Me sorprende
el alba
pensando, en lo mucho que no quiero pensar
y en lo mucho que llegué a sentir. Sintiéndote.
Me atrapa
la
vista de un cielo con nubes viajeras y esponjosas.
Ligeras, como las palabras que te dije. Hablándote.
Me serena
la
brisa que eriza mi camisa de seda mientras voy,
en volandas, hasta el
portal de mi casa. Aún recordándote.
Me demora
recopilar lo mucho que te he escrito, y escribo
sobre lo mucho que no llegué a
decirte, ni diré. Aún escribiéndote.
Me reconforta
desayunar chocolate de la jícara de los recuerdos
blancos,
pan recién hecho y fruta en flor. Olvidándote.
Dulces y conmovedoras imágenes que reflejan lo más profundo de los sentimientos. Palabras que sorprenden, atrapan, serenan, demoran y reconfortan, como sonidos al amanecer.
ResponderEliminarExcelente Albada.
Un fuerte abrazo desde mi amanecer!
Gracias.
EliminarTu inteligente lectura.
La lectura.
La emociones.
La vida....
Un abrazo.
Los pasados inundan nuestro presente, y si se trata del amor... son océanos los que nos invaden. Al principio expulsamos el océano en forma de lágrima ¿porqué son saladas sino? Luego, con el tiempo, ese que todo el mundo dice que todo lo cura, quedan los océanos en el corazón sin salir por el lagrimal, y de vez en cuando, con sus latidos, retomamos sensaciones, que lejos de ser olvidadas, son vividas con cariño y, por que no decirlo, con nostalgia.
ResponderEliminarEl pasado vive en el presente, y nos da tregua, muchas veces. Para gozar de él y preparar con esmero el pasito que nos conduce al futuro, incansablemente, inexorablemente.
EliminarUn abrazo Luis.
Cuesta despedirse de algunos recuerdos. Un abrazo.
ResponderEliminarMientras se puede recordar, persona o sensación, yo creo que siguen vivos, parcialmente al menos, a través de nuestra memoria.
EliminarUn abrazo.
Brillante!!!!!
ResponderEliminarGracias Virmared!!!
EliminarBienvenida, a esta, tu casa.
Un abrazo