Si nos alcanza la cordura, acabaremos sabiendo que la vida es dura, que el dinero es importante cuando carguen en la tarjeta, que nuestros besos parecen ser de mentira, y nuestro amor el de unos niños escapados de la escuela.
No dejaremos que la razón nos alcance y nos despierte a la oscuridad. Porque así, con nuestra luz propia, nos sentimos felices.
Por este único rapto de locura, conseguiremos sobrevivir entre las zonas pintadas del paso de cebra, dejando que el asfalto negro se pierda en la calle a nuestro paso.
Descubrimos los rascacielos, los cruces de calle que siempre vimos en el cine, las escasas plantas y el inmenso parque. El punto cero lo dejaremos para otra ocasión.
Miramos sin ver a la gente que viene y va por las calles de esta ciudad sin amo ni credo.
Observamos la vida que hierve entre burbujas de egos y afanes presos de prisas y relojes implacables.
Apretamos un poco más la mano en la mano del otro, en un intento de que la complicidad nos abrace y serene nuestros corazones entre el tráfico cargado de sonidos estridentes.
Cuando un órdago inesperado se trenzó con la suerte en nuestras agendas, la Gran Manzana nos brindó a aferrarnos al aquí y al ahora. Y vamos a degustarlo.
Por si tenemos que despertar.
Las crisis son terribles pero dentro de ellas quien se permite levantar la mirada puede descubrir lo verdaderamente esencial y es que el dinero con todos sus aditamentos no son humanos, no tienen espíritu y su valor y sobrevaloración es absolutamente falso y carente de verdadero valor.
ResponderEliminarEn las crisis el espíritu humano, el apoyo, la fraternidad, la amistad es lo que surge y restablece el verdadero orden de lo que vale la pena en la vida.
Amor eso es lo único por lo que se debe luchar. Ese verdadero amor del que nace la amistad pura, la esperanza.
Ánimo ante los vientos contrarios.
Gracias por tu lectura.
EliminarEl amor acaba siendo lo único que cuanto más se de, más crece. Seguramente es el balance disonante entre el haber y el debe de las cuentas.
En economía doméstica coincido por completo en que es el único valor refugio. Cuando los vientos son contrarios, con más motivo.
Los pequeños raptos de locura (escaparse a New York o a Cancún) pueden ser la gran inversión.
Un abrazo
Buen viaje! :)
ResponderEliminarYo porque no puedo, pero una escapadita, a las montañas, no te digo yo que no me de la ventolera... :)
EliminarUn abrazo
La gran manzana...Nueva York, como ciudad elegida para una sinrazón que hoy nos cuentas en tono de realismo mágico. A caballo entre el dinero, y los besos truncados, paseamos contigo por el asfalto, entre rayas blancas de cebra, con un mensaje muy claro : abrir la manos al otro, antes de que la "ciudad" nos embulla.
ResponderEliminarCreo que es un magnífico mensaje, y que la línea que delimita la razón de la locura es muy fina. Prefiero hacer alguna locura de vez en cuando.
Gracias Albada, me ha encantado leerte.
Gracias Laura por tu detenida lectura y exhaustivo comentario.
EliminarCreo que pueden ser necesarias, cuanto menos convenientes, algunos raptos de locura. Por salud mental.
Dejar la visita al punto cero para más adelante, está recogido con el mismo lema del "hoy y ahora", burbuja espacial intencionada.
Me alegra te gustara.
Un abrazo.
Pues mejor degustar lo que nos ofrece la vida (eso siempre) pero despentando desde YA, porque los perros ya nos mordieron los bajos de los pantalones y van directamente sobre la carne de las pantorrillas hasta hacernos caer del todo y vender nuestra carne al peso y al mejor postor. Lamento tanta metáfora, qué diablos!!!!
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, amiga mía.
Sin metáforas, los colmillos cercan las posaderas. Ojalá no sea preciso tratamiento antirrábico.
EliminarPor si se clavan.
Un abrazo Luis.
Siempre he sido ahorrador. Mi cobardía ante la vida me lleva a ello. Pero hoy, visto lo visto, más vale deberle la pasta al banco, que a este paso será el banco quién se quede con la mía. Que ya lo hace.
ResponderEliminar¡A disfrutar que son dos días!
Kisses
Pues ese mensaje es el que me queda..a disfrutar, que son dos días.
EliminarY añado, que hay escapadas que tendrían que ser de obligado cumplimiento.
Un abrazo