Excalibur, perro de Teresa. Foto de Google |
No sabemos ahora si el perro
está vivo o muerto. Excalibur ha estado en la terraza, preguntándose dónde están
sus dueños, desde ayer. Ha comido, pero echa de menos el contacto humano, porque no conoce otro de mayor valor.
El concepto del tiempo no
lo tiene muy claro, pero supone que algo les ha pasado. Lo que ahora no
entiende es por qué se acumulaba gente en la calle desde la mañana. Luego han
entrado unos hombres de blanco, casi iguales, que olían a miedo. Le han pasado
un lazo por el cuello, le han pinchado en el cuello, y antes de dormirse pudo
sentir un bozal que le apretaba sobre su hocico. Tiene sed, pero no está
enfadado. No entiende qué quieren esta gente, que le hablan con tono suave, pero
sudan.
Tal vez ha soñado que le cogían en brazos. Que le metían en una furgoneta con olor a miedo y lejía, y que alguien
con traje blanco le miraba desde el asiento delantero.
Sueña luego que mucha
gente se abalanza sobre el furgón, que alguien gritaba por dolor en un hombro,
y unos gritos de queja.
Pero ahora ya está
dormido, en una oscuridad de dudas, donde sospecha que su destino no es el
parque del barrio, para pasear y perseguir mariposas.
Teme que si se duerme del
todo, pero del todo del todo, no volverá a ver a Laura y a su José, su única
familia.
Pobrecillo.
ResponderEliminarQue pena me da.
Besos.
Me da una pena inmensa, porque él no entiende nada. Yo lo que entiendo me puede enojar, o producir incomprensión, Pero este perro fiel, que no tiene a nadie más, se sacrifica porque no saben qué hacer con él. Y ese no saber, me tiene muy disgustada.
EliminarUn beso
Es lo que llaman "poner a dormir", porque suena mucho mejor y deja tranquila las conciencias (matar suena muy feo, es una palabra que incomoda).
ResponderEliminarEste poner a dormir, es sacrificar al animal. da mucha pena. Es el perro de la paciente con ébola, que provocó la movilización de gente amante de los perros para intentar frenar esa acción. Comprendo que era una fuente de conflicto, pero yo hubiera preferido que le pudieran haber llevado a una cuarentena o algún lugar seguro para él y los demás. Un apena.
EliminarUn cordial saludo
En este país que ni siquiera saben poner unos cubos de lejía los responsables de controlar una infección no se les puede pedir que hagan algo más que tomar el camino que menos les complica la existencia. En lugar de aprovechar e investigar, no fuera con el perro que así nos ahorramos el saber. Es toda una declaración de como piensan y actúan los inútiles que nos desgobiernan. Precioso relato. Te superas siempre. Un besote.
ResponderEliminarBueno, lo de sacrificar a un inocente parece una tentación para algunos. Ya está en un cielo de perros Excalibur.
EliminarGracias por tu lectura. Un abrazote.
Parece ser que es imposible que el perro pueda contagiar la enfermedad. Han cogido los dos eslabones más débiles de una cadena de despropósitos, para una vez más salvar el culo de una ministra totalmente incompetente para el cargo que ocupa.
ResponderEliminarEl perro es una víctima propiciatoria, se le sacrifica con contundencia y rapidez y parece que se actúa con celeridad y sabiendo lo que se hace. Y la pobre teresa enfebrecida y asustada acaba confesando lo que haga falta antes de verse camino de la morgue
Patético!
Un abrazo.
Las cadenas es lo que tienen, esos eslabones más débiles. Aún en el caso de que en efecto, Teresa haya descuidado llevarse la mano con guante externo a la cara, se ha fallado en no supervisar la maniobra, por un lado, y se ha fallado dejando que estuviera libre cuando ya no se sentía bien.
EliminarPatético. Un abrazo
Me muero de la pena... Te juro que no puedo comentar. Un beso.
ResponderEliminarLa auxiliar y el perro, como dice Alfred, son los eslabones más débiles. A pesar de ello, creo que el perro, si no hay lugar para una cuarentena animal de estas características, era una fuente de conflicto. Pero la decisión de sacrificarlo me parece que se tomó de entrada, sin valorar a fondo otras opciones, y eso es de pura pena. Estilo de hacer en estos tiempos por aquí.
EliminarUn beso
Querida Albada: has escrito un bello requiem por Excalibur.
ResponderEliminarSaludos desde la otra orilla del oceáno.
Los perros son algo más que animales cuando son la única familia, como era este caso. Fue sacrificado a la hora de escribir yo. Su dueña ahora está estable, y apuesto a que sobrevive al ébola.
EliminarNunca se sabrá si esta mascota era un peligro, sí que era una complicación, y sobre todo sí sabemos que murió sin ser culpable de nada, Como casi todos los perros que se sacrifican, o abandonan, o se maltrata. Un cordial saludo.
Esta historia me ha conmovido tan profundamente, cuando leí la nota en face rompí a llorar, no sé porqué, pero lloré. Su mirada muestra que era un perrito noble, un buen perro y una víctima del terror humano, se le condeno por el miedo, sólo por el miedo cuando está demostrado que no hay contagio de humano a perro y viceversa. No puedo comprender ¿cómo es que no hubo alguien que lo llevará a un hogar sustituto?¿cómo es posible que no haya habido activistas en defensa animal que le hayan salvado la vida? me ha dolido y puse una luz en mi altar por que su sueño sea un buen sueño.
ResponderEliminarHubo una llamada a movilizarse por parte del esposo de la paciente, que por red social llevó a congregar a cientos de personas ante el edificio. La policía vigiló para que la furgoneta blanca pudiera pasar, al extremo que un manifestante sufrió una dislocación de un hombro y tuvieron que llevarlo en ambulancia a un hospital en camilla. Se movió mucha gente y asociaciones en defensa de animales Lucia, pero no se sabía en qué centro de cuarentena ponerle.
EliminarDaño colateral de la ineptitud, o de la ignorancia de los gestores en esta crisis sanitaria. Gracias por pasarte por aquí y recibe un cálido abrazo.