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Este otoño me ha pasado algo
muy curioso. Me ha rescatado del mar una mujer, en una playa de las Islas de
las mujeres, frente a Cancún. Ya decía
yo que llevaba muchos días a la deriva, viendo cruceros que intentaba seguir
por si llegaba a alguna isla del Egeo, pero parece que una corriente me ha
llevado al Atlántico, vaya usted a saber por qué leyes físicas que ignoro. Entretanto me vi inmersa en una bolsa enorme de basura, donde he estado unos días. No
entiendo cómo somos tan guarros. Junto a mí había botellas de pulque y de ron,
de tequila, de lejía o de agua. He conseguido salir y seguir flotando pero no sé
si lo soñé o una tortuga chocó con la madeja de basura, lo cierto es que de
nuevo me veía a la deriva y acabé llegando a una playa.
Sí, la playa parecía casi
virgen, y me dio por pensar que nadie podría socorrerme. Volvería la marea y me
regresaría al océano, pero no. Una mujer pensativa, con pamela rosa y un fular azul
se fijó en mí. Me ha destapado, buscando un mensaje, estoy segura, y viendo que
mi aspecto era de persona, diminuta, pero persona, ha vuelto a poner el tapón de
corcho. Mi voz era acorde a mi tamaño, quiero pensar, porque no me ha escuchado
cuando le pedía que me sacara de allí. Desde el océano la he visto sentarse en
el tronco de una palmera derrumbada y
mirar hacia donde yo estaba. Parecía sonreír.
Hoy me encontré con un
perro, en una lateral de la playa de Cancún. Me ha sujetado por el cuello de la botella y pensé que me dejaría a los pies
de alguien, pero ha golpeado la botella contra una roca y he salido, volviendo
a mi tamaño normal. El pobre can estuvo un rato reponiéndose del susto. Desgreñado, y
para mí que con .garrapatas, temblaba cuando he echado una mano adelante, por
agradecer su gesto.
He llamado a mi casa, donde
nadie me esperaba ya, y tengo reservado un vuelo para mañana. El
veterinario ha encontrado bien al chucho,
que llamo Robinson, y le ha vacunado y confeccionado su "pasaporte canino". Me alojo en un hotel que acepta mascotas
y, limpio ya, Robinson ha resultado un perro mezclado de mediano tamaño, con mirada
inteligente y donaire en sus patas. Tiene cinco años, según han calculado por
los dientes y sé que él sabrá ofrecerme lo que necesito. Mi mejor versión.
Va a ser verdad eso de que el perro es el mejor amigo del hombre.
ResponderEliminarGracias al perro ha recuperado la libertad.
Eso sí... que no se vuelva a dormir en la playa eh!!!
Besos.
jajaja.. Habrá que decirle que no se duerma en playa alguna, por supuesto. El perro puede ser el amigo perfecto, eso sí, no habla, lo cual a veces es una ventaja :-)
EliminarUn beso, Toro.
Un beso
¿Tu mejor versión? ese es el mejor final posible para tu historia, tu eres una buena escritora con la imaginación bullendo siempre, esa es una buena versión. Buen fin de semana haciendo lo que quieras menos meterte en una capsula. Abrazos
ResponderEliminarEs ficción, Ester. Mi mejor versión tal vez esté por llegar, pero no creo que a través de un perro, :-), sino siguiendo mi vida, mis escritos y la personas que he tenido la suerte de tener al lado.
EliminarUn abrazo, y feliz finde
Los perros con su intuición parecen saber bien lo que necesitan las personas .
ResponderEliminarUn abrazo.
Son animales especiales. Tuve una diecisiete años y su pérdida fue enorme, pero la mejor versión de mí misma no será un perro quien la saque de mí. ;-)
EliminarUn abrazo
Antes de comentar, he leído las dos anteriores entradas de esta serie y he llagado a la conclusión de Ester. Tu imaginación no tiene límites y el dominio de la escritura, tampoco te es desconocido.
ResponderEliminarBrillante y poético.
Gracias y un beso.
Me alegro que te haya gustado. Hay islas que requieren Robinsones que las descubran, pero no es mi caso, por supuesto. Soy muy sociable, a veces pienso que demasiado :-).
EliminarUn abrazo y gracias, Juan L.
Me hizo recordar al Robinson de las lecturas juveniles.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una novela que por mucho que se versione, tiene ese hálito especial para los adolescentes.
EliminarUn abrazo
Estupendo , otro mensaje en la botella donde tuvo un final feliz ..muy bien contando además de dejar expresado toda la basura que podemos echar al mar ..
ResponderEliminarMe gusta leerte estos textos tan lindo .,
Un fuerte abrazo !!.
Ayer veía que tal vez hay la máquina que limpie esas balsas inmensas de desechos. Pues muchas gracias, Campirela. Son textos oníricos y salen como salen. :-)
EliminarUn abrazo
Hola, que bonito escribes, la parte de la basura es muy triste, definitivamente somos una especie muy peligrosa. Saludos y bonito fin.
ResponderEliminarLo somos, no hay especie que destruya su hábitat. Es un contrasentido. Espero que sepamos revertir ese proceso de destrucción.
EliminarUn abrazo.
Conclusión: Robinson apellidado Crusoe sería muy poco robinsón, estaría globalizado por las marcas, las mercancías ...y las basuras.
ResponderEliminarAhí estamos. Se ha globalizado todo tanto, que un Robinson como tal, además de imposible, en dos días sería una marca, seguro :-)
EliminarUn abrazo
Al final un perro resultó ser el liberador y como si de un genio se tratara le concedió el deseo de una mejor vida. Ambos ganaron, fue final para una travesía.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce fin de semana.
Un final triste, tal vez, porque la mascota, por muy inteligente que sea, no creo que pueda ofrecer lo que otro ser humano. Eso sí, son compañeros fieles a morir.
EliminarUn abrazo
Aunque hay mascotas que ofrecen más que algunos seres humanos.
EliminarHay peros que valen más, mucho más que algunas personas. Por supuesto, hay perros que ni acompañan ni nada. “Mientras más conozco al hombre más quiero a mi perro”, Lord Byron dixit, y hombre, prefiero a los humanos, pero comienzo a ser muy selectiva :-)
EliminarUn abrazo
Robinson descubre a Viernes y Viernes a Robinson. Final feliz.
ResponderEliminarUn abrazo.
Casi que el perro es ese Viernes compañero necesario.
EliminarUn abrazo
:) Que lindo relato... el perro contento y yo también. Beso grande.
ResponderEliminarAl perro le tocó la lotería, seguro. Todavía debe andar por ahí más feliz que un caramelo a la puerta de un colegio :-)
EliminarUn abrazo, Laura
vaya, un espíritu había sido encerrado en la botella! tuvo suerte de llegar a la orilla de una playa, porque los movimientos del mar pueden contrarrestarse entre sí y hacer que la botella vague en medio del mar durante años.
ResponderEliminarese perro que rescató al protagonista del relato, será su amigo para siempre.
abrazos!
No habrá fidelidad mayor, porque se liberan mutuamente, la una de su cárcel, y el otro de su perra vida.
EliminarUn abrazo
Qué bonita y curiosa historia :)
ResponderEliminarNunca se sabe de dónde o de quién puede provenir la ayuda que necesitamos, y sin duda la gratitud es una de las mejores cualidades que tenemos, los humanos y los animales.
Un abrazo.
La gratitud es una virtud que deberíamos tener siempre. Y es verdad, nunca se sabe de dónde vendrá la ayuda.
EliminarUn abrazo.
Ensoñador, y con final feliz. Me ha gustado mucho, eres muy original escribiendo y tu imaginación nos invita a crear la magia que necesitamos. Gracias, bonita.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y muy feliz noche ♥
Gracias a ti por tu lectura y compañía. El reto era imaginar qué hace una botella en el mar, o puede hacer.
EliminarUn abrazo y feliz domingo
La mejor versión está por llegar.
ResponderEliminarUn beso.
Siempre se puede mejorar. Por ello seguimos aprendiendo siempre.
EliminarUn beso.
Que linda imaginación bulle en tu cabeza :))
ResponderEliminarUn besazo
No sé si imaginación o necesidad de buscar alegorías. Quién sabe.
EliminarUn abrazo y gracias.
Imaginación,originalidad y poder de abstracción no te falta a la hora de escribir. Me he visto metida en una botella balanceándome en el mar y enredada entre algas. Gracias al perro...
ResponderEliminarAbrazos pluma de oro.
Era la intención. Verse así, mecida pero llevada por el azar de las olas. Gracias.
EliminarUn abrazo
Jajaja bien por el perro, la ayuda llega cuando menos la esperas.
ResponderEliminarMuy imaginativo relato.
Besos
La puerta se abre cuando menos lo espera uno, y gracias a vaya a saber quién :-)
EliminarUn abrazo
Me ha gustado el surrealismo de tu alucinado relato
ResponderEliminarPaz
Isaac
Un poco onírico sí que es. Nadie sabe si hay botellas con mensaje que no de llegarán a leerse jamás.
EliminarUn abrazo
Un muy buen relato como protagonista el perro y ese toque tan especial con el que respiran tus letras, la imagen acompaña mucho tus letras, mis felicitaciones.
ResponderEliminarBesos.
El protagonista es el perro, sin duda, de hecho es quien saca de la botella a quien estaba encerrado en ella. Pienso en autistas de manera especial, la verdad.
EliminarUn abrazo
O sea, que para recuperar nuestro tamaño normal basta con salir de la "botella" en la que permanecemos encerrados. Deberíamos andar siempre con algo que nos la permita romper por dentro.
ResponderEliminarEl final feliz es muy bueno
Un abrazo grande
Si nos hace sentir que nos está estrecha, es que la botella ya no es de nuestra talla, sea de lo que sea que hablemos. En las relaciones ocurre mucho, seamos conscientes o no.
EliminarUn abrazo y por la libertad de movimientos, sin corsé alguno.
Albada, eres genial, mágica, sigo sonriendo al leerte. Me quedo fascinada porque esa botella a llegado hasta las playas de Cancun y precisamente a Isla Mujeres donde estaba yo pensativa frente al mar como siempre, vi la botella y corrí a tomarla entre mis manos que temblaban porque un mensaje yo esperaba encontrar, pero al destaparla no vi mensaje y volví a cerrarla, algo en mi cambio después de eso, no había mensaje pero me dio alegría y sonreí y sonrío todavía............Gracias por esa botella llena de vida que me dio la dicha de sentir alegría.....al leerte. Isla Mujeres es muy bella y me da pena que hallas descubierto lo de la basura, aun somos irresponsables aunque se tomen medidas para eso. Las playas de Cancun son las mas hermosas de estos rumbos pero están azotadas por unas algas llamadas sargazo, aun así, en Isla Mujeres no hay y ahí estoy yo. Albada, en serio que estoy feliz y sonriendo y mas por ese perro que te llevas desde Cancun, :=) Te mando un fuerte abrazo amiga, y bueno, tengo mucho que decir pero ya me exedi..... No voy a olvidar a esa botella........... Y me quedo pensando si no seras adivina porque estoy en Isla Mujeres Cancun y la botella llego hasta mi :=)
ResponderEliminarY me alegro por el perro, claro que si. Saludos amiga.
EliminarMe encanta. :=)
EliminarMe haces sonreir. Dijiste, en otro post, que ojalá la botella llegase a México, pero al optar por Veracruz, Cancún o las Islas, elegí la última opción, me parecía mucho más poético y adecuado para mi botella inventada. Que esté allí, precisamente, y que hayas una encontrado una botell vacía es puro azar. Pero qué casualidad, ¿verdad?.
EliminarMe alegro que esté allí, sin algas, y seguro que sin basura. La imagen de una isla de basura me llamó la atención el otro día, porque flota en el Atlántico, mucho más la norte, creí entender, así que no iba por los mejicanos :-). Un abrazo y disfruta de esas olas, que llevan aroma a salitre y a aventuras imposibles.
Albada, y como no disfrutar de este mar maravilloso y seductor si te vuelvo a leer y sonrío.... Sabes que soy muy emocional, y si, estoy aqui y lo voy a gozar intensamente, me haces feliz, yo creo en las casualidades. Inventada pero real para mi. Hoy soy feliz de leerte amiga, gracias, mil gracias por este detalle hermoso. Te mando otro abrazo con aroma a salitre.
EliminarPues es una satisfacción que este post te haya traído tanta alegría en unos días de disfrute. Qué bien. Una maravilla, Sandra.
EliminarPor ese mar que nos separa, pero nos une con un texto.
¡Qué preciosidad... qué derroche de imaginación!
ResponderEliminarLa mujer de la pamela rosa se ve que andaba a lo suyo y no se entretuvo en liberarte. Era más cómodo desentenderse devolviéndote al mar y que fuera otro quien te encontrase. Hubo suerte y el perro, quizá inconscientemente facilitó tu escapatoria. Eso sí, se ganó una amiga para siempre y él lo será para ti. Los encuentros fortuitos, a veces, cambian vidas.
¡Me ha encantado! Besicos.
Seguro que la señora con pamela ni se percató. El perro no podría ser consciente de que´contenía, si mensaje o personita, pero su curiosidad pudo más. Los perros son lso seres más leales, más files y más intuitivos paar con os humanos, así que no resultó mal salvador.
EliminarUn abrazo, Galilea
Mary... solo quiero decirte que tú eres la mejor versión de cuanto escribes; o, cuanto escribes es la mejor versión de ti.
ResponderEliminarUn abrazo grande hasta ti.
Pues muchas gracias. Hay quien necesita que le rescate de su isla para ser quien es, yo he tenido la suerte de no ser isla, y seguramente escribir ha contribuido a ello.
EliminarUn abrazo grande.
Hola guapa , la verdad es que es muy bonito y con final feliz , felicidades amiga
ResponderEliminareres una experta en lo tocante a relatos me en encantan de verdad , besos de flor.
Final feliz para sujeto y perro, que siempre es un final deseable tras los caminos largos.
EliminarUn abrazo, Pilar
Un relato encantador, de principio a fin, pero sobre todo cuando he comprendido la naturaleza del narrador. Si fuera un sueño, podríamos intentar descifrar el simbolismo que contiene. Yo me quedo con la bondad, aunque involuntaria, del can, el mejor amigo del hombre.
ResponderEliminarUn abrazo.
La esencia de la botella puede ser el narrador. Y sí, el perro tiene una capacidad de empatía y lealtad tremenda. Puede que bonda también.
EliminarUn abrazo
Tienes magia en esos pensamientos y creatividad, me gusta mucho.. un abrazo grande
ResponderEliminarPues muchas gracias, Susy. Un abrazo
EliminarSoy la botella con mensaje mas sola del mundo pues también nací de la soledad de una mujer que estaba sola por buscar compañía, y nadie la encontró...Ahora viajo dentro del vientre de un tiburón. Aquí todo es oscuro acompañada de restos de animales y cosas que fué buscando allá donde no encuentro mi norte. Escucho sus visceras y su corazón...no sé dónde iré a parar...
ResponderEliminarYa he pasado al intestino. Pronto seré expulsada y veré al final la luz del dia con mi mensaje desolador.
He sentido algo que me ha conmovido. Un arpón atravesó la piel aspera del tiburón. Un cuchillo ha rajado su vientre dejándonos libres infinidad de cosas que fué tragando en su ir y venir por el mundo marino. Un pescador me ha cogido entre el asco y la curiosidad. Mi botella es de color verde y todos esos hombres tienen el mismo color través del vidrio. Me ha agitado pero no me ha abierto; quizá sea analfabeto. Me ha depositado para luego más tarde después quizá.
El mar está agitado. Una ola cruza el barco de babor a estribor y me ha devuelto al mar cuando creía estar a salvo. Vuelvo a flotar en medio de este océano, en medio de la nada; tal y como el corazón de aquella mujer se sintió en el vacío de la existencia. El sol ahora me quema.
Se ve un barco a lo lejos que se acerca lentamente. Es un crucero y un tipo esta tirando al plato. Alguien me señala con el dedo y aquel tipo, hace un tiro certero...Me deshago en infinidad de particulas y peces pequeños me devoran buscando comida. Las palabras se diluyen. Nadie sabrá de nadie ni por qué. Aquella mujer se desvaneció en el olvido muerta de todos y nadie la echó de menos porque realmente, era la mujer más sola del mundo en un apartamento de N.Y.
Esa botella tenía suerte hasta que se le acaba :-). Si era la esencia de una mujer-isla, realmente estaba sola y ya habitaba el olvido.
EliminarUn abrazo, Buscador
Amoroso Robinson que rescató a la genio de la botella.
ResponderEliminarAhora serán amigos por siempre.
Besos, Albada
Ese perro tal vez no sabía muy bien qué hacía. Pero acierta.
EliminarUn abrazo
Paso a dejarte un abrazo con mis letras y mi saludo. Que tengas un lindo dia amiga.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra. He estado fuera unos días, y retomo la rutina. Leerte forma parte de ella, y me encanta.
EliminarUn abrazo
Bonita historia. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias por tu lectura, Susana
EliminarUn abrazo
Mejor tener contento al perro ya que es el mejor amigo del hombre.
ResponderEliminarExcelente relato Albada.
Feliz semana.
Un beso
Tener contento al perro casi siempre es fácil, y acabará por ser el mejor amigo.
EliminarUn abrazo
Todos llegamos donde menos lo esperamos por efecto, de las corrientes, de las mareas, de los impulsos o de las caídas. La vida puede interpretarse tomando como referencia la naturaleza y no te digo esa masa maravillosa y que no nos falte llamada Océano. ¿Ves? En tu imaginativo caso has viajado, te ha desdeñado una mujer -o ve a saber qué era, por eso de ignorarte tan olímpicamente, no serías de su casta- pero te ha liberado un perro, y al final has podido retornar. Pero en este caso volver es despertar. Sigue soñando y complácenos con otra aventura.
ResponderEliminarLa isla en la que nos convierte a veces la vida, o las mareas, como dices, no debe ser el lugar donde anidar el corazón. Perro, suceso, o ser humano, hemos de dejar que algo o alguien nos asaque de la isla y nos recate del naufragio interior.
EliminarUn abrazo y gracias por estar.