Me rondará más pronto que tarde
la parca, con su guadaña y calavera,
con las cuencas negruras del tiempo.
Mientras la muerte me alcanza
quiero muertes de mentira, espasmos centrípetos.
Quiero morir mil veces en mi tálamo
Entre tus brazos, sondeando horizontes,
con mi cuerpo pulsátil y anhelante,
todo mi yo busca tu ser, erguido, enloquecido.
Quiero morir mil veces, pequeñas muertes vivas,
sentir que me muero, sin dudarlo
saber que más tren que vaya al cielo no veré.
Quiero morir entre jadeos y sudores,
sentir que con la muerte me renazco,
saber que en la esquina de tu sueño
serás mío por siempre. Sin remedio.
Pero qué alegría volver a ver una entrada tuya, querida Albada, pero qué voz más bonita tienes, me ha encantado escuchar tu voz recitando el poema, qué buena ha estado esta entrada. Mi admiración. Y un aplauso.
ResponderEliminarBesos enormes.
Gracias, Mari Pau, por ofrecernos tu declamación que si es bonito leerte más lo es escucharte. Que esa muerte la queremos todos, y no la que, por desgracia , a todos nos ha de legar.
ResponderEliminarUn besazo y mucha suerte.
Que tarde en alcanzarte...
ResponderEliminarUn abrazo.
Si creo que dormir o estar en una especie de espasmo al lado de un ser amado, puede ser una especie de muerte.
ResponderEliminarYa te lo han dicho pero es verdad, se te añora y cuando regresas nos entusiasmamos; ya había oído tu voz pero me sigue gustando escucharte. Abrazos y hasta pronto
ResponderEliminar