Ahora las hojas marrones , seguras y orgullosas esperan su momento para dejarse caer y sentirse libres.
Se levanta el viento de xaloc y se alborotan alfombrando el paseo para que Edi juegue con ellas a pisarlas y hacerlas crujir con sus pisabas militares a ritmo militar, sobre los talones y con enorme energía.
O para que Anita llegue a provocar lluvias efímeras, una y otra y otra vez, hasta estornudar y quedar con el pelo adornado por trocitos de hojas, como confeti oloroso.
Si se amontonan suficientes hasta podrán nadar entre ellas y reencontrarse con la naturaleza. Retozando entonces, entre la vegetación y la tierra que le cobijan como un nido vegetal.
O para que Anita llegue a provocar lluvias efímeras, una y otra y otra vez, hasta estornudar y quedar con el pelo adornado por trocitos de hojas, como confeti oloroso.
Si se amontonan suficientes hasta podrán nadar entre ellas y reencontrarse con la naturaleza. Retozando entonces, entre la vegetación y la tierra que le cobijan como un nido vegetal.
Precioso...
ResponderEliminarUn beso grande
Gracias. Era un post muy así como de otoño :-)
EliminarUn abrazo
Una entrada que de pronto me ha hecho relacionar el otoño con el circo... ya ves...
ResponderEliminarUn beso enorme
Cada quien hace relaciones con sus propia experiencias, claro.
EliminarUn abrazo, y feliz día