Siguiendo la propuesta de Neogéminis, sobre la comunicación no verbal, mi aportación es la que sigue. Estaré fuera y no sé cuánto podré estar al tanto del blog.
Era noche
cerrada y Luis se había ido del pub, cabreado no recuerdo por qué. Se cabreaba
mucho. Él regresaba al hotel y yo miraba la hora. Las doce y diez, la noche
podría seguir un poquito más, me dije, y me despedí de él con un beso leve en
los labios.
El tipo que me
miraba desde la barra se acercó a la pequeña mesa, donde quedaba una pinta
vacía, y la mía casi intacta. Mal vamos, me dije, porque como no sepa español
lo tendremos crudo.
Él no sabía ni
patata, pero mi inglés no llegaba a macarrónico. Creí que sería un hándicap insalvable, pero
no. Hablamos de mi ciudad, y de su
barrio. Luego supimos del novio del otro. Y nos dieron las tres, sin darnos
cuenta. En la calle, sentados en el suelo, con las espaldas apoyadas en la
pared del pub seguimos hablando, con pocas, casi ninguna palabra, porque el
Google traductor no existía. Ni Internet. Y nos dieron las cuatro, con una
humedad de la acera que se filtraba hasta mi ropa interior, y unas caricias de
manos, que hablaban solas. Luego los labios se saludaron, y se conocieron, y se
desbordaron.
Y nos dieron las
cinco en la puerta de su casa, moqueta horrible, cama decente, edredón de
fábula, y su piel de una tibieza imposible de describir, como un peluche cerca
de una chimenea. Y a mí me dieron las seis con la angustia de que el avión
despegaba a las nueve, y de qué estaría sufriendo mi novio.
Y nos dieron las
siete con un desperezar de gato y sin ducharme, con su teléfono anotado en un
kleenex dentro de mi bolsillo y una sensación de culpa morrocotuda. Me dieron
las ocho en la puerta del hotel. Luis llegaba en ese instante, había pasado la
noche con la taxista.
Y nos dieron las
nueve dentro de un avión sin saber qué decirnos, a pesar del idioma común. Luis
vive en Londres desde hace años y Charles llegó a Barcelona con bastante
español aprendido. Mañana hará veinticinco años de nuestra boda.
Palabras 347
Plas,plas. Un relato magnífico y de los de película, con final feliz. Abrazos
ResponderEliminarEsos finales felices..qué bonito son :-). Un abrazo
EliminarAlgunos encuentros casuales tienen un desenlace inesperado. En este caso, bueno.
ResponderEliminarUn abrazo y no tardes en volver.
Pues si, hay finales muy hermosos y gratificantes. A veces no, eso es verdad.
EliminarUn abrazo, Josep Mª
Cada cual encuentra su camino a pesar del idioma.
ResponderEliminarUn beso.
Es que no es barrera, si uno no la quiere ver.
EliminarUn beso
Mi felicitación por este relato, y ese final me encantó. El camino a veces es imprevisible.
ResponderEliminarFeliz semana Albada. Un beso
No se sabe lo que el destino nos depara, y puede estar en cualquier sitio.
EliminarUn abrazo, y gracias
Que lindo lo has descrito, nunca se sabe donde esta ese amor que te llena.
ResponderEliminarEl idioma no es ningún obstáculo para enamorarse de la persona, aquí lo has reflejado tal cual. Un besote grande y disfruta en estos días.
De hecho para enamorarse a veces poquita cosa basta. Obsesionados en el físico, y no sé cuántas tonterías, puede ser cosa de una sonrisa, o de una mirada.
EliminarUn abrazo
Maravilloso, Albada!!!! No por hablar el mismo idioma ha de haber comunicación. Me has trasladado a unos años atrás (bastantes) ;)
ResponderEliminarMil besitos que abracen y feliz semana ♥
Uf, pues fuimos dos quienes nos fuimos muy lejos en el tiempo, pues :-)
EliminarUn abrazo, y feliz noche
El idioma si se quiere no es problema. Una historia todo romanticismo.
ResponderEliminarBesos.
Hay que dar opción al amor, porque trabas habrá, no hace falata inventarlas :-)
EliminarUn abrazo, y a por una bonita noche
Los ojos y la piel tienen su propia mirada.
ResponderEliminarBesos.
Y su propio idioma, para más inri :-)
EliminarUn beso
Bom dia. Desejo uma excelente segunda-feira com muita paz e saúde.
ResponderEliminarGracias. Una bonita semana para ti. Un abrazo
EliminarEl idioma del Amor 💘 es internacional..Bravo ...
ResponderEliminarAbrazos y besos 💋
Lo es,pero hay que saber escuchar al corazónb más que al oído. No siempre, eso también.
EliminarUn abrazo
El idioma del amor, del afecto, lo suple todo, los gestos hablan por si mismos, pero la culpa también, hay que saber llevarla.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce semana.
Creo que ella se sintió muy culpable, pero él había hecho lo mismo, así que quedaron empatados en culpa.
EliminarUn abrazo, Dulce
El idioma del amor es más de piel que de palabras.
ResponderEliminarSensacional relato.
Ojalá se convirtiera en película.
Un beso enorme
Pues sería un corometraje muy chulo, ahora que lo imagino . Muchas gracias.
EliminarUn abrazo
Se rompen las barreras! Incluso las del idioma! Estupendo relato, tierno,amoroso y sensible...
ResponderEliminarqué belleza!
Ya lo creo, es que el amor no quiere trabas, ya las trae la vida.
EliminarUn abrazo enorme
El idioma no importa y ese final... FElicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias. Era para acabar mu bien. Un abrazo
EliminarToda una vida, con el novio de toda la vida
ResponderEliminarPara que al final te cáscaras con un"guiri"
Muy bueno tu relato, besos de flor.
jajaja, es que la vida es así de divertida :-)
EliminarUn abrazo grande, Flor
un relato super bueno, me ha gustado mucho
ResponderEliminarbsss
Gracias. Un abrazo
EliminarAmbos la pasaron bien, no hubo razón para reproches.
ResponderEliminarY la protagonista formó una pareja bastante estable, por haber encontrado un real amor.
Bien contado. Un abrazo.
Existe sin palabras, y ellos lo demostraron. Me pareció romántico y factible.
EliminarUn abrazo, Demi, y gracias
Me gusta muchísimo el final.
ResponderEliminarUna historia de película.
Besos
Casi que daría juego, ya te digo. Un abrazo, y muchas gracias
EliminarGenial amiga, cuando hay química el idioma sale sobrando, los cuerpos hablan.... Saludos.
ResponderEliminarNo te quepa duda, hablan sin palabras, hay silencios que son gritos de hecho.
EliminarUn abrazo, y feliz noche
Seguramente Luis seguiría cabreándose con frecuencia, mientras que Charles se tomaba la molestia de aprender español.
ResponderEliminarUn final feliz para un magnífico relato.
Un abrazo.
Bueno, la comparación es odiosamente cierta, no creas :-)
EliminarUn abrazo, Macondo
Hay un lenguaje, que traspasa la piel, y llega al alma, y el alma enamorada habla por sí misma,
ResponderEliminarbonito relato.
Besos.
Sin duda, hay lenguajes que son realmente sin una sola palabra. Y llegan, y comunican.
EliminarUn abrazo, Amapola.
Lo cuentas bien, para dar la imagen de lo veleidoso que es el amor. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarEs gratificante si uno tiene paciencia en saber leer sin palabras. Pero los caminos son infinitos.
EliminarUn abrazo, y gracias
Siempre son formidables tus historias
ResponderEliminarPaz
Isaac
Muchas graciass. Qué bien que te gusten.
EliminarUn abrazo, Isaac
hablando su propio idioma, no se necesita más
ResponderEliminarabrazo
hay un idioma universal, el cariño, y los niños lo saben, es luego que nos volvemso idiotas :-)
EliminarUn abrazo
Y sin Google por medio muchísimo mejor, el enfurruñado de la vida seguirá enfurruñado seguramente.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Bueno, eso no se cambia con la edad, Seguiría enfuruñado siempre, es una actitud :-)
EliminarUn abrazo
Brillante historia que me hace sentir bien en este día en el que los blogs amigos hablan de palabras, de idiomas...
ResponderEliminarMe recordaste la canción aquella... " y nos dieron las dos y las tres..."
La vida es así de sorprendente a veces.
Que tengas unas mini vacaciones agradables y regreses con tus interesantes historias. Un besito
Me basé en ella, no creas, pero mi horario fue mucho más de hora en hora.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
¡Eso es, cuándo hay química, la comunicación verbal o no verbal fluye! Felices 25 años a esta pareja. Y bueno, Luis... allá con él, a estas alturas habrá encontrado la horma de su zapato, o habrá probado a todas las taxistas de Londres :-) :-):-)
ResponderEliminarBesotes, Albada
jajaja, hay mujeres inglesas muy serias, más que aquí :-). Y taxistas...pues igual son la horma de su zapato :-)
EliminarUn abrazo, Myriam, y gracias
Al final todo tiene arreglo, el idioma no es un impedimento.
ResponderEliminarExcelente relato Albada.
Un gran abrazo y feliz resto de semana.
Nunca lo es, es una invención de los adultos, estoy segura :-)
EliminarUn qbrazo, y feliz noche.
Plas, plas, plas...como te han dicho por ahí , el idioma se aprende y ...lo demás fluye o no fluye.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya te digo, el idioma se aprende, las actitudxes y el cariño no :-)
EliminarUn abrazo, Chelo
La cercanía y desnudez del lenguaje no hablado, y, a veces, la lejanía de aquel que usa la palabra exento de emoción y autenticidad…
ResponderEliminarMagnífico, querida amiga.
Al final venció el lenguaje universal del amor y los sentires de la piel…
Abrazo grande 💙
Es que le damos importancia a idioma, color de piel, tamaño de cintura...pero si es mucho más fácil, es la piel y las miradas, creo :-)
EliminarUn abrazo enorme. Muchas gracias
Siempre está el idioma de las miradas, los gestos,del amor...
ResponderEliminarY aunque podría andarme por las ramas,como dice el refrán.
Es toda una historia, para una segunda parte :) como si se tratara de una novela, una película.
Mi admiración siempre y un abrazo Albada.
Feliz tarde
Muchas gracias. Son historia posibles, donde las palabras tampoco fueron tan importantes. Porque la actitud marca mucho más la realidad.
EliminarUn abrazo
Con el lenguaje de lis gestos se logra decir más que con palabras, cuando hay pasión y sentimiento. Un abrazo y muchas gracias por sumarte
ResponderEliminarYa lo creo. Las palabras, como dice el refrán, se las lleva el viento. :-)
EliminarUn abrazo, y bonito día
Aishhh cómo me gustan estos amooooreessss :)
ResponderEliminarSon preciosos, abundan poco, pero existen :-)
EliminarUn abrazo
una amiga mía que lleva viviendo en irlanda muchos años, tiene un novio de allí. he coincidido con él en varias ocasiones en que han venido los dos a madrid. yo le hablo en inglés porque con el inglés no me defiendo mal, el problema es que él me contesta con su acento irlandés cerrado y no entiendo un carajo. :P
ResponderEliminarpero bueno, al final nos entendemos todos/as aunque no hablemos el mismo idioma, como se demuestra en tu relato. ;)
abrazos!
Es que es así, no importa mucho la dicción ni el idioma si hay intención de entenderse.
EliminarUn abrazo, Chema
Otro plas, plas, de mi parte. Llegó un poco tarde pero llegó.
ResponderEliminarAbrazos Albada.
Nunca es tarde. Es una historia posible, no creas. Lo sé de buena tinta :-)
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
vaya qué casualidad a tu sexi entrada, entro rompiendo el comentario 69 que con este mio pasará a ser 70.
ResponderEliminarNos cuentas un encuentro fortuito con final feliz. Se pone remedio a una relación poco convincente para llegar a un enlace deseado. Y todo con traductor de google incluído. Un abrazo
Es casualidad, pero no veo nada erórico en este texto. Festivo y amable, tal vez :-)
EliminarSí, ese traductor lo puse arriba, antes estaba al lado y abajo :-). Un abrazo, Rodolfo
Hay miradas que lo dicen todo. Buen relato. Un abrazo
ResponderEliminarLas miradas hablan, y las manos, a mi entender, pero las palabras apostillan, casi seimpre.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
Cuando dos se quieren entender, el idioma es el último de los impedimentos
ResponderEliminarMe ha recordado a las horas de la canción de Sabina y, no sé porqué, a los Secretos. Será por lo del bar.
Un texto rápido, rítmico, que da gusto leer.
Un beso enorme y feliz finde.
El paso de las horas se inspiró en ese tema de Sabina...y nos dieron las tres, es cierto.
EliminarMuchas gracias. Un abarzo enorme, y por una bonita tarde
El idioma umiversal del amor.
ResponderEliminarUn relato para enmarcar.
Besos.
No conoce lenguaje más que el de los sentidos y el ppropio sentir. Muy cierto.
EliminarUn abrazo grande, María
De fábula y tan real, como la vida misma, me encanta. Además, como se suele decir, no hay mal que por bien no venga...
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Aquí salió redondo, porque Luis estaba claro que no era el hombre de su vida, casi seguro.
EliminarUn abrazo, y gracias
Encuentros que simplemente envuelven el alma a los cuales no les hace falta decir palabra, y desencuentros horribles y fatales que las palabras no saben como asomar
ResponderEliminarEs que en la v ida es así. Hay como una cortina sobre dos almas, y no importa el idioma, en absoluto. Es como encontrar al alma gemela, así, sin más.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Interesante que el idioma no fue barrera, aunque ciertamente la conversacion no fluye pero algo se puede haer segun veo
ResponderEliminarSi la comunicación no fluye, poco importa el idioma, porque si uno quire entender al otro, ya se esfuerza, y lo hace.
EliminarUn abrazo
¡Me encanta el final! Las palabras no sirven de nada cuando no hay nada que decir... Y aunque fallen las palabras, los gestos son suficientes para hablar.
ResponderEliminarGenial relato.
Un besazo, Albada
Así es. Ese vuelo lo imaginé en silencio total. Ni siqueira rencores,ni reproches. Seguramenet ya no había gran cosa entre ambos cuando viajaron a Londres.
EliminarUn abrazote, Dafne
Qué romántico, justo lo que necesitaba para esta tarde de sábado descansado.
ResponderEliminarMe gustó mucho no, muchísimo.
Muy romantiquillo, es verdad, pero me pareció un final de cuento de hadas, posible, y deseable.
EliminarUn abrazo, y gracias, Tracy
Es que la mayor comunicación viene a través del tacto, de lo que se percibe, de lo que se siente. Es precioso y con un final que anima. Besos.
ResponderEliminarAsi lo imagino, con mucha piel y miradas, y pocas palabras, porque éstas, al final se las lleva le viento :-)
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
Los gestos de dieron mejor resultado que unas palabras sin entendimiento posible. Las distancias supieron ajustarse en su justa medida.
ResponderEliminarMuy muy bueno. Me ha encantado. 👏🏼👏🏼👏🏼
Las distancias son relativas casi siempre. Me alegra que te gustara.
EliminarUn abrazo