Los chavales se habían organizado, como otras veces. Se trataba de una ocurrencia intrascendente, sin otro objetivo que echar unas risas. Se trataba de una broma propia de chiquillos, a pesar de haber cumplido los doce años. El instituto les quedaba grande a sus rodillas peladas, por heridas de carreras enconadas para pillarse en el patio.
Era tan sencillo como repetido. Poner la bolsa de papel inflada en la silla de la maestra, para esperar la detonación posterior, con el conocido sonido intestinal y reír por horas, al recordarlo. Sin embargo algo fue mal. El profesor era el director, y no la señorita Eva, y además no llegó a sentarse en el sillón, ni una cara lívida y posterior caída del profe sobre la tarima auspiciaba un final con risas. Pronto otras detonaciones perforaron la ventana del aula, ante la consternación de los bromistas, quienes se escondieron, como el resto de alumnos bajo los pupitres, sin comprender.
Las noticias insistían en que un alumno del último curso, había entrado en el centro de secundaria, armado con una automática robada al padre, un guardia civil de intachable historial. Ese día, cuatro chavales volvieron a casa siendo adultos, y mantuvieron el ceño ceñido durante semanas.
El guardia civil de intachable historial haría bien en guardar mejor la automática.
ResponderEliminarBesos.
Las armas son un peligro siempre, en manos de un joven, tal vez enfadado, pueden ser una tragedia, donde lo de menos son los chavales bromista.
EliminarUn beso
Las armas, siempre lo más lejos posible y si no existen mejor.
ResponderEliminarUn beso.
No conducen a nada bueno. Aquí a unos chavales les roba la infancia de cuajo.
EliminarUn beso
Las armas son siempre un peligro y no solo las de fuego. Cualquier objeto cortante, un cuchillo de cocina, un cutter, unas tijeras, pueden convertirse, en las manos de un demente, en un arma mortal. Tendríamos que preguntarnos que hemos hecho mal y que seguimos haciendo mal para tener una sociedad tan enferma.
ResponderEliminarUn abrazo
La sociedad está enferma.estoy de acuerdo. Las armas son muchas, incluso psicológicas. Hacer daño parece un deporte, cuando sabemos que el bien redunda en mejoría de uno mismo.
EliminarUn abrazo grande. Feliz lunes
Es un relato y como tal lo debemos tomar, no es el caso entrar en que los guardia civiles no tiene armas largas en su domicilio, que tampoco son necesarias si alguien quiere hacer daño, que afortunadamente esos sucesos son escasos aunque con uno ya sobra uno. El relato que es a lo que venimos, está muy bien planteado, empiezas con un nivel alto de optimismo y repentinamente llega un final (triste) casi sin pasar por casi por el conflicto. Abrazos
ResponderEliminarEs la mirada del chaval. La infancia busca ruidos, gusta de petardos, de sensaciones sonoras, de la compañía de un grupito donde expresar su malicia aún infantil. A veces hay un suceso, casi siempre trágico, que les lleva a madurar a mamporros. Ese era el tema, aunque, tal vez los tiros fueron excesivos. Bueno, para un niño sirio no habrían sido novedad ni la broma pudiera haberse urdido en mi texto.
EliminarUn abrazo y feliz martes
Es triste que la madurez no llegue poco a poco, cuando le toque.
ResponderEliminarUn abrazo.
la madurez a golpe de mamporros no debería llegar nunca. El tiempo de sentirse niño durante años, conviviendo con la adultez sólo a ratos es la manera de llegar a madurar sin traumas.
EliminarUn abrazo
Es triste eso de los niños que quieren jugar y la vida que les mutila la niñez.
ResponderEliminarHay millones de niños en esa situación. Los niños soldados es la versión más perversa de lo triste que llega a ser alguna realidad.
EliminarUn abrazo y feliz martes
Desgraciadamente, ahora no hace falta una automática robada, para hacer un daño irreparable, se puede hacer con ese "móvil" al que todos tienen derecho a partir de los 12 años.
ResponderEliminarBrillante relato.
Besos.
No hace falta una pistola, en efecto. Muchos chavales, sobre todo chicas, descubren de manera súbita que la infancia se les escurrió entre los dedos por alguien que abusa de su inocencia y su inexperiencia. La maldad se ejerce en muchos flancos, así que crecer de golpe no precisa de asesinatos en directo, que cada vez son más los que se asoman a través de las pantallas.
EliminarBesos
Y además, muchas veces, por circunstancias que marcarán sus vidas… Son tantos los ámbitos y situaciones en las que a esos niños les es arrebatado el derecho natural de la infancia…
ResponderEliminarMuy bueno, querida amiga. Un drástico giro que no deja indiferente…
Bsoss enormes, y muy feliz noche.
Es cierto, Ginebra. No tiene que ser una broma convertida en tragedia, pero era una manera de hacer visible la necesidad de traspasar la barrera de la infancia a golpe de coces de la vida.
EliminarMe alegra te gustara. Un beso grande y feliz miércoles
Es triste que haya gente que haga daño a niños o jóvenes, rompiendo su inocencia, que en lugar de jugar tengan que aprender de la maldad, y es que hay armas que son balas con palabras.
ResponderEliminarUn placer disfrutar de tus texto.
Besos enormes.
Nadie debería hacerse adulto tan de golpe, porque hay demasiado tiempo para ser mayor. La adolescencia se ha alargado, y a veces pienso que en exceso, pero cuando uno calcula el tiempo de adultez que hay que pasar, con responsabilidades, casi que me parece bien.
EliminarUn beso grande, María