Siguiendo una propuesta de Soñando uno de tus sueños, mi aportación es esta.
Paloma regresaba a casa. La
aventura de Argentina había salido fallida. Nicolás resultó ser una buena persona, seguro,
pero la última devaluación dejaba unos
precios a sus productos de importación fuera de poder servirse, ni siquiera
sacarlos del puerto. Los pedidos de la
empresa habían sido suficientes, y hasta había calculado un treinta por ciento
más por una posible devaluación leve, pero
la realidad había sido devastadora.
Ante el panorama, gastos que no
podría cubrir, Paloma se imaginó usando cualquier toalla para los pañales de
Teo y comiendo de cualquier modo.
Tenerle había sido una realidad preciosa, pero con los nervios de Nico, la
relación se estaba deteriorando por momentos. Llamar a su madre le había dejado
llorosa, y agotada. Aceptó el pasaje de regreso a Madrid. El peque estaba ya en
esa edad de querer caminar, sin conseguirlo. Las doce horas de vuelo fue un
rosario de entretenerle, dejarle
moverse, acunarle y espera de que durmiera. Las azafatas estuvieron atentas y
solícitas, amables y encantadoras, pero Paloma tenía ojeras, y una tristeza más
allá de los sueños rotos.
En un instante, el niño dio tres
pasos solo, para regocijo de las personas que no dormían. Eran las cinco de la
mañana, hora española, y a los quince
mil pies de altura, Teo comenzaba a andar. Sería el único buen recuerdo
del viaje de avión que la trajera a Madrid, nuevamente, para empezar de cero,
con un niño de la mano.
Tres pasos hacia una esperanza rodeada de nubes y claridades.
ResponderEliminarBesos.
Tres pasos, para recorrer un camino en el nuevo destino de su madre. No es mal balance, en un amanecer.
EliminarUn abrazo
A lo mejor, el ímpetu de Teo, fue el presagio de que todo iba a ir bien.
ResponderEliminarSigamos andando y con la esperanza en las manos.
Me he gustado este triste pero muy real.
Un placer leerte, feliz jueves.
Besos.
Sin duda era el mejor presagio. Paloma seguro que tendría suerte en la vida, aun comenzando de cero, pero con la familia al lado, de cero no era, imagino.
EliminarUn abrazo
Hola guapa , muy interesante tu relato de hoy .... Espero que la madre viese andar a Teo por el pasillo del avión , aun teniendo los pequeños pies en el aire , te deseo una feliz mañana besos de flor.
ResponderEliminarEl niño caminaba por el pasillo, de hecho siguió caminando, a ratos, por ese pasillo de avión. Ya en Madrid adquiría experiencia, y se caería, como todos los niños. Estoy segura.
EliminarUn abrazo, Flor.
Una historia tremedamente triste y excelentemente contada. Qué lástima que el dinero obligue a una separacién forzosa en busca de la supervivencia o de la estabilidad. El amor debería estar por encima de todo, ese "contigo pan y cebolla", pero la realidad es muy distinta, sobre todo cuando hay un pequeñín de por medio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Dicen que cuando el dinero no entra por la puerta, el amor se escapa por la ventana. Quiero pensar que no es así, pero a veces las tensiones en la pareja se vuelven insoportables por culpa de un revés económico. Los niños, sin embargo, necesitan poca cosa, si nos ponemos a pensar.
EliminarUn abrazo, Josep Mª
Es una pena que se rompiera la relación. A veces las cosas no salen como pensamos y tenemos que volver sobre nuestros pasos. Al menos el niñito le dará alguna alegría. Muy bonito el relato. Besos.
ResponderEliminarRegresar al punto de partida no es un desastre, a veces es la opción de futuro mejor. Fracasar enseña a seguir adelante sin rendirse, seguro.
EliminarUn abrazo
Fue muy oportuno...
ResponderEliminarUn abrazo.
Si provocó una sonrisa a Paloma, ya es muy valioso eso de caminar solito.
EliminarUn abrazo
precisamente tengo una amiga que se fue a vivir a argentina, pero la cosa no cuajó y regresó a españa. nunca me he atrevido a preguntarle mucho por aquello...
ResponderEliminarun avión sobrevolando el atlántico es un curioso escenario para que un niño empiece a andar. si el avión en ese momento iba a velocidad constante, para los pasajeros se percibía como si estuviera parado, por el principio de inercia.
abrazos!
Puedes preguntar, porque preguntar no es ofender. Tal vez, si ha pasado algo de tiempo, haya llegado a saber qué ha ganado y qué perdió.
EliminarSi el bebé iba deprisa, tal vez :-).Un abrazo
Es un relato estupendo, como digo algunas veces, todo relato tiene que ser la confluencia de dos o más historias, como este. Veo una sutil metáfora en el niño que comienza a andar en pleno vuelo.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Me alegro que te haya gustado. Sí, el niño era la alegoría de un comienzo, de un nuevo vuelo.
EliminarGracias. Un abrazo
Cuanta dicha proporcionan los niños, esos tres pasos seguro que fueron un regalo que hizo sonreír a la madre y pensemos que el anuncio de empezar una nueva vida con buen pie. Abrazos
ResponderEliminarSeguro que fue la avanzadilla de un tiempo mejor para ella.
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Cuando las cosas están tan mal, con escasas perspectivas de que se arreglen en un plazo medianamente corto, no queda más que buscar un mejor horizonte para el pequeño Teo.
ResponderEliminarMuy bueno y real tu relato, Albada.
Besos.
Cuando hay niños, esas épocas tan indecisas, con tanta incertidumbre, siempre da para pensar en otra vida, en un paso adelante.
EliminarUn abrazo
A veces son ellos, los niños, los que nos dan los mejores ejemplos…
ResponderEliminarBuen relato, así como su trasfondo. Un placer leerte, querida amiga.
Abrazo grande, y feliz tarde 💙
Los niños, con sus ademanes, pueden ser sabios. A veces una simple sonrisa de ellos nos cambia del chip, nos alegra el día. Me pasó ayer en el hospital. No era un mal día, pero un recién nacido, de esos tan y tan pequeños, me generó una sonrisa, y con ella, un día mejor.
EliminarUn abrazo y por una tarde grata
Pues en mi viaje de vuelta de Buenos Aires, tenia a mi lado a un niño con su madre... (¡¡¡podría ser este!!!) no pude dormir NADA, fueron 13 horas de avión... el niño era movidito, llorón, gritón.
ResponderEliminarLa paciencia de la gente estaba al limite. Me puse los cascos, vi tres pelis, leí... la verdad es que fue un suplicio... pero el niño no tenia la culpa.
En estas situaciones te das cuenta del nerviosismo de la gente.
Besos.
Sí pudiera ser :-). Este dormía a ratos y no se portó mal en general, pero los niños son como todos los cachorros, molestosos :-)
EliminarUn abrazo, Laura
Nunca se vuelve a empezar de cero, ni en la misma situación que las otras veces. Un hijo ya es un cambio, una responsabilidad y un acicate importantes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es verdad, es una expresión que usamos, pero jamás es de cero, porque nosotros ya no somos los mismos.
EliminarUn abrazo y buen viernes
Tres pasos hacia la esperanza. Triste, tierno y bello. Besos.
ResponderEliminarTres pequeños pasos hacia le futuro, es verdad.
EliminarGracias. Un abrazo
En realidad no sólo el niño empezaba a caminar. También ella intenta a dar sus primeros pasos en su nueva vida. Es triste que su historia de amor se complicara. Al final, son tres vidas que tienen por delante aprender a vivir de nuevo.
ResponderEliminarBesicos, Alba.
Ella ya ha dado eso primeros pasos, tomar la decisión y poner distancia por medio. Ignoro si la relación pueda salvarse, a la larga, pero son tres personas a iniciar una nueva etapa.
EliminarUn abrazo
El comienzo de un nuevo camino y con una compañía distinta.
ResponderEliminarUn beso dulce.
De estar sola, o en pareja, a tener un niño chico, la distancia es abismal, así que son otras vidas.
EliminarUn abrazo, Dulce
Me encanta el relato, además de que lo siento cercano en muchos aspectos, en muchos matices.
ResponderEliminarFelicidades, Albada
Un abrazo grande
Sudamérica tiene economías que van dando sustos de década en década y arrastran a los nervios de la gente que vive allí.
EliminarSi te ha gustado ya está más que bien. Un abrazo
Comenzar de nuevo pero llevando de la mano un nuevo amor que dio sus primeros tres pasos como anuncio de felicidad. Que bello relato. Saludos amiga.
ResponderEliminarEs la metáfora que me pareció más adecuado. Un niño, la inocencia de un niño, como inicio ante etapas que se inician.
EliminarUn abrazo y feliz viernes.
Teo será piloto o equilibrista...
ResponderEliminarFunámbulo casi seguro :-)
EliminarUn beso
Una historia real como la vida misma, muy bien contada. Lo aparentemente es un fracaso (de la vida pasada de Paloma) tiene la semilla del cambio y la esperanza (con premio en su hijo) de un nuevo comienzo wue bien pudiera ser muy exitoso. Una vida poblada de experienciases una vida bien vivida. Lo contrario es vegetar.
ResponderEliminarBesos, Albada. TU relato me ha encantado.
De los cobardes nada se ha escrito, y con razón, son los valientes quienes acumulan experiencias, tanto en victorias como en derrotas.
EliminarVivir es saber que hay de todo, y ser capaz de seguir adelante. Un abrazo, Myriam
Me gusta que ese pequeño andar de él sea como una luz en medio de la oscuridad. Me ha gustado el relato. Y te agradezco mucho que te hayas sumado.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Es en realidad esa luz que abre el camino, en este caso, a la madre, quien regresa derrotada y sola, y habrá de dar pasos, como le niño, hacia adelante.
EliminarUn abrazo
Lamentablemente este relato me suena muy real. La situación de mi país es tan crítica que aleja hasta los soñadores más personajes. Tu relato toca el terror más doloroso, ese que nos peina la propia realidad. Un abrazo
ResponderEliminarEstán viniendo de nuevo, los argentinos y los venezolanos, en un rosario de fracasos de futuro.
EliminarLa realidad, aquí ficcionada, es siempre cruel. Un abrazo.
Nada mejor que empezar una nueva vida viendo a su retoño caminando por las nubes en sus primeros pasos, buen relato, saludos.
ResponderEliminarVolver al punto d epartida puede ser una buen opción. Los pasos del niño eran ese aliento, esa luz que la guiase
EliminarUn abrazo
Una historia, que tiene mucho de real.
ResponderEliminarHay quienes toman decisiones, que causan desastres económicos, sin saber lo que les provoca a muchas personas. O sin importarles. Como matar sus sueños.
Por lo menos, la protagonista tiene una nueva esperanza.
Un abrazo.
No les importa, no me cabe duda. Las decisiones económicas que sumergen a un país entero en la incertidumbre, no se consultan con la gente.
EliminarLa mujer regresaba a su casa, no como muchos que emigran sin más nido que sus brazos. Un abrazo
Hola~
ResponderEliminar¡Que relato más agridulce! Me ha causado mucha ternura los primeros pasos del pequeño en pleno cielo, aunque esa forma de regresar es bastante triste. Ojalá la protagonista pueda continuar bien su vida en España, con apoyo de la familia (que siempre se necesita en casos así) y sin problemas por lo dejado atrás.
Un bello relato.
Tiene el aroma a fracaso, pero también el de la esperanza, espero. Me alegra te gustara.
EliminarUn abrazo
Sin duda aunque el viaje no fuera todo lo bueno siempre lo recordará como el despertar de un bebe al mundo andante y encima sobre las nubes ...que mejor que el pequeño podrá decir yo ande en las nubes jajajjaj muy bonito . Un abrazo amiga .
ResponderEliminarNo será más que un antes y un después. Por mil motivos, pero para el bebé, quien no lo recordará.
EliminarUn abrazo, Campirela.