría que estar despenalizado.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un beso.
Casi que premiado.
EliminarUn beso
Un relato tan sorprendente como genial. Esos personajes infunden temor y aversión. Parece realmente un cuento sacado de la pluma de Poe.
ResponderEliminarMe ha encantado, de principio a fin.
Un abrazo.
Pues sí, temor y cierta angustia.
EliminarMuchas gracias, Josep M. Y feliz día de santo
HOLA ALBADA: Tienes el don de los buenos escritores. Haces Muy facil y entendedor, aquello que es mas difícil de explicalr y de entender. He alucinado. UN fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias. Imagino. Y Jake, escribo, no es otra cosa.
EliminarUn abrazo grande, y feliz finde
Un monumento en la plaza del pueblo, era lo que tenían que hacerla. Pero me da que terminara internada y empastillada.
ResponderEliminarTe ha quedado un gran relato.
Un abrazo.
En una cárcel. Con lo buen que estaría una estatua homenaje, ya te digo.
EliminarUn abrazo, Ángel. Bonito finde te deseo
Impresionante relato Alba, aún me tiemblan las piernas.
ResponderEliminarUn abrazo
Jaja, ya será menos.
EliminarUn abrazo fuerte.
La primera intención es la que cuenta, como nos dejemos llevar por otras intenciones, la segunda , la tercera etc. entonces ya hemos quedado atrapados en las intenciones de los otros .
ResponderEliminarMenos mal que la protagonista se topó con la barra de cortinas, de otro modo no hubiera podido , ni tan siquiera alegar, locura.
Albada un relato de terror, que confieso haber leído con una mezcla entre terror y diversión.
Enhorabuena y feliz fin de semana.💚
Sin barra de cortina, mal final se presagiaba.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo grande, y por un finde estupendo
Bom dia Alba, parabéns pelo conto e nos trazer uma maravilhosa narração.
ResponderEliminarMuchas gracias, Luiz. Bonito fin de semana te deseo.
EliminarUn abrazo.
Da un poco de repelús lo que cuentas, esa loca con la barra de la ducha atizando a un muerto viviente se las trae.
ResponderEliminarMuy bueno te felicito.
Un abrazo Albada
Puri
La loca espectadora, sí. La imaginé sucumbiendo a la cordura en ese ambiente enfermizo y tenebroso.
EliminarUn abrazo y por una tarde bonita para ti
Sin batería en el móvil es para volverse loco...
ResponderEliminarPues sí 😀
EliminarUn beso, Toro
Qué bien relato, Albada.
ResponderEliminarSin darse cuenta de convierte en asesina. Curiosa locura.
Felicidades
Un beso enorme
Lo que fue curiosidad, pasa a ser pesadilla. Hasta enloquecer, y asesinar :-)
EliminarUn abrazo, y feliz día. Muchas gracias
Una historia cuerda de atar.
ResponderEliminarSaludos en temporada de lluvias mil.
Y loca de dejar libre, me temo :-)
EliminarUn abrazo, y feliz día, amigo
jaja. te has pasado 575. es broma..
ResponderEliminarvaya trama te has montado. eran necesarias esas y mas. No se scomo no sali corriendo nada mas abrir la puerta. y lo de que uaya habia despertado dos veces genialmente absurdo. pero la tercera, ya es para...
tendrias que haber especificado cuantos dias esperaron a que madelina —con la cabeza abierta— despertara. Magnifica la elipsis del asesinato —del segundo—. Y el final tambien magnifico, sini enajenada, por lo memnos asesibato justificado (que no creo que exisTA)
BESOSS y abrazos amiga
No había dos sin tres, así que la mujer no hace más que molestar hasta para morirse, pobre hermano ¿eh?, qué destino cruel :-)
EliminarNo, no hay asesinato justificable, pero comprensibles hay más de uno. Un abrazo grande, amigo
Hola querida, me encanta como se van las letras tejiendo entre tus manos y como siempre logras desenmarañar madejas que parecen imposibles. Muy lindo como siempre. Un beso.
ResponderEliminarMadejas con cabos sueltos, que acaban por dar la redondez al ovillo, si se me permite la metáfora :-)
EliminarMuchas gracias. Un abrazo enorme
Uf, la locura... Qué difícil escapar de ella, cuando según los psicólogos todos estamos en un nivel menor o mayor de locura.
ResponderEliminarGenial aportación, Albada.
Un besazo
Ahí escapar de locura era muy improbable.
EliminarMuchas gracias Dafne. Un abrazo grande
Gracias por tu visita
ResponderEliminarte lo agradezco mucho
Besos cuidate mucho
Un abrazo, Anna
EliminarEn ocasiones solo queda sucumbir a la locura para poder salir adelante, estar cuerda, en semajante posición es muy complicado...Un relato inquietante y atrevido que me ha encantado leer.
ResponderEliminarDisculpa mi ausencia querida Albada, motivos personales me han tenido alejada de la red.
Feliz día de la poesia preciosa.
Besos.
Pues no importa si estuviste medio afuera, ahora estás. Muchas gracias. La locura es casi lo más contagioso, así que, en depende en qué ambientes, la cordura sería lo anómalo :-).
EliminarUn abrazo, Lucía, y por la primavera, la interior por lo menos :-)
Uf!!! Locura transitoria.
ResponderEliminarMuy buen relato que nos tiene mantenidos en la intriga hasta el final.
Buena semana.
Lo sería, sin paliativos, porque la pobre está destrozada de los nervios ya.
EliminarUn abrazo, y gracias. Vamos a por una semana estupenda, con sol, si se deja.
Inquietante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Con Poe, era difícil que no lo fuera. Por supuesto, me alegra que así lo sintieras.
EliminarUn abrazo, Amapola