De Lecturalia |
Llegó a tu vida para enquiciar tus puertas y ventanas, encalar de luz tus paredes externas, pintar con cuadros y flores tus aposentos y resanar los resquicios de las grietas quebrando el cemento gris marengo de tus insomnios.
Llenó el aire de notas y risas entre el trasiego de tus pies sobre el suelo arlequinado.
Iluminó de sonrisas y juegos los rincones de tus silencios, estrenando sonidos entre los ecos que habían sedimentado las ausencias y nostalgias.
Pasó un tiempo, te miró despacio, se colgó del alfeizar de tu vida e igual que llegó, con su consigna clara en su hoja de ruta, cuando te oyó reír, simplemente... se fue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.