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El bus salía con retraso. Ella,
con sus dos maletonas, debía llegar al aeropuerto a la hora debida, pues le
faltaba que envolvieran los bultos,
facturar con tiempo y pasar el control de seguridad. Llegaron a la terminal dos. Justísimos de tiempo.
Con el pelo hecho una madeja,
sudando por el esfuerzo y con dolor de tripas,
se dispuso a pagar por el
envoltorio de los dos bultos, para hacer cola luego en el mostrador de su compañía de vuelo. Muerta de cansancio,
y de nervios, escuchó al tipo que la precedía sobre que igual cancelaban el
vuelo, por viento. Y así fue. Con el
mismo tipo, quien viajaba con una mochila por todo equipaje, se organizaron
para pasar las diez horas que demoraría el vuelo hacia La Paz. Con tanto tiempo muerto la amistad se fue forjando. Ella
no recordaba tantas risas, ni él tanta educación y timidez.
Cuando al fin aterrizaron en Bolivia, ella, quien trabajaba
cuidando a un anciano demenciado de Reus, tenía a su alcance un nuevo trabajo
en una tienda de deportes, y él tenía una
amiga que le haría de Cicerone a tres mil metros sobre el nivel del mar
Gracias el viento, el título sería "Lo que el viento propició"...
ResponderEliminarBesos.
jaja, pues sí, amigo, ya lo creo.
EliminarUn beso
Siempre dudo si es "no hay bien que por mal no venga" o "no hay mal que por bien no venga", pero en este caso es lo primero. Qué retraso más bien aprovechado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues igual las dos cosas, Macondo. Hay veces, en las que el azar se confabula con la vida, y ésta va, y nos sonríe :-).
EliminarUn abrazo
Ese tiempo muerto en compañía, resucita vidas... bello.
ResponderEliminarBesos
Tal no existe el tiempo muerto, si uno se pone a pensar, porque aun leyendo, activida tan solitaria como escribir, no hay pérdida de tiempo :-)
EliminarUn abrazo y a por el martes, con tiempo para todo
La amistad nunca avisa cuando hace acto de presencia.
ResponderEliminarQué bonito y tierno, bonita.
Mil besitos y feliz día ❤️
No avisa, es verdad, surge, por circunstancia que casi nunca controlamos, salvo en los colegios y el trabajo :-)
EliminarUn abrazo y por un martes con la amistatd por bandera
Al final, todo salió de rechupete. Dos amigos y quien sabe lo que un poco más de tiempo podrá traer...
ResponderEliminarBesos
Acaba saliendo bien lo que parecía pintar bastante mal para la mujer. Quién sabe qué más le depara el destino. ¿no?
EliminarUn abrazo y pro día bonito
Tanta prisa tuvo recompensa inusual, aprovechar el retraso para cambiar de vida.
ResponderEliminarUn beso.
Hay vidas que cambian en segundos, así nada de especial que puedan cambiar en diez horas :-)
EliminarUn beso
Como me gusto, historias que pueden ser verdad , un viaje que puede cambiar la vida a dos seres , que con tan solo unas horas tal vez hayan descubierto una verdadera amistad .. Me encanto super romantico ainss.
ResponderEliminarAbrazos .
Es que pueden ser verdad completamente. Cuántas historias de amistad o de amor no nacen por circunstancias que parecía malos augurios :-)
EliminarUn abrazo y por el martes, con ganas de volar con la ilusión, ya que tal y como están las cosas...de viajar cada vez menos :-)
Los aeropuertos y estaciones dan para acunar amistades, saber contarlo como haces tu ya es otro tema. una historia directa sin descripciones que nos pierdan, una historia bien narrada y rápida con un final al vuelo (perdón por el juego de palabras) Dos abrazos
ResponderEliminarHay cientos de relaciones, con duraciones de entre minutos a todo la vida, que se inician en lugares públicos. De estos, los de viajes son más prometedores que los de cola del INEM, por ejemplo :-). Todos los lugares que requieren hacer cola, si te fijas, o viajar junto a alguien, dan pie a situaciones muy jugosas.
EliminarGracias, Ester. Por las relaciones que son bonitas, duren lo que duren
Una bella manera de aprovechar "los tiempos muertos".
ResponderEliminarPor cierto, para tí no existen, a la hora de ponerte ante el teclado: los aprovechas todos con maestría.
Besos.
La verdad es que como escribo, básicamente, relatos muy cortos el tiempo muerto de uno a otro es pequeño, y s epuede usar ;.)
EliminarUn abrazo y feliz tarde, Juan L.
Una historia que bien podía ser real.
ResponderEliminarMuy bien contada. Un abrazo.
Podría, por supuesto. hay muchísimas relaciones preciosas que empiezan en ese hacer cola, como le digo a Ester :-)
EliminarGracias. Por una tarde bonita, Chelo. Un abrazo
Y le anciano de Reus fue el único que se vio perjudicado por esa nueva relación, je,je. Que lo que el viento une, no lo separe la geografía.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Quieres creer que pensé en ese supuesto paciente ?, es curioso que al escribir pensaba que el pobre hombre se iba a quedar sin cuidadora. Pero claro, esa oferta de trabajo tal vez era más tentadora para la mujer del texto :-)
EliminarUn abrazo
Un vuelo lleno de ilusión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, las ilusiones viajan incluso sin aviones o trenes, por el aire, sin duda. Aquí era abrir una posible historia de amistad sana, y quién sabe hasta dónde, porque el vuelos sería por largas horas :-)
EliminarUn abrazo, Rafael
Un anarazo
me encantan esas amistades que se crean por puro azar. a veces son las que más perduran. además, hoy día con las redes sociales, es más fácil mantener el contacto.
ResponderEliminarabrazos!
Cierto. Fíjate que de dos viajes, en el primero intenté más o menos seguir en contacto con un grupo de mujeres. Ahora, por facebook sigo más o menos a dos, del resto ni sombra. Del segundo fue peor aún. Los tres catalanes es que ni nos dimos los teléfonos ni nada. Pero me parece bien, no creas.
EliminarUn abrazo
No siempre hablar con extraños es algo indebido, pueden surgir amistades y hasta el amor.
ResponderEliminarUn beso dulce.
En lugares públicos yo creo que no es problema, porque se conoce a gente que igual te explica cosas que no ha contado a nadie, precisamente porque tú eres un extraño. :-)
EliminarUn abrazo
Qué bonito. En unos minutos u horas pueden cambiar las cosas de la gente.
ResponderEliminarUn beso
Tu cuento da esperanza. Hay que estar siempre abiertos al destino. Abiertos al azar...
Es que hemos de estar abiertos al destino y al futuro. Nunca se sabe dónde está esa persona interesante.
EliminarUn abrazo y a por este día
El tiempo en los aeropuertos es tan largo que si encima cancelan los vuelos, uno hace amistad, cuenta su vida y al final pasa como en tu relato, que se apañan divinamente.
ResponderEliminarUn abrazo y un café, que hay tiempo de sobra.
Exacto, entre el tiempo que llegas antes, las colas en la compañía y luego antes e embarcar, te da tiempo a hacer amistades, ya lo creo.
EliminarUn abrazo, Air, y a por ese cafecito mañanero
Lo bonito surge en cualquier parte. Dicen que hasta en el desierto, entre rocas, naces unas flores preciosas.
ResponderEliminarUna historia de amistad... Quien sabe, igual algo más.
Un beso grande.
Es cierto, en los lugares más insólitos, puede nacer una amistad. Imagino que en un desierto aún más, sin duda.
EliminarUn abrazo y por un día estupendo
Me ha encantado ese viaje, qué bonito, la amistad puede surgir en cualquier lugar.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Besos enormes.
Un viaje que promete, porque el vuelo era largo hasta Bolivia, así quién sabe qué pasará, ¿no?
EliminarGracias, eres un encanto. Un brazo grande, María
Es cierto, la vida puede cambiar en un plis plas, cuando menos lo esperamos, aparece esa amistad.
ResponderEliminarHay que llevar el corazón abierto, de corazón a corazón.
Feliz noche Albada.
Un abrazo
Hay que llevar el corazón abierto, sin pasarse, pero abierto. Porque todo puede esperarnos al doblar la esquina, es verdad.
EliminarUn abrazo y por un miércoles bonito y amable.
El cancelar el vuelo les cambió sus vidas.
ResponderEliminarBesos.
En este caso les vino fenomenal, ya lo creo, y estas cosas pasan.
EliminarUn abrazo y a por un día genial, Conchi
Me has recordado una historia personal...de alguien que conocí de una manera parecida y que sigue ahí a pesar de los años y la distancia.
ResponderEliminarBesos grande.
PD. acabo de mandarle un saludo. Gracias.
Para que veas, si es que estas cosas pasan, y muy a menudo. Que duren por años eso ya, depende de la suerte y las ganas de mantener la amistad por ambas partes.
EliminarMe alegro que sirviera para saludarle. Un abrazo
Casualidades de la vida, que muchas veces ocurren de verdad, y de ahí nacen amistades, amores, trabajos...
ResponderEliminarUn abrazo, Albada
Hay muchas casualidades que cambian la vida, y hasta el estado civil :-)
EliminarUn abrazo, Rita, y por un día bonito, que nos haga viajar con la imaginación.
Bonita historia, con un constructivo y grato final.
ResponderEliminarBesos.
Me alegro te gustara. Un abrazo, Amapola
EliminarEs como el viaje de la vida,se suben,esperan,se bajan,se sientan,se conocen ,se ríen,y..surge lo que tuvo que surgir.NO es precioso?
ResponderEliminarBuen viaje has relatado!!
Besucos voladores
Gó
Es que puede ser así, y lo es, lo que pasa es que luego, por timidez o lo que sea, dejamos esas relaciones de un encuentro casual sin continuidad.
EliminarUn abrazo y a por este miércoles, con buena imaginación
Siempre he creído que todo psasa por alguna razón y ese vuelo cancelado dio razón a un comienzo nuevo para cada uno de estos dos personajes.
ResponderEliminarBesos, Albada
Pudiera ser que haya razones que no sabemos, pero por nuestra vida pasan cientos d personas, y en alguna ocasión, surge la amistad de la nada.
EliminarUn abrazo y por un día con buenas sensaciones
Que bonito es hacer amistades nuevas. Un relato muy lindo amiga. Saludos y abrazo-
ResponderEliminarLo es, luego duran o no, pero es muy bonito, es cierto.
EliminarUn abrazo, Sandra, a por este día
Pues muchas relaciones empiezan por le puro azar, creo. Así que no no lo desuna el propio destino, ¿no? :-)
ResponderEliminarUn abrazo
A veces se forjan relaciones que parecen eternas durante las horas que dura (y se prolonga por demoras) un viaje, aunque luego nunca más sepan el uno del otro. He vivido alguna en los muchos viajes nocturnos que hacía en tren entre A Coruña y Madrid, y viceversa. Claro que entonces era universitaria, y mucho más dada a conocer gente nueva de lo que soy ahora.
ResponderEliminarBonito relato
Un abrazo grande
Hasta hace pocos años había un tren de Barcelona a Madrid, nocturno, de pasar el viaje o durmiendo o viviendo, leyendo o charlando. Alguna vez dormí, pero casi siempre charlaba, con quien así lo quería, digamos, y es que nada me molesta más ahora, que me interrumpan si voy leyendo. Que ahora haré un post de un viaje de un pesado que me impidió leer :-). Son lugares como confesionarios, amiga. Se escuchan, y dicen, secretos del alma que ni en broma habríamos soñado explicar o escuchar, ¿a que sí ?
EliminarUn abrazo grande, como tú.