Desbaratando el perfume del barro recién cocido, llegó una manzana al lugar de los deseos más preciados.
Un dios ensimismado, sorprendido por la belleza de un torso que le hacía temblar, no tuvo más remedio que aterrizar de bruces consigo mismo.
Emprendiendo el mal apaño de envilecer su interminable creación de amor. Inacabable.
Sintiendo el barro entre las manos, como una masa de pan recien cocido, abrazamos con deseo, tamaña grandeza.
ResponderEliminarUn beso.
Siento la humedad del barro aún en sus manos, el olor a hogaza devino en lluvia de anhelos por prender en la tahona de la vida.
EliminarUn beso, Alfred, y feliz semana.
me ha encantado
ResponderEliminarque mas puedo decirte
Gracias por comentar. pasé por tu blog, y me gustó. decirte que este post es el comentario al de alguien que escribió el proceso de una hipotética creación de Eva. Esa mujer eres tú, soy yo, somos ese rescoldo donde hombres y mujeres deciden o buscan regresar para siempre.
EliminarPor la inocencia de la piel. Para abolir el pecado que pintó la religión sobre la belleza. Un cordial saludo y bienvenida, a esta, tu casa.
Tienes materia de poetisa, Albada, de alma libre que sabe de la belleza de la creación.
ResponderEliminarEl cuerpo y sus placeres son belleza proclamada pecado por la religión.
Muy bonita tu forma de hablar de esos primeros cuerpos que no tenían conciencia pecaminosa de su desnudez.
Un abrazo.
No hay manzana Fany, es mentira. Con la belleza de la pasión, de los abrazos y de los latidos al compás, no puede haber pecado original. Era mi manera de defender, como dices, la inocencia de la desnudez con la que nacemos todos.
EliminarUn abrazo, Fanny. Y feliz semana.
Afortunadamente, alguien probó a hacer sidra con la manzanita, eso sí fue un buen apaño. Donde esté un brindis que se quite el dolor de contrición.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Me quedo con ese uso de la manzana, la sana fruta que nadie debió ofrecer para desaliños en el goce de la inocencia primigenia.
EliminarUn abrazo, Amando.
Eva siempre por delante...
ResponderEliminarBesos.
Sin una Eva mojada de latidos, qué Adán ni simio habría crecido?
EliminarUn beso.
Sabio final, Albada. Hay seres que nada más nacieron para hacer que los otros vean mal donde no lo hay.
ResponderEliminarSaludos
Con tal que envilezcan más los besos tibios, qué poco me importan los endiosados desvaríos.
EliminarUn saludo.
"Ninguna mente corrupta entendió nunca rectamente una palabra"
ResponderEliminarGiovanni Boccaccio
De la misma manera, cualquiera puede ver el pecado donde se le antoje verlo, no solo en un cuerpo desnudo sino también hasta en una mirada, una palabra o un pensamiento.
Quien tiene sucia la lente de su mirada, todo lo ve o puede ver sucio. Es la mente humana quien inventó a Dios, para justificar, entre otras cosas, el pecado.
EliminarBuena cita de Boccaccio. Un saludo.
ese arte del barro y ese arte con que tallas las palabras
ResponderEliminarenhorabuena
carlos
El barro es una materia húmeda, cálida, y no me extraña se usara como símil de la creación.
EliminarUn abrazo.