Él nació a trasmano. Antes de lo previsto. Sin haber sido
buscado entre lunas de algodón de esos instintos maternales, siempre alertas
con la edad.
Quiso llegar, dando aviso, en la noche de Reyes, como una
estrella refulgente, o un cometa con cola de caballo para hacer notar su
llegada. Pero hubo de esperar a que el aire pudiera entrar en sus pulmones, en
cantidad y forma suficiente para reír después.
Nació menudo, con un peso pequeño y unas grandes, unas enormes
ganas de decir “aquí estoy yo”. Le costó hablar, pero nada le costó reír, o
caminar juguetón, o echar los brazos para gritar su alegría cuando la madre
llegaba.
Prematuro en su talla, en su tiempo, menudo en su desarrollo
de niño amado, supo dar la forma a los abrazos de arrullo, a ese dormir con
cuentos, a ese despertar con la risa en la mirada que nutriera las ganas de
seguir viviendo.
Su abuela decía que su nombre exigía un don previo: Don Eduardo. Hoy cumple veintiún años. Y tiene un don: su facilidad para dejarse amar.
Ya tiene la cara de buen chaval. Lo de hacerse querer por todo el mundo no es por casualidad. Algo tiene el agua cuando la bendicen.
ResponderEliminarUn abrazo.
la verdad es que ese niño no buscado llenó un hueco que nadie podía pensar que hubiera. Tenía que venir. Y vino. Iluminando el aire, con su humor de niño.
EliminarUn abrazo
Todos los hijos vienen cuando toca, más allá de la programación, hay rebeldes que se cuelan y nos abren los ojos a la maravilla de la naturaleza, la humana y la de verdad. Encima tenemos la suerte de aprender de ellos.
ResponderEliminarUn beso.
Vienen cuando les toca a ellos llegar y a nosotros recibirles. La maravilla de la vida, como dices, se nos pone delante cuando con ellos redescubrimos el mundo, el real y el que deseamos para ellos
EliminarUn beso
Los niños crecen, pero para nosotros van a continuar siendo esos pequeños-grandes milagros amados, siempre amados.
ResponderEliminarMuy emotivo, Maripau.
Un beso muy grande.
HD
Los niños se hacen hombres siempre. Pero sólo los que son amados pueden llegar a ser grandes personas. Creo.
EliminarUn beso grande
Un texto que nos brinda unos instantes de emoción y amor...
ResponderEliminarMuy bello
Ese despertar al mundo, que nos nutre el alma, y las neuronas, y las risas...Cada hijo es un don. Pero estos que llegan, y son prematuros, desatan sentimientos muy hondos, porque desde las incubadoras nos miran con la interrogación en la mirada, y la respuesta siempre es amor.
EliminarMuchas gracias. Un saludo muy cordial
Felicidades para él y que le vaya muy bien en la vida.
ResponderEliminarMuchas gracias. Esperemos que la vida le sonría...cuanto menos no le de patadas....
EliminarUn beso