Yo cabalgo la savia de tu cuerpo,
como bajo una lluvia de amapolas.
Dejando atrás el frío que me devora,
entre témpanos grises de otros puertos.
Decid a las manzanas de los valles
que se ha roto la luna de mis sueños.
Esos de sangre, musgo, agua y huerto.
Los que yo destejía por las tardes.
Diseco mariposas incendiarias
Huidas de antiguos aposentos
Para adornar el aire que reclaman.
Dejo baldíos, por llenos, los recuerdos,
de amaneceres secos en al alma,
trastocando la luz... en alimento.
¿Cómo elegir entre catorce endecasílabos como éstos? Lo intentaré, estúpido de mí. Dejo baldíos, por llenos, los recuerdos.
ResponderEliminarLo reconozco, es una gozada leerte.
Un abrazo
Se me recoge alborozado el día.
EliminarEn un café que se antoja leve
tras detener mi paso en la poesía.
Un abrazo.
Vas alimentando en un folio en blanco con el sabor de tus versos bellas entradas, la verdad es que a veces no sé que comentarte, creo que sobran mis palabras, Albada2, me encantan tus escritos, tus poemas, tus microrelatos.
ResponderEliminarMi admiración.
Un beso.
Los folios a veces se ponen ante mi lápiz de buen grado. Y entonces las palabras, como hormigas, van caminando una detrás de otra. En hileras de voz. Y alguna veces, de armonía.
EliminarGracias María. Que te guste leer estos renglones me hace feliz.
Un abrazo.
Leyendo tus versos me vuelven las ganas de escribir poesía a la que tengo arrinconada u oculta en la vorágine de la prosa que últimamente me envuelve.
ResponderEliminarSoberbio poema. Un tesoro mayor que el de Bárcenas. Te felicito
Un fuerte abrazo
Tu vorágine de prosa, que leo cada vez más abierta a la sorpresa, es fructífera en manzanas de valles, ríos y puertos, sueños y lunas.
EliminarGracias. Con una parte centesimal del botín de ese señor, los niños que ya no meriendan (un tercio de los niños españoles,) tal vez podrían merendar y leer poesía.
Un abrazo.
Te encuentro en un momento formal
ResponderEliminarcon una escritura hermosa y
altamente recomendable para
los lectores que disfrutamos siempre
con tus bellas lineas de palabras
sabiamente seleccionadas por ti
con firme combinación estética.
Gracias mi gran amigo Alfred.
EliminarJugar por jugar, yo juego
a poner palabritas en hilera
que adornen el blanco de azucena
con luces, con olores o con fuego.
Una abrazo grande, tanto como tú.
He comprimido los recuerdos en archivos con una contraseña que pronto olvidaré.
ResponderEliminarEso me hará más libre.
Besos.
Estrategia de una exacta eficacia.
EliminarCreo que comprimidos por una prensa neumática de aire azul, en un breve espacio, se pueden sepultar, y ahí... enterrarlos.
Un abrazo.