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miércoles, 28 de agosto de 2019

Mentiras en jueves

Tomado del blog de Juan Carlos, Y qué te cuento

Siguiendo una iniciativa de Juan Carlos, les paso este post, reeditado de 2011, pero que me ha parercido adecuado.

Buenas noches. Me ha costado venir a “ Sinceros Anónimos”. Me llamo Luis y fue mi familia  quien insistió en que debo asistir a esta terapia. Bueno…la poca familia que aún me apoya porque como bien sabéis, la sinceridad es muy difícil de sobrellevar. Como sincero compulsivo soy incapaz de mentir, aunque sea ligeramente, o incluso por piedad. Quizá con vuestra ayuda sea capaz de dar un giro a mi vida y solucionar mi problema.

Soy incapaz de mentirle a nadie, ni a propios ni a extraños, ni en temas trascendentales ni en cuestiones frívolas. Me parece inmoral y no puedo evitar ser sincero.

Tuve una novia que procuraba entender que esa sinceridad compulsiva yo no podía controlarla  pero tras varios meses me dejó. Dije que sí a la pregunta “-¿Estoy gorda?”, por citar tan sólo un ejemplo. Ya presentía que mis respuestas le dolerían, pero es que pensar en no decirle la verdad me provocaba un dolor de estómago insufrible. Durante mucho tiempo me consolé pensando que la culpa era suya: si no quería saber las respuestas, ¿para qué formulaba las preguntas? Pero hoy por hoy quizá mi respuesta a su posible gordura  hubiera sido “ estás muy guapa”, que también era cierto.

Los ejemplos son incontables. Aquel camarero asiático me preguntó si lo había tomado por tonto cuando cuestioné su afirmación de que su comida china de mi plato era de gran calidad ...  claro, respondí sinceramente, pero al llegar a casa tuve que ponerme hielo en el ojo izquierdo. Eso sí, hielo de primera calidad.  O aquella amiga que perdí cuando me preguntó si su gato era adorable. ¿Cómo iba a decirle que sí, si era uno de esos felinos sin pelo?. Era horrible y me produjo asco. Mi estrategia de permanecer callado ha fallado: a veces lo toman por indiferencia, o no he podido evitar que un ademán de mi cabeza responda por mí, con lo cual no he tenido más remedio que terminar dando explicaciones por mi gesto y volver al problema de siempre. En fin, gracias por la acogida.

María, la tutora de la terapia, le dirigió unas palabras:
-En primer lugar, darte la bienvenida Pedro. Está claro que tu problema es grave pero entre todos la encontraremos. Ya has dado el primer paso. De nuevo, bienvenido a “Mentirosos Anónimos””.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Esbozos

Imagen de Aquí
He querido dibujarte, con un carboncillo olvidado en un plumier, y con  más pena que gloria. El bloc estaba abarquillándose por el tiempo. He mirado a mis dedos artrósicos y al boceto alternativamente. O me traicionan ellos o los  recuerdos se me  confunden entre los verdugones de los años, he pensado. Tu cara, que ahora encuentro ajena, ni me mira. Arranco el papel, quedando pedacitos en la espiral metálica.  Esa espiral, con su vertical visión del mundo, la que divide la realidad de lo que sucedió.

Quedo exhausto y pensativo ante un pobre esbozo  de ti, arrugado en la papelera, que nada me dice, y con un dolor derramando  escarcha entre mis falanges y aquella instantánea, nosotros, de los dos jóvenes asomados a una noche cuajada de estrellas.

Mañana, en el café de la esquina, tal vez intente volver a recordarte, a recuperar las líneas de tu torso mientras posabas, cantando... esa canción, sí, esa que ahora no recuerdo.

La luna se asoma entre las cortinas y mi necesidad de no olvidarte, de no olvidarme, de no olvidarnos.

jueves, 1 de agosto de 2019

Los tres tenores, en jueves

Siguiendo una propuesta de Dorotea  para este jueves, mi propuesta es para el número tres, que aquí, no son multitud :-), diría la princesa Diana de Inglaterra.


Julio de 1990, en las termas de Caracalla, en Roma 

Cuenta la leyenda que Puccini quiso hacer una ópera con un cuento chino, del Pekin, cuando Turandot, la pura, hija del emperador, ha de casarse con quien resuelva los acertijos que ella propone. Sin embargo, quien no acierte, será degollado por un hacha, rezaba el pregón. Así van pasando los pretendientes, de uno en uno, por palacio, como, igualmente, sus cabezas iban rodando de una en una. Sería muy bella, pero ganas de casarse tendría pocas. 
Un día, Calaf, un príncipe lejano y desconocido, rendido a su pies como tantos antes que él, enamorado de su semblante, logra adivinar los enigmas planeados por la exigente princesa.
  
-¿Qué es lo que nace cada noche, muere cada amanecer para renacer en el corazón?
- La esperanza, había contestado el joven
-¿Qué brilla, es ímpetu y ardor, como una llama, pero no es fuego? 
- La sangre, mi señora.
-¿Qué es como el hielo, pero te hace arder? El hielo que enciende tu llama 
- Eres tú, mi bella Turandot.

Ella rehúsa cumplir su palabra de desposarse con el vencedor, porque es extranjero, alude la princesa. El príncipe lejano, viéndola dudar, le propone un nuevo enigma, que ha de resolver ella. Si adivina su nombre, él morirá y ella quedará libre de su promesa. Los pregoneros buscan por todas partes quien conozca al joven. "Nessun dorma" (Nadie duerma),  iban gritando. Que no duerma nadie hasta saber el nombre. El joven, apostado en una escalera, contemplaba la luna y las estrellas, ansiando que llegue la mañana, seguro de su triunfo y con el alma henchida de dulces anhelos prendidos en las estrellas lejanas, que parecen poder ser tocadas..

Con el sol en el horizonte, Calaf le declara su amor. Ella insiste en que se vaya, pero él acaba confesando su nombre, dispuesto a morir. Ella, al fin,  conmovido su corazón de hielo, proclama que el verdadero nombre de su valiente príncipe, ha de ser Amor.

Como andamos medio de vacaciones, un texto sencillo, que no deja de tener moraleja, además de unas voces de ensueño. Estrenamos mes. Que sea gozoso y dulce. Deseo un feliz verano a todos, y mejores vacaciones a quienes las disfruten. Si ven que este blog va a medio gas, no teman, que nos leemos a la vuelta. :-)