Imagen de Dorotea |
Siguiendo una iniciativa de Dorotea, esta es mi aportación
Los queseros
Ahora, el agente de aduanas le había
hecho abrir la maleta. El fragmento de gorgonzola, tan bien envuelto en doble
papel de aluminio y metido en una bolsa de cierre hermético, emitía un leve
aroma a queso fermentado. Sus vacaciones en Milán y alrededores le había hecho engordar
cinco quilos, pero los caprichos gastronómicos bien valían unas sesiones de
gimnasio posteriores. Se despidió del queso oloroso con todo el pesar de su
corazón, pero ya se resarciría cuando fuera a Islandia. Había contratado el viaje
para ver las auroras boreales, pero entre las actividades, se había apuntado a una
degustación de quesos, de reciente
historia, pero muy especiales de sabor, por el tipo de ovejas de tales latitudes.
Al entrar en el avión se
descalzó. Los pasajeros miraban, disimuladamente.
Las dos bolsitas de los bolsillos de su
cazadora habían pasado el control. Por si acaso, se había guardado un as en la
maga, para el próximo risotto en Barcelona.
De Google |
Todo previsto, un hombre inteligente y con recursos, y es que por el queso vale cualquier cosa. Un abrazo
ResponderEliminarYo no soy quesera, en absoluto, pero hija, mi curiosidad por saber la palabreja de marras me llevó a los quesos :-)
EliminarUn abrazo
Desde luego bien merecía la pena guardarse es as en la manga , ajjaj y quitarse los zapatos todo un detalle ..
ResponderEliminarAmiga el gusto de Luis le compartimos muchos ...
Un buen aperitivo para esta mañana del jueves-
Un abrazo y te deseo un espléndido día.
Hay aficiones a los quesos, que no comparto, pero bien valen una aperitivo de categoría.ç
EliminarUn abrazo
Seguir la senda de los quesos nos podría llevar a dar la vuelta al mundo. Creo que después de los vinos, estos derivados lácteos son los productos más extendidos del planeta. Así que un buen queso bien vale un buen relato, jeje.
ResponderEliminarUn abrazo.
De hecho, donde se hayan criado animales domésticos, seguro que hay, así que son universales. A mí en particular no me gustan más que los muy simplones, pero reconozco que la variedad hace que sean un platillo muy estimado en cualquier rincón del mundo.
EliminarUn abrazo, Josep Mº. Feliz tarde del jueves
Ya, ya sé que arrimo el ascua a mi sardina, pero donde esté un queso manchego en aceite, (sí, ese que empieza a ponerse de color rosa), habas tiernas recién cogidas, un tomate, pan candeal de hogaza y vino de Valdepeñas, no creo que haya nada superior.
ResponderEliminarSeguro que tu protagonista invita con ese "menú" a la tripulación y no tiene que descalzarse.
Ahora en serio, en casa somos muy queseros y nos gustan todos.
Besos.
Me apreció jocoso ere aroma de los bolsillos, que podía ser difícil de identificar. Estupendo menú nos has propuesto. Esos quesos los he visto y parecen contundentes también.
EliminarUn abrazo
Jajajajajaja, un simpático relato, y esa referencia a los modernos quesos de Islandia, un toque snob sin duda porque como dice Luis, donde esté el queso manchego...
ResponderEliminarMuy bueno.
Perdón quería decir: como dice Juan L. Trujillo.
EliminarEl manchego es un clásico, donde puedes elegir la curación que atraiga más al paladar. Irse muy lejos paar degustar buenos quesos, me parece snob y bobo, pero para gustos, todo es la vareidad.
EliminarUn abrazo
Todo muy lindo pero que lástima a mi no me gusta el queso! jaja
ResponderEliminarbesos
Pues somos dos. El semi sí me gusta, o un requesón con miel también puede que lo pida, pero no doy para mucha variedad. El mundo de los quesos, que es inacabable
EliminarUn abrazo
¡Muy divertidas las estrategias de Luis! Me encantan los quesos, menos el gorgonzola y los demasiado fuertes y picantes.
ResponderEliminarBesos, Albada.
Cada uno tiene sus estrategias para traerse a casa productos de los viajes, pero vamos, yo no pasaba ese apuro ni por un buen queso. Que ya digo que no son mi fuerte.
EliminarUn abrazo y feliz tarde
El buen queso no tiene precio...
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro, son productos naturales que abundan en formas y variedades. Pensaba en uno gallego con forma de "tetilla", por ejemplo
EliminarUn abrazo y por un atarde feliz
Si es que, uno de los mayores placeres es el del paladar, y no hay nada como saborear aquello que nos hace tocar el cielo, aun cuando para ello, haya que utilizar esas artimañas y ases en la manga 😏
ResponderEliminarA mí el queso me encanta, sobre todo el curado y de sabor fuerte. Y leyéndote a estas horas, como que me ha abierto el apetito y me voy a comer.
Muy bueno, querida amiga. Un placer!
Abrazo grande, y feliz tarde 😘
Pues a meter mano aun queso a tu gusto. Nunca es mal momento para picar un poco de queso. :-)
EliminarUN abrazo grande y por un atarde amable y con meriendas con fundamento.
Uno puede hacer cualquier cosa por lo que le gusta, más si casi es un vicio, el personaje de tu relato es casi un traficante de quesos :)
ResponderEliminarUn beso dulce.
Parece un loco por los quesos, porque aprovechar el viaje a Islandia para eso, a mí me parecería excesivo.
EliminarUn abrazo, Dulce, y por una tarde bonita, aquí ventosa
Ummmm! que ricos los quesos, por gustarme me gusta hasta el tofu, con los que no puedo son con los que tienen mucho tufo a oveja o cabra, aunque algunos están riquísimos.
ResponderEliminarLa papilas son nuestro segundo estomago, lo que ellas no aprueban no lo dejan pasar.
Feliz jueves Albada.
Un beso
Estoy de acuerdo, las papilas gustativas son la primera barrera que atraviesa el alimento, así que, junto con el aroma, el mundo de los quesos es apasionante e inagotable.
EliminarUn feliz tarde del jueves te deseo, Carmen. Un abrazo
"Con pan, queso y vino, se anda el camino", un camino que he andado con mucho gusto y olor a gorgonzola... Muy divertido, tu relato! Gracias por participar y un abrazo
ResponderEliminarPues ese dicho no tiene desperdicio. Antes, los pastores, sobre todo, sobrevivían largas jornadas con eso, y tan ricamente que estaban. Un buen queso con pan es un placer de dioses, sin duda
EliminarUn abrazo y un gusto haber aportado este pequeño texto.
Mucho gimnasio va a necesitar como siga así...
ResponderEliminarDosis de ataque si sigue viajando por conocer quesos, ya te digo, un alocura
EliminarUn beso
Tengo una debilidad: los quesos, jeeeeeee
ResponderEliminarBesos.
Es un alimento muy completo, y además, sirve de comodín, así que me parece fenomenal.
EliminarUn abrazo
ResponderEliminarTambién tengo una anécdota de un queso y aduana, pero lo salvé. Creo que mi cara de pena me sirvió.
Un abrazo
Con uno de cabrales un amigo tuvo una anécdota, y lo salvó también, seguramente por la misma causa :-)
EliminarUn abrazo
No haría yo muchos viajes para degustar quesos. No me gusta casi ninguno y menos los de olores fuertes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estamos en la misma situación. No soy nada quesera, pero mira, me dió por hacer este post :-)
EliminarUn abrazo
Empezaré a ver el queso con buenos ojos después de tu relato
ResponderEliminarMientras lo escribía pensé que igual me animaría a probar más quesos, pero no. :-)
EliminarUn abrazo y feliz día
Recuerdo ir de pequeña a la finca Las Terceras con mis abuelos. A comprar un buen queso manchego curao para echar en aceite. Recuerdo que con el paso del tiempo el queso tomaba un color sonrosado, y a mi que me mandaban a la despensa para cortar un pedazo de ese manjar, el olor tan fuerte que desprendía se me quedó grabado y aunque manchega de cuerpo y alma, el queso tan fuerte no me agrada.
ResponderEliminarBuen relato, Albada
Recuerdos de un queso. Muy bueno. En particular no me gustan los quesos, pero me pasa lo que a ti con las aceitunas. Un tío nos traía uns tinaja de barro con aceitunas aliñadas a su manera. El olor era muy fuerte, mucho. No lo podré olvidar.
EliminarUn abrazo y gracias por comentar.
Desde luego, vaya ocurrencia la de Luis! jajajaja
ResponderEliminarA propósito de quesos, te cuento que compramos un queso en Cabrales (Asturias) y lo envasamos muy bien envasado por aquello del olor, Pero, no había manera, de vuelta a casa el intenso olor dentro del coche era insoportable. Tuvimos que bajar la ventanillas y te digo que vivo en Jaén (suma km) jajajaja
Bss.
Madre mía. A mi amigo con el Cabrales le pasó que nunca más pudo usar esa maleta. Sin negar que a quienes les gusta, el olor no les molesta, hay quesos cuyo aroma tumba.
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Nada, todo un ejemplo a seguir, sin obviar ninguna de las precisiones que has puesto. Qué lastima que no lo hayas presentado para el concurso de "envejecimiento saludable", que vamos a publicitar en mi centro de salud en las próximas semanas, sería un buen relato a considerar y a trabajar con los participantes. Muy logrado. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarHábitos saludables son los que permiten envejecer con dignidad y mejor humor, así que si te sirve, no dudes en utilizarlo. Viajar es sano también, y el queso, sin duda lo es
EliminarUn abrazo.
No sabia yo que en Islandia habia buenos quesos, sera cuestión de provarlos....En serio yo si que soy muy quesera y como buena manchega me quedo con el que nombra el amigo Juan Trujillo. Besos.
ResponderEliminarSin dudarlo, será un queso excelente. Yo no pude con uno de oveja al cien por cien de unos primos. Tenía un color extraño, anaranjado, la piel más oscura. Pero sin duda ese de aceite, que he visto, estará sensacional.
EliminarUn abrazo
Una para saber y otra para aprender :-)
ResponderEliminarMás sabe el diablo por viejo que por diablo.
Me ha encantado.
Un beso enorme.
Ya lo creo, la sabiduría de la edad no tiene parangón. Con gusto por los quesos o sin él
EliminarUn abrazo grande y feliz finde
Pues a disfrutar con esos ricos quesos, ya que consiguió con sabiduría pasarlos por la mismísima aduana.
ResponderEliminarUn abrazo
Capaz que vaya comiendo alguno en el propio avión. Imagino que desifrutará de ellos.
EliminarUn abrazo y feliz finde
Muy divertido! Me ha recordado una anécdota en un paso fronterizo en la Patagonia, donde un severo control aduanero, obligó y permitió en el tiempo de espera, degustar un buen queso entre las personas que pasaporte en mano, no podíamos pasar alimento aguno.
ResponderEliminarUn beso.
jaja, cuando me lo comentaste pensé en una película mu antigua, de un Salami que se comían en la aduana de USA. Es que hay normas muy estúpidas.
EliminarUn beso, Alfred y feliz martes