Aturdido hacia la libertad.
El camino a la libertad se perfiló estrecho,
jalonado con muros de opresión pétrea,
de techos bajos, de aire enviciado,
de señales de aire libre allí a lo lejos.
Poder recorrer tan pocos pasos
era la aspiración dormida de su alma.
Su cuerpo se había acostumbrado
al poco espacio, al recinto de su celda.
El día en el que se percató del azul,
del aire que olía a luz y libertad,
por un segundo incierto quedó paralizado.
Sus miembros no parecían responderle.
La costumbre de las medidas acotadas
había delimitado sus escasos movimientos.
Como un pájaro al que abre la jaula
le aturdió la infinita sensación de libertad.
Trastabillando,
salía del pozo de su prisión.
Aprender a ser libre, y decidir
nunca resultará fácil.
El difícil camino de la libertad...
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay caminos que cuestan andar, pero cuando los traspasamos sabemos que el viaje ha merecido la pena.
ResponderEliminarUn besazo, feliz día.
El camino hacia la libertad esta bordeado de zarzas y flores silvestres, de todo hay en el camino. Encontramos muros infranqueables y para superarlos no tendremos otro remedio que levantar el vuelo, nos guían las ganas de avanzar. Un poema muy bello, te felicito.
ResponderEliminarAhora tendrá que tomar decisiones y temer equivocarse.
ResponderEliminarEso que le sucede recién liberado solo es el principio.
Quien es Laurita, la dela inscripción,?
Besazoooo
Pienso que aquellos que han estado encadenados de pies y manos, cuando son liberados, no pueden caminar o moverse bien porque los miembros se van atrofiando, jamas se recuperan plenamente, ni fisica ni mentalmente
ResponderEliminarNunca, más cuando esa libertad se nos ha negado obligándonos a vivir otra realidad.
ResponderEliminarUn beso dulce.