Siguiendo la iniciativa de Títulos con puzle, de Mónica, mi aportación es la que sigue
Había soñado con un paraíso,
pensando siempre en Cancún o alguna remota playa relajada. Cuando se despertó aquel
día, el silencio le produjo una sensación de vacío. Miró el reloj y confirmó que
pasaban minutos de las diez, asombrándose de tal hora, pues acostumbraba a
despertar con la salida del sol. Lo extraño es que parecía haber pasado un año
desde que se durmiera. Mucho sueño para un adulto, pensó sonriendo. Recordaba
vagamente su ingreso en la UCI a finales del dos mil veinte, y su ordenador
decía estar en el año dos mil veintidós, pero podía ser un error de su aparato,
tanto tiempo sin encenderse.
Le estorbaba la colcha, y el
pijama. Miró el termómetro del comedor, veintidós grados. “Genial, se dijo, temperatura
primaveral”. Salió a la calle, y encontrándola desierta, se felicitó por tal descubrimiento.
Nadie, lo que se dice nadie, salvo un grupo de loritos verdes que se contaban
sus cosas. En el bar, vacío, desayunó un café hecho por ella misma. En el supermercado
tampoco había ni un alma, ni comprando, ni cobrando, así que llenó su carrito
de comestibles y regresó a su casa. Ese silencio le permitió concentrase en el
noveno capítulo de su novela, uno de los más complejos ya que ese protagonista
con un pasado rocambolesco le estaba costando de dar forma. En la tarde miró su
móvil, silencio, ni un wasap, y se dijo, “si no hay noticias, son buenas
noticias”.
Antes de dormir miró la tele,
el noticiario hablaba de los últimos datos de la pandemia, con unas cifras ridículas.
El locutor, claramente enfermo, comentaba unas imágenes de Tokio, de París y de
Nueva York con calles desiertas. De hecho, como habían muertos tantos
habitantes, según parecía, aceptó ser los pocos supervivientes y sintió estar
en un paraíso, extraño, eso sí. Sin distracción alguna para su novela, la acabó
en pocas semanas, tal grado de tranquilidad había a su alrededor, pero le costó
encontrar una editorial operativa. Les había gustado mucho, pero hicieron una tirada
de doscientos ejemplares, alegando que no quedaban apenas lectores ni medios para
hacerles llegar el libro.
Aburrida, a los dos meses de paraíso,
llegó a la conclusión más lógica y más amarga. “Si hubiera escrito la novela
cuando la pensé, se dijo, a estas alturas me habrían dado el Nobel. No debí posponer
una y mil veces ponerme con ella”.
Palabras 387
No hay paraíso sin "otros" al menos es lo que creo y me parece que tu protagonista está a punto de darse cuenta.
ResponderEliminar=) Casi hemos coincidido en el título, Albada jeje.
Un abrazo y muchas gracias por participar.
Opino igual, sin otros, sin personas cerca, veo imposible ser feliz, por lo que paraíso no puede ser una isla desierta, por ejemplo.
EliminarUn abrazo, y sí, hemos coincidido :-). Feliz día, anfitriona
Estamos tan acostumbrados a este mundo que ni en una isla desierta nos sentiríamos en un paraíso por mucho tiempo. Y tu relato no está muy lejano de la realidad, hace poco un joven despertó del coma luego de diez meses y se enteró de la pandemia. Todo es posible.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Sí, lo vi por la tele, y el pobre estará alucinando hasta que se adapte. No podemos vivir sin personas, no en vano en las prisiones, el castigo es estar incomunicado.
EliminarUn abrazo, Dulce.
Me encanta ese juego de trasposición del tiempo y la realidad. Que bien lo urdes. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarMuchas gracias. Ese futuro cercano no lo imagino, pero quién sabe.
EliminarUn abrazo
Un futuro cercano, lástima por la buena difusión del libro.
ResponderEliminarUn beso.
jaja, con la que había caído, le pobre con sus cuitas tan pequeñitas ¿no?
EliminarUn beso
Últimamente la ciencia ficción es tan real que preocupa…
ResponderEliminarMejor hacer las cosas en ese primer impulso, por lo que pueda suceder…
Muy bueno, querida amiga.
Un abrazo grande, y muy feliz día 💙
No hay que dejar para mañana, indefinidamente, lo que nos pide la mente, o puede pasar que dejemos escapar el tren.
EliminarGracias. Un abrazo, y feliz día
Esa manera de hurgar en el tiempo y la realidad es extraordinario. Ya que das a entender que no hay paraísos sin otros en función de nuestros impulsos.
ResponderEliminarExcelente relato, Albada.
Un abrazo gigante y buenas tardes.
Creo que no puede haber ese paraíso sin iguales, con quien comunicarse, y fíjate, es que hasta que haya quien escucha o lee, digamos, son necesarios.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias. Por un bonito finde
Somos seres sociales y muy pocas cosas tienen sentido sin poder compartirlas.
ResponderEliminarEn cuanto al Nobel quizá lo tenga más facil.
Un abrazo.
Pues sí, sin competencia, acabará con el Nobel, pero sin lectores...tampoco lo veo como un premio :-)
EliminarUn abrazo, Ángel
Interesante relato con esa "moraleja" final de la protagonista que arranca una sonrisa, "nuevamente"
ResponderEliminarUn abrazo.
No podemos permitirnos el lujo de dejar pasar los impulsos, ni los trenes, porque no sabemos qué nos espera.
EliminarGracias. Un abrazo, Rafael
La verdad es que vivir en ese mundo ya no es vida. Necesitamos de los demás, y despertar así más bien parece una pesadilla que un paraíso. Un magnífico relato, Albada, aunque no quisiera que se cumpliera.
ResponderEliminarUn abrazo
Ese despertar pata mí sería una pesadilla, pero imaginé una escritora tras un coma profundo, y su visión. No, no podemos ser felices sin gante, hasta ella a los dos meses está harta.
EliminarUn abrazo, y feliz viernes
Oi Alba, obrigado por nos trazer uma ótima história.
ResponderEliminarGracias, Luiz, un abrazo
EliminarPues vamos camino de algo por el estilo... si no es el virus será el cambio climático.
ResponderEliminarEscribamos ahora...
Besos.
La subida de los océano puede ser una hecatombe, seguro.
EliminarUn beso
Preocupante lo que imaginamos que nos viene encima, quien lo vea claro.
ResponderEliminarEl cambio climático es lo que me preocupa, mas que nada, para el 2060 nada será igual, nosotros no lo veremos.. Gran Relato Albada.
Un abrazo
Espero no verlo, por supuesto. Todo indica que el cambio climático ya está aquí. Sus consecuencias las iremos viendo, de poco en poco.
EliminarUn abrazo, y por un finde estupendo
Hola os dejo un comentario de una amiga que ahora empieza con relatos y cuentos. por si podeis darle una mano
ResponderEliminarGracias
Hola buenas tardes noches te escribo ya que buscando en internet blog de relatos he encontrado al tuya. Me gusta mucho como lo has expuesto todo, yo empiezo ahora y no tengo mucho ara ofrecer pero si quieres pasar a visitarme estaria muy agradecia
Gracias besos gemma94juneda@gmail.com
https://www.blogger.com/profile/18416890779054375852
Bueno, vi su página.
EliminarUn abrazo
Madre mía,una visión casi apocalíptica aunque el relato discurra de forma pausada y calma, la autora no se percata de lo que sucede alrededor.
ResponderEliminarImpresionante tu relato Albada, realmente eres muy talentosa!
Un beso grande.
Gracias, pero no sabemos si en unos años, por lo que sea, habrá menos habitantes en la Tierra.
EliminarUn abrazo grande, Luna
Hola Albada.. ¿Qué es el tiempo? Sabemos que es algo que está en nuestras vidas y que nos propicia los cambios, pero se nos hace muy difícil darle una definición.
ResponderEliminarComo decía Joan Barril, en una novela. Cada día que pasa es tiempo ganado, vive cada día como si fuera el último..
Un abrazo..
Es lo mejor, vivir como si fuera le ultimo día, seguro que haríamos las llamadas a la gente querida, acabaríamos esa faena que dejamos inconclusa...
EliminarPor el hoy, por no dejar pasar los trenes, de los afectos sobre todo.
Tremenda la sensación apocalípticas que transmites , sin grandes retruécanos. La pandemiia hace que la ciencia ficción tome tintes de realidad. ¡qué horror!
ResponderEliminarNo pasará, este virus no aniquilará a la humanidad, pero pueda que algún otro, más virulento y letal, sí pueda hacerlo.
EliminarMuchas gracias, Tracy. Un abrazo grande
Vivimos tiempos raros, tu relato es más real y actual de lo que creemos. Disfrutemos el ahora...quien sabe que será lo proximo.
ResponderEliminarAbrazos Aldaba.
Por si acaso, hay que disfrutar del hoy, del presente, porque sin ser adivinos, no sabemos qué nos espera en un futuro cercano.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Esperemos que eso no suceda y estoy de acuerdo que a veces se posponen las cosas para más adelante y mira lo que pasa. Nunca dejemos lo que podamos hacer hoy para mañana. Muy bueno. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarAprovechar el momento, la inspiración, la energía del ahora, es lo que podemos hacer. No sabemos qué nos espera, en el mundo ni en nuestro cuerpo.
EliminarUn abrazo, y feliz finde
Me recuerda a The Omega man. Que frustración, lograr una novela y quedar con pocos lectores.
ResponderEliminarSi queda la organización para el premio Nobel, tal vez lo gane, habiendo menos competidores.
Besos.
Claro, si quedaba en Suecia la organización, igual se lo daban, pero creo que ya ni siquiera eso sería un premio.
EliminarUn abrazo, y gracias. Por un bonito día
bueno, la inspiración llega cuando llega. las novelas se nutren de las vivencias del autor, y si la hubiera escrito antes, quizá no habría sido tan buena. claro que, pensándolo bien, habría tenido más lectores, porque un escritor escribe para que lo lea alguien...
ResponderEliminarabrazos!
Es la paradoja. Ahora que tiene tiempo y silencio escribe, cuando no tiene sentido. O precisamente escribe porque no puede hablar.
EliminarUn abrazo, Chema. Por un bonito día
tardamos en decidirnos y a veces ya es tarde. Cuantas novelas se han escrito tarde y otros se han adelantado con su misma idea. La pandemia en la que estamos inmersos y el escritor desde tu puesto de escritora, don piezas bien unidas. Un abrazo
ResponderEliminarParece ridícula la actitud de la escritora, con tantos problema de supervivencia y ella ahí con sus problemas de chichinabo, pero así lo imaginé.
EliminarUn abrazo grande, Ester
Un paraíso donde solo se vive tristeza,
ResponderEliminaren estos días todos nos sentimos diferentes,
ya nada es como antes,vivimos asustados,
tu relato mi amiga lo dice todo, y a seguir
sobreviviendo.
Besitos dulces
Siby
No sabemos qué nos espera, llevamos casi un año entre confinamientos, restricciones y cifras de muertos. Un paisaje poco alentador. Hay que coger al vuelo a las musas y escribir :-)
EliminarUn abrazo, y feliz finde
Impresionante tu relato amiga, Cancun es un paraíso Albada, aveces pienso que lo conoces y que algo hay de ti por ahí, yo voy a Cancun dos veces al año y en Abril estaré por ese paraíso otra vez si la pandemia me deja, sino pospondré mi viaje. Me encanto leerte amiga, saludos.
ResponderEliminarHe aplazado dos veces mi viaje, pero irá, cuando pueda. Por ver la isla de las mujeres, y esa playas de arena blancas sobre todo. Creo que es buen lugar para escribir, no hace falta la soledad de mi protagonista :-)
EliminarUn abrazo
Quedaras encantada cuando pises esa arena blanca como polvito cósmico .... Ojala pronto puedas ir. Saludos amiga.
EliminarSeguro que sí. Estuve en DF, Acaculpo, Teotihuacan, Guanajuato, Xolula... Pero no en Yucatan, y lo visitaré, cuando pueda. Un abrazo grande
EliminarMuy bueno tu relato. Tiene de todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra que te haya gustado, Rocío
EliminarUn abrazo
La verdad es que debe de ser bastante espeluznante levantarse y contemplar tal panorama... Es casi postapocalíptico. Menos mal que la mujer tiene una motivación para seguir viviendo en su novela, aunque pocos la lean.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, sin motivación alguna, la soledad a tal extremo ha de ser agotadora.
EliminarUn abrazo, y bonito día
Bueno , hay que aprovechar la vida, relato para la reflexión.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues sí, que igual luego nos arrepentimos :-)
EliminarUn abrazo, Amapola
despertar en un mundo que no es el tuyo, asumir la nueva realidad, NO, nada de eso puede pasar no debe pasar . La humanidad hemos soportados campos de trabajo y reeducación y hasta de exterminio. Las guerras han sido una constante desde Caín y Abel, y no podemos tirar la toalla , no por nosotros si no por nuestros hijos, ellos son los que van a pagar la factura, los nietos: si son pequeños perderán los recuerdos. Tu personaje termina con un lado humano: Debí editar antes mi libro. Un abrazo
ResponderEliminarEse lado humano es el que me gustaría que quedase, no hay gloria, ni premio como estar con gente que te quiera. Lo demás se puede comprar.
EliminarUn abrazo, y gracias por tu estupenda reflexión.
Hay que coger al vuelo a las musas y escribir :-)
ResponderEliminarAlbada, es lo que hacemos tod@s de nosotr@s.
A mi personalmente me salva del tedio y del aburrimiento, y ayudo a mis neuronas para que continúen activas.
Espero que la situación de ciencia ficción que nos relatas, no llegue a convertirse en realidad.
Enhorabuena por el relato...Abrazos y feliz fin de semana.😘
Esperar sentado a las musas o sirve tampoco, pero cuando se presentan, hay que cogerlas, claro, porque nos libran de esa realidad que ahora nos tiene hartos.
EliminarUn abrazo, y gracias. Por un finde estupendo
Pues sí, el relato suena a eso que ahora se dice tanto de distopía, la recreación de un futuro inmediato, ¡como si el futuro existiera realmente más allá de nuestras previsiones! Me ha gustado pero me ha escalofriado un poco. ¿Ves? Al final lo literario y las percepciones y sentimientos de un lector se arropan. Ah, y el texto me hace pensar que la actual circunstancia pandémicas y sus efectos múltiples nos están llevando a muchos a darle vueltas a cómo quedará todo después. Bueno, más que nada a nuestros temores e inseguridades. Un abrazo.
ResponderEliminarNo podemos vislumbrar el fututo, si bien antes podíamos imaginarlo a medio plazo, y ahora está difícil hasta a corto plazo. Nos planteamos, y ya era hora, cómo será lo de viajar en le fututo, lo del cambio climático, lo de estar confinados aprovechando el tiempo...cosas que nos ha traído esta pandemia. También nos salen a la luz miedos que ni sabíamos que teníamos, y en definitiva, para mí ha sido una pandemia (que con la vacuna quedará en el olvido), que aportó grandes reflexiones.
EliminarUn abrazo
Pasó su gran portunidad pero ¿cómo iba a saber lo que ocurriría? La pandemia hizo una labor de limpieza extraordinaria, pero la dejó sin posibiidades de hacerse famosa, ja,ja,ja. Y sola en una sociedad medio zombi. Pero mientras disponga de alimentos para resistir...
ResponderEliminarUna historia de ciencia-ficción (y espero que así quede) que denota tu gran y original imaginación.
Un abrazo.
La de planes que se han cercenado, quedado en un nimbo, por ahí. Esa escritora ha estado ausente, pero quienes no lo estamos sabemos la de cosas que no hicimos en su momento.
EliminarUn abrazo, Josep Mº
Hola Albada corazón lindo ya ves la vida pasa con lo que trae una pandemia el silencio en las calles, apenas nadie en los establecimientos, la noche para dormir ah que bien que se levantara tarde, hay quien no duerme apenas porque tiene muchas pesadillas, como por ejemplo yo, es un lujo levantarse un poco mas tarde, porque este relato te salió ! Brillante ! Feliz día perdona mi ausencia, que apenas estoy ya que escribir lo hace en unos simple minutos besitossssssssssssssss de con cariñoo
ResponderEliminarParecen ciudades fantasma, es verdad. A mí me acongoja aun poco, si bien no como los primeros meses, en los que alucinaba. Bien hallada. Eso de escribir acaba por ser una rutina, pero cuando se ha de dejar, por lo que sea, es bonito volver.
EliminarUn abrazo enorme, y feliz finde
Al ritmo que llevamos y con cada vez mas imbéciles de la negación y mas irresponsables, me temo que tu ficción sea una posible realidad.
ResponderEliminarBrillante relato.
Besos.
Con la vacuna no será, pero no gracias a esos idiotas negacionistas. Cada día em caen peor, pobrecillos.
EliminarUn abrazo
Hoy tuve que salir y dije, ¡genial!, no hay tráfico, conforme iba manejando veía lo amplio de las calles y lo vacío que se veía, llegué al edificio, no había fila, no había cajeros, hice el pago en un automático, se sentía amplio, bien, pero luego recuerdas el por qué y te da cierta tristeza.
ResponderEliminarEn tu relato lo que percibo es que, no hay paraíso sin alguien a tu alrededor, puede ser cómodo sin aglomeración, pero llega un momento que lo resientes y la moraleja es que, no pospongas lo que has decidido hacer, la importancia del aquí y el ahora.
Es cierto, se circula estupendamente, sin colas, salvo las que veo en lugares insólitos, como sitios de lotería pequeños. Uno piensa en cuánta gente está quedando sin trabajo y se deprime, pero es la realidad de esta pandemia. Las farmacéuticas facturan como nunca, la gene teme como pocas veces.
EliminarUn abrazo, y feliz finde.
UF! Leyendo sobre la tranquilidad pausada de la protagonista se me han puesto los pelos de punta. Para mi más que un paraíso seria el infierno. Muy bueno aunque espero que no se cumpla. Besos.
ResponderEliminarDe hecho, de paraíso, nada de nada, hasta ella, tan contenta al principio luego ya no lo está.
EliminarUn abrazo
"..Nadie, lo que se dice nadie, salvo un grupo de loritos verdes que se contaban sus cosas...." ... el planeta recuperándose hasta llegar a su prístina naturaleza
ResponderEliminar\m/ Alba \m/... Abrazo de Viernes
Los animales estarían encantados, charlando entre ellos, sin esos incómodos humanos cambiando tanto todos los hábitats. Pero no sé si los supervivientes estarían felices :-)
EliminarUn abrazo
Entiendo perfectamente a la protagonista, lo feo de la pandemia ha sido el darnos cuenta de las cosas que veníamos dejando pendientes y que ahora no son tan fáciles de hacer, como el viajar a ciertos lugares, por ejemplo. Igual, con lo dispersa que soy a veces, creo que en esta situación de ciudad desierta yo igual tardaría mucho en terminar mi propia novela, jaja. Hablando en serio, buen relato. Un abrazo.
ResponderEliminarEsta pandemia nos está enseñando humildad, y tal vez valorar las relaciones humanas, pero el precio sigue siendo caro. Igual sí que con tiempo y silencio las musas iban de tu mano ¿eh?
EliminarUn abrazo, y feliz día
Muy original tu cuento, es dificil lograr un tema con tan pocas palabras, pero lo lograste y muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias. Se puede perfectamente, por supuesto, sin florituras de ambiente etc.
EliminarUn abrazo y que el finde te sea estupendo.
Me encanta el relato. A veces también me gustaría despertar al final de la pandemia... pero da miedo encontrarse en un panorama así. Se van sucediendo los hechos y este mundo irreal de los relatos puede tener su "verdad".
ResponderEliminarEsperemos que siga siendo tu relato de ficción!
Bss
Será ficción, creo, pero sí que a veces uno sueña con silencio, con poderse concentrar, y cuando llega, por inmovilidad obligada, se percata de hasta qué punto necesitamos a los demás.
EliminarUn abrazo Sylvia. Por un bonito día
Relato distópico que logra transmitir en el lector la angustiosa soledad del superviviente en un mundo en el que la mayoría han desaparecido. Luego ese final, con esa vuelta a otra dimensión temporal en el que el narrador se desentiende del ficticio recuperando su ser real es magnífico. Me ha gustado mucho, Albada.
ResponderEliminarBesos
Estar solo, como en un sueños se topa con la realidad de lo que implica. Me parecía que la persona que llevaba un año fuera de la realidad, podía pensar en sus cosas, sus ambiciones, como si fuera importante.
EliminarUn abrazo, Juan Carlos
Haciendo bueno no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
ResponderEliminarUn futuro muy real, quien sabe que vendrá después de esto.
Un placer leerte
Beso
Hay que disfrutar del hoy, pero eso es superable. Que no lleguemos a estar hablando de supervivientes.
EliminarUn abrazo, y por un día estupendo
"Carpe diem", la vida es un suspiro. Buen relato.
ResponderEliminarBesos apretados.
Lo es. Lo que dejamos para otro día, una y otra vez, se puede perder, seguro
EliminarUn abrazo
es cierto que ha en falta los demás, pero para un ratito no está mal. eso de comprar sin pasar por caja tiene su qué.
ResponderEliminarun viejo sueño de la Infancia cumplido, quedarse solo después de cerrar, escondido en unos grandes almacenes
besozss, amiga
Pues ese sueño que quedarse solo en un centro comercial ha de ser una maravilla. Nunca lo había pensado, pero me apuntaría :-)
EliminarUn abrazo grande, amigo
A ti no te ha pasado lo mismo que a la protagonista de tu historia. Si bien las condiciones para la publicación de tu libro no son las mejores, todavía no llegan a las de la protagonista de tu historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
No, yo he publicado cuando me dije de hacerlo, no por nada, es que uno no es adivino :-)
EliminarUn abrazo
No se yo si tu relato acabe convirtiendose en realidad muy pronto...somos unos inconscientes. ¿ Aprenderemos alguna vez que somos prescindibles en este planeta ?
ResponderEliminarBesos
Espero que aprendamos a valorar lo que vivir en sociedad, a viajar menos y contaminar menos, pero ya veremos
EliminarUn abrazo, y por un domingo estupendo
Es que se corre el riesgo de no hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Es verdad, es mejor no dejar las cosas para más adelante, mejor hacerlas cuanto antes. Yo soy de esas. Que si hay que hacer algo, cuanto antes mejor. Porque luego lo vas dejando.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato.
Besos enormes.
Dejarlas y dejarlas, la final no hacemos lo que teníamos pensado, y es un error.
EliminarPor estar aquí y ahora, aun con el virus. Un abrazo enorme, María
Eu queria muito que seguisse
ResponderEliminaro meu blog...
Beijos
De nada, un gusto. Un abrazo
EliminarQué optimista... si es que queda gente para formar el jurado, jajaja. Negro, negrísimo, Albada. Gracias por sacarle punta y humor a la situación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que al final, este virus nos está dejando sin fuerzas, pero al menso que nos permita escribir :-)
EliminarUn abrazo
Los pelos de punta... Una distopía demasiado al alcance de la mano para no temblar por ello.
ResponderEliminarUn relato fantástico. Felicidades, Alba.
Tiempos extraños, pero que no cercenan las ganas de escribir.
EliminarUn abrazo grande