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martes, 31 de julio de 2012

Luna y antojos, risas al mar.



La luna se me antoja 
un medio queso que se alza
escapando , en  esta noche,
de sus antiguas andanzas.
                
Se asoma, tímida, al mar,
iluminando mi espalda
y en su viaje nocturno, 
su blanco brillo me alcanza.
  
Me deja sueños y huellas, 
de mis  pies sobre la playa.
Como un tren de mercancías,
de recuerdos y esperanzas.

Como relojes de arena
detenidos en mi alma,
que  salieran de paseo,  
ante mi absorta mirada.
                
Cuarto creciente –me digo-
y hago de una farola su falda-
Para lumínica blusa, 
la suave brisa del agua.

Y así, vestida de noche, 
se rinde en mi madrugada.

domingo, 29 de julio de 2012

¿Esperando?. ¿ Recordando? ¿ Inventando?

Autor en el mismo vídeo.



Los gerundios en verano llevan un ritmo temporal más anárquicos  que de costumbre. Los minuteros anda indisciplinados. Los recuerdos se plantan ante los espejos. Las pequeñas nostalgias  engalanan la mente y permiten recordar, aún inventando recuerdos, pasajes vividos. O soñar con el pasaje que se desea vivir. 

Tiempo de planificación de las vacaciones, del ir descalzos, de fotografiar como poseso, de dejarse llevar por la vagancia, de ...vivir a otro ritmo sin reloj en la muñeca.

Encontrando este vídeo de una pequeña maravilla de obra, recreando un retrato, ando deseando feliz domingo a mi alrededor.

Esperando que  esta tontuna  tan tonta de texto, nos anime a todos a  crear, recrear, imaginar...y en definitiva seguir viviendo.

jueves, 26 de julio de 2012

Jugando con semillas de papatas

Le permitieron un único viaje en la máquina del tiempo. Volvió del futuro con semillas de patatas, legumbres, liofilizados y una pareja de bovinos. Según las profecías de Nostradamus, cabría empezar de nuevo cuando otro meteorito aniquilase la vida en el planeta por segunda vez.

Fue a comprar un futuro. Invirtió en ello los ahorros de toda la vida. Volvió del futuro con semillas de patatas deshidratadas, un hambre atrasada y sin gota de agua

Volvió del futuro con un puñado de semillas de patatas por collar. Sólo tras mirar a su alrededor y ver esa inmensidad exenta de vegetación, pudo valorar el regalo de esos alienígenas tan silenciosos y de ojos tan inquisidores



Día de compras:Llevaba una lista de compra. Escueta y concisa. Cuando volvió del futuro con semillas de patatas, de bulbos y de margaritas, la nevera siguió adornada con el possit de la lista de compra por dos días más.

.Cuando el hambre le agarró por los intestinos, recordó el possit y salió a comprar con una lista concisa y escueta. Partió con semillas de patatas al pasado y regresó al presente con un bocata de calamares

Le besé tantas veces y de tantas formas que el miedo le alejó de puntillas de mi lado. Volvió del futuro con semillas de patatas,que archivé, un ramo de margaritas que puse en un bote de lápices y un bocata. Lo último sirvió de merienda de amor con guarnición.

Se fue cada uno a su rincón. Uno volvió del futuro con semillas de patatas caducadas, huevos con pollos a punto de eclosionar y una garrafa de leche agriada. Los demás enterraron esos alimentos y desenterraron los cachivaches del pasado, azadones incluídos

Volvió del futuro con semillas de patatas, para indicar al pasado, que el presente estaba cosechado, y que nada ni nadie podría volver a segar el trigo que ya era pan. Ni romper tubérculo convertido en puré, ni quemar maíz ya transformado en palomitas, ni..

Le permitieron un único viaje en la máquina del tiempo. Volvió del futuro con semillas de patatas, legumbres, liofilizados y una pareja de bovinos. Según las profecías de Nostradamus, cabría empezar de nuevo cuando otro meteorito aniquilase la vida en el planeta por segunda vez

sábado, 21 de julio de 2012

Investigación y metodología.

Título: La mejor comunicación en un congreso enfermero.

Palabras clave: Comunicar, investigación enfermera
Tipo de comunicación: Oral, con soporte de Power-point o póster.


Introducción: Cuando se lleva a cabo el trabajo diario, con la complejidad y riqueza de implica el trato con seres humanos, es casi inevitable plantearse hipótesis, realizar acciones concretas y llegar a conclusiones.

Objetivo: Determinar hasta qué punto las actividades obtienen resultados. 

Metodología / Desarrollo conceptual: La investigación cualitativa utilizada en este caso no tienen ámbito de estudio. Podría ser en el ámbito rural, hospitalario, urbano, o en la consulta, o en box de UCI, o en un aula docente incluso.
El tipo de estudio cuantitativo puede ser descriptivo o experimental.

Las variables y los sujetos de estudio en la investigación cuantitativa habrán de definirse claramente para poder dar a conocer el grado de interrelación y lograr que los resultados avalen o no la hipótesis formulada. 

En el caso de ser cualitativa, no es necesario su formulación de variables, ya que describimos una situación de relación o analizamos una reacción.



Resultados
Cuando hemos hecho una investigación cualitativa podemos y debemos redactar esmeradamente qué hemos observado, si las acciones que hemos llevado a cabo son manifestadas en el receptor y de qué forma.

En la cuantitativa hemos de mostrar el tamaño de la muestra y la relación entre variables. Se suele acompañar de gráficos explicativos que, preferentemente, sean claros en su lectura visual.  

Conclusiones: En la cuantitativa, la forma en que se han relacionado las variables nos hace poder afirmar que andábamos acertados en la hipótesis, ya sea por resultados con significación estadística o simple tendencia, o que no hay nada en nuestro estudio que avale la hipótesis que habíamos planteado.

En la cualitiva, los propios resultados son el punto y final de la comunicación.

Bibliografía consultada. La que hemos leído antes de iniciar el trabajo de investigación, y durante el mismo. Porque en realidad, podemos estar pensando que tenemos una idea o duda original y motivadora, y sobre el tema haya más bibliografía que avala o anula nuestra inquietud de la que hemos podido imaginar jamás.

En este ejercicio de fantasía , como en un abstrat que llegó a mis manos, puedo afirmar que si me “ hubiera subido al teleférico,  a lo mejor se quedaba atorado a medio camino y así tenía algo interesante, o hubiera  rentado una bici y me dejaría ir de bajadita por todo Montjuich hasta donde se acabe.

Ruego tengan a bien considerar esto como lo que es, un texto lúdico. Cuando lo he revisado para añadir otras imágenes, no me ha parecido tan jocoso como era la idea primitiva, pero ahí queda. Tal vez es que no encontré la forma de escapar de mi esquema mental de lo que he interiorizado como la única forma de hacer una comunicación investigadora.  

miércoles, 18 de julio de 2012

La enciclopedia para Laura



Me abrió una muchacha de cabello negro, liso y brillante atado en una cola de caballo que le rozaba la cintura al abrirme paso por el pasillo.
El desorden reinante contrastaba con la pulcritud y meticulosidad que exhibía la habitación del fondo del pasillo.
En una cama de matrimonio, de cabezal casi barroco yacía de lado, sermicorvado, un hombre enjuto. No aparentaba menos de ochenta  años.  Me sorprendió su poblada cabellera, de un color blanco impoluto y los esfuerzos que realizaba con evidente dolor, para que pudiéramos hablar. Cuando consiguió incorporarse sobre una almohada que la muchacha instalara bajo su cabeza, y me hube acomodado en un silloncito de terciopelo rojo, pudo hacerme entender por qué quería deshacerse de algunos libros y otras antiguallas.
Historia de perdedor tal vez. De viudedad y lectura.  De un sobrino con nulas ganas de acompañar su vejez y su decadencia física. De esas cosas que en la sala había ido dejando para que yo me las llevara siempre y cuando, en mi anticuario, pusiera atención al posible comprador.
Invitó muy educadamente a Mariana para que permitiera que yo observara y dispusiera de libertad en la sala de estar.
Les podría hablar de objetos sin valor y de otras cosas. Pero tras acordar con precisión qué quería que me llevase, me limitaré a decirles que los tomos de la Historia Universal, que compró para el sobrino y una figurita de marfil, que su esposa adoraba, me dejaron una sensación especial.
El olor acre de los libros contrastaba con el de mejillones al vapor que llegaba desde la cocina. Pensé en Laura, escrutiñadora del alma de los libros, de los aromas a pergamino y piel, y amante de ese dulce olor a lectura retenida entre anaqueles de librero y polvo de las mesas camilla con sus mantelitos de crochet.
Les dejo la imagen de unos tomos de enciclopedia, pero la figurita de marfil, de una geisha, estará próximamente por este espacio virtual de sensaciones.
   

martes, 17 de julio de 2012

Tiempo archivado.

Galería gráfica de solsanchez.es

Tapo la urna del libro de mi vida. No porque quiera darlo por acabado. En absoluto.

Habrá un tomo II, tal vez un tomo III incluso, pero como este legajo no puede haber una segunda edición. Por ello tomo la decisión de dar un paso adelante, con el metalcrilato y su fijación a la madera de ébano cincelada con letras.

Para encuadernarlo reuní papeles, entradas de cine, tikets de viajes, entradas de museos, entradas rotas de conciertos y fotos varias. Cosí con calma manuscritos en diversos soportes, alguno de los cuales, como las servilletas de un bar, con una precariedad y una letra que apenas reconozco. 

Entre sus páginas reposan flores que se desecaron entre el papel cuadriculado y un ayer que aún riega mis venas cada día.

Entre los capítulos yacen olores que devienen en gratas o amarga imágenes. Reposan sabores de risas y llantos, de anhelos y derrotas, pero por encima de todo, queda plasmada la certeza de que he vivido.

No cambio de dígito en mi edad. No ha habido un gran tsunami en mi geografía, pero sí el descubrimiento de una sensación que jamás había experimentado. Y que reclama, en la sinceridad que  uno acaba por tener que tener consigo mismo,  poner un punto y aparte en la vida.

Tomado de Google
Este blog será de las pocas páginas que cabalgará a lomos de dos tomos. Eso lo hace especial. Son sólo palabras. Si me apuran alguna imagen. Un despertar público a una afición eterna.

Y en él, y  hasta yo puedo observar,  el tiempo pasa. Hay libros que han de dibujar en el aire el gesto de su final, con la alegría de iniciar la lectura de otras páginas por escribir.


domingo, 15 de julio de 2012

La literatura. Los libros

De la galería gráfica solsanchez.es

Las páginas se iban serenando tras los dedos de Eva. Se iban acompasando y ganando espacio al olvido. Acumulaban riqueza, historias de caballeros y científicos. De tiempos por venir y tiempos idos. Drenaban alivio y palabras llenas. Exhalaban lindes que saltar y nubes por tomar en marcha. Rebosaban amor y olor a cielo.


En un homenaje a los libros, una artista mezcla papel de diario y tomos de madera. Disciplina listones para ejercer de páginas. Usa cuerda como maroma, como anillas anudadoras de las hojas de un papel, posible e imposible.
Y ese cuadro tiene la magia de la propia magia de la lectura. La sinestia a flor de hall. Veo el cuadro-collage y huelo a papel y madera. A cuerda y volumen. 

Invita a recordar pasajes leídos como " En un lugar de la Mancha.. o un poema recitado por el propio Lorca.
Los libros, la lectura. Los acompañantes fieles. Los sueños. Las riquezas. Los rincones donde refugiarse. Y hasta las páginas por abrir guardando promesas por estrenar. Cada palabra un regalo. Cada mirada, desde un texto, es una entelequia por tejer. 

- "Trenzando palabras para tejer frases que se nos antojen abrigo para nuestras mentes" dijo Alfred.
 "...y hasta para los corazones esquivos"-  le contesté.



A pesar de la escasa calidad de la foto, miren de cerca. Vale la pena 


viernes, 13 de julio de 2012

Ensoñaciones


     
En mi nueva obsesión por la victoria, sueño con bayonetas o tijeras. 
     Sé que sueño, pero siento cómo el enemigo acecha tras la esquina igualmente. 
               Llevo en mi puño cerrado un papel que parece que quiero defender.   
                      Cuando abro los ojos, sobresaltada y en taquicardia confesa,..
                           no consigo identificar en  ese estado de duermevela...                         
                                      si aferro  una nómina o a una Primitiva en formato Dina-4.

domingo, 8 de julio de 2012

Desencuentro en el amor

Tomado de internet
Luis estaba tan enamorado, que encargó, para ese primer aniversario, una romántica cena. El maître dispuso una pulsera en la servilleta destinada a Joana y una vecina quedó encargada de alfombrar el pasillo de su piso con cinco bolsas de pétalos de rosas.

Ella había tenido un día horrible. Se maquilló con desgana tras entregarle un envoltotio con un llavero duplo que encargó el día anterior y un beso apasionado, improvisado y amplio. Su plan era llamar a un restaurante chino y compartir un jacuzzi.



Cuando, con cara de cansancio y bostezos disimulados la pulsea cayó en su falda, sonrió.  Sobrevoló las copas y un bouquet central y le besó levemente en los labios. 

No quiso postre por no entretenerse más y cuestionó entretanto el precio de pulsera y cena, con un tono más agudo del que hubiera deseado.
El, que había callado su dolor de pies, inició una defensa presupuestaria que derivó en acritud y salieron del restaurante alejados, callados y sin sonrisa alguna que compartir.

El taxi recorrió  esas manzanas del Ensanche con un silencio interior que podía cortarse y justo a la puerta de su casa Luis recordó la alfombra que les esperaba. 

Abrió la puerta , sin ceder el paso y atravesó el pasillo. Ella intentó recomponer el afecto, la complicidad y el escote de su blusa de seda, pero él ya cerraba la puerta del baño, con cerrojo, para ponerse el pijama. 


Esperaba el cine de las sábanas blancas y que el reloj acabara de cerrar ese estúpido día de desencuentros. Pero su amor y su romanticismo permanecían intactos. 

Crisis de valores





Cada día tengo una sospecha más incisiva. 


Mi sospecha es si están intentando convencernos que la única salida a esta persistente crisis son los recortes. 
Precisamente esos que afectan directamente a los servicios sociales como la educación, la salud y los gastos en medicación. 
Y sea lícito o ético sostener unos gastos en otros servicios como La Iglesia,  el ejército, esa institución llamada Faes y los repetidos gastos en apoyar a la banca. 


En mi santa ignorancia me pregunto si la ingeniería financiera pueda usarse para someter países a su voluntad de acumulación de poder. 


Opino que obligar a deudas soberanas de imposible cumplimiento, condena a poblaciones enteras a pérdida de calidad de vida o a un incremento de personas que vivan bajo el  umbral de la pobreza. Necesariamente. 


Ante ese panorama pueden llegar a a producirse situaciones: como que el Sur no podamos comprar los productos fabricados en el Norte, como parece entender la Sra Merkel al fin. Pero lo que sí está sucediendo ya son  mil circunstancias de difícil solución. Entre ellas los aumentos de suicidios, ya constatado en Europa desde 2008 a la actualidad, el aumento de niños que no meriendan, las familias en depresión diagnosticada en más de uno de sus componentes, y ese tiznado aire oscuro que parece revolotear sobre la gente, dejando lejano el tiempo de la alegría callejera.


No pretendo hacer un pasquín. Pero cuando además, tenemos que escuchar, y ha calado en la población, que la culpa es de los españoles, que estiramos más el brazo que la manga, es que me pongo a pensar en los banqueros, especuladores, constructores y sueldos vitalicios  y se me agota mi paciencia de escuchar estupideces.

La culpa de ese señor que durmió en el banco seguro que es suya. Por gastar de más. La culpa del negro que me pidió un pollo para comer, seguro que es suya. Por venir a España cuando aquí había trabajo que los españoles no querían hacer. 



La culpa es de todos, menos de los que generaron este debacle. Se enriquecieron unos cuantos, pero lo pagaremos todos, menos ellos. Según parece. Y no es justo.

Si Tierno Galván u otros levantaran la cabeza, se volverían a morir del estupor que produce vivir en esta crisis económica, pero de valores. Aquellos valores que no debieron abandonar los representantes de la población. Ni de la economía global.

jueves, 5 de julio de 2012

Desayuno con sinestesia

Tomado de google

Habían compartido la visión de la música y los colores de las palabras. Desde que coincidieran en opinar que la música puede verse, un hálito de complicidad se había instalado entre ambos.
Ella, por algún motivo que él no acertaba a explicar, a veces se quedaba absorta al mirar rótulos de precios en un supermercado de las afueras.



Tomado de google
Le contaba cómo veía los números blancos sobre fondo verde, buscando en la pared irisada el matiz para definir de qué manera, los rojos y añiles, a todos los números les hacían sonreír , pero en especial a los ceros. Explicaba divertida que estos aros ovalados se volvían locos cuando se emparejaban en los precios. Se excitaba  al referir que los veía jugar a pídola y entrelazarse en el rótulo verde.


Le intentaba explicar, con una mirada iluminada, la cimbreate cintura del ocho trazado en blanco con tal lujo de detalles que, por prevención, empezaron a esquivar las secciones con precios entre setenta y noventa euros.

Cuando la oía bajo la lluvía él podía oler el aire que levantaban sus brazos bajo el agua del paraguas.
Cuando le escuchaba en la ducha, ella podía ver paisajes de montaña y nieve.
Cuando en la playa ambos escucharon una sonata y a duras penas podían explicarse mutuamente las impresiones visuales, él había tomado una decisión.

Pulsó el ambientador a naranja. Colocó sobre la mesa un inmaculado plato blanco con las fresas en rodajas, formando una interrogación. Extendió sobre la pantalla un tul de un verde pálido, y repasó con sus dedos los rizos imprecisos de sus canas. Ella estaba a punto de llegar.