Siguiendola la iniciativa de Mag, en su Trastienda del pecado, mi aportación es la que sigue
Virtudes había ideado un plan de comunicación con Quique. El
más primitivo y analógico. Tendía su
colada en el tendedero de su fachada, como el resto de vecinos. Él acababa el
trabajo a las cinco, y para llegar a su casa había de pasar por delante del
bloque de pisos de ella. Veía su ropa tendida y leía lo que ella decía:
Camiseta, tejano y bragas quería decir que podía visitarla.
La relación empezó de la manera más tonta, como suelen
suceder estas cosas. Ella vendía su coche, y él buscaba un chollo con ruedas.
Al contactar se percataron de que vivían cerca, lo que favoreció que se vieran más
de una vez. Al tercer encuentro les sorprendió un chaparrón, y por la cercanía
a la casa de él, y esas miradas de días previos, subieron. Un aroma a café
recién hecho, y el cuerpo mojado de ella dibujando sus formas
esculturales pusieron el ambiente. También influyó ese pelo de Quique,
indisciplinado, que le daba un aire bohemio y soñador. Pasó lo que podía pasar.
Ni ella dijo estar casada con un policía municipal, ni él reveló que, a semanas
alternas, se hacía cargo de una niña en edad escolar. Más tarde sí se comentaron las verdades entre ellos, pero no al marido
ni a la hija.
La hermana de Virtudes llegó de visita, con su vehemencia y
continuo ajetreo. Con su risa de primavera y su desenfado perpetuo. Lavó unas
cosillas en el lavabo y tendió la ropa. Quique leyó bien el mensaje, así que se
plantó ante la puerta con su sonrisa de domingo. Cristóbal, el policía, le
abrió la puerta. Quique improvisó una mentira como excusa, pero tan mal trabada,
que fueron precisas muchas explicaciones y carantoñas por parte de Virtudes
para convencerle de que nada ocurría entre el tipo de rizos negros y ella.
Nunca entendí esa la mentira, aunque les perdí la pista. Puede
que la historia se haya acabado, o quién sabe, igual ella pidió le divorcio y recibe
clases de hacer de madre impostada.
Es bueno dejar la resolución de la historia a la imaginación de cada uno, una historia amena que nos hace cómplices. Haces fácil la lectura. Abrazucos
ResponderEliminarAsí cada quien que piense cómo puede acabar esta relación de infidelidad de Virtudes :-)
EliminarUn abrazo, y por este día.
Nunca se sabe lo que podría haber pasado. Igual había que tender la ropa de él en vez de la de ella. Así seguro que había "ropa tendida".
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Albada, por esta historia tan bien traída y por sumarte, una vez más, a estos jueves de letras.
Un beso enorme y cuidate mucho.
jajaja, aquí la expresión se usa cuando hay niños, y no se quiere que ellos escuchen ciertas cosas, pero ahora que lo pones escrito, para el tendedero, me parece genial :-)
EliminarUn placer sumarme, siempre que puedo. Un abrazo enorme
Una buena historia. Tal vez terminara con final feliz para ambos.
ResponderEliminarUn abrazo Albada.
Lo de mentir aquí creo que era obviable, pero tal vez ha de pasar un mínimo de tiempo para saber si la historia ne paralelo cuaja :-) Imagino que acaba bien, hasta para el policía.
EliminarUn abrazo, y gracias.
ajajjaaj, también es mala pata que la hermana tendiera la colada.Bueno pero salio del paso aunque costará . Un fuerte abrazo y ahora si se puede decir eso, de hay ropa tendida.
ResponderEliminarLa hermana podía haber lavado una falda, por ejemplo :-), pero claro, así no había entuerto que deshacer :-)
EliminarUn abrazo, y feliz jueves
Ante la sorpresa en la puerta, no tuvo más remedio que confesar toda la verdad, cuando compró el coche no había hecho el cambio de nombre y ahora esos papeles ya estaban caducados y se tenían que hacer otros nuevos.
ResponderEliminarTodo sea por salvaguardar la paz familiar. ;)
Un beso Albada.
jajaj, qué bueno, tu final es realmente mejor que el mío. Gracias por seguir el hilo conductor, Alfred.
EliminarUn beso
Debió tender puentes, son menos peligrosos que las bragas.
ResponderEliminarBuena historia con final abierto.
Besos.
Qué ingenio, ya lo creo, puentes y no bragas :-) si hay que tender algo, que sea a lo grande, ( no sé si grande)
EliminarUn abrazo, Juan L.
Albada, que bueno me ha encantado el sistema cifrado de las citas, con sus defectos y todo. Ahora buscare mensajes ocultos en los tendederos, ¿Quién sabe si le están esperando a uno? Jajaja.
ResponderEliminarUn abrazo y que tengas un buen día.
No te quep duda, seguro que era un sistema muy usado cuando no había wasap y estas modernuras actuales. Pero puestos a imaginar, yo haría frases completas en los tendederos, como un sitemas morse primitivo.
EliminarUn abrazo, y a por este jeuves, ahora soleado aquí
Uy que mensajería más efectiva hasta que...
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Era simple, y dificil que fallase, porque no usa pilas ni internet ni nada :-)
EliminarUn abrazo, y a por un día estupendo
Qué buen relato! Tiene un buen hilo argumental, con sentido del humor y muy imaginativo, la clave para encontrarse es tremenda.Y el final de 10.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que ella parecía tener claro que era un sistema infalible, pero claro...la hermana no sabía de códigos cifrados.
EliminarUn abrazo, y gracias
El argumento del "micro" es perfecto. Tienes una gran facilidad para ello, te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Era una idea nacida de ver un tendedero de azules y verdes, precioso, y de ahí salió.
EliminarGracias. Un abrazo
La mentira tiene patas cortas, dicen y ésta tuvo como causa de final, un lavado de ropas ajeno, jaja. Divertida anécdota. Un abrazo Albada
ResponderEliminarDe patas cortas...o no tanto, porque esa hermana fastidió la mentira. Claro que es que la infidelidda hoy en día la veo absurda. No hablo de enamorarte de otra persona, sino de no ser sincero.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo y por la verdad siempre...que se pueda
Buenísima tu historia. Muy imprudentes al verse en la casa de ella. Para esas cosas de va a un hotel, pensión, hostal o mueblé.
ResponderEliminarTe ha quedado genial. Con un final abierto, como debe ser.
Un beso grande
Claro, si hay hoteles, ya eran ganas de tener sexo con riesgo ;-) pero quién sabe, igual ese morbo era un acicate, hay gente para todo :-)
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
Cuando mire la colada del vecino veré si tiene algún mensaje sin descifrar...esas cosas suceden más de lo que podamos llegar a imaginar!
ResponderEliminarUn abrazo Alba
No sé si ahora tendría mucho sentido, pero igual sí, porque eso de que nos vean los mensajes del móvil, parece que imposible no es.
EliminarUn abrazo, y a imaginar
Qué bueno.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Y aún acabó medio bien la cosa...
Besos.
Qué bien, Toro, podría hasta haber sido real :-)
EliminarUn beso
Buena historia y como tú dices, que cada uno se invente el final . Un abrazo .
ResponderEliminarEs que a veces, lo que uno imagina, lo imagina con múltiples opciones, y me dije, pues oye...
EliminarUn abrazo grande
Me ha gustado mucho. Una mentira para el resto del mundo, una verdad para los amantes. Muy bueno, Albada. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos para ti y feliz tarde ♥
Me alegro que te gustara. Lo imaginé tras ver un tendedero muy curioso.
EliminarUn abrazo, y gracias
Una mentira trae a otra mentira y la bola de nieve crece, en relaciones de amor, siempre es mejor la verdad.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Si la bola cerce no hay quien la pare. Por eso, las mentiras, si se epuede, lejos.
EliminarUn abrazo, Dulce
Una historia excelente con un morbo muy pasional. Cada cual puede pensar lo que quiera... Más cada en esos momentos hace de su capa su sayo. Dado que ninguno de nosotros puede aportar una solución adecuada ya que en esto del amor todos estamos en Braga y sin vía de ferrocarril.
ResponderEliminarFelicidades por este maravilloso relato, Albada.
Abrazos y buenas tardes en jueves.
jaja, sí, al final cada quien se organiza como puede, o como quiere. Muchas gracias, Joaquín.
EliminarUn abrazo grande
El sentido del humor que no falta. A ti, desde luego, no.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo.
Sin él la vida es menos vida, me parece :-). Un abrazo, Macondo
EliminarMe encanta el final abierto! A gusto y placer del lector.
ResponderEliminarMuy bien llevado,con el ritmo que tienen tus relatos que siempre nos dejan tan buen sabor.
Un fuerte abrazo!
Muchas gracais. El ritmo es que se va cogiendo al escribir, casi siempre. Aquí quité unas palabras, porque me gustan cortos.
EliminarUn abrazo, y a por este finde, que sea estupendo
jajaja, desde el mensaje del tendedero hasta el final me has tendido sonriendo, es que esta mentira que nos cuentas,tiene mérito, porque digo yo que mentir a un policía no debe de ser tarea fácil;-) Me encanta tu humor. Un abrazo
ResponderEliminarMe imaginé un policía normal, pero igual sabía ver en los móviles ejenos, pero eso de la ropa tendida...igual le pilló muy despistado.
EliminarUn abrazo, y gracais
vaya, la hermana de virtudes, ajena a todo el juego, colgó sin querer la ropa de manera que formaba el mensaje de invitar a quique a entrar. ^_^
ResponderEliminarlas infidelidades siempre llevan consigo alguna mentira. no me gustaría verme en una situación así...
abrazos!
Es que la infidelidad no la veo con mucho sentido. No me veo siendo infel, porque para mentir hay que tener mucha memoria, y yo ya cada día menos.
EliminarUn abrazo, Chema, buen finde
Cuánto en ese final ambiguo. Me gusta esta historia con personajes tan de carne y hueso. Si hubo mentira, pero cuando el amor toca a la puerta, cómo cerrársela. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarSi el amor se nos instala en el corazón, me temo que todo nos vale. Eso si, las mentiras me parecen de muy mal llevar. En el amor, aún menos.
EliminarUn abrazo, y a por un día genial
jajajajjajaja, que maravilla, siempre tus historias tan bien escritas
ResponderEliminarPaz
Isaac
Muchas gracias, Isaac, disfruto escribiendo, y se nota ;-)
EliminarUn abrazo
Jaja Quique tuvo suerte de que el policía no le plantara un tiro entre ceja y ceja por eso "en momento de ira súbita por grave e injusta provocación”.
ResponderEliminarBesotes
En un arrebato...pues no lo pensé, ya ves. Aquí de hecho llevan pistola pero creo que no se usan casi nunca.
EliminarUn abrazo, y a por este finde, con ganitas
Las mentiras nunca son buenas, aveces como en este caso nos meten en problemas. Saludos amiga.
ResponderEliminarEs que la mentira como tal, premeditada, me parece mala compañía.
EliminarPor la verdad, siempre. Salvo algunas veces, claro :-). Un abrazo
Está bien dejar la imaginación al lector.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que en esta historia había muchas opciones, y seguro que quien lee imagina una.
EliminarUn abrazo
Jajaja, no tiene nada que ver pero me has recordado cuando yo ponía un pañuelo atado al balcón, para que mis hijas al verlo desde la playa, supieran que tenían que subir a comer.
ResponderEliminarMe he reído al imaginarme al marido abriendo la puerta.
jajaja, pues es un sistema estupendo, pañuelo blanco...rendirse...y a comer :-)
EliminarUn abrazo, y feliz día
El marido tena que ser gordo, bigoton y calvo, ocupaba toda la puerta.
ResponderEliminarLa direccion no la has puesto. SI me entero de lo que ha pasado, te lo digo
besosss amiga
Pues igual era gordo, por el resto de la colada tendida :-). No te digo la zona exacta, no sea que tú seas el poli.
EliminarUn abrazo, amigo
A veces no queremos arriesgar nada y lo queremos tener todo por distintos motivos.
ResponderEliminar¿No decir toda la verdad es mentir?
Un placer leerte
Beso
No decir toda la verdad no sé si es mentir, porque hay mentiras a medias también
Eliminary media verdades:-)
Un abrazo, y gracias
Pues ya encontraron una buena forma de comunicarse, lástima de la hermana...muy divertido y muy bueno. Besos.
ResponderEliminarEsa hermana, tan inocente..ya verás cuando se entere, pero vaya, es ficción.
EliminarUn abrazo, y por un bonito día
Me encanta ese nuevo idioma. Donde vivo no es habitual ver ropa tendida en las fachadas delanteras, pero vamos, ideal para comunicarse de lado a lado del patio. Tomo nota. :D
ResponderEliminarUn sistema infalible. En Barcelona aún se ve ropa tendida entre las fachadas, en el barrio gótico, y es un poema visual.
EliminarUn abrazo
Jajaja...el verdadero relato empieza cuando el marido abre la puerta. Me ha encantado ese lenguaje de ropa tendida y mensajes al viento...
ResponderEliminarBesos
Sin duda, el relato empieza en ese momento, en la puerta, ante un tipo con rizos y perfumado :-)
EliminarUn abrazo
Genial me guato el cifrado para las citas, los mensajes, las mentiras que los metieron en problemas... pero tu historia divertida y muy ingeniosa. Beso
ResponderEliminarEl cifrado era infalible, sin esa hermana, claro. Pero también debía acabar algún día.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo, Hanna
Eso pasa por dejar hacer la colada a la hermana...
ResponderEliminar¡Jo, el tendedero...!!
Qué ingenio.
Besos
Los tendederos hablan, lo que pasa es que nos fijamos poco en ellos :-). Antes, en los lavaderos públicos, con la colada no había Facebook enmascarado :-)
EliminarUn abrazo, y feliz día
Un final abierto a libre interpretación, a veces los mensajes llevan mano negra :)
ResponderEliminarAbrazo
A veces los mensajes no hay quien los borre, por cierto.
EliminarUn abrazo
Son esas cosas del destino que propician historias como estas. Podía dar lugar a un film romántico de actualidad, pues son hechos reales de nuestro día a día.
ResponderEliminarTampoco imagino cómo acabaría pero podría ser como tu, tan bien, te lo imaginas.
Me gustan tus micro!
Un abrazo y buen fin de semana.
Es que siendo ficción, sólo vi una cromática verde y azul en un tendedero, es posible, y no dudo que lo fuera cuando no había wasap.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
hay escritos que rebelan contenidos secretos para quien sabe leerlos, detalles que para otros carecen de importancia son llaves que abren puertas acorazadas. Nos has traído una historia posible te diría que casi casi cierta con un final decepcionante para el lector de claves. Gracias por tu relato que ha provocado una sonrisa en mi. Un abrazo
ResponderEliminarHay muchas posibilidades de hacer mensajes complejos con prendas de ropa tendidas. Incluso por colores, lo que puede ser un enretenimiento. Yo intento descifrar posibles mensajes, no creas :-)
EliminarUn abrazo, y a por un buen finde.
Vete tu a saber. Vamos a ser bien pensados(pero menos).
ResponderEliminarSalud
Hayq ue ser bien pensado, porque si hay amor, que imaginé, serán sinceros y la hostoria será muy bonita.
EliminarUn abrazo, Erik
Mensajes secretos en la ropa... un matrimonio lleno de mentiras... un amor verdadero...
ResponderEliminar¡Vaya palo cuando se presentó Quique en la casa y le abrió el marido de Virtudes! Por cierto, resulta paradójico su nombre ;)
Un besazo, Albada
Era María de las Virtudes, lo acorté :-). Bueno, es un divertimento, sin mucha sustancia.
EliminarUn abrazo, Dafne
Imaginaremos el final de tu relato, muy bien narrado.
ResponderEliminarBesos
Yo lo imagino bonito, con verdades y mira, con una hija ya crecida :-)
EliminarUn abrazo grande María
Muy bueno.
ResponderEliminarLa pobre Virtudes, la lió. Como comenta Dafne yo también me reí al leer el nombre Virtudes. Muy oportuno por tu parte.
Lo del lenguaje de la ropa tendida , me ha hecho recordar una tradición holandesa:
Una bandera con una mochila colgada en una casa quiere decirnos que en dicha casa vive un niño/a que acaba de terminar el instituto.
Albada un relato encantador y con moraleja. "Las palabras no siempre significan/dicen lo que uno está pensando"
Un abrazo y buenas noches.
Era el nombre perfecto. Esa costumbre holandesa es muy chula. Aquí, hace décadas, existía la costumbre de poner un lazo negro en la puerta de la casa donde se estaba de luto, por ejemplo.
EliminarUn abrazo, y feliz día
yo creo que ella sigue colgando camiseta, tejano y bragas.... Virtudes, que buen nombre. Sobretodo cuando el tema es la mentira.
ResponderEliminarCasi una contradicción acertada. Albada, que relatos livianos y simples pones sobre las hojas. y siempre con un interesante continuara. Parecen relatos que quedan dando vueltas en el aire con la opción de seguir.
Quizá sea tiempo de escapar de este lugar. busco un horizonte perdido, me ayudas a salir de aquí.?
Son relatos livianos como pompas de jabón, que se deshacen en un suspeiro. Pero que pudieran tener un futuro, y existieron en mi mente.
EliminarVamos a salir de los recodos, buscaremos un horizonte, ya lo creo. Un abrazo, Gustab
El amor no obedece a nadie y sólo traiciona a quienes intentan descifrar su lenguaje sin palabras.
ResponderEliminarMi saludo dejo entre sílabas.
Ese lenguaje sin palabras, qué bien defines las coordenadas del amor. Sobran casi todas, la verdad.
EliminarUn abrazo, amigo
Atracción natural o atracción fatal, he ahí la cuestión. Me ha gustado mucho el relato.
ResponderEliminarUn saludo
Pero la atracción mejor sin mentiras. Seguro. Me alegra que te gustara
EliminarUn abrazo, Daniel
Una historia con final abierto a la imaginación de cada cual, me encanta, me ha encantado tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo grande para ti🌹
Pues me alegra mucho que te gustara. Es un ejericico muy planito, sin pretensiones.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde.
Te aseguro que todo parecido con la realidad no es mera coincidencia. Muy divertido tu cuento. Uno tiembla al pensar en los equívocos de esa clase.
ResponderEliminarPues seguro que se usaba, tal vez ahora tendría poco sentido, pero comnicarse...como sea.
EliminarUn abrazo y por una bonita tarde
Me lo he pasado bomba con tu relato y especialmente que el final lo podemos poner nosotros ¡Olé tú!
ResponderEliminarMe gusta no, lo siguiente.
Besotes.
Pues muchas gracias. Disfruté escribiendo.
EliminarUn abrazo grande
Tienes el don de la canstancia y lo creativo. Nada es indiferente cuando lo original me mantiene la atencion de cada relato. Al ser breve, es como tomar un dulce con un cafe mientras te escucho...
ResponderEliminarBesos amiga
Eres muy amable. Qué bonito que sea como un acompañamiento de un café matinal.
EliminarUn abrazo, amigo
Muy buena historia! La clave del tendedero falló y destapó la infidelidad. Queda abierto a las distintas posibilidades, Quién sabe!
ResponderEliminarMuy bien llevado, Alba. 👏🏼👏🏼
Es que esa hermana no debió venir :-)
EliminarGracias... Un abrazo, y por un bonito día
Los engaños amorosos siempre acaban descrubiéndose. Ya lo dice el refrán: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo, je,je.
ResponderEliminarDe todos modos, esta historia me ha parecido muy romámtica. Yo creo que habrían sido felices de haber querido formalizar la relación sin tapujos.
Un abrazo.
La mentira nunca es buena, pero quiero imaginar que ellos supieron seguir su historia de amor. Si lo era, si era de verdad amor acabarán juntos.
EliminarUn abrazo
Hola Albada.. Vuelvo a estar aquí tras una larga ausencia, siempre es un placer encontrarte, leerte y gozar de tus publicaciones.
ResponderEliminarAbrazos.
Bienhallado, qué bien que estuvieras fuera, eso de las vacaciones son como una pócima de renovación.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo y feliz día
Una historia genial. Tanto de forma como de contenido. Me ha encantado pensar en la trama y en como se moverían los personajes. Sabes hacer sonreir y eso es difícil en los tiempos que corren. Felicidades
ResponderEliminarMil besos, amiga
Muchas gracias. Es muy bonito pensar que pudes hacer sonreir.
EliminarUn abrazo grande, amiga
Super blog
ResponderEliminarGracias :-)
EliminarDe nuevo te digo que que gran relato
ResponderEliminarPaz
Isaac
Pues me alegra que te gustara.
EliminarUn abrazo, Isaac
Fue bueno mientras duró me imagino.
ResponderEliminarUn abrazo
Seguro que si quieren... siguen :-)
EliminarSin mentiras. Un abrazo grande
Suelen acabar por salir a la luz, afortunadamente :-)
ResponderEliminarUn abrazo