Recoge de mi fuente tu sed, y del paisaje de
arena mi fe. Haz de mi rincón un hatillo, donde desatar tus entresijos, Y regresa otro día al lugar donde nos
gustó empezar, Caminos de miel y azahar, sombras de luna mirando un mar.
Era la intención. Esas rimas planas, de los pocos años y rizos entre pecas.
Entre savias de poca edad y sueños por empezar a dibujar, en esa caligrafía adolescente de un bolígrafo Bic de punta fina. Para cada cosa hay una edad, y la poesía para todas ellas. Seguramente...
Caminos dulces, paisajes de luz, rincones del alma, un bonito paseo en el recorrido de tus letras.
ResponderEliminarUn beso.
Los caminos, que a veces se abren a su propio ritmo, con su propio destino, con laberintos ocultos...caminos vivos
EliminarGracias por tu generosa lectura. Un abrazo.
El regusto naif de estos versos me arratra a aquel lugar donde a todos nos gustó empezar.
ResponderEliminarAbrazos
Era la intención.
EliminarEsas rimas planas, de los pocos años y rizos entre pecas.
Entre savias de poca edad y sueños por empezar a dibujar, en esa caligrafía adolescente de un bolígrafo Bic de punta fina.
Para cada cosa hay una edad, y la poesía para todas ellas. Seguramente...
Un abrazo.
Estoy leyendo estas bellas líneas y hacen que el amanecer tenga un sentido más profundo, muy bello.
ResponderEliminarLee silabeando
Eliminarque las letras, sin pasado,
devienen olas de mar,
caracolas en el pelo
...o un jardín por habitar
Gracias. Un brazo fuerte