Como algunos saben, publiqué mi segundo poemario Oleajes de pleamar, y lo presenté en septiembre en Madrid y Barcelona. Sólo se puede adquirir en Casa del Libro.
En septiembre nos reunimos los Poetas de La Mar en La Pineda, Tarragona, y entré a formar parte de un proyecto en femenino, Nosotras, mujeres y poetas, liderado por Olga RT, estando orgullosa de haber contribuido a que una poeta actual catalana entrase a formar parte del mismo.
Sigo estando en el grupo Poetas en el Retiro, donde me siento como en mi casa. He participado en encuentros contra el maltrato a la mujer y en variados proyectos y encuentros, como en Córdoba, por ejemplo, lo que me ha tenido entretenida y ocupada.
El diluvio de Valencia me dejó tocada, pero alentada por la fuerza y heroísmo de los voluntarios.
Me cambié de lugar de residencia y ahora vivo en Barcelona ciudad, donde tengo más oportunidades de estar y participar en actos que me interesan.
Sin más, no estaba de parranda...ni muerta, gracias a Dios. Dejo dos poemas nuevos, deseando que las fiestas de Navidad sean gozosas, nos llenen de paz interior y armonía con nosotros mismos y con quienes nos roden.
Feliz Navidad, y mil gracias por estar.
POETAS EN EL RETIRO
No hay bidón de leña que les convoque
pero los clocharts se juntan a un reclamo,
por redimirse, por encontrarse,
por reconocerse a sí mismos en los otros.
No hay puente que les tape de la luna,
ni acomodos precarios de cartones,
pero salen de sus madrigueras al toque
de una consiga al aire por bandera.
No hay mitones en sus manos desplegadas
ante el calor de una lumbre inexistente.
Echan al vuelo poemas como alondras
por confirmar con sus versos que están vivos.
No hay un protocolo encorsetado.
Ni un timonel condecorado a tal efecto,
pero se organizan con la brisa,
con la complicidad de entre iguales que se quieren.
Los poetas de la ciudad envilecida,
las almas de un lugar que igual no existe,
sobrevuelan por entre esculturas y jardines
dejando su voz entre millones.
Se saben una gota de agua minúscula
en un océano de indiferencia y ajetreos,
pero no renuncian a ser vagabundos,
a ser libres con su voz exacta de poeta.
LOS HÉROES ANÓNIMOS
Los héroes sin superpoderes.
Los anónimo hombres y mujeres de paz
se pusieron en marcha
desde justo el instante cero.
Sin llamada ni proclama
sin saber qué encontrarían,
sólo intuyendo el daño
de un cielo que se desbordó en diluvio.
Con su generosidad sin límites
con sus manos desnudas,
con el afán de ayudar
y unas lágrimas por ocultar.
Van dispuestos a lo que sea
entre el barro y la impotencia,
con su fe y sus manos limpias,
con kleenes para el llanto ajeno.
Llevan abrazos que abrigan,
miradas de saberse iguales
en un escenario que les desarma
que les deja sin punto de comparación.
Como con el chapapote del Prestige
van con capazos de esperanza,
botas de intentar no hundirse
en el dolor de la destrucción masiva.
Los héroes sin superpoderes
capeando el temporal,
sonríen en un descanso.
son jóvenes para dejar de sonreír.