PASEANDO POR LAS RAMBLAS
Recordé esos cafés
tan bien charlados,
mientras solo recordábamos
nuestras sombras con pasado,
despertares ideológicos
entre grises, y a caballo.
Esos tiempos de miedo.
De aterradas carreras.
De pelotas de goma,
por defender las quimeras,
sin que importaran las siglas,
queriendo romper barreras.
Una rueda para hámster
esta Rambla de las flores,
me regresa a despertares,
antesalas de rumores,
final de una dictadura
y debuts de otros actores.
Hoy un silencio atronador
en ciertas viejas esquinas,
me deja pensando y triste.
Entre rosas con espinas
los turistas en manadas
fueron pobres medicinas.
Ávidos por plasmar todo,
bajo esta luz otoñal
ignoran la historia viva
de movimiento social,
de vanguardia y del arte
de esta ciudad sin igual.
Encantador recorrido por esos tiempos, versos que deslizan
ResponderEliminarun tiempo inolvidable y cómo no, lleno de poesía.
Un placer este poema en forma de café
Lindo sábado.
Muchas gracias, qué bien que la lectura fueran tomando café.
EliminarUn abrazo
De las vivencias épicas de aquellos días haces memoria un tanto nostálgica, pero tranquila que a mí me sucede lo mismo. Yo podría hacer mi propia narración al respecto no sobre las Ramblas de Barcelona, pero sí sobre otras ramblas de ciertas poblaciones del Vallés oriental. Cómo desafiamos -característica de la juventud, aunque no de cualquier juventud- las sombras de aquellos tiempos de imposición y silencios. Y ¿sabes? a veces me pregunto: ¿qué habrá sido de aquella gente -los compañeros, que decíamos entonces- de aquellos lugares e incluso de estos más cercanos de donde vivo? ¿Nos perdimos todos en la nebulosa de nuestras particulafes metamorfosis?
ResponderEliminarEn mi caso mi despertar fué muy temprano, a los quince años. No sé qué habrá sido de casi ninguno de aquellos camaradas, de algunos, pocos, luego protagonistas sí, por supuesto. No sabíamos los nombres, solo los alias, y e sun tiempo ido. La incomodidad es por pasear entre guiris en un trayecto que para mí signifcaba mucho. El parque temático de toda Barcelona, actualmente, me tiene muy harta.
EliminarUn abrazo
Evocadores versos. Disfrute doble. El de la lectura y la sorpresa del audio.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias. No me cuesta nada hacer audios, y creo que captan un poco más de lo que escribo, con la voz.
EliminarUn gran abrazo, Macondo
Han convertido la historia en un decorado de plástico para el turismo.
ResponderEliminarQué pena.
Besos.
Lo manifiestas mucho en tus poemas, y es así de triste.
EliminarUn beso
Rescatando recuerdos...
ResponderEliminarUn abrazo.
Inevitable por otro lado, las Ramblas tenían un encanto imposible de describir, que ya ni es una sombra.
EliminarUn abrazo, Rafael, y gracias.
La esencia real de la Ramblas, a pasado a mejor vida, toda la ciudad está vendida al turismo y con descaro.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Vendida por completo. Pobre Gaudí, entre otros, si levantara la cabeza :-)
EliminarUn abrazo, y gracias
Cuando rememoro aquellos tiempos "grises" y violentos, hasta la poesía atraganta los recuerdos y una cierta tristeza empaña esta libertad de ahora, no bien aprovechada.
ResponderEliminarParece como si aquella "gauche divin", se hubiese trasmutado en agencia de viajes.
De pena.
Buen poema y buena rapsoda.
Besos.
La gauche divine, uf, dónde habrá acabado...o lo sabemos bien.
EliminarTuve la desgracia de despertar muy tempranamente y discutía con Antoni Miró por ejemplo, sobre su obra, para mí, tomadura de pelo. Pero eran otros tiempos. Y yo era casi una niña. Un fuerte abrazo, Juan. Muchas gracias.
Un perfecto recorrido por tiempos casi olvidados, pero que perduran aún en la memoria. Un besote.
ResponderEliminarSeré de los últimos en recordar, porque era muy jovencita. Los grises los cambiaron a uniforme color marrón, poco después de morir Franco, pero sí corrí ante los grises a caballo. Yo me ofendo por la evolución turística a gran escala que se ha hecho en Barcelona, pero los tiempos son así.
EliminarUn abrazo, y gracias, Campirela.
Memoriales versos de tiempos idos pero gratos , cuando el mundo era ancho, pero no tan ajeno. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarNo era grato vivir en la dictadura, pero sí saberme viva, luchadora y capaz de enfrentarme a todo, para pesar de mis padres, por supuesto :-)
EliminarUn abrazo, Carlos. Y gracias.
Olee poesía para algo más que incomodidades.
ResponderEliminarLa memoria y la nostalgia frente a la comercialidad actual. Sin duda valió la pena , pero aun así...
queda ese regustillo amargo
besooo,amiga
Valió la pena modernizarse, claro, y mira ahora qué maravilla de vivir en un parque temático :-)- Es broma.
EliminarUn abrazo fuerte, amigo.
Más que incómodas, las evocaciones de épocas pasadas en donde la esperanza de un nuevo mundo se entretejía con los sueños propios, me resultan muy tristes, sobre todo cuando veo lo absurdamente retrógradas que son las banderas que flamean por estos tiempos (al menos por aquí) Un abrazo Albada y muchas gracias por sumarte a nuestros encuentros jueveros
ResponderEliminarLo llamo quimeras, como ves. Pero si bien era horrible vivir bajo una dictadura, de derechas o de izquierdas no importa, esos trayectos de las ramblas, con sus flores, animalillos, periódicos, gauche divine, y etc eran mi gasolina para sentirme viva.
EliminarUn abrazo fuerte, y que no haya bandera que valga más que un ser humano.
Una rambla añorada, que ya es historia.
ResponderEliminarUn beso.
Añeja, tú la conocerías mucho mejor, seguro.
EliminarUn beso
Qué manera más sutil de denominarme viejo. ;))))
EliminarOtro beso.
jajaja, no !!!, es que yo me estrené muy, demasiado jovencita :-) Besos, querido Alfred.
EliminarEl tiempo lo va cambiando todo, los entornos, los pensamientos e incluso la propia historia hoy se mira con otros ojos.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce fin de semana.
Ni yo soy la misma, pero lo que llamo quimeras lo sentía real. Ahora no sé si la juventud con tanto imput de pantallas se pone a pensar, igual sí. No es nostalgia, creo, si no constatación de una realidad de esa mítica avenida.
EliminarUn abrazo fuerte, Dulce
Gran poema Maripau... desde luego tu mirada poética siempre es sensible y reflexiva.-
ResponderEliminarUn abrazo!
No entiendo otra mirada, pero siempre es desde mi latir, en este caso...mis recuerdos.
EliminarMuchas gracias, Luna. Un fuerte abrazo.
Recuerdos, nostalgias y vivencias inolvidables, con todo eso has elaborado una joyita de poema, mi enhorabuena, preciosa. Me dejó reflexionando...
ResponderEliminarUn beso.
Eso es bueno, hoy escribía sobre cómo echo de menos que la gente reflexione. Tal vez nos estamos haciendo autistas con orejeras y sólo atendemos a imputs inmediatos que impiden centrarse.
EliminarUn fuerte abrazo, Mari Carmen.
Hola Albada, cuantos recuerdos me trajiste. La rambla y sus puestos de animales. Allí me compré mi primer gatito, un siamés. Entonces pasear por la rambla era otra cosa. Un bellísimo poema que marca una época añorada para muchos de nosotros. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarAñorar no tanto, pero primero quitaron las mascotas: pajarillos, gatos, peces, tortugas...luego dejaron dos quioscos de prensa y menos de flores...y ahora es un trocito de parque temático para turistas. Pobre mercat de Sant Josep. Pastís. ¿Recuerdas esa barra diminuta?
EliminarTampoco nosotros somos los mismos, Neruda dixit :-). Un abrazo grande
Para estos recuerdos de pelotas de goma y corridas delante de los grises, todos tenemos unas Ramblas.
ResponderEliminarParece como si hoy no hubiese nada que reivindicar.
Un fuerte abrazo
Exacto, se llenan las calles si gana un club de fútbol. Nada más. La gente, los jóvenes en especial están absortos en sus pantallitas y realidades virtuales.
EliminarUn abrazo grande, y gracias, Tracy
Me gusta leerte en versión poeta, preciosos versos, entre recuerdos. Me hiciste regresar hasta allá.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues estupendo. Esa avenida, antes extramuros justos, es una vía que ha cambiado mucho con los siglos, pero mantiene, si no hay tirusitas, su enorme encanto.
EliminarUn abrazo
Hermoso poema que recuerda bellas épocas pasadas, que no he tenido la suerte de conocer al estar en este lado del Atlántico, pero que imagino realmente muy bonitas, la incomodidad que genera la modernidad, el turismo.
ResponderEliminarUn poema que guarda muchos sentimientos.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Gracias. En Buenos Aires, por ejemplo, el Caminito parece detenido en el tiempo, siempre que se vaya antes de las diez de la mañana, eso sí :--)
EliminarUn abrazo, y mucha suerte
Es verdad Maripau, solo el que ha vivido, sufrido partes de la historia de su país, entiende cosas que un turista mira y no ve. Cada esquina, cada plaza, guarda momentos que hoy son recuerdos.
ResponderEliminarMuy buen poema.
El barrio gótico de Barcelona, desde el siglo XV, es una maravilla, pero los cazafotos, que ni miran ni ven, dudo si captan algo. Ven piedra sobre piedra, eso sí, y lo inmortalizan. En las ramblas pasa lo mismo, ahora el mercado de la Boquería, de Sant Josep, en esa vía, es un hormiguero de turistas, que sólo hacen fotos. Alguno compra alguna fruta pelada y partida, pero pocos.
EliminarUn abrazo
Incomodidades hechas verso son comodidades para leer y disfrutar.
ResponderEliminarUn beso
Claro, la poesía permite mirar con los ojos el alma, y de los recuerdos, los smartphones se quedan con la pura cáscara :-)
EliminarUn abrazo, Malque. Feliz día, y gracias.
Suelo decir que no entiendo mucho de poesía, pero me resulta hipnótica. Me ha encantado leerte, expresas de una forma preciosa, con añoranza de lo que fue, y la incomodidad hacia el cambio.
ResponderEliminarUn poema muy sentido. Un abrazo!
Gracias, la poesía no quiere adeptos, decía Lorca, si no amantes :-)
EliminarMe alegra que te gustara aunque la poesía no te diga nada. Un abrazo
Además de muy escrita tu composición me provoca identificación. Son bastante parecidas las historias de aquellos años a ambos lados del charco atlántico, también la tristería (diría el tango) con que las evocamos, lo que las tornan universales...
ResponderEliminarAbrazo hasta allá.
Estuve tres semanas en Buenos Aires hace un año, con pequeñas escapadas, y recordé tanto y tanto a las madres de gente tirada de los aviones por Videla, que era imposible no hacer equivalencias con nuestro dictador español.
EliminarUn abrazo.
hace años tuve la suerte de visitar las ramblas de barcelona. es uno de esos lugares que han visto muchos cambios históricos y sociales...
ResponderEliminarabrazos!!
La zona portuaria ni te explico, era una ciudad costera cerrada al mar. La Rambla y el Gótico mantienen un encanto especial, pero lejano a lo que fue.
EliminarUn abrazo fuerte, Chema.
Que bello y nostalgico poema...lleno de recuerdos infantiles y otros no tan placenteros, pero que ahora a distancia se mezclan como el agua y fuego...lastima que esas ramblas de ensueño, se hayan congestionado de viajeros, que al no tener tus recuerdos, poco les importe su cuidado...bss
ResponderEliminarQue bello y nostalgico poema
Era muy bonito pasear de noche, sin acercarse mucho al barrio chino. Al amanecer tenían la prensa del día, húmeda su tinta aún, y los pajarillos de las tiendecitas comenzaban a despertar con trinos...ear magia pura, de un tiempo ido.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo