La vi atacar la partitura con el señuelo de su arco.
Con las piernas en hogueras por conquistar el tempo y el
adagio.
Con la mirada hacia el pasado de su propia brisa en los
ensayos.
Atada a la brida de un corcel, cual jinete, galopando en paisajes inventados.
Y así, mirándola vivir quién sabe qué sabores, como niña golosa de la vida,
me quedo degustando el brillo de picardía en su gesto. Ese de infancia revivida.
Han Na Chang, será próximamente la directora musical de Filarmónica de Qatar. No dudo que será protagonista de extraordinarias obras.
http://www.thenational.ae/arts-culture/music/qatar-philharmonic-orchestras-new-unifying-force
Han Na Chang, será próximamente la directora musical de Filarmónica de Qatar. No dudo que será protagonista de extraordinarias obras.
http://www.thenational.ae/arts-culture/music/qatar-philharmonic-orchestras-new-unifying-force
Debe dar gusto tener su oído para captarlo, su sensibilidad para matizarlo, su capacidad para interpretarlo, su ángel para trasmitirlo y su disposición para disfrutarlo.
ResponderEliminarCreo que esta envidia sí que es sana.
Un abrazo.
Debe ser un gustazo tener las capacidades que apuntas, y que creo que son innegables. Porque no tenía idea de escribir nada por hoy. Las musas estaban idas y ha sido ver este vídeo y llegarme una vivencia que pudo y supo compartir.
EliminarEsa envidia seguramente i es pecado, sino virtud.
Un abrazo, Macondo
Pues no sé si está atada a la brida de un corcel, pero hace galopar los sueños con cada acorde. Ah, la música, esa infinito capaz de penetrar por un cuerpo sin oídos...
ResponderEliminarAbrazos, compañera
Veo que te ha causado lo mismo o similar que a mí. La música esta mujer no sólo la vive. En este fragmento lo hace tan intensamente que es una evocación de todos los sentidos. Y alguno que no logro identificar, que es lo que me ha hecho escribir.
EliminarUn abrazo fuerte en un pentagrama.