Siguiendo la propuesta de Sindel, con su palabra HOJA, mi aportación es la que sigue
Es como un releer
a ese Delibes ante un librillo.
De papel, sí, de liar, sí,
que anuncia el final de los
finales,
sin remisión ni pacto previo
de ese manojillo de papeles
transparentes y finísimos.
Yo soy Eloy ante su pensión.
La jubilación gozosa
tan esmeradamente cómoda
tan enconadamente ansiada
no esconde la realidad
de la hoja roja
anunciando el final inapelable.
Así, avariciosa como él,
me crezco ante cada hojita
liviana.
Saco brillo a mis deseos,
afilo mis colmillos
ante lo que un día busqué.
Hacia lo que un día anhelé,
sin saber que hoy ya era ayer.
Y me descubro apurando
las copas de vino que no bebí,
los abrazos por emprender
que nunca me atreví a ofrecer
y hago de la hoja roja
una rosa de los vientos
guida por mí, único timonel.
La hoja roja, de Miguel Deibes
Haces un bonito recorrido por esa obra del vallisoletano Delibes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es saber que ese tiempo de descuento no, lo es en realidad.
EliminarUn abrazo
Boa tarde Alba. Parabéns pelo seu excelente trabalho.
ResponderEliminarMuchas gracias, Luiz. Un abrazo
EliminarQue juego tan bonito has creado, él tan austero pero solidario y generoso hubiera manifestado ese recóndito sentido del humor para alegrarse de leerse-te . Un abrazuco
ResponderEliminarCon esa retranca...es verdad. Ojalá le gustara, por supuesto.
EliminarUn abrazo
No he leído La hoja roja. En cambio leí a hurtadillas Cinco horas con Mario, mientras no sé qué profesor explicaba no sé que lecciones que luego naturalmente no entendí para poder aprobar, y tampoco entendí todo el sentido de la novela de Delibes. En aquella época no eran muy entendibles demasiadas cosas.
ResponderEliminarObras míticas que vale la pena releer. A mí me ha gustado todo lo suyo.
EliminarPor la juventud, ese tiempo precioso. Un abrazo
Cada día es una hoja en blanco, no sé que signifique la hoja roja, asumo que es un libro, pero me gusta que hagas con ella lo que gustes, siempre hacia adelante. Saludos
ResponderEliminarAntes, en los libillos de liar tabaco, en hojas finas, UNA era roja, anunciando que el librillo se agotaba. Por eso es el titulo de una novela preciosa de Delibes.
EliminarUn abrazo, desde el tiempo de jubilación recién estrenado.
A su condición de buen escritor le añadía la de fumador empedernido cuando escribía sobre el tabaco.
ResponderEliminarUn abrazo.
jajaj, bueno, era un vicio menor :-)
EliminarUn abrazo, Macondo
Precioso poema.
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarAyer te dejé un comentario y no está, puedes mirar en la carpeta de spam. llevo varios blogs con el mismo problema. Otro abrazo
ResponderEliminarPues sí, y de otros blogueros. Es un rollo esto. Un abrazo
EliminarHojas que en ellas puede que vaya hasta nuestra vida reflejada. Un poema con garra, al menos así lo leo yo. Un beso.
ResponderEliminarLa garra de saber que no hay muchos más trenes, de ahí la necesidad de no dejar pasar demasiados :-)
EliminarUn abrazo
Cuanta inspiración para una temática tan bonita, un poema precioso como lo es la propuesta.
ResponderEliminarBesitos y feliz día
Muchas sgracias. Era tentador huir de la hoja de árbol y la hoja de papel :-)
EliminarUn abrazo
Ayer te dejé un comentario a este poema tan inspirador, pero no sé qué pasa con blogger últimamente. Abrazo
ResponderEliminarVa fatal, este de ahora estaba en spam.
EliminarUn homenaje al papel de liar que ha sido y sigue siendo toda una filosofía de vida.
ResponderEliminarBueno, ahora les veo liarse cigarrillos así, con papel de liar, pero creo que no tienen esa hoja roja, pero no lo sé.
EliminarUn abrazo
Recuerdo que me gustó mucho ese libro.
ResponderEliminarBuen poema.
Besos.
Todos los suyo son tan descriptivos, que uno imagina a la perfección.
EliminarUn abrazo
Que pevisores los fabricantes de librillos. Preciosa metafora de la vida.
ResponderEliminarBesosss amiga
Esa hojilla era un aviso de próximo final.
EliminarSí, es una metáfora perfecta. Un abrazo, amigo
Vaya, pues no sabía lo de la hoja roja. Te ha servido para hacer un buen poema y a mí para enterarme del significado. Una se estanca a veces.
ResponderEliminarAbrazos.
No se pueden saber tantas anécdotas, asíq ue tarnquila. Pues sí, de ahí venía el título del libro de Delibes.
EliminarUn abrazo
La vejez en soledad ha de ser de lo más triste y verla pasar entre hojas no será un gran consuelo.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Sin duda, la soledad en la vejez ha de ser muy dura,
EliminarUn abrazo Dulce
La hoja roja , Miguel Delibes y tus palabras, una conjunción perfecta para el reto de Sindel. Un abrazo
ResponderEliminarGracias. Esa hoja tuvo un papel, que yo adopte,
EliminarUn abrazo
¡Precioso! Que no nos pille esa hoja roja sin antes haber vivido. Genial inspiración al calor de Delibes.
ResponderEliminarMuchos aplausos 👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼
Gracias. Que nos pille habiendo vivido, sin aplazar lo posible.
EliminarUn abrazo
Ya todo te lo han dicho. Me sumo a mis elogios de tu texto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Sara, Un abrazo
EliminarEloy, sólo se sentía feliz en su casa, donde hijo nunca llegó, pero el fue a buscarlo, y al no encontrar lo que buscaba, volvió a lo único que sentía como hogar, y se casó para desheredar a su hijo y darle todo lo que tenía a la que sólo le llenó de cariño, aunque no de amor.
ResponderEliminarEs una historia con ese cara triste, Pero con reflexión lucida.
EliminarUn abrazo
Buen poema de un libro muy profundo. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias. Hay que buscar llegar con muchos deseos cumplidos.
EliminarUn abrazo
Un derroche de inspiración por ese poema. Muy bonito, Albada.
ResponderEliminarMill besitos para ti y feliz día ♥
Muchas gracias. Un abrazo, y feliz día
EliminarQue encanta mi bonito que escribes! 💖 Bsss
ResponderEliminarGracias, me alegra que te guste,
EliminarHace tanto que lo leí...Creo que todavía era niño. Sin embargo aquel sentimiento ha vuelto a florecer. Por aquella época también leía mucho Pío Baroja. Estos dos ecritores me han marcado.
ResponderEliminarUn beso
Son dos grandes, los mejores tal vez. Un abrazo, amigo
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