Abandonaba el puerto.
Para probarse otra vida,
Defendió con espinos
su alma en la trinchera.
Para probarse otra vida,
y ponerse en otra piel.
su alma en la trinchera.
En la línea de fuego.
las afiladas uñas,
los apretados dientes,
el corazón derretido,
y los restos del naufragio.
Con sus treinta y cinco pies
Un catamarán a punto.....
la espera al atardecer.
Con rumbo a la felicidad, todo el velamen desplegado, sin salvavidas, pues sólo el triunfo es aceptado, en este viaje sin cartas de navegación.
ResponderEliminarCon rumbo hacia nuevos horizontes. Con la mesana y la mayor armadas, listas para desplegarse al viento. Hacia donde lleve, si no hay carta de navegación.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno, transpira nuevos comienzos.
ResponderEliminarGracias Álvaro. Es la imagen que pretendía, la de nuevos comienzos.
EliminarBienvenido a este blog, que puedes considerar tu casa.
Un saludo.
Un micro lleno de esperanza sobre nuevos retos y con la valentía y fuerza de haber superado los díficiles.
ResponderEliminarAbrazos Albada!
Gracias Pilar, todo es siempre superable. Sólo una cosa nos retiene la libertad, el miedo. Incluso el miedo a no tenerla, pero lo cierto es que la libertad la llevas en ti. Y no en los espacios que demarcan tu cuerpo.
EliminarUn abrazo!!!
Otros rumbos, otra vida... Hay fuerza aquí, y esperanza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre, todo es posible, sólo hacemos camino al andar. Como Machado recoge de forma magnífica.
EliminarUn abrazo Sara!
Uno nunca es vencido si uno no quiere. Uno nunca es vencido si no se detiene. Hasta el último aliento puede hinchar la vela que nos lleve a otros lugares, otros mundos donde encontrar lo que buscamos. Sea lo que sea.
ResponderEliminarUn besote
Ese es el mensaje. Renacer.
EliminarUn abrazo.
Albada, me ha gustado este nuevo registro tuyo, al que yo por lo menos no estaba habituado. Un barco, el mar. Y el horizonte: Un hombre, el tiempo y la vida. Que espera, como siempre. a ser alcanzada, a ser vivida. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias.
EliminarLa vida no se hizo para otra cosa que para ser vivida. Conlleva etapas, rupturas, cambios de registro, de escenarios incluso, pero todos son pasos. Los simples pasos que algunas veces suenan en el asfalto como la suela de zapato de estreno. El caso del texto.
Si te ha gustado...genial!
Un abrazo