Translate

jueves, 31 de marzo de 2022

En volandas

 


Te imagino.

Con tu sonrisa

Y con tu pelo oscuro.

 

Probaré a llamarte un día.

Cuando el sol ande despierto

ante unas nubes de algodón blanco,

y las gaviotas vuelen

rasantes y despeinadas.

 

Entre mi sueño

y tu vigilia azulada,

dejo mi corazón en apnea,

esperando un tren sin nombre

ante una vía de esperanza.

 

Rompo los relojes.

Con la alegría

de traerte... en volandas.

lunes, 28 de marzo de 2022

Sin palabras, en jueves



Siguiendo la propuesta de Neogéminis, sobre la comunicación no verbal,  mi aportación es la que sigue. Estaré fuera y no sé cuánto podré estar al tanto del blog.

Era noche cerrada y Luis se había ido del pub, cabreado no recuerdo por qué. Se cabreaba mucho. Él regresaba al hotel y yo miraba la hora. Las doce y diez, la noche podría seguir un poquito más, me dije, y me despedí de él con un beso leve en los labios.

El tipo que me miraba desde la barra se acercó a la pequeña mesa, donde quedaba una pinta vacía, y la mía casi intacta. Mal vamos, me dije, porque como no sepa español lo tendremos crudo.

Él no sabía ni patata, pero mi inglés no llegaba a macarrónico.  Creí que sería un hándicap insalvable, pero no.  Hablamos de mi ciudad, y de su barrio. Luego supimos del novio del otro. Y nos dieron las tres, sin darnos cuenta. En la calle, sentados en el suelo, con las espaldas apoyadas en la pared del pub seguimos hablando, con pocas, casi ninguna palabra, porque el Google traductor no existía. Ni Internet. Y nos dieron las cuatro, con una humedad de la acera que se filtraba hasta mi ropa interior, y unas caricias de manos, que hablaban solas. Luego los labios se saludaron, y se conocieron, y se desbordaron.

Y nos dieron las cinco en la puerta de su casa, moqueta horrible, cama decente, edredón de fábula, y su piel de una tibieza imposible de describir, como un peluche cerca de una chimenea. Y a mí me dieron las seis con la angustia de que el avión despegaba a las nueve, y de qué estaría sufriendo mi novio.

Y nos dieron las siete con un desperezar de gato y sin ducharme, con su teléfono anotado en un kleenex dentro de mi bolsillo y una sensación de culpa morrocotuda. Me dieron las ocho en la puerta del hotel. Luis llegaba en ese instante, había pasado la noche con la taxista.

Y nos dieron las nueve dentro de un avión sin saber qué decirnos, a pesar del idioma común.   Luis vive en Londres desde hace años y Charles llegó a Barcelona con bastante español aprendido. Mañana hará veinticinco años de nuestra boda.

 

Palabras 347

 


sábado, 26 de marzo de 2022

Tarde tras los cristales.

 



La tarde me regresa

la brisa suave

que ilusionó mi ventana

vistiéndola de azul.

 

Ligera y perfumada,

sonando a mar calmo

dejando sin nubes

el cielo que avisto.

 

Las avecillas, alertas,

susurran tu nombre.

Las amapolas tempranas

vuelven a nacer.

 

Engalanando la tarde,

anidando en tu boca,

serenando mis sístoles

con su dulce canción.

 

jueves, 24 de marzo de 2022

Conversaciones de hotel, en jueves

 


Siguiendo la propuesta de Dorotea de conversaciones de hotel, mi aportación es la que sigue.

14,30 Hotel Mediodía, Madrid

Teléfono. Luis ─ Menos mal que llegué. Vengo sudado y sucio. ¿llegaste bien?

Al otro lado del teléfono. Paula. ─ Muy bien, pero mi marido está muy pesado. ¿la 408?

─Sí, como siempre.

─Pues una duchita, y andando. Que no tardo nada.

La tarde se fue frunciendo en tonos naranjas a medida que el sol se iba retirando. Era, como siempre, una maratón de besos, piernas enlazadas, suspiros y jadeos, que hasta el sordo del cuarto contiguo pudo escuchar. Con cierta envidia, dicho sea de paso, porque era un viajante mayor y con achaques.

Luis se quedó dormido, profundamente, tal vez por la agotadora cita afectiva, tal vez por los asientos del tren matinal. Ella dejaba el hotel, como siempre, sobre las ocho.

20,20

Suena la puerta, con nudillos bruscos y sonoros

Luis abre la puerta─ Pero ¿qué pasa?

Gerente ─ Le he preparado otra habitación, pero ha de desalojar este cuarto ahora mismo. Prepare su maleta.

Un policía que entró con el gerente pregunta mientras mira el aseo

─ ¿Se ha duchado ya?

─ Pues sí, venía muy cansado. Y acaben de una vez, estoy agotado.

─ Pues hemos de tomarle las huellas, porque hay una investigación abierta por asesinato en esta planta. Tendrá que acompañarme a comisaría

─Ni lo sueñe. Yo no soy un asesino, no me joda. Pregunten a Paula, no hemos salido de aquí en toda la tarde.

─ Ha aparecido muerta una mujer en el ascensor de esta planta, y hemos de inspeccionar todas las habitaciones. Y tomar sus huellas.

─No, llévese mi vaso del lavabo y las mira, yo no voy a ningún lado. Pero ¿y Paula?

─Es lo queremos saber, qué pasó con Paula Salazar.

Sólo al salir de la habitación Luis vio la lucecita roja en la esquina, “esas cámaras, cada vez más disimuladas”, se dijo, rumbo a una noche de verdad inolvidable.

Palabras 310


miércoles, 23 de marzo de 2022

Cinco palabras solidarias 3

 


Siguiendo la propuesta de Cinco palabras solidarias, mi aportación es la que sigue

Pusieron a prueba tu LEALTAD, apelando a tu VALOR. Ser militar era tu acto de LIBERTAD. Lo elegiste. Cuando viste el desastre que provocaban tus bombas, entendiste la SABIDURÍA de tu padre cuando te aconsejó desertar. 

Ahora, cuando sueñas con cuerpos destrozados, te pides PACIENCIA para superar el daño hecho.  Muy tarde para los civiles que dejaste como reguero de migas de pan.

 

Palabras: 63



martes, 22 de marzo de 2022

Unas reseñas, que agradezco infinito

 


Está siendo un poco complicado eso de adquirir el poemario, pero aunque en Amazon sólo hay una reseña, que copio, de mi buena amiga Susana, he recibido algunas más.

Revisado en España el 10 de enero de 2022

EL MAR COMO ANTOLOGÍA.Sigo a la autora desde hace muchos años, desde nuestros tiempos underground. De golpe ha lanzado sus dos primeros libros casi seguidos, una antología de relatos, magnífica, "Besos usados en hilera" y este poemario que, aunque no se indica en ningún sitio, para mí es una antología que abarca, yo creo, casi toda la vida de la autora. De ahí, quizá, el título, con el mar engulléndolo todo. Hay sonetos: Yo cabalgo la savia de tu cuerpo/ como bajo una lluvia de amapolas... Y poemas de una niña de quince años rebelándose contra la autoridad paterna, en la época de las rebeldías: No eres quien me hace daño / aunque es tu mano quien me agarra... Una sombra duerme indefensa/ bajo mi almohada... O el amor lleno de olas impetuosas de la juventud: Trayecto de manos y jadeos/oleaje de somier/ rodar de cuerpos y de sábanas...
Y llega la adultez, donde se le cae la sábana a todos los espejos: Cuando descubrí, más tarde/ que echarse a llorar no sirve...
A mí, los versos que más me llegan los traen las olas del amor: ... midiendo las distancias / entre mi sed y tu boca ... / el ave de las olas / se acicaló de luces.... Dando cuerda a este reloj /carente de geometría / que habita en el corazón.... Cuando desabrochas mi piel / dejo que las sombras se diluyan... Llegabas a Barcerlona / y un mundo despertaba / entre arrebatos de palomas... Cuando me alces en tus brazos / crujirán las maderas / con sus termitas derrotadas.
La muerte centellea de golpe: ...Me deja sin cobijo / sin alero donde resanarme / sin un rincón que sienta tibio.
Y también la desesperanza, en un libro mayormente luminoso: Hoy sin mañana, ni ayer, ni fin.
Una antología variada, revoltosa, con una frondosidad de palabras, de imágenes, que a veces abruma, también hay versos que me llegan menos: historias de otros, moralinas, descripciones bellísimas, pero más frías...
Pero cuando llega la ola del amor, sube la marea, hasta engullirte: Mi mano era un cráter / de mil lunas imposibles / hechas de lágrimas suicidas / vertidas en cualquier mar...

DE CHELO DE LA TORRE
"Rumores de Pleamar" de Maripau Gonzalez. Poemas escritos a lo largos de los años y recopilados en este libro. Poemas en los que la autora va haciendo un recorrido por sus despertares, por sus sentires , en definitiva, por su vida y ahora desde su madurez como mujer y como escritora nos hace partícipes de ellos."
En un despertar dormido
Amo la gravedad de los silencios.
Esas reválidas, así aprobadas,
entre posos del café recién molido.
El hambre de luz que no hay quien sacie,
en las insomnes noches sin visillos.
Me subyuga la sed por otros labios.
La dulce tentación de pies descalzos,
tras un amor pasado y derretido.
Las notas de la noche en los pianos,
y sus sones, nutriendo mis latidos.
Para que os sea más fácil conseguirlo os dejo el enlace de compra
¡¡¡Enhorabuena por este nuevo alumbramiento y mucho éxito con él!!!

De LUNA
Por fin tengo en mis manos el poemario de la excelente escritora Maripau Gonzalez " Rumores de pleamar". Se hizo rogar el envío pero hoy por fin lo he recibido!
Los relatos y poemas de Maripau, son especialmente bellos, tiene una fuente inagotable de inspiraciones...
Deseando comenzarlo!
"Rumores de pleamar" te lleva de la mano al particular e íntimo mundo de Maripau.
Te deslizas por esos oleajes poéticos, por el olor salado del mar, por esas mareas que te sumen en la calma o en la pasión.
Un viaje a los sentimientos teniendo como fondo el mar en toda su plenitud.
He disfrutado mucho de su lectura, sus poemas te acompañan, te identifican en el sentir.
No dejes de leerlo!

DE THERES TRAMOS salud y alegría

Del cuento para ser feliz, extraigo este párrafo :
Quiero comer con perdices
Y entonar la realidad
de los finales felices.
Siempre que sea libertad.
Así, bajando o subiendo,
acompaso mis latidos.
Con mil dosis de esperanza.

De ALFRED COMERMA

Un libro para leer con la carencia de las olas, como ellas yendo y viniendo, 

así nuestros ojos disfrutan leyendo en las olas de este pleamar,

que nos trae todo tipo de buenas vibraciones.

Pues incluso en los desacuerdos o decepciones, una razón de peso nos los justifica, 

de forma harto sensible.

En mis lecturas y relecturas, las sensaciones han variado lo suficiente, 

para ir captando entre humedades marinas, los rayos de sol reflejados en sus aguas.

Un poemario para saborear lentamente, como quién se come un bombón, 

pues como tal se saborea, lentamente y en boca, casi leyendo en voz alta.

Lo recomiendo por que hay mucha sinceridad en sus versos, propia y sentida, 

reconociendo también la ajena, con ese toque de melancolía entre lo que fue y lo pudo ser.

A tener en cuenta el aclarador prólogo de la escritora y poeta Lucia de Luna.

De este poemario que encierra la muestra de toda una vida, 

desde edades tempranas hasta la madurez creativa.


...Como un fruto maduro,

aún sin pasado,

los versos se tejen,

con el albor de la voz

en tinta china.

Ilusiones nuevas,

desnudas, sin moratones,

cargando las baterías, 

con sabor a la alegría

de saber que, en los rincones,

se alimentan los sabores

de la poesía recién tejida.


De Amaneciendo

Maripau Gonzalez



De ESTER, AUTODIDACTA

Un poemario y una escritora Maripau, una bloguera activa y ya una amiga. 

Ya le hemos dado una lectura serena y algún que otro repaso, son más de cien poesías y ello requiere distancia entre una y otra para desglosar momentos; ya podemos hablar del libro, que de su autora ya sabemos algo, conocida y valorada por todos los que pasáis por estos pagos.

Olvidemos sus relatos, buenos imposible, pero centrémonos en sus poemas, se ha volcado en ellos con el alma y la intención, escribe con la sensatez puesta y el cuidado de hacerlo bien, dice que los hay antiguos, de tiempos pasados y otros de ahora. Ninguno se puede quedar fuera de la lectura.

El mar está presente desde su título: Rumores de pleamar y os aconsejo su lectura porque son poemas variopintos que nos hacen compañía.

Se puede comprar aquí y os lo aconsejo, se que me daréis las gracias, os dejo una muestra para que os vayáis animando   

CASCADA DE BESOS CON CARACOLAS

Se dejó caer,

por un lado de la cama,

desabrochando recuerdos.

Notando como una manta

de sensaciones de espuma,

y de besos en cascada,

iba inundando pliegues

al filo de la mañana

con sonido a cascabeles

de agua y sábanas blancas.

Cuando se sintió rodeada

de besos arracimados,

sentados en su ventana,

de besos de frutas rojas,

de besos de albahaca,

de vainilla y hierbabuena.

De miel y canela en rama

se mantuvo en apnea

por detener la mañana.

Lo justo para que el sol

 renaciendo con el alba,

la encontrara empapada

en un arco iris de agua,

y amapolas en volandas.


DE ANA TORRES

Rumores de pleamar de Maripau Gonzalez
Un repertorio de poemas donde Maripau se descubre desde la adolescencia hasta la madurez con majestuosidad. Leerla es como introducirse en ese mar al que tanto amor le profesa y sentir los diversos cambios de sus mareas.



Faltan reseñas, que iré recopilando, pero que llegaron a mi corazón de gelatina y quise agradecer en el momento.
Lo que os pido es que comenteís y valoreís en Amazon. Sirve para que otras personas se animen a comprar, por supuesto, si os gustó. GRACIAS.


jueves, 17 de marzo de 2022

Sin recordarte, Amanda, en jueves

 


Siguiendo la propuesta para este jueves de Amores y relaciones de Myriam, mi aportación sobre fábricas es la que sigue

Te voy a recordar, Joana, sin calle mojada ni llamándote Amanda, pero corriendo a la fábrica donde trabajabas con Celestina, tu hermana mayor y coqueta. Pasabas ante las trincheras aún por desbaratar, y con el frío de un invierno, impostado, en tu corazón. No habías podido dejar atrás aún el sonido de las últimas bombas, pero una canción de amor se te instalaba en el cielo del paladar, junto al sabor a hierro y cierto regusto a orines.

Aprendiste a no mirar lo que te rodaba, salvo tus zapatones, un, dos, un, dos, mientras los de ella sonaban clic, clac por la avenida. Dejaste de cargar con la miseria de la posguerra, con las hambrunas y los piojos, y te adentrabas en la fábrica textil cada día, al rayar el alba. Te ponías a hacer nudos en la máquina, ese telar tan largo, tan ruidoso y tan implacable.

Cuando un día te siguió el joven de sombrero ladeado supiste que un tic tac nuevo nacía en tu corazón. Y a partir de ese día creíste ver cómo telar y latidos, se acoplaban sincopados, esperanzados, hasta que sonaba la sirena.

De vuelta a tu casa, acompañada por él,  tu sonrisa ancha iluminaba la carretera de Sants. Mucho más que las farolas de gas, hasta hacerte florecer.

Palabras 212

Por Victor Jara, una canción en el recuerdo.


miércoles, 16 de marzo de 2022

El agharti para cinco palabras solidarias

 


Para Cinco palabras solidarias

Arqueólogos lejanos, aventureros del Oriente, con sus saberes Ocultos, los Sabios enseñaban los misterios del Agharti, como Viajeros de un tiempo perdido. Dejaban en mis manos el árbol de la vida. Como el magma primigenio de donde surgió el ser humano.

Palabras: 41

Busqué Agharti, o teoría de la tierra hueca


martes, 15 de marzo de 2022

Fui una piedra, para Sindel



Siguiendo la propuesta semanal de  Sindel sobre la piedra, mi aportación es la que sigue

Fui una piedra, de mármol, blanquecina y con vetas grises. Estaba en Carrara sin más que hacer que ser feliz. Un tipo me eligió, y me llevaron a Roma, donde ese loco de Miguel Ángel se empecinó en hacerme escultura, con cincel y vista, sensibilidad y tiempo, cariño y religiosidad,  y acabé como una de las más famosas obras del pintor longevo, tozudo y preciosista. Un año tardó en verme transformada en La Piedad, Sólo me miran de frente, cuando en mi dorso es donde se mantuvo mejor mi esencia.   

Pero soy una piedra, no puedo dejar de serlo, y en las noches, con el Vaticano cerrado, la Basílica de San Pedro vacía y la luna asomando queda, escucho el campo y la brisa de mi pueblo, y añoro ser la mole anónima que ya nunca podré volver a ser.    


Imagen de Aquí


 

En menos de un minuto

 


Te vi unos instantes.

No llegó  a un minuto.

Y no se detuvo el mundo.

Ni se acabó guerra alguna.

Ni se modificó la historia.

Ni se pararon los relojes

Ni se inició un desarme.

Ni nada importante hubo.

 

Pero se rompió la quimera

Con tu sonrisa de seda,

alada.

Con ese hola en tu boca,

blanca.

E imaginé tu abrazo,

limpio.

Y casi dibujé tu talle,

fuerte

Y la tarde se volvió ligera,

e irisada.

 

Y te dije que no importan

los fallos técnicos.

Ni las dificultades

que el destino traiga,

si tu voz, de terciopelo

me acaricia la mirada.


jueves, 10 de marzo de 2022

Los frutos secos

 


Siguiendo la propusta de Tintero de oro, mi aportación es la que sigue

El portero abrió la puerta del ascensor vetusto, y al hacerlo, vio a la mujer en el suelo. Con el rímel corrido, las medias de rejilla torcidas y la falda dejando ver unos muslos acotados por la cintilla negra de las medias. La blusa, con lazo, yacía desmadejada y el olor a Opium le hizo recordad a una amiga. Fue un instante, pero todos esos detalles llegaron a su mente a la vez. Interpretó algo así como “una mujer borracha, seguramente amiga del alemán del quinto”.

Estaba fría.  Llamó a la policía. La muerte fue por ingerir nueces. Accidental.

Patricia había invitado a un pastel casero a esa mujer que se identificó como tasadora de la inmobiliaria a la que llamó. Su marido, Felipe, no llegó a enterarse del percance. Ni de la visita en su casa, ni de la identidad de la mujer del ascensor. Tenía una aventura inocente con una mujer que trabajaba en la inmobiliaria de la calle Valencia, ya que, a base de coincidir con ella en el bar cercano, habían intimado mucho, hasta ser íntimos también en la cama exactamente.

Ese lunes un marido quedaba viudo, mientras otro, casado con Patricia, esperaba en vano la llegada de su amante en el hotel de siempre. El de cada jueves. Y un director de agencia de inmobiliaria buscaba a quien sustituyera a la argentina visceral que no llevaba su adrenalina por si ingería frutos secos

 

 Palabras 238 . Quité bastantes para no llegar a 250 


miércoles, 9 de marzo de 2022

Fotos ganadoras en jueves

 


Siguiendo la propuesta de Molí del canyer sobre una foto premiada, mi aportación es la que sigue.
 

Esta vez será la definitiva ─le dijo Pablo a su mujer y a los dos hijos. 

Volvió a pagar para cruzar la frontera en balsa. El destino era USA desde que nació la pequeña Paulina, hace ya seis años.

La primera vez les abandonaron en el desierto de Texas, logrando sobrevivir de milagro. Les regresaron a la ciudad fronteriza de Laredo, donde los padres trabajaron, viviendo en una habitación sin ventilación durante los últimos tres años.

No había vuelta atrás, habían atravesado todo México, partiendo de Nicaragua, huyendo de un futuro que no llegó jamás.   Habían quemado todas sus naves. Pidieron  dinero a la familia, malvendieron su casa y su coche, así que sólo les quedaba seguir o perecer.

En Roma, ciudad ante el río Grande ya no había ninguna posibilidad de abortar la huida. El Coyote les alargó una barquita como de playa, y tras montarse en ella los cuatro, les empujó hacia el centro del río.  

La balsita volcó, y la madre y el chaval se alejaron río abajo, hacia la desembocadura lejana. Paulina, sujetada por un padre aterrorizado, miraba cómo su mamá se perdía en la distancia. No sabía si tenía que llorar o no, porque no ha tenido tiempo de saber lo que es una infancia  normal.

 

Palabras 208

lunes, 7 de marzo de 2022

Cinco palabras solidarias2



Siguiendo la propuesta de Escribe tu relato solidaro

Miré a esa LIBÉLULA jugando divertida. Recordé al verla el MAMOTRETO de mi padre, con todos los seres vivos fotografiados y que tanto me entretuvo de niña, cuando me escondía en el  PASADIZO que comunicaba la casona con el establo. Allí jugaba a mil cosas. Mi juego favorito era poner una alfombra en el suelo, e imaginar que era una   CANOA. También me gustaba colocar una caja como fortaleza y llevar una ALCACHOFA robada de la cocina, y que fuera una granada de una guerra inventada. 

Santa inocencia, me dijo ahora, oyendo a lo lejos las bombas sobre mi ciudad.

Palabras 100

sábado, 5 de marzo de 2022

Cinco palabras solidarias



Siguiendo a Chelo  del blog Cincopalabras solidarias mi aportación es la que sigue

Esta vez no era TEATRO. Era la realidad, espeluznante, sórdida, salvaje y absurda. La MÚSICA estaba inmersa en tambores de guerra, cuando el BAILARÍN perdió sus zapatos de CLAQUÉ y le obligaron a tomar un fusil.

Para defender a la patria, le dijeron, sería un héroe, le recompensarían si caía en la guerra contra Ucrania.  Por una vez decidió  ACTUAR , sin libreto, sin partitura ni coreografía. Esta vez se quitó la ropa, y se diluyó entre los patriotas que defendían la libertad.


Y seguiré mi novela. Crucen los  dedos, necesito suerte :-)

 

La ilusión tiene nombre de mujer

 


Estaba dando a luz en ese refugio. Las bombas resonaban en sus oídos, y en su interior. Rezó, con la ilusión de que la niña que esperaba naciera bien, y que con ella, la guerra absurda acabase.

Los dolores de parto no entendieron de estrategia bélica, simplemente Eva nació, con un llanto airado, elevando la cabeza sobre el vientre de la mujer, y mirando a su alrededor, como valorando la situación.

Maneó sus manitas, buscaba el pecho materno, y en ese instante los sonidos desparecieron.  El ginecólogo improvisado no sabía qué pasaba, porque al dirigirse hacia la luz, no era un refugio el lugar, sino una sala de hospital.

Había habido una pesadilla colectiva. Ucrania no había sido atacada por Rusia, Eva y su madre saldrían a la calle pronto, cantando a la paz. Las vi seguras, porque esa nena traía en sus manos la sabiduría de todas las mujeres que la precedieron. Eso aseguraba la paz mundial. La ilusión.

miércoles, 2 de marzo de 2022

Universo de Mara en jueves

 


Siguiendo la propuesta de Demiurgo y su Universo, sobre usar alguno de sus personajes, mi aportación es la que sigue.

Paula Lowel, con su melena rojiza y sus caderas de bailarina de la danza del vientre, decidió dejar atrás el universo de Mara. Estaba cómoda en casa de Anita, pero su ansia de avanzar le llevaron a inscribirse en un curso online de astronomía avanzada de seis meses de duración.

Allí un tipo de Houston empezó a encandilarla, si bien, al ser online, sólo conoció a Stephen por cómo interactuaba en el curso, y por su aspecto físico ante el portátil. Era pelirrojo, como ella. Tenía un hijo y un perro, cosas que no tenía ella, pero coincidían en la astronomía, lógicamente, y en su amor hacia el baile, y a los museos pictóricos.

A los tres meses quedaron en Madrid. En la entrada ante Goya del Museo del Prado. Paula se había vestido con una falda que le sentaban de maravilla. Esperaba un hombre atractivo, pero sobre todo paciente y con humor. Y así fue.

Stephen llegó con sus dos muletas, con gafas en vez de lentillas y con una música de mambo en su smartphone. Paula no salía de su sombro, era un tipo con una autoestima enorme, así que bailó con él, quien manejaba las muletas con precisión y seguridad. Llegó la noche, y cuando acabaron de cenar, ella le hizo un masaje en el cuello con la loción mágica que siempre llevaba encima. El tipo se olvidó las muletas apoyadas en la pared del restaurante, y sólo a los cien metros del mismo se atrevió a decir

─ Paula, que me he olvidado las muletas, hemos de volver

─ Para nada. Ahora que podemos mirar la Vía Láctea, nos tumbaremos en la hierba a mirar las estrellas.

Y allí les dejé, mirando estrellas cerquita de la Puerta de Alcalá.

 

Palabras 292