La mejor manera de canalizar mi vocación fue a través de aquel accidente. En una carretea sin tráfico, y de noche, lesioné a un tipo por saltarme un stop, y ahí mi vida se fue a pique. Diez años aprendiendo de cárceles y procesos judiciales, de indemnizaciones y de caraduras. Aunque cuando un sicario fue mi compañero de celda, aprendí mucho más.
Al salir del talego tuve que rehacer mi vida, y asumí lo útil que hubiera sido darme a la fuga aquella noche, habiendo rematado al tipo. Ahora me anuncio como recaudador de deudas. Mis tarifas son moderadas, pero me permiten vivir decentemente.
Todas las cosas tienen su lado bueno. Aquí le permitió un aprendizaje que en la vida normal no hubiera tenido. Cobrar de los morosos no es tan sencillo.
ResponderEliminarUn beso.
Seguro que el paso por la trena le enseñó mucho. No sé si bueno :-)
EliminarUn beso
Gracias por ver la sonrisa que dejas con tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias a ti por tu lectura, Rafael.
EliminarUn abrazo
Bien contada la historia.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Demi. Un abrazo
EliminarDicen que de los errores se aprende y mira por donde tu protagonista es uno de esos convirtiéndose en recaudador de deudas.
ResponderEliminarMuy bien llevada toda la historia.
Un abrazo
Puri
Recaudador de deudas, es que es un oficio que tiene su intríngulis :-)
EliminarUn abrazo, Puri, por un bonito día
El tiempo y los errores no se borran, al parecen, ubican.
ResponderEliminarMe gustó tu historia.
Saludos te dejo.
Se aprende tarde, que siempre es un problema, pero si sirve para rectificar, benditos errores.
EliminarUn abrazo, Guillermo, por un día estupendo
Si al final le ha servido de algo todos los errores cometidos en el pasado, pues entonces no está nada mal. Aunque haya tenido que estar en la cárcel. Lo peor es si hubiera matado al señor, entonces sí que su conciencia no le dejaría dormir.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho como has ido desarrollando el micro.
Besos enormes.
Creo que se arrepiente de haberlo haberlo rematado, pero sólo él sabe si duerme más tranquilo ahora de lo que habría hecho de haber acabado matando.
EliminarUn abrazo, y a por este día, con ganas.
Me ha recordado y no se muy bien porque a un relato que escribí en noviembre del año pasado. Claro que compararme contigo es una osadía. Una profesión que le permite poner en practica lo aprendido. Abrazos
ResponderEliminarNo lo recuerdo, pero quién sabe, eso de pasar poro la cárcel es un máster de vida :-)
EliminarPor saber rectificar a tiempo, Ester. Un abrazo
Qué bien llevado. Una buena perspectiva de esa vocación que el tiempo y las circunstancias acaban gestionando; y aun cuando somos dueños de nuestros actos, nunca lo somos de las circunstancias que son, al fin y al cabo, las que determinan nuestro trayecto.
ResponderEliminarMuy bueno, querida amiga.
Un abrazo grande, y muy feliz día 💙
No mandamos en las circunstancias, y nuestra actitud siempre es lo principal, pero hay cosas, ese accidente, que devienen un punto y aparte en nuestras vidas.
EliminarUn abrazo, y a por un miércoles gozoso
Cuantas historias similares hay en este mundo, buen relato... un abrazo grande
ResponderEliminarMuchas, ya lo creo. Acontecimientos que nos marcan.
EliminarUn abrazo, y por un día estupendo para ti
La cantidad de flashes que deja caer tu narrador en tan poco espacio. Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esa cosas que suceden en unos segundos pueden contener un universo de instantes que dejan huella, seguro.
EliminarUn abrazo, Macondo
Sí señora, eso es aprovechar las clases y concluir el ejercicio pendiente. Muy irónico y redondo el escrito.
ResponderEliminarjaja, era un alumno aventajado. Ser sicario no es fácil, de hecho :-)
EliminarUn abrazo
Giro radical a la vida, excelente estos micros son geniales. Me gusta mucho leerlos. Un abrazo y mucha, mucha suerte.
ResponderEliminarBesos!!
Son muy cortos, por fuerza. Me alegra que te gusten.
EliminarUn abrazo y feliz día
Buena historia, me gustó leerlo♥
ResponderEliminarGracias, disfruto con ellas. :-) Un abrazo
EliminarUna historia de resiliencia.
ResponderEliminarSupo dar la vuelta a esa vida pasada que sin duda lo marcó para siempre.
Muy buen relato!
Un beso grande.
Le marcó por completo. No sabemos cómo quedó el accidentado, quien seguro que se acuerda del tipo cada día de su vida :-)
EliminarUn abrazo, y a por un día estupendo
muy buen relato sobre un tema muy interesante. en la cárcel no hay sólo delincuentes al uso, también habrá gente que haya sido condenada por alguna imprudencia temeraria, por algún delito fiscal...
ResponderEliminarlas personas que han estado en la cárcel, se supone que se reincorporan al mercado laboral. alguien que te atiende en un lugar público puede haber estado en el trullo...
abrazos!
Los trabajos que hacen después son diversos, porque algunos se forman en la cárcel, pero este acaba siendo sicario, seguramente lejos de su vocación de juventud :-)
EliminarUn abrazo, Chema. Por run miércoles bonito para ti
La vida da muchas vueltas y tu historia así lo refleja. Buen micro Albada.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Son montañas rusas, Dulce, quién sabe cómo acaba un recorrido que parecía rectilíneo, ¿no?
EliminarUn abrazo, y por un día grato para ti
¡Hola, Albada!
ResponderEliminar... Todos tenemos derecho a una segunda oportunidad y debemos aprovecharla al máximo porque la vida es una.
Excelente relato, me gustó mucho.
Un fuerte abrazo. 🌷😘
Tenemos y debemos darnos la oportunidad de tener otras opciones. Aquí, tras la cárcel, lo aprendido muy bueno no podía ser.
EliminarUn abrazo
Si aprendió de su error fue para bien lo sucedido. Un buen relato amiga, como de la vida real. Saludos a la distancia-
ResponderEliminarTal vez era más fácil haber matado al tipo, pero creo que hizo bien en no hacerlo.
EliminarUn abrazo, y a por un bonito día
A veces nos sorprende una lección de la vida, y nos ensaña mucho más...aprender de un error es sabiduría.
ResponderEliminarFeliz día Albada
Es sabiduría, seguro, no equivocarse es poco humano si uno se fija
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
Hola Albada.. La vida esta para equivocarse, pero también esta para aprender.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya lo creo, aunque no sé su fue un error dejarle vivo, creo que la vida es muy bonita siempre.
EliminarUn abrazo, Llorenç
A mi me da la sensación, mas que sensación la seguridad que salió mas profesional de ahí, ahora lo tiene como un trabajo ¡¡¡¡Glop!!!
ResponderEliminarMe gustan estas historias muy cortas con tanto para contar.
Un abrazo :)
Ser sicario a sueldo para cobrar deudas es una profesión que no creo que se aprenda sin pasar pro la cárcel o similar, pero igual sí :-)
EliminarUn abrazo, y por una tarde grata
¡Me encanta leer tus minirrelatos! Están siempre muy bien escritos.
ResponderEliminarUn abrazo, Albada
Gracias, son muy cortitos, es verdad
EliminarUn abrazo, Rita
Yo creo que es un trabajo con mucho futuro y sin grandes complicaciones de tipo fiscal.
ResponderEliminarBesos.
Ni renta ni impuestos, es un oficio que da mucho de sí.
EliminarUn beso
La vida tiene muchos imprevistos.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Besos.
Seguro, en unos segundos la vida pueda dar una vuelta de campana. Pero lo bueno es seguir, aprendiendo, en lo posible.
EliminarUn abrazo y por una tarde estupenda para ti
Giros inesperados que nos despiertan ciertas vocaciones. Muy bien, Albada. Te felicito y para mí... eres ganadora, siempre.
ResponderEliminarMil besitos más ♥
Ay, gracias. Son frases que invitan a mil puertas por abrir. Me alegro que te gusten algunas que empujo :-)
EliminarUn abrazo, y muchas gracias.
Eso, hay que rematar la faena... jajajaja
ResponderEliminarBesos.
Pues casi que sí. Es broma :-)
EliminarUn abrazo, Laura
Se ve que la cárcel no le ha enseñado nada bueno, o ha preferido no aprenderlo.
ResponderEliminarMuy buen relato!👏🏼👏🏼👏🏼
Creo que, salvo excepciones, no se aprende mucho, bueno, se entiende, pero se sobrevive, y se aprende a hacerlo.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde