Tras la última visita a la playa, de ayer mismo, y mientras esperamos al próximo invierno, quién sabe si más crudo, firmamos una tregua ficticia. Intentaremos, de nuevo, aprender a empezar a descubrirnos, y es que, tras el último verano, se nos abren, no sé cómo algunas puertas de las compuertas de nuestras esperanzas y deseos, descubriendo que el tiempo nunca está quieto.
Se empeña en recorrer una y otra vez el reloj, esquivando esquinas y curvas, transformando minúsculos segundos, tal vez minutos, en ratos con flores, con o sin espinas en ellas, a su antojo. Sólo cuando le detengamos, empezaremos a echarle de menos, imagino. Mi reloj de arena parece estropeado, y atrasa.
En los recovecos de mi corazón bradicárdico sólo tu aliento anima el ritmo de mis diástoles asincrónicas, y únicamente algún gesto tuyo, pretendidamente azaroso, aunque pudiera ser largamente estudiado, me arrastra a seguir persiguiendo unas horas atemporales por los rincones de esa nebulosa elongada de estos sueños tibios y estos despertares fríos.
Tu piel de seda me desborda. Tu verbo lento me subyuga y en el instante íntimo y recoleto en el que nuestras miradas se cruzan, casi se funden, el desasosiego se diluye y se hace carne, pero de plastilina onírica, de colores. Mi negrura ante tus manos se deshace en un puzzle irisado, y sólo tus hábiles y aceradas, aun temblorosas manos, conocen la fórmula alquímica que me deconstruye y me reconstruye a intervalos irregulares.
Me veo, de nuevo, persiguiendo a través de las noches de tregua que nos damos entre invierno e invierno, la quimera de tenernos, alguna vez, más allá de los sueños..
Quizás estremece un poco la llegada del invierno, aunque deberíamos mirar un poco más adelante y pensar que tras él viene la primavera y que también tiene cosas bonitas.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz domingo.
Siempre tras el invierno se añada gestando una futura primavera. Por suerte, así es.
EliminarUn abrazo, Rafael
Hagamos por ello verano en los cuerpos.
ResponderEliminarBesos enormes.
Esa idea es de lo mejor, María. Para el invierno, nada mejor que el calor de las pieles en estado de arrebato.
EliminarUn abrazo grande y feliz noche
Un texto lleno de sensibilidad, nostalgia y ternura, Albada:
ResponderEliminarLo importante es vivir cada etapa experimentando cada momento a tope...
Un beso
Ana
Sin duda, la mejor etapa es la presente, con sus claroscuros, porque el pasado es estadística y el futuro una incógnita.
EliminarUn abrazo, Ana
un relato muy romántico, tú que eres más bien tirando a racional, al menos ésa es la impresión que tengo. :)
ResponderEliminarvolver a visitar un escenario donde surgió el amor siempre despierta sensaciones. sobre todo si es una playa...
abrazos!
Soy bastante racional, pero quería jugar con una relación de invierno y con la cualidad de los sueños, así como imposible de plasmarse en primavera o en la realidad.
EliminarUn abrazo y por la playa, siempre inspiradora
Pues dicho así parece un muy bonito sueño, más con ese paisaje.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Sin duda, sería un sueño bastante bonito. Que pudiera o no plasmarse en la realidad eso ya es otro asunto :-)
EliminarUn abrazo
Fecha señalada.
ResponderEliminarEl reloj sigue haciendo de las suyas.
Hoy se cambió la hora.
Saludos.
Ahí iba yo a parar, si durante una hora voy atrasando cientos de relojes, al final, al último ¿le tendré que restar dos horas? :-). El tiempo no puede pararse, y a veces nos sorprende que así haya de ser.
EliminarUn abrazo y feliz noche
Me ha gustado mucho esa visión que tienes de lo que yo creo es madurez. Bowie tiene una canción que se titula Absolute beginers...Nuestro corazón debe de ser inocente y con la sensibilidad de una película fotográfica...
ResponderEliminarUn saludo amiga
Hay que entender que el invierno, como estación y como alegoría, es puntual de año en año. Queer hacer trampas es como hacerlas en un solitario.
EliminarUn abrazo, amigo.
El invierno es una estación tan buena como la que más para sentir y para soñar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es mejor para soñar, porque hay más horas de oscuridad, y con ello, más tiempo para la ensoñación :-)
EliminarUn abrazo
Hoy mismo he estado en la playa y parece que el tiempo no ha cambiado desde el verano.
ResponderEliminarEl sol seguía calentando los corazones y las huellas de los pasos al borde de la playa, seguían temblando de espuma.
Hoy parecía que el tiempo no pasaba y dudo que la noche acabe en despertares fríos.
Besos.
Vengo de la playa, donde un atardecer en rojos y rosas me ha dejado la mirada en calma. Parecía casi verano, es verdad. Pero al final son trampantojos, y es otoño, en la piel también.
EliminarUn abrazo y feliz noche
El reloj del tiempo no para pero quedan los recuerdos , el verano se fue y pronto llegará el invierno así una y otra vez ..pero mientras tanto que esos sueños no dejen de existir y aún temblando las manos debemos seguir entrelazando nuestros dedos con ellas ..
ResponderEliminarQue bonito lo has descrito ..
Abrazos en el tiempo ..
Que no se detengan los sueños, ni los relojes, que las castañas y los boniatos sean puntuales a las citas, así como ciertos sueños de lumbre.
EliminarUn abrazo, Campirela. Feliz noche
Que esa hermosa quimera se haga realidad a través del tiempo.
ResponderEliminarUn beso
De invierno a invierno, parece que hay un sueño que se repite. No sé si para bien, pero quiero pensar que sí.
EliminarUn abrazo
Que bien cuentas esos momentos previos a la llegada del invierno, esos pasos que nos llevan hasta él, y que debemos vivir con ilusión y esperanza.
ResponderEliminarLo has narrado con mucho gusto
Un abrazo Albada.
Puri
Es un camino hacia el invierno, que sin ruidos ni alharacas, sabemos que estamos recorriendo, sobre todo cuando nos cambian la hora y anochece tan pronto :-)
EliminarUn abrazo y feliz noche
A través de los recuerdos sin dejar de mirar al horizonte, envuelves miles de sensaciones que entre invierno e invierno va meciendo todo lo vislumbrado en un tiempo.
ResponderEliminarUn inmenso abrazo.
Es que en un año pasan muchas pequeñas cosas, se recogen sensaciones de mil tipos, y nos vemos, de invierno a invierno, más sabios y más vulnerables.
EliminarUn abrazo
Que venga el invierno.
ResponderEliminarY que traiga mucho frío.
Y lluvias si puede ser.
Y silencios.
Y latidos hermosos.
Besos.
Que llegue, Toro, con lluvias, en lo posible, y con silencios cómo no.
EliminarUn beso
Qué texto hermoso, poesía pura y ojalá que el sueño o esa tregua se hagan reales.
ResponderEliminarBesos, guapa.
Todos los sueños merecen ser realidad algún día, en algún invierno que se haga primavera.
EliminarUn abrazo
Un relato lleno de ensoñación y sensibilidad... Pasar el invierno abrigada con piel de amor y sensualidad sera lo mejor.... Saludos amiga. Preciosa imagen.
ResponderEliminarNo creo que haya mejor manera de pasar el frío que esa, abrigada por la piel que se comparte y goza. La imagen es de Cantabria, zona norte española que descubrí el verano pasado y que me cautivó, porque las playas de mi zona no tienen mareas, y excepto la costar brava catalana, no hay acantilados que nos sacudan el alma.
EliminarUn abrazo y feliz lunes
Eso es pura prosa poética. Hay mucha sensibilidad en tus palabras.
ResponderEliminar;e ha encantado.
Un abrazo.
Eso de que anochezca tan temprano, me temo que nos recuerda el frío del invierno, los latidos detenidos, en la cueva de la memoria.
EliminarMuchas gracias, Josep Mª. Un abrazo y feliz semana
Es un texto bellísimo, pero me quedo con "Intentaremos, de nuevo, aprender a empezar a descubrirnos" porque deberíamos descubrir siempre algo del otro, no darlo por sentado.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana!
Es que damos por sentado que conocemos al otro, y que no conoce, y ojo, que cambiamos sin remedio. Tal vez una vez al año no estrái d emás.
EliminarUn abrazo y gracias
No suelo plantearme nada mientras tenga un buen hueso que roer, un árbol que marcar y una cana al aire que soltar cuando toca. Por eso las estaciones no me incomodan, a parte de los calores que con el abrigo siempre puesto fastidian un poco, por eso el frío lo llevo mejor. Sé qie cuando muevo la cola y me miras, las cosas las ves de otra manera.
ResponderEliminarUn lametazo.
Bruno
Lleva mejor lo del invierno, Bruno, porque con tu abrigo de piel que llevas incorporado toleras el frío muy bien. El calor te hace sacar la lengua y luego bebes con fruición. Pero te quiero lo mismo, verano e invierno. Una carantoña
EliminarLaura
La quimera de tenernos más allá de los sueños es un buen aliciente para enfrentar el más largo de los inviernos, o el más crudo.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Estoy segura que sería un acicate perfecto, hasta para el más duro y largo invierno.
EliminarUn abrazo, Alis
jaja. Bueno, literalmente puede entenderse, y como alegoría creo que también, pero como entretenimiento me parece estupendo, Julio David.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué hermoso y romántico escrito. El invierno anuncia su llegada. Sin prisa pero sin pausa, como los relojes midiendo el tiempo. Hagas lo que hagas, el invierno siempre llega y es bonito que te pille al lado de alguien que entiende tu frío como tú el suyo. En esa compenetración se reviven fácilmente las primaveras y veranos pasados. Será... un sueño.. Pero será hermoso.
ResponderEliminarBesicos, Alba
El invierno puede ser muy cálido si hay amor en los brazos, ya lo creo, sobre todo si hay comprensión del frío que tiene el otro. Quimeras, o realidades, eso sólo el tiempo lo sabe.
EliminarUn abrazo
Vuelvo a este texto preciosos amores etéreos que desean ponerse en acción.
ResponderEliminarUn beso enorme