El hermano
regresó días después, para organizar la mudanza de las cosas de José a la casona
familiar, y para arreglar el papeleo con la inmobiliaria. La relación entre
estos hermanos mellizos había sido confusa por estrecha, desde que entraron en
la juventud.
Cuando
hubieron acabado la etapa, de tantas risas, por ser confundidos a menudo,
habían entrado en una relación de intento de alejamiento, forzado en
apariencia, pero voluntario.
Por la razón
que fuese, habían ido haciendo caminos divergentes. Desde la elección de
estudios hasta los estilos de vida que tenían a los cuarenta años. Julio había
permanecido delgado y fibroso. Cultivaba el ejercicio físico y un orden de vida.
Entre los horarios de la docencia en un Instituto, y una familia con dos hijos
adolescentes, que necesitaban referencias de buenas costumbres, que les
ayudaran a seguir hacia una juventud armoniosa.
Julio había
hecho Historia contemporánea, con unas notas brillantes y un destino que fue
decantándose a la docencia en un Centro Escolar, en la propia Murcia, cercano a
sus padres, y haciéndose cargo de las cosas cotidianas de la madre. Esa mujer, quien ya
había entrado en una edad de decadencia física, que compensaba con gran dignidad.
Se había
casado muy pronto con María, una mujer culta, de carácter sencillo y alegre, con quien había construido un universo de complicidad, de cariño jalonado de
besos y silencios. Universo donde se entendían sin palabra alguna.
José había
estudiado Derecho, haciendo Primero de Primero, Primero de Segundo y
Segundo de Tercero, hasta acabar más tarde que pronto, unos estudios que iniciara
por cabezonería de la madre. Se había visto haciendo PREU para Letras, como el
hermano, con un griego y un Latín que le hablaba en chino, y nula vocación por
arte alguno de los que requerían los estudios ofertados.
Le encantaba charlar
con los amigos, correrse juergas debatiendo del prohibido comunismo, probando
alguna sustancia que le llegaba, y proponiendo futuros de comunas entre vahos de
alcohol y besos robados.
Cada humano es un mundo diferente.
ResponderEliminarDa igual que sena mellizos o gemelos.
Besos.
Los gemelos al verse en el espejo doblemente repetidos, quizá lo notan un poco menos, pero cierto, cada uno es cada quien.
EliminarUn beso
Cada persona emprende su viaje y llega a su destino, cada persona es un mundo y sus circunstancias, cada persona es distinta, conozco a gemelos, a mellizos, a hermanos que son tan distintos...
ResponderEliminarUn beso y feliz lunes.
Si criados por los mismos padres, hay hermanos que no se parecen en nada...llevando e mismo ADN, como en este caso, se da también. Es la gracia de la diversidad infinita del ser humano.
EliminarFeliz semana para ti, Maria. Un beso
Lo que hace hermanos no es el adn, es la relación, la complicidad, el apoyo mutuo, el reconocimiento, la ayuda.....
ResponderEliminarUbn beso!
Acabas de definir la sensación tribal que nos une a la gente, entendiendo por hermanos a aquellos que nos acompañaron en el gatear por la vida.
EliminarUn beso!!!