Nos faltó alguna madrugada tibia.
Un champagne con burbujas bien helado,
unas gotas de elixir de las delicias,
o un amor algo más equilibrado.
Nos sobró la impaciencia de tu boca,
y ese deseo tan loco y tan temprano.
Mi prudencia excesiva en las pasiones,
y esa glorieta con olor a desengaño.
Nos faltó la quimera, por bandera.
Más valor de mi piel sobre la tuya.
Un dueto entre las flores como orquesta,
y una brisa marina con locura.
Nos sobró, ay amor, tan larga espera.
Las trampas en las manos de los necios.
Nos faltó y nos sobró, ay, primavera,
equilibrio para andar por un trapecio.
O no sobró, ni faltó, y hubo bastante,
pero quedamos sin tomar el tren
de un diptongo vacío y ya sangrante
que moría al bajarnos al andén.
Tu exposición poética, precisa y reflexiva, me ha hecho pensar si no será que en el tema afectivo siempre queremos más.
ResponderEliminarHoy nos dejas un poema sobre el amor que es cierto, a veces no sabemos si damos más o nos quedamos cortos.
ResponderEliminarTal vez deberíamos menos pensar y más actuar, aunque eso nos lleve a ese diptongo donde la tilde no sabemos muy bien donde situarla.
Un abrazo y un besote.