Te voy a recordar,
Joana, sin calle mojada ni llamándote Amanda, pero corriendo a la fábrica donde
trabajabas con Celestina, tu hermana mayor y coqueta. Pasabas ante las trincheras
aún por desbaratar, y con el frío de un invierno, impostado, en tu corazón. No habías
podido dejar atrás aún el sonido de las últimas bombas, pero una canción de
amor se te instalaba en el cielo del paladar, junto al sabor a hierro y cierto regusto
a orines.
Aprendiste a no
mirar lo que te rodaba, salvo tus zapatones, un, dos, un, dos, mientras los
de ella sonaban clic, clac por la avenida. Dejaste de cargar con la miseria de la posguerra, con las hambrunas y los piojos, y te adentrabas en la fábrica textil cada
día, al rayar el alba. Te ponías a hacer nudos en la máquina, ese telar tan largo,
tan ruidoso y tan implacable.
Cuando un día te
siguió el joven de sombrero ladeado supiste que un tic tac nuevo nacía en tu
corazón. Y a partir de ese día creíste ver cómo telar y latidos, se acoplaban sincopados,
esperanzados, hasta que sonaba la sirena.
De vuelta a tu
casa, acompañada por él, tu sonrisa ancha iluminaba la carretera de Sants. Mucho
más que las farolas de gas, hasta hacerte florecer.
Palabras 212
Por Victor Jara, una canción en el recuerdo.
Elogio a sua admirável escrita em participação num desafio
ResponderEliminar.
Cumprimentos cordiais
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Mucha sgracias, me alegar que te gustara. Dalió muy poétoco :-)
EliminarUn abrazo
¡Precioso relato, Albada. Cuánto han pasado algunas personas y cuanto están pasando otras personas!!!
ResponderEliminarCuánto por construir...
Y hermosa canción que me traen muy buenos recuerdos.
Besos
Cuánto por reconstruir, sobre todo la confianza. En eletema Manuel se iba a una guerra,a la sierra, y no volvía. Cuántos Manuel hay por el mundo ¿no?
EliminarPor la sonrisa ancha que produce el amor. Un abrazo
El amor ilusiona y pone cristales de colores frente a la cotidianidad fea y apática. Abrazucos
ResponderEliminarEs poner crstales rosas en las gafas invisibles. Y funciona, siempre funciona, incluso en guerras. Es la grandeza de amar.
EliminarUn abrazo Ester
Un homenaje al gran cantor, no superado en su contexto. Crueles sus asesino, no mataron sus canciones. Has hecho bien en prolongar hasta este escrito su recuerdo.
ResponderEliminarNo me quedaba otra, porque con la palabra fábrica me vino a la mente. Y mataron a Víctor, y mataron a Lorca, y mira tú qué vivos siguen.
EliminarUn abrazo
Un relato precioso lleno de romanticismo poético.
ResponderEliminarMe ha encantado tu narrativa y el homenaje a Víctor Jara.
Un abrazo.
Me alegra, salió muy poético, y puse los orines como contrapunto, porque era una posguerra.
EliminarGracias. Un abrazo
Un pasado para olvidar un futuro que invita a vivir.
ResponderEliminarUn beso.
El amor se abre camino, entre las trincheras incluso.
EliminarUn beso
Víctor Jara se merece este homenaje.
ResponderEliminarSus recuerdos en letras no los pueden matar.
Buena aportación.
Un abrazo albada
Ahí voy. A lorca lo mataron, y está siempre vivo. Me pareció un homenaje sutil y sincero a Jara.
EliminarUn abrazo, Carmen
La canción preciosa de Victor Jara has hecho de este jueves un relato musical con amor de por medio y un tic tac que suena de lo más melódico y romántico. Me gusto mucho.
ResponderEliminarBesotes y feliz día.
Un nuevo ritmo en su corazón, y quedó musical y poético, pero salió así.
EliminarUn abrazo, Campirela
Fabuloso homenaje a Víctor Jara, Albada
ResponderEliminarLa canción "Te recuerdo Amanda" me trae muchos recuerdos...
Un beso enorme
Ayer estuve cantándola varias veces por mi casa. No morirá. Eso es lo que no saben quienes matan la razón y la belleza, o las ideas, que matando no se consigue callar la voz.
EliminarUn abrazo
Me quedo con ese "tic-tac" nuevo..."
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que lo imaginé como un renacer entre cráteres y desolación. Gracias.
EliminarNi te imaginas los recuerdos que acabas de despertarme con esta canción... aynssss
ResponderEliminarEl relato es muy bueno.
Besos.
A mí un montón. Era muy joven, mucho, un 11 de septiembre, pero Pinochet fue le detonante para hacerme muy revolucionaria.
EliminarUn abrazo
Me has llevado a la infancia… cuando mi hermano mayor cantaba, tocando la guitarra, esa canción de Víctor Jara…
ResponderEliminarBellísimo homenaje, con un relato que toca el alma…
Un verdadero placer leerte, querida amiga.
Abrazo grande 💙
Yo la tocaba a la guitarra también. Y ayer reviví un tiempo, lejano y oscuro, que provocó una reacción inmensa en la niña que era, y me despertó. Lo malo es que no pude volver a dormir :-)
EliminarUn abrazo
alucinante cuando las letras envuelven mi mente y se convierten en imágenes
ResponderEliminar\m/ A2 \m/... Mortal !!!!!!!!!!!!!!
Cierto, en la mente las imágenes se convierten en pensamientos. Aquí la palabra fácbrica me llevó a Manuel, de Jara.
EliminarUn abrazo
Los recuerdos no pueden ser borrados de la memoria de un pueblo. Buen homenaje para Víctor Jara que vive en la memoria de mi país.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Es lo que se consigue con matar, que no mueran. Mira Lorca...
EliminarUn abrazo, Dulce
Esta canción, tu relato..., pero qué bonito, Albada. Volver a latir al unísono es la cometa en el cielo. Precioso, todo.
ResponderEliminarMil besitos y muy feliz tarde ♥
Ese sincopar los sonidos rítmicos. Me pareciño una imagen perfecta.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo
¡Qué magnífica combinación la de Victor Jara y tus letras!
ResponderEliminarHas logrado un relato entrañable, lleno de cándida esperanza en la sonrisa de la joven que en ese tic tac entrelaza suspiros, corazones y deseos. Con el derecho de vivir en paz y con amor.
Mil gracias ALBADA por haberte sumado a mi convocatoria. Beso grande.
Casaban, se buscaban, y les di voz. Un gusto sumarme, me llevó a un tiempo y a una guitarra que se rompió no hace mucho.
EliminarUn abrazo
La memoria siempre tiene resquicios inmortales, Albada, y tú lo haces presente.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Es que hay esos resquicios atenporales, y por ahí regresamos a una imagen y un
Eliminartiempo perdidos. Yo con una guitarra, por ejemplo, cantandoa Vior Jara. O a Bendetti
Un abrazo
Boa tarde Alba. Obrigado pela linda história. Bom final de semana com muita paz e saúde.
ResponderEliminarGracias. te deseo un bonito fin de semana, Luiz. Un abrazo
EliminarTe ha quedado redondo. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Macondo. Un abrazo inmenso
EliminarAmor mata opresión y los sueños son capaces de destruir la desesperanza. Buen argumento para recordar a todas esas Amandas que trabajan de sol a sol por su pan de cada día. Un abrazo
ResponderEliminarNo hay amor que no sea capaz de aniquilar hasta las balas.
EliminarUn abrazo y por las Amandas del mundo, Juanitas y toda mujer trabajadora y enamorada.
Lo fue. Esa Juanita existió, y su historia de amor nació así.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué bonito y más aun sabiendo que se hizo realidad!
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Se hizo y duró toda la vida. Luego un día él murió, a los setenta y dos aaños, y ella casi que no sabía vivri sin él.
EliminarUn abrazo, y gracias
Precioso relato incluido su acompañamiento de Jara, perfecta combinación amiga Albada.
ResponderEliminarUn gran abrtazo.
Casaba tan bien que no pude inhibirme :-)
EliminarMuchas gracias. Un abrazo enorme
Maripau, me gusta como has desarrollado todo el cuento, tan breve y es una novela en si mismo.
ResponderEliminarUn abrazo y buen finde.
Lo es, y duró toda la vida de ambos. Iluminaba la calle yendo de su brazo.
EliminarUn abrazo, y gracias. Fue genial el finde :-)
Precioso, me ha encantado.
ResponderEliminarSAludos.
Cuánto me alegra. Un abrazo, y por una tarde bonita.
Eliminarla historia importa, por que es necesaria, pero cuando la forma elegida la utilización de las indispensables herramientas trazan en la mente del que lee una imagen real, es el momento de decir que estas participando de algo hermoso. Un escrito precioso de literatura exclusiva lo que nos regalas. Un abrazo
ResponderEliminarGracias. Esas ciscunstancias de Joana eran las que describí. Y sí, su sonrisa, yendo de su brazo, realmente iluminaba, pero de verdad.
EliminarPor Jara, y su Manuel, que murió en la sierra. Y él en un estadio bajo Pinochet
Precioso relato y homenaje. 👏🏼👏🏼👏🏼
ResponderEliminarMuchas gracias. Era demasiado tentador dejarlo pasar. Porque Amanda podemos ser todas
EliminarUn abrazo
Ohhh es preciosa la historia. La superación y la intensidad del corazón.
ResponderEliminarBss
La intensidad de un amor, que empuja y empuja por encima de las circunstancias.
EliminarUn abrazo
Te ha quedado preciosa, una historia gris de postguerra que tú haces florecer. He alucinado cuando nombrabas la carretera de Sants, ese fue mi barrio cuando me casé. Besos
ResponderEliminarEs donde sucedió y donde vivieon toda la vida, en la calle Alcolea.
EliminarUn abrazo y feliz tarde
ka posguerra seguro que fue una época muy complicada, y a pesar de todo había ilusiones y motivos para sonreír cada día...
ResponderEliminarabrazos!
Es la grandeza del amor, no conoce riesgos, ni miserias. Es así de grande y loco.
EliminarUn abrazo
Qué bellísimo y tierno relato.
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo.
Muchas gracias. Es real, eso te lo aseguro. Y me fue imposible no pensar en Jara y su Amanda
EliminarGracias a ti. Un abrazo
Simplemente genial, Albada. He disfrutado leyéndote.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Muchas gracias. Mi finde fue estupendo, con mar y algo de lluvia, pero muy bien :-)
EliminarUn abrazo
Una participación muy bonita , como todas las que te caracterizan.
ResponderEliminarSe nota que tú eres quien primero las disfruta, como debe ser.
Es que disfruto escribioendo, y aquí era casi escribir las memorias de un amor que conocí. Una mujer de bandera, eso sí.
EliminarUn abrazo
Es cierto, el amor hace florecer a algunas personas.
ResponderEliminarMi saludo dejo por aquí.
No, creo que a todas las personas. Se florece, si se ama. Estoy segura.
EliminarUn abrazo, amigo
Vale.
EliminarMua, mua, mua
Oh, qué bonito, Albada. Y la canción de Víctor Jara me recuerda mucho a mi padre, que siempre lo ha escuchado *.*
ResponderEliminarUn besazo
Es que era una canción preciosa, en la tristeza de ese Manuel, y la posterior muerte de Víctor Jara.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde
Duró hasta la muere de él, cincuenta y dos años creo. Y fue muy bella, además.
ResponderEliminarUn abrazo, y por Victor, que no murió al matarle, quien no murió, mira mi post si no :-).
Me haces sentir la realidad a cada entrada. Me adentro en tu corazón como algo mío en cada gesto, en cada mirada...Te persigo día y noche pero, soy tímido para mis adentros. Trabajo sin cesar en monólogos que se van a ninguna parte y tú, cuando entras en la fábrica, me persigues con esa sonrisa que nunca tuve...Mientras las días pasan aferrados a mi pasión de enamorado...Sé que te llamas María, que trabajas en la oficina, que cada vez que entras en el taller, tu mirada se cruza con la mía...Sin embargo, la timidez y la virtud de tener un corazón puro donde el amor, está por venir...
ResponderEliminarQué preciosa declaración para María, ojalá una mujer esté detrás de esa sonrisa iluminando la oficina de la fábrica.
EliminarUn abrazo, amigo
Una historia preciosa que como una película me adentré y aún en esa resiliencia.
ResponderEliminarTodo siempre florece.
Encantada siempre de venir y leerte relatos han bellos.
Gracias. La historia era muy bonita entre ese gris marengo y sucio de la posguerra inmediata.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Una melodía preciosa para esa historia de amor que nos cuentas. Desde luego la manera con la que has entretejido el sonido de las botas de la protagonista con el trabajo en la fábrica y luego, con el amor, la transformación del sonido del telar es tan bonita,tan delicada, tan cariñosa que estoy pensando que las personas de las que nos hablas son reales y tienen vida en ti.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fueron reales. Por eso me fue fácil conjugar música, ambiente gris y esa sonrisa abriendo paso al amor.
EliminarUn abrazo, y muchas gracias
Boa segunda-feira com muita paz e saúde minha querida amiga Alba.
ResponderEliminarGracias, Luiz. Un abrazo. Feliz semana
EliminarQué bonito :)
ResponderEliminarGracias!. Un abrazo
EliminarUna historia que nunca pasa de moda, porque siempre se repite la misma historia, aunque los siglos añadan números romanos.
ResponderEliminarVolverán las postguerras de siempre para empezar de cero, como de cero empieza el amor, la esperanza, la sonrisa feliz.
Una canción del revés tiene sentido.
Abrazo y feliz primavera!
Es así, tras cada guerra el amor genera nuevas ilusiones, y a la larga nuevos hijos. Es triste, pero sucede siempre.
EliminarUn abrazo, y a por un bonito día
Un relato precioso Albada, bonita historia de amor. Un abrazo.
ResponderEliminarLo fue, y me pareció bonito traerlo de la mano de Victor Jara
EliminarUn abrazo
Hola Albada.. Que bonito, me ha encantado el relato, como le das sentido y sensibilidad. A más la carretera de Sants seguro que el sombrero se lo compro en la antigua casa Siscar, por cierto ya desaparecida. Yo vivo cerca y lo he sentido muy próximo..
ResponderEliminarUn abrazo.
Vivián en calle Alcolea. Y era ese barrrio de Sants, con todo el sabor a barrio de la época. La lechería de calle Alcover con el boxeador sonado y las lecheras de peltre
EliminarMe alegra que te gustara. Un abrazo, Llorenç
Eso es un reflejo en épocas de guerra. Donde la miseria y aceptación te obligan a empezar una nueva vida... porque no hay alternativa. Buscar explicaciones a lo que pasa, a las cosas, no tiene sentido.
ResponderEliminarLa imagen al empezar a leer era desoladora, luego un joven de sombrero alado, llega a cambiar el rumbo de la historia .
Aunque no deja de ser desolador el paisaje. Pero nunca se llega más allá del suelo.
No se si se entiende...
"Y a partir de ese día creíste ver cómo telar y latidos, se acoplaban sincopados, esperanzados, hasta que sonaba la sirena." un día más para soñar.
Tardé un año en ver tu comentario, perdona.
Eliminar