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lunes, 26 de agosto de 2013

La chelista sorpresiva.


La vi atacar la partitura con el señuelo de su arco.


Con las piernas en hogueras por conquistar el tempo y el adagio.


Con la mirada hacia el pasado de su propia brisa en los ensayos.


Atada a la brida de un corcel, cual jinete, galopando en paisajes inventados.


Y así, mirándola vivir quién sabe qué sabores, como niña golosa de la vida,


me quedo degustando el brillo de picardía en su gesto. Ese de infancia revivida.


Han Na Chang,  será próximamente la directora musical de Filarmónica de Qatar. No dudo que será protagonista de extraordinarias obras. 


http://www.thenational.ae/arts-culture/music/qatar-philharmonic-orchestras-new-unifying-force

4 comentarios:

  1. Debe dar gusto tener su oído para captarlo, su sensibilidad para matizarlo, su capacidad para interpretarlo, su ángel para trasmitirlo y su disposición para disfrutarlo.
    Creo que esta envidia sí que es sana.
    Un abrazo.

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    1. Debe ser un gustazo tener las capacidades que apuntas, y que creo que son innegables. Porque no tenía idea de escribir nada por hoy. Las musas estaban idas y ha sido ver este vídeo y llegarme una vivencia que pudo y supo compartir.

      Esa envidia seguramente i es pecado, sino virtud.
      Un abrazo, Macondo

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  2. Pues no sé si está atada a la brida de un corcel, pero hace galopar los sueños con cada acorde. Ah, la música, esa infinito capaz de penetrar por un cuerpo sin oídos...
    Abrazos, compañera

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    1. Veo que te ha causado lo mismo o similar que a mí. La música esta mujer no sólo la vive. En este fragmento lo hace tan intensamente que es una evocación de todos los sentidos. Y alguno que no logro identificar, que es lo que me ha hecho escribir.

      Un abrazo fuerte en un pentagrama.

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Ponen un gramo de humanidad. Gracias por leer.