Imagen de Aquí |
Siguiendo una iniciativa de Juan Carlos, les paso mi aportación para este jueves 4 de Julio, sobre cines de barrio
Los años setenta aún goteaban censuras descaradas y rollos de
celuloide que de vez en cuando ardían, produciendo unos efectos, en la pantalla, de oquedad chamuscada, que silbaban desde el gallinero, con patadas en el suelo
incluso, lo que hacía retumbar todo el cine-teatro
El patio de butacas también era oscuro, lo que daba pie a toqueteos varios,
besos en penumbra y tal vez promesas de amor eterno. Elena y Luis se sentaban siempre en las últimas filas, para dar cuenta de sus
artificios hormonales. Unos artificios discretos, pues Elena seguía yendo al
colegio de monjas de la Asunción y aún comulgaba con las directrices de los
padres y de los ejercicios espirituales. Ese domingo, al lado de su novio,
palabra que ella había acariciado en sueños, tocó con el tacón algo que creyó
que era otro zapato, y asustada se lo dijo a Luis, quien notó lo mismo, e imaginó escenas prohibidas.
Elena
no paraba de tirar su pie hacia atrás, pero con cautela. La película iba desarrollándose sin que ella tuviera ni
idea de cómo iba el argumento. Tampoco las manos de Luis dejaban mucho margen,
porque, tal vez enardecido por lo que suponía que sucedía detrás, deslizaba una y otra vez su mano izquierda por los
botones de la rebeca de ella, buscando promesas que imaginaba. Elena estaba en
posición de sí, pero no, porque se había dejado besar y eso le bastaba. Tenía
pavor a mayores urgencias, aunque en ocasiones, sí las sentía. También sentía
curiosidad por saber qué ocultaba ese pantalón, que a ratos parecía que crecía,
y eso le asustaba.
La
película acabó y encendieron las luces. Todos salieron, algunos recomponiendo
sus ropas. La señora de la limpieza, poco más tarde, encontraba el cadáver de
una joven, vestida con falda escocesa y un jersey azul, que resultó ser Marisa, de quien dijeron había sido violada. Un calcetín en la boca y la poca atención de
los espectadores cercanos había bastado para que la mala prensa del local
hiciera que cerrase a los pocos meses, dejándonos sin cine.
Pasas de uno escarceos a la violación y es que los cines dan para mucho y tu pluma e imaginación dan para una novela. Un abrazo que ya encienden las luces
ResponderEliminarHe creado una atmósfera, evocada en parte por mi propia experiencia. Nunca sabré del todo lo que sucedía en las filas de atrás, porque era demasiado pequeña, pero por qué no, un acelerón de más, una urgencia que tapar con un calcetín en la boca ante la negativa y algún golpe en la nuca, no premeditado.
EliminarEstuvimos sin cine tres meses, por cierto :-). Un abrazote, Ester
Una evocadora escena de cine de barrio, con altramuces y pipas en cucuruchos hechos cn hohas de periódicos, parejas tocándose lo justo que la moral de la época permitía, situadas todas ajenas a la peícula en la fila de los mancos. Pero con una tragedia bien actual de contrapunto. Has puesto como las dos caras de una sesión doble.
ResponderEliminarUn beso y feliz jueves.
La atmósfera es exactamente esa, que sí recuerdo. La fila de los mancos, que expresión tan en desuso, por lo obsoleto.La violación, por supuesto, no la veo muy plausible, pero no imposible. El cine de mi pueblo, ciudad de infancia, estuvo tres meses cerrado, y me ha dado por imaginar que no fuera la causa un asesinato que pasó desapercibido. La ficción. Gracias Alfred
EliminarUn beso y tarde de cine
Desde luego algo escabroso pero sin duda posible de darse ..me has recordado los cines de esa época finales de los setenta y principios de los ochenta donde había muchas ocultas bajo las luces del cine ..sorprendente final .
ResponderEliminarUn abrazo amiga desde luego el cine da para más que visualizar pelis ..feliz jueves .
Eran cines con olor a pipas de girasol, palomitas y sudor. En ellos he visto una Blancanieves, preciosa. Pero el batiburrillo de aromas se queda en la pituitaria.
EliminarEl cine da para imaginar guiones, no te quepa duda. :-). Un abrazo
el final no esperaba! es un poco de película de terror. una película desarrollada en el interior de un cine. lo podríamos llamar meta-cine?
ResponderEliminarcuando advertían que una película inmoral, bastaba para que todo el mundo quisiera verla. siempre nos atrae lo prohibido...
abrazos!
Justo donde acaba mi texto empieza otra película, la labor de la policía, previa identificación de la víctima, el informe forense, los amigos de la joven etc. No quería hacer más largo este texto, pero como poder, cabe pensar que Luis, el novio de mi protagonista, aunque claro, el desarrollo de la idea implica muchas palabras más.
EliminarUn abrazo y por una tarde de sesión continua de ratos amables
Admiro tu creatividad e imaginación para hacer relatos, nos llevas por una línea de registro y acto seguido das un giro abismal creando un final grande y elocuente.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Mil besitos con cariño y feliz día ❤️
Bueno, es que una tarde de cine, con arrumacos, poco interés tiene :-)
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Vas camino Agatha Christie o Alfred Hitchcock. Y los dos eran geniales.
ResponderEliminarAbrazo de película.
jaja, no creo. Pero muchas gracias.
EliminarUn abrazo y feliz tarde, con bellas historias de amor, sin censuras
Hola guapa , es un buen misterio .... Llamaremos a Colombo o a Hércules poirot , para que averigüen que es lo que sucedió , muy entretenido tu relato , feliz tarde cariño besos de flor.
ResponderEliminarYo creo que necesitamos un detective tipo Colombo, porque en esas fechas, con su aspecto, podría confundirse con la poli de "la secreta" :-)
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Un vuelco total al final, casi tal como una película, habían cines así donde al amparo de la oscuridad de las salas sucedían muchas cosas ajenas a la exhibición.
ResponderEliminarUn beso dulce.
La oscuridad de madre de muchas cosas secretas, heréticas, herméticas y quién sabe si del propio miedo :-), o de actos delictivos
EliminarUn abrazo y feliz tarde, Dulce
Esas penumvras daban para todo. Espeluznante e inesperado final.
ResponderEliminarAsusta lesa indefensión por estar cada uno a su bola yen lo suyo...
Besos, Albada
Penumbras, digo.. Obvio
ResponderEliminarAsusta esa indefensión, digo.
ResponderEliminar(Mi móvil se volvió idiota por un golpe de calor, perdón) 🙏
Besotes
La tecnología de estos cacharros :-). Se entendía. La indefensión es una sensación de desasosiego tremenda.
EliminarPor los cines seguros, con luces y controles que no permitan cosas malas, porque no considero malos los escarceos. Un abrazo
Se empieza a leer con el desenfado que inspira un cine de barrio y los relajados relatos de otros participante, preparas el ambiente en consecuencia a lo esperado y ZAS, nos cambias la sonrisa bobalicona y complaciente de los toqueteos adolescentes por la crispación de una violación y un asesinato. Inesperadamente, para que sea un sorprendente y verdadero relato de terror.
ResponderEliminarUn abrazo.
Macondo, es que esos escarceos en sí, de una época, dan para poca ficción y trama. Me complace sujetar las palabras, para darles libertad y giro al final.
EliminarUn abrazo garnde
Siempre oí hablar de los magreos en el cine. Jamás que sucediera algo tan terrible. Pero ahora al leerte y con la experiencia de haber leído y escuchado tantos abusos silenciados, es absolutamente creíble.
ResponderEliminarUn abrazo
En frío parece pura ficción, pero imagina, en esos años, que una chica se niega a seguir la fiebre del otro, que éste se obceca, pierde el oremus y por sus narices quiere más. Claro que un golpe en la nuca, sin intención, puede desembocar en asesinato, pero claro, vamos a dejarlo en ficción. :-)
EliminarUn abrazo y tarde de cine
Jo... anda que Terremoto Crazy a tu lado parece un monaguillo...
ResponderEliminarVaya final.
Boquiabierto me voy.
Besos.
Mi Chica no mata, ¿Eh?, jajaja :-), toca con el pie, ya ves qué inocente
EliminarUn beso, para Crazy otro, pero si pincha, mejor no :-), que se afeite con navaja, un día en el que no tiemble, por eso :-)
Al pobre Toro lo has dejado anonadado, por no decir otra cosa.
EliminarNo, Toro sabe que su Crazy está muy sereno, se afeita cada día, estoy segura :-)
EliminarUn abrazo
Es precioso como recreas los ambientes,como sabes llevarnos por tu relato,de la mano,sin empujar,dejando que las palabras nos conduzcan adonde tú quieres llegar.
ResponderEliminarMe encanta!
Un besito!
Son textos cortos, que permiten esas licencias. Claro, que si no, sería una trama de dos novietes en la fila de los mancos, que decía Alfred. Imagino que acababan con dolor en partes nobles, por cierto :-)
EliminarUn abarzo y por una tarde de buenas tramas, y grandes versos en la boca
Impresionante final, en medio de la "calentura" reinante, lo que el pie de Elena tocaba, oculto bajo su asiento, era el the end de una película real.
ResponderEliminar¡Muy bueno, Albada!
Abrazotes.
Era otra peli, previa, de una pasión con final inesperado, seguramente por accidente, inexperiencia, mala suerte, pero era sesión continua, acababa una trama, y empezaba otra, claro. Tras los novietes empezaba otra, de novela negra, con un detective a punto de jubilarse y una teniente, la primera de España, con necesidad de dar con el autor del crimen, frente a polis que no querían aceptar su mando. :-)
EliminarGracias, Mirella. Un abrazo
Macabro suceso en el cine. Lo que para unos era el entusiasmo del descubrir(se) para Marisa fue un terrible final.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato
Un abrazo enorme
Cierto, pobre Marisa, compañera del cole de monjas, para ella sí que había salido en pantalla el The End definitivo.
EliminarGracias, Alis. Un abrazo grande
Que buen relato con un final macabro. No dudo que algo así haya pasado en algún cine.....Saludos amiga.
ResponderEliminarQuiero pensar que es pura ficción. Pero la penumbra da mucho juego. No sólo de pegar chicle en las butacas, o en el pelo de las chicas de platea, tirados desde el gallinero. Juegos de tacto y de puertas que se abren. O se cierran.
EliminarUn abrazo y feliz viernes
Buenooo, lo tuyo es cine negro que exigiría a continuación otra película sobre la indagación del crimen. Cuando relatabas la primera parte, vamos casi todo el relato, era como si se reprodujera el mismo film vivido en su tiempo por mí y mis amigos. Pero el desenlace, caray, que no me repongo aún del desenlace. Un abrazo.
ResponderEliminarSi eras adolescente en esa época, espero que te haya hecho recordar situaciones, aromas, tal vez. El desenlace no es imposible, no creas.
Eliminarme alegro te haya gustado. Un abrazo y feliz tarde de viernes, por un finde de argumentos interesantes
Recuerdo perfectamente esos cines de barrio y las parejas que, aprovechando la oscuridad, se entregaban a sus escarceos amorosos sin prestar atención a lo que ocurría en la pantalla. Por fortuna, nunca supe del hallazgo de un cadáver, jeje.
ResponderEliminarMe encanta tu originalidad y la forma de plasmarla en forma de relato, un relato "costumbrista" cuyo macabro final nos pilla de sorpresa.
Un abrazo.
Costumbrista, sí, porque la época era el final de un ciclo, que tal está volviendo, de moral y censura a lo que UNOS creen que no debe permitirse. Las rebecas, con sus botones, las manos, hábiles aun inexpertas, los ejercicios espirituales...son el escenario, junto a las pantallas que ardían.
EliminarEl final es la guinda y un final que daría inicio a la segunda sesión de esta sesión continua que es la literatura. De bajo voltaje, en mi caso, pero quiero ir mejorando. Un abrazo grande, Josep Mª
La película acabó y encendieron las luces.
ResponderEliminarLa chica salió corriendo al colegio de monjas.
Dios nos pille confesados.
No creas, la chica siguió la senda de sus instintos. :-). Lo de ser misionera en China y cuidar negritos no era su estilo :-), pero eran tiempo, no te quepa duda, Manuel
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Un puntito de viraje siempre ve bueno, creo. Montañas rusas tal vez son excesivas, pero un poquito, por qué no, me digo. Me alegro te haya gustado.
ResponderEliminarUn abrazo y por una tarde con cine de barrio en la mirada, y pelis de amor e intriga, tal vez las mejores :-) Buen finde
Me dejó boquiabierta el relato.
ResponderEliminarBesos.
Espero que se te pase:-). Son textos, poco más. Por una tarde de cine
EliminarUn abrazo grande, Amapola Azzul. Vi una azul hace poco, por cierto, me encandiló.
¡Qué escalofriante! No me esperaba para nada ese final, puf. Del calentón que llevaban los protagonistas, a descubrir un cadáver hiela la sangre.
ResponderEliminarMe gustó mucho que fuera diferente ;)
Un besazo, Alabada
Bueno, sería para helar la sangre y los ánimos, es verdad. Claro, es una ficción venida a la mente.
Eliminarme alegro te gustara el giro. Un abrazo y tarde de lujo
Me ha hecho recordar incluso la relativa clandestinidad en que nos movíamos para todo lo que no estaba bien visto. He conocido cines en que como eras menor no te dejaban entrar aunque te habían vendido la entrada, y cuando había empezado la película, o una de las dos, porque eran sesiones dobles, te hacían subir a un gallinero caso secreto, porque el dinero no te lo devolvían, qué va, y nosotros queríamos ver la película o tocar y ser tocados, si se trataba de eso, y es curioso porque no podías asomarte a una barandilla que había, para que desde abajo el público del patio de butacas no te viera. Claro, que te saltabas la indicación. El lugar, bastante cutre. Y como esa anécdota había unas cuantas. O tempora, o mores.
ResponderEliminarNB. Claro que es posible el final que planteas, no lo discuto, simplemente que me ha cogido desprevenido (anótate un tanto)
Un lujo la memoria, esas anécdotas de tardes dominicales, de infancia y pantalones cortos, chicles, novedosos, y pipas de girasol y altramuces. Me encanta que te haya gustado y llevado a esas tardes memorables.
EliminarUn abrazo y por una tarde de lujo y estrellas de celuloide
Que buen final!
ResponderEliminarNunca me lo imaginé, es maravilloso como me llevaste para otro lado y de golpe, una muerta.
Y en esas condiciones...
Me gustó mucho.
Abrazo.
Bueno, en esos giros doy un poco de acción, inesperada, en un atmósfera que parecía casi de idilio de pubertad.
EliminarUn abrazo, Dana, y tarde bonita
Relato impactante, digno para el célebre Colombo...con cadáver incluido...
ResponderEliminarMe has dejado pasmdita.
Un abrazo.
Habrá que imaginar a un detective, un poco menos estrafalario pero igual de eficaz :-)
EliminarGracias. Un abrazo y feliz finde
awesome article..
ResponderEliminarthanks for sharing and have a nice day
thank you very much and a good weekend. a greeting
EliminarMe ha encantado la entrada y la forma de relatar las viviencias de cine de barrio. Saludos.
ResponderEliminarMe alegra que te gustase. Es ficción, pero el ambiente era real.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta mucho la evocación de los dias de cine de sala grande, y al final, mama mia! que giro!, se encienden las luces y empieza otra historia, de detectives tal vez!
ResponderEliminarBeso y buen finde
Gracias. Cuando se encienden las luces, en la realidad también era otra pequeña historia la que ase abría, Por haber visto la peli, por la compañía, por el tiempo, caluroso o no de la calle..
EliminarUn abrazo y buen domingo
¡Sorprendente!
ResponderEliminarY es que la desventaja de los cines de antes era que quedaba completamente oscuro, lo que no sucede en la actualidad.
Muy buen relato, abrazos
Era una penumbra intensa, cierto. Claro, en ella cabían muchas cosas. La idea es que la gran pantalla, decíamos, nos permitiera vivir la trama. Con las pantallas de hoy en día, casi hay un inmersión :-)
EliminarUn abrazo grande y buen día
Horrible, no sé si es ficción o realidad, porque es creíble, que esa oscuridad no solo fuera cómplice de parejas, sino también de malhechores.
ResponderEliminarBuena historia, con un final que no esperamos.
Besos y muchas gracias.
Eran tiempos, otra época,sin duda. Por cines sin sorpresas, o con ellas.
EliminarUn abrazo
Hola Mary, acertada nostalgia de las salas de cine. En Buga algunas cerraron para darle paso a los centros o salas de oración. A propósito, cuando era menor de edad, a mis primos y a mí nos daban para ir a cine siempre y cuando fuéramos primero a misa y contarle a nuestra abuela cuál era el mensaje del evangelio.
ResponderEliminarGracias por la nostalgia en prosa.
Si era la condición, tu abuela así se aseguraba que fueráis a misa :-). Buena estrategia de la señora. En todas partes han cerrado cines porque ya no eran rentables. Si puedes mira un tema de Serrat https://www.youtube.com/watch?v=awNcCYSjbr4, ques eguro conoces. Qué canto a un cine con solera que acabó derrumbado en la acera
EliminarUn abrazo y feliz día
Una violación dentro de un cine! vaya! no era difícil suponer que después de semejante suceso esa sala de cine corría riesgo de cerrar. Un abrazo
ResponderEliminar