Una enseña de la II República, foto de Internet |
Hoy Google pone un doodle que representa el mito de Sísifo. En este ensayo, Camus juzga el valor de la vida, representando a Sísifo como paradigma de ese esfuerzo inútil del ser humano, representado en un hombre arrastrando una piedra cuesta arriba, en referencia al mito de Sísifo.
Según Homero, Sísifo era el más sabio y prudente de los mortales, pero fue castigado a los infiernos, por preferir la bendición del agua para Corinto, a los rayos de sol.
Héroe absurdo que nos recuerda lo que valen las pasiones, el precio por seguir su destino es la conciencia. Por eso es un mito trágico, por la conciencia de ser.
Cuando en su ensayo El hombre rebelde afirma que el revolucionario es aquel que dice no, nos perfila a ese rebelde que derivará en unas formas institucionalizadas, que generarán detractores y críticos, nuevamente. Tal vez visionario de las tendencias y utopías que eclosionaron el siglo pasado y los fracasos en que devinieron.
Camus trabaja el concepto del ratón en su rueda, con ese instinto de supervivencia, tan inútil como absurdo, tan necio como imprescindible. Tan lúcido como inteligente, apuesta por la libertad de saberse vivo. Apuesta por la razón por encima de la inercia de rodar.
Murió por un accidente idiota que aplastó su coche contra un platanero. Murió joven, a los 47 años, con el Nobel de las letras en su baúl y aún madurando como escritor. ¿Qué hubiera salido de su pluma? No es importante saberlo. Con sus novelas "El extranjero"(1942), "‘La peste"1947) o "La caída" (1956) veo a un hombre, con la mejilla adosada a un gran piedra, y apoyando su hombro para ejercer fuerza, montaña arriba, destinado a volver a subirla una y
otra vez.
"El primer hombre", que dejó inacabada, se publicó de forma póstuma en 1995.
Ahora, en el aniversario de su nacimiento, cuando el mundo insulta a la dignidad del hombre, me quedo con un par de frases suyas, que me gustan:
“No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo”, y “la estupidez insiste siempre” .
Para mí, ese escritor implicado en su tiempo, rol que define como necesario su amigo Sartre, está fielmente representado por él, con su lucidez amarga, con su amarga lucidez y su estúpida manera de morir. Aunque dudo que haya forma de morir que sea inteligente y dudo de que esa amistad llegase mucho más lejos.
El esfuerzo, la tenacidad, la voluntad, a pesar de la inutilidad aparente o cierta, la libertad de acción, a pesar de todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Comprendo que mi texto lleva guiños que pueden dar lugar a esa lectura semiderrotista. La libertad de ser, la necesidad de hacer, defendida con uñas y dientes por él, seguramente es el resumen de lo que yo deseo para todo ser humano .
EliminarUn abrazo.
Si viera como es el mundo de hoy en día....
ResponderEliminarEsclavos de los grandes números...
Besos.
Súbditos del Capital. Picos y palas en las cuentas del Gran Capitán.
EliminarUn beso.