Sabor a verano 
y a conversaciones a media voz.
Rumor de oleaje 
que
espera nuestros pasos en la orilla.
Olor a sinfonía 
de risas alocadas, apostadas en hilera.
Volver a mecerme 
en la
calidez de tus brazos.
Volver a disfrazar 
el
miedo a perdernos, con ansiedad. 
Volver a paralizar 
los
relojes preñados de sed, con besos.
Como las olas 
de un mar
que se nos escapa.
Como el sonido 
de cada
envite de sal... sobre la playa.
Como la brisa nacida del agua, 
que deja huellas en mi mirada.   




