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¿Me oyes?, decía el agente, sacudiéndole los hombros. Le había visto cruzar la avenida corriendo, enfilarse en la valla y caer
después al otro lado, quedando exánime. No tenía nada en las manos, ni en los
bolsillos. De hecho no llevaba
documentación ni dinero. Al otro lado del barrio, María se apoyaba en la
pared de un inmueble deslucido, donde una
relojería de barrio acaba de abrir.
Unas mujeres hacían corro a su alrededor, y le daban aire. Todos vieron huir al joven del tirón, pero nadie había visto a la joven, quien,
colándose en la tienda, salía con los bolsillos llenos.
Luego de confirmar que la señora
estaba bien, el joyero hacía recuento de
lo robado, para el seguro. Mientras tanto María, con la pareja de jóvenes, se tomaba unas gambas con gabardina en el
paseo marítimo de la ciudad. Ya buscarían luego un bolso vacío y viejo que yacía junto a un matorral.
Menudo montaje... y parece que funcionó.
ResponderEliminarAsí es la vida.
Besos.
Esas estrategias funcionan. En el metro, madre e hija distraían a un pasajero, mientras una tercera persona le afanaba la cartera :-)
EliminarUn beso
Tantos y tantos timos y fraudes que ya no se sabe cuando algo es real...
ResponderEliminarBesos
Los pillos son muy listos. Desde la estampita a lo que sea, los hay muy agudos y espabilados para afanar lo que sea.
EliminarUn abrazo
Así sucede... Buen relato, Albada.
ResponderEliminarBesos
Sucede más de lo que pensamos. A veces uno hasta se ríe de la pericia y arte de los rateros, pero son una plaga.
EliminarUn abrazo
Si sale bien la cosa, sacarán lo que no ganarían trabajando durante días. Si sale mal, unas leyes demasiado tolerantes les amparan para que puedan volver a intentarlo a los pocos días. No sé si hablo como un viejo cascarrabias, pero es lo que pienso.
ResponderEliminarFeliz martes.
Un abrazo.
Esa laxitud es nefasta, el precio por cometer uno y hasta veinte delitos de poca monta no tiene pena alguna, lo que da pie a seguir intentando, game over :-)
EliminarUn abrazo y feliz día
Van evolucionando, orquestando unas actuaciones corales, que ríete tú del mejor espectáculo.
ResponderEliminarUn beso.
Hay puestas en escena que son par teatro del mejor, oye.
EliminarUn beso, Alfred
Que bueno y pillos, como tramaron el robo...cabezas pensantes para lo malo se las ingenian de cien ..
ResponderEliminarUn buen micro amiga.
Un abrazo y feliz martes.
Tiene un ingenio asombroso, sin duda.
EliminarGracias, Campirela, era un cuentito sin pretensiones, ya se ve :-) Un abrazo
Siempre he dicho que si estos ladrones usaran su ingenio para otras cosas útiles para la sociedad, serían unos genios en lugar de unos maleantes del tres al cuarto, que se enriquecen con la desgracia ajena.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo.
Son muy inteligentes, lo malo es que usan esa lucidez para hacer de rateros en vez de trabajar :-).
EliminarUn abrazo y feliz día
Tu imaginación, que compruebo que suele venir de algunas realidades vividas, no tiene límites.
ResponderEliminarBrillante microrrelato.
Besos.
Muchas gracias, pero es que cada día hay cientos, literalmente, de cosas que pueden ser motivo de un pequeño texto, de una pequeña historia.
EliminarPorque no haya estos afanadores de lo ajeno. Un abrazo y martes bonito
Cuanto inventado y casi todo para mal, los timos están a la orden del día, ¿pero quien tiene la culpa de ello? algo no se está haciendo bien, mala educación, pérdida de valores, escasez de trabajo, demasiada tecnología, y algunos bolsillos llenos, y otros demasiados vación, hambre para muchos y empacho para unos pocos.
ResponderEliminarMe he excedido y siempre me voy al mismo tema.
La puesta en escena de este relato excelente.
Feliz día Albada.
Un beso
No te excedas, porque si hay tantos rateros es porque o la sociedad no sabe darles salidas de trabajo medio dignos, o porque hay demasiada gente que prefiere conseguir, sin luchar, que trabajar.
EliminarSe da la circunstancia de que la juventud ve cómo otros jóvenes tienen smartphones chulos, bicis chulas etc y se creen con derecho a tener lo mismo, sean cuales sea sus realidades familiares. De estos chavales, en Barcelona hay ahora una barbaridad. Sin extendernos, es una plaga :-)Un abrazo
Lo tienen todo pensado... Agilidad mental para hacer el mal. Lástima que no la usen para otra cosa.
ResponderEliminarTe felicito por tu relato... Eres increíble, bonita.
Mil besitos con cariño ❤️
Uf, si usaran esa capacidad e ingenio para hacer cosas productivas...sería sensacional.
EliminarUn abrazo
Muy bueno tu micro y por desgracia muy actual, mientras unos trabajan de forma honrada otros trabajan para robarte lo trabajado. Es un problema de difícil solución.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Es una lástima que haya quien, tal vez al principio por cierta necesidad, pero luego por comodidad, usen estas técnicas.
EliminarUn abrazo, Puri
Manera original, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.
Planificación sí requieren
EliminarUn abrazo y por una tarde bonita
Toda una maniobra de distracción.
ResponderEliminarBien contado.
Un abrazo.
Como los trileros, eso de entretener funciona.
EliminarUn abrazo
hoy día hay que desconfiar de todo. y cuando te preguntan por una calle, tienes que mirar de reojo no sea que alguien por detrás te meta la mano en la mochila...
ResponderEliminarabrazos.
Dicen que ocurre, y mucho. Cuando vamos de buena gente, además, llamamos más a los rateros y maleantes.
EliminarUn abrazo
Se lo montan de cine. Cada vez hay mas robos.
ResponderEliminarQué bien lo has explicado todo... Es lamentable, pero es así.
Un beso
Son actores de primera, eso seguro, y listos, un rato largo.
EliminarUn abrazo
De todo se valen hoy en día los delincuentes, hasta muchos han copiado a la famosa "Casa de papel" hasta el crimen se actualiza.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Esa serie es magnífica, por cierto. Con máscaras dalinianas, o cualquier otra, se puede uno imaginar asaltos, y hay quien, en menor medida, monta robos con ingenio
EliminarUn abrazo y por una tarde sin hurtos.
Uff, si yo te contara... la habilidad para robar es tremenda. La misma propiedad es un robo.
ResponderEliminarAbrazo.
Hay muchas maneras de ser víctima de robos, por desgracia. No sé si toda propiedad es un simple canje de tiempo y esfuerzo por dinero para comprar, pero esta gente no parece entenderlo.
EliminarUn abrazo.
Reaalismo puro. Por estos lados hay grupos que planean estrategias, pero lo que están a la orden del día son los arrebatos de bolsos y mochilas. Ya son una plaga.
ResponderEliminarBesotes, Albada.
Al necesitar nula estructura, es observar a quienes llevan mochilas o bolsos, por eso hay tantos robos de tirón. Aquí casi nunca había heridos, pero ahora están más bravos y pueden arrastrar a un amujer que se aferra al bolso. En fín, que es una pena.
EliminarUn abrazo
Un magnífico microrelato.
ResponderEliminarGracias, Tracy. Un abrazo
EliminarVaya giro en redondo. Un trabajo limpio y bien organizado... la pillería no tiene límites. Tu ingenio tampoco. Te quedó genial el relato.
ResponderEliminarFelicidades
Muchas gracias. Es que me sorprende la habilidad de alguna gente para hacerse con lo ajeno.
EliminarUn abrazo y feliz día
Gracias por tu participacion con tus comentarios
ResponderEliminarTe lo agradezco mucho
Precioso relato
cuidate
Besos
Me alegra te haya gustado, es simplón, pero a veces, es suficiente para escribir un post sencillo.
EliminarUn abrazo
Un final inesperado, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos!!
Pues muchas gracias, Rosana. Un abrazo
EliminarBuen relato Albada, tu imaginación es inagotable! Realmente te admiro!
ResponderEliminarUn beso enorme!
La imaginación quizás también se cultiva, :-)
EliminarMuchas gracias, Luna. Un abrazo
No ponen límites a nada, robo rápido, limpio y se van de rositas...¡Digo de gambas!. Muy bueno Albada.
ResponderEliminarAbrazos.
jaja, en este caso, se van de rositas con gambas, y seguro que feliz por haber montado el numerito y salirse con la suya :-)
EliminarUn abrazo
Desde luego lo tenían todo bien pensado. No dejaron nada al azar. ¡Menuda pandilla!
ResponderEliminarBesos.
Cuando los ingenios de tres personas se unen, pueden tramar estrategias estupendas, para todo, para el bien y para el mal :-)
EliminarUn abrazo
Imaginación al asalto, no pierden el tiempo en preparar robos, claro que como tu no eres una ladrona lo que si erres es una gran escritora con una imaginación genial. Abrazo
ResponderEliminarSon imaginativos y muy ingeniosos. Ya quisiera yo :-), gracias Ester, la imaginación es que es gratis :-)
EliminarUn abrazo y feliz día
No eran listos ni nada.Y la señora una gran intérprete...
ResponderEliminarVaya morro,como diría mi sobrina pequeña
Me he reido un rato!!
Besucos y a por el siguiente
Gó
De hecho tanto ingenio hace sonreír, es verdad. La señora María no sé cómo se vio inmersa en este asunto, pero si les ha salido bien, que es el caso, repetirán.
EliminarUn abrazo
Asi trabajan en grupo, les sale mejor. Buena estrategia y buen relato amiga, saludos.
ResponderEliminarLa unión hace la fuerza, y qué verdad.
EliminarGracias, Sandra. Por un día estupendo sin robos y con sonrisas
Saben más que los ratones colorados, pero también, por suerte, alguna vez los pillan.
ResponderEliminarUn beso, feliz día, Albada.
Ya lo creo, son listos con ganas, amiga. Aquí les pillan, no una vez ni dos, lo malo es que salen con nulas penas, y claro, repiten.
EliminarUn abrazo
ResponderEliminarDe su pantalón colgaban las llaves de su casa y unos cascabeles que tenían un sonido muy particular...
Llevaba años en el paro y era pródigo en los bares del pueblo. Ya se sabía que era bebedor y que pisaba su casa al almuerzo y a la cena. Tenía la manía de hace sonar sus cascabeles como quién tiene otra manía sin importancia pero que casi toda la gente adivinaba su proximidad nada más escucharlo...No andaba sobrado de dinero. Su mujer echaba horas que eran las mismas que el echaba en el bar. Sus dos hijos trabajan y como es corriente, su poder de convicción se deslizaba como vive un vividor.
Como todos los meses, las personas mayores iban al banco para retirar su pensión. Entre ellos estaba Esperanza, una jubilada que antes fue maestra de escuela y que ahora necesitaba el dienro para reformas de la casa...
Hacían cola en el banco. El llevaba gafas de sol y el titineo de llavero. Contaba a distancia las cantidades que la gente retiraba. La cola iba avanzando y Esperanza retiró 2000 Euros. Una mujer con 80 años era fácil atracarla para llevarse el dinero sin mayor resistencia...
El aliento de un bebedor de anis y de coñac desde la temprana mañana, le hacían pensar con calma en cosas donde lo pendenciero y la locura del alcohol confabularían para quitarle a aquella vieja su dinero. Ella ya cobró y el hizo sonar de nuevo los cascabeles del llavero confirmando su decisión. Salió de la cola y la siguió en silencio.
Esperó el momento para arrebatarle el bolso; cuando llegara a la calle de Santa Teresa, pensaba. La mañana era fría y solitaria. Los cascabeles sonaban y el deseo rastrero infestaba su pensamiento con arrebatar los 2000 euros. El alcohol de la mañana le quitaba miedo; todo lo vía claro para dar el paso. Ella se sabía conocedora de aquellos cascabeles y sabía de a quién pertenecían pero el no lo sabía.
Al girar la esquina de Santa Teresa, de un golpe seco le arrebató el bolso. Los cascabeles sonaron aún más y Esperanza cayó al suelo. La cadera se le fracturó debido a la edad pero sabía quién le robó; un antiguo alumno suyo de EGB; un tipo con un llavero de cascabeles.
De regreso a casa le esperaba la Guardia Civil. El nego saber nada del asunto con la frescura y el enfado del inocente pero en el cuartel le mostraron su ensañamiento por el video de una cámara de un negocio. No salía su cara pero sí la vestimenta y aquel llavero de cascabeles que Esperanza denunció fueron la determinación de la denuncia...pasaron unos días y Esperanza murió debido a la edad y la fractura de la cadera.
Lo he leído en el blog de Campirela, y en el tuyo propio y me ha gustado. Haces hincapié en ese sonido de cascabeles del llavero y calibras que le beber haya provocado que acabara por robar a su antigua mestra. Ella muere, seguramente muy triste, precisamente por haber sido atacada por alguien que una vez fue su alumno. Y a quien apreció.
EliminarUn abrazo