Ella permanecía dormida. Casi a salvo en la oscuridad de los diversos almacenes por los que había pasado. Llegó un día en el que sintió que la movían para dejarla reposar, hasta entrar en un nuevo letargo. Más corto. En otro traslado sintió nacer cosquillas en sus entrañas, cuando un delicioso frescor atravesaba su vestido. Un mediodía, sintió, de repente, que una mano ceñía su cintura, qué placer. Un sonido metálico le había despertado, como un interruptor de vida que jamás había experimentado.
Entendió entonces su destino, comprendió la verdad de su existencia, su razón de ser, cuando miles de burbujas estallaron en su interior, llenándola de una felicidad redonda y sin fisuras. Cuando se sentía más a gusto, con la plenitud de saberse viva y plenamente feliz, la sensación poco a apoco fue pasando, de trago en trago, hasta que fue sintiéndose cada vez más vacía, más usada, más manipulada, y más triste, hasta que, al final de su conciencia, se sintió morir.
Lo último que pudo percibir después fue que la arrugaban, hasta que se durmió, definitivamente, en el cubo de reciclado de plásticos y aluminio de la cocina de Paula
Me acabas de "chafar", con ese final, mi agradable costumbre de mi bote de cerveza fresca de la mediodía.
ResponderEliminarBesos y admiraciónes por tu imaginación.
Cada cosa tiene su porqué, y esas cervecita del mediodía estival no se perderá por un relato. Es un placer sencillo y barato, como el gazpacho, muy asequible para contrarrestar el calor, así que tranquilo :-)
EliminarBesos
Una vida efímera, sólo para dar placer una vez. :)
ResponderEliminarUn beso.
Dura más que una amapola, pero ambas son placenteras. Vida corra si, pero con sentido.
EliminarUn beso
Así es la felicidad, rebosante de burbujas como la cerveza, y al final, termina disipada, porque no siempre es eterna.
ResponderEliminarPor cierto, mmmm me dan ganas de tomar una cervecita.
Un beso enorme.
Claro, la felicidad es eterna mientras está en nuestro corazón. Lo bueno de disiparla, como las burbujitas, es que hace cosquillas en el alma.
EliminarYo acabé tomando una cervecita, ya ves ;.) Un beso grande, María
Me has despertado las ganas de tomarme una cervecita 🍺😁
ResponderEliminarMuy bueno. Bonita y original perspectiva la de la lata y sus burbujeantes sensaciones…
Un placer, amiga.
Bsoss enormes, y feliz tarde!
Una perspectiva necesaria, porque la cerveza, la rubia esa del verano, es una fuente de placer al que no valoramos
EliminarUn beso grande, y habrá que brindar con cerveza por muchos ratos felices con ella
Tú las tratas mejor.
ResponderEliminarMira yo lo que hice:
COKE LIGHT
Me tienen mucho miedo
las latas de Coke Light
ellas no lo saben
pero oigo
como cuchichean
y como tiemblan
cada vez que paso
cerca del frigorífico
y para asustarlas
de vez en cuando
abro rápido la puerta
y les grito por sorpresa:
UHHHHHHHHHHHHHH!!!
y ellas burbujean
del todo aterrorizadas
luego cierro de un portazo
sin llevarme ninguna
y un buen rato después
cuando están confiadas
me acerco sigilosamente
a la puerta del frigorífico
la abro de un zarpazo
atrapo a una de ellas
le arranco la cabeza
y me la trago sin compasión.
Jajaja. No te lo había leído, pero me he reído más con tus latas cuchicheando que la mía solitaria
EliminarUn beso
Esa es una de las cervezas que mas me gustan, es la que suelo beber pero en botella, así que no la puedo espachurrar. Abrazucos
ResponderEliminarNo la aplastas tras beberla, pero seguro que el vidrio vacío te hace sonreír cuando ves el botellín, que también se recicla fácilmente. El placer es el mismo, aunque yo prefiero, aún usando de lata, tomarla en copa cervecera.
EliminarUn abrazo y feliz jueves
Así es la existencia. Expectación, explosión, felicidad y desasosiego. Y al final, todos en la basura.
ResponderEliminarPero mientras dura, disfrutamos cada uno de los placeres. Como esa cerveza bien fría cuando llega el calor.
Un saludo.
Es el ciclo de las cosas. Coincido en que mientras la existencia es el presente, vale la pena aprovecharla, de manera lo lo más plena posible
EliminarU saludo
Hay que ser muy vocacional para morir satisfecha en acto de servicio y recibir como compensación que tus restos vayan a parar a un cubo de basura.
ResponderEliminarUn abrazo.
La razón de ser, cómo no. La conciencia de acto de servicio no sé yo si la cerveza la tiene, pero quién sabe. En serio, esos tragos frescos cuando hace calor, con ese punto de amargura, bien valen la espera previa.
EliminarUn abrazo
Hola, me acabas de inducir a cultivar el gusto del paladar. Pese a mi dolencias esporádicas por culpa del ácido úrico. Te haré caso, una al año no hace daño
ResponderEliminarQué alegría que da esa cervecita. El placer efímero, sonriente, rubio y sin pecado.
EliminarBrindo por un rato precioso con esta rubia en copa. Un abrazo
Me ha encantado tu relato.
ResponderEliminarHistoria de burbujas. Pero qué efímera felicidad nos ofrecen
EliminarUn beso