En un país donde los asuntos turbios
se denominaban “casos”, usando nombres de frutos, o de correas trasmisoras o de
tantos por cientos, un periodista se preguntaba en voz alta.
-¿Cuándo escucharemos decir a
la estudiante “yo destapé el caso máster”? Porque está claro que ella es una
víctima. Esos catedráticos, esos rectores y esos profesores fueron quienes conspiraron
para endilgarle un máster que ni quería ni necesitaba, porque su curriculum ya
era brillante y suficiente para presidir un alto cargo del Gobierno.
Ha dado Ud. en el clavo- contestó
su compañero de redacción, un becario que cobraba quinientos euros por tener el
privilegio de hacer ocho horas diarias de prácticas- Fue la universidad la que
forzó su inscripción en el máster en contra de su voluntad, la que aprobó sus
asignaturas sin haberse presentado, la que le dio el acta falsificada y el diploma, y todo
eso lo hizo para desprestigiarla, a pesar de considerarla amiga de la Universidad.
- Sin duda, un complot donde
hasta falsificaron firmas para empujar a una dimisión que no se producirá, eso sería inaudito en este país.
- No podía Ud. haberlo explicado mejor
- Ahora, por favor, escanea
estos documentos, por si podemos publicarlos, porque igual nos censuran
- Vale, ya bajo- dijo Manuel,
haciendo acopio de unas carpetas con muestras de malhumor.
Los becarios de la Facultad de
Ciencias de la Información siempre se quejarían de que la fotocopiadora con escáner
estuviera en el sótano
Inspirado en una conversación real
Y vamos pasando hojas de una historia que cada vez tiene mas páginas para reciclar, quizá deberíamos cerrar el libro. Sueño que se para el mundo y apeamos a los idiotas, luego me veo a mi misma bajando las escaleras. Un abrazo
ResponderEliminarLos idiotas somos muchos, y los listos se salen con la suya en demasiadas ocasiones, pero como puede comprenderse, ese país no existe, porque el descrédito que tendría una Universidad con una ficción así, sería monumental. No creo que una Universidad, a fecha de hoy, y en Europa, pudiera estar haciendo tal ridículo
EliminarBajaremos las escaleras, como seguramente lo haría quien siguiendo órdenes, hubiera cometido delito de falsedad en documento público. Un delito, sin duda. Un abrazo
Esta historia todavía está inconclusa, hay capítulos por añadir...:)
ResponderEliminarPodrás hacer una saga interesante, siempre que no se canse el becario de bajar y subir escaleras.
La susodicha, que creo que sé a quién te refieres, le interesaba el master para poder ser profesora, eso era cuando la continuidad de su carrera política no estaba tan clara.
Un beso.
Claro, es que las puertas giratorias no dan para todos, alguno, al retirarse de la política, habrá que endosarse en universidades, y sin máster no hay doctorado ni cátedra. Pero en ese país imaginario también se puede dar que la política se judicializase, y problemas graves estén manos de jueces, o de interpretación de delitos según los países.
EliminarSon países de pandereta, que no debían existir ya, a estas alturas del partido. Un beso
Lo que más me impresiona es la cara de cemento de la interfecta. Todavía osa decir que no tuvo trato de favor. Le regalan un titulo, sin dar un palo al agua, ella lo acepta y encima culpa a la Universidad.
ResponderEliminarY se auto nombra adalid contra la corrupción. De vergüenza.
Besos.
Bueno, estos países son pocos, afortunadamente. Te paso link de casos de dimisión en países normales https://www.elplural.com/politica/2018/04/05/los-politicos-que-dimitieron-por-plagiar-una-tesis-o-falsear-el-curriculum-y-no
EliminarBesos
En España ha pasado, con alguien de un gobierno de un partido corrupto, que seguimos votando mayoritariamente, con una oposición de partidos corruptos, y unos separatistas de partidos corruptos. Toda esa corrupción la votamos. Se va votando según la sensación que cada ciudadano tiene sobre un baremo de corrupción individual. Lo de la Universidad demuestra que la corrupción no está instalada sólo en la política.
ResponderEliminarPor otro lado, ya se sabe lo que ocurre en la s universidades, las injusticias con las cátedras, con los becarios, como se "paga" en ellos las enemistades de los cátedros, etc, etc, etc...
Otro día hablaremos de los empresarios, de los sinvergüenzas de los promotores de viviendas...
Un saludo.
Ese país, ficticio, en mi texto, tiene una corrupción endémica, y en parte por la impunidad con la que se han ido de rositas los que la han practicado, y practican. Los votantes pierden horas hablando de posturas o trapos de unas reinas, por decir un tema banal, y no sé si, como dices, han de elegir entre partidos no por programas electorales sino por quién creen que está menos afectado por la corrupción en sus filas
EliminarUn pena. Los becarios, o las empresas que los contratan con nulas garantías y sin cotizaciones normales, también se dan en los ficticios países que hablamos. Un saludo
Y qué cierto aquello de que la realidad supera a la ficción… Uno ya no sabe hacia dónde mirar, y a qué o quién creer, pero, lo peor de todo, es que la mayoría quedan indemnes (y lo que se reirán a nuestra costa)
ResponderEliminarBuena historia, que visto lo visto, la vivimos a diario...
Bsoss y abrazos, y muy feliz finde, querida amiga 😘
La impunidad o el precio muy bajo de ser corrupto es una lacra. Yo creía que los políticos debían ser personas intachables, porque son mirados, votados y pagados por la ciudadanía, pero hay países en los que a los honestos se les ve como un idiota.
EliminarUn beso grande, y muy feliz finde
Los honestos o se corrompen o se marchan aborrecidos, porque no tienen cabida.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hasta ahora ha sido así. Te explico un caso. Una partida de alumbrado público en un pueblo. Se presenta un presupuesto, el alcalde exige que se infle con un tanto por ciento, pequeño, para su uso, el contratista se niega en redondo, y el alcalde automáticamente le avisa de que su negativa hace imposible que vuelvan a aceptarle ningún trabajo. Que ni lo intente. Así fue. Jamás le aceptaron presupuesto alguno ni ese ayuntamiento ni los de su alrededor del mismo partido.
EliminarLos honestos, llegado un tema moral de ética, se alejaban de la política, y así nos ha ido. Un abrazo
Al final acabaremos escupiendo en esta asquerosa democracia.
ResponderEliminarBesos.
Nos falta mucho camino para tener integrada la democracia. No me cabe duda, porque ciertas cosas, procesos ahora abiertos, llevaron hasta a jueces a inhabilitaciones.
EliminarUn pena. Un beso
Y lo peor de todo es que aquí nadie dimite, todo se tolera, y se pasa página ¿pero cómo podemos consentir tanto? te juro que cada día estoy más asqueada de las cosas que están pasando en España.
ResponderEliminarBesos enormes.
Pues hay momentos en que uno no entiende a las votaciones. Mejor dicho, a los votantes de algunos partidos. Es un problema eso de la corrupción y el amiguismo que sigue campando por nuestros lares. Son como cortijos. El amo hace y deshace. Sin más.
EliminarUn beso, dulce María.