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Silenciamos los sonidos de la calle, con
besos de escarcha y mandarina, justo antes de abrir nuestro regalo de aniversario.
El remitente nos resultó imposible de
recordar, pero es que en estos años, los amigos han ido y han venido, como por
una avenida de roces sin identificar, para quedarse los pocos que ahora nos
visitan.
De ese modo súbito, como los relámpagos
en medio de las nubes, se iluminó la tarde de Noviembre, entre la música de un
carrusel de la infancia, que nos llegó por correo certificado.
Cuando los armatostes de hojalata y engranajes
cobraron vida, los caballitos giraron entre las notas de azúcar de algodón.
Reverberaron las cortinas, se acentuó el
sol sobre el lomo de la gata, y las paredes se vistieron de amaneceres dorados,
festoneados de molinillos de papel de charol, de mil colores.
El olor a alegría se expandió por la
casa, derribó en los anaqueles los libros de amargores en las encías, y una lluvia
de risas fue mojando una a una las dependencias.
El rellano se inundó de aire de feria, y
hasta las palomas de la barandilla se asomaban a mirar el prodigio que
iluminaba, el salón de nuestra alegría.
Porque las pequeñas sorpresas de las más
mínimas cosas, siguen encerrando la magia de la mirada que no nos dejamos arrebatar.
Cuando empieza a nevar, sigue la fiesta.
La de nuestras bocas, con voz de infancia, cantando juntos “alegría” mientras
sigue dando vueltas, en guiños de hojalata, un carrusel ante un cristal.
Yo vivo en la otra punta de ese universo.
ResponderEliminarBesos siderales.
No me creo nada. :-)
EliminarUn beso
Qué bonito lo cuentas. Hasta me he asomado a la ventana con ilusión infantil, aunque no haga día de nevar por estos lares.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues aunque no nieve...la alegría de la mirada infantil, que no falte!.
EliminarUn abrazo, Macondo.
Me ilusiona pensar que detrás de mi ventana verè de nevar.
ResponderEliminarun abrazo.
fus
Esas cosquillitas que se sienten en la mirada al ver caer los primeros copos, sí, son una ilusión, como de caleidoscopio. Si sólo son cristales!, sí, pero qué bonitos!..
EliminarUn abrazo, fus
Copos de nieve cayendo, huellas humanas desapareciendo, rastros ocultados ilusiones contenidas, aromas perdidos, quietud mucha quietud. Un asombro, una sospresa, una alegría, es fiesta, el juego está en marcha, la vida se acelera, las mejillas se encienden, las miradas abrasan, los besos ah los besos....
ResponderEliminarLos rastros que ceden a barro bajo el manto blanco de la nieva fría. Esa que al sol reluce en abanico de guiños de fracciones de alegría.
EliminarQuisiera uno dar bocados al aire por comer nieve, por beber savia, por inspirar vida, por besar suspiros.
Un abrazo.
pues mira aquí estoy para devolverte la visita...muy bonito tu micro, de verdad, "besos de escarcha y mandarina", "música que nos llegó por correo certificado", "notas de azúcar y algodón"...una forma de escribir bonita y creativa. un saludo.
ResponderEliminarGracias Alejandro. Tu estilo me ha dejado con los ojos como platos. Me regresó la sensación de novedad tras escaparate infantil. Me ha gustado mucho, por lo que iré pasando a ver tu rincón de alquimista.
EliminarEn éste, siéntete como en tu casa, porque así la has de sentir. Un cordial saludo.
Vaya, he mirado por la ventana, y estaba todo blanco... Mi vecina de arriba y su jodía costumbre de tender las sábanas extendidas sobre mi cuarto. Es lo que hay, de momento, pero caerá (la nieve, digo, no la vecina)
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Llegará la nieve con la alegría de ver caer los copos, primero lentos, haciendo chiribitas, y luego más tupida, hasta dejas la vista como sábana e vecina. :-)
EliminarUn abrazo.
Precioso, Albada. Magnífico. Me ha encantado. Abrazo.
ResponderEliminarGracias Francisco. La nieve, en sus primeras puestas en escena, producen esas sensaciones de júbilo infantil que nos recuerda que fuimos niños.
EliminarUn abrazo
Hoy he abierto la ventana a la nieve de mis sueños, en ella me topé con tus letras que nevaban con grandes copos de nieve que caían por la ventana de mis sueños, eran blancos, eran espesos, y con ellos fui creando la magia de mis sueños... hasta llenarme de mi infancia en la que hacía muñecos de nieve con ilusión, y jugaba a tirar bolas con mis amigas... gracias por esta nevada de imaginación, de copos, de nieve... pero sobre todo... de ilusión.
ResponderEliminarUn beso y feliz día, Albada.
Yo abrí este rincón de blanca página, donde asomaba una mujer que guarda en su interior la ilusión de haber jugado con nieve.
EliminarLos copos luego se arraciman, como los pasos de baile ante las ventanas de la propia vida, con sus nieves más espesas. Y acabas pro encontrar la inmensa alegría de estar ahí, ante la ventana abierta nuevamente a la ilusión. En la noria o el carrusel, uno sólo se es quien se ha sido. Y qué bonito que sea así!
Un beso y feliz día para ti, María
Hoy mismo he decido que este fin de semana tengo que comprar unas cadenas que me permitan, si se presenta la ocasión una visita por mis montañas. Y espero que no las necesite el trayecto costero.
ResponderEliminarLa nieve, es para mi,compañera fiel desde la niñez, cuando su altura sobrepasaba la mía un buen palmo.
Me gusta lo que has escrito y me gusta la ilustración.
Mis saludos.
Esa nieve que nos sigue despertando al niño que jamás se fue en nuestro interior.
EliminarDisfruta de la nieve. Es blanca, es fría, produce vaho al respirar y nos recuerda que estamos vivos
Un abrazo
Si te quedaras inmóvil, te crecería MUSGO en la piel?
ResponderEliminarSi me quedara inmóvil, la nieve me taparía, pero entretanto sería agua sobre mi jersey de lana, belleza en copos cayendo sobre mí, sería un roce se humedad fría en el silencio, y entre los líquenes de mi piel, creería volver al refugio de donde salí. Como musgo, al florecer.
EliminarUn saludo cordial, Anuar
Tu texto tiene figuras, imágenes, tan bonitas que me pareció estar viendo mi primera película a color y en pantalla gigante. Viajé, pero en un rato tengo que volver a casa, pues mañana me espera un avión que me lleva a España.
ResponderEliminarUn beso muy grande.
HD
El texto salió como él quiso, como suele ocurrir desde mi lápiz. Si te transmitió la mitad de la mirada ante un cine, o una ventana ante la nieve, ya es mucho resultado para tan poco camino.
EliminarBuen viaje pues. Un beso enorme, Humberto.
El juego, la nieve, la risa, los besos, el amor, la amistad, el frío... Todos los elementos hermosos de la vida juntos en tu precioso relato, Albada.
ResponderEliminarUn placer seguirte
Besos
Ana