Esta vez será la definitiva ─le dijo Pablo a su mujer y a los dos hijos.
Volvió a pagar para cruzar
la frontera en balsa. El destino era USA desde que nació la pequeña Paulina,
hace ya seis años.
La primera vez
les abandonaron en el desierto de Texas, logrando sobrevivir de milagro. Les regresaron
a la ciudad fronteriza de Laredo, donde los padres trabajaron, viviendo en una
habitación sin ventilación durante los últimos tres años.
No había vuelta
atrás, habían atravesado todo México, partiendo de Nicaragua, huyendo de un
futuro que no llegó jamás. Habían quemado todas sus naves. Pidieron dinero a la familia, malvendieron su casa y su
coche, así que sólo les quedaba seguir o perecer.
En Roma, ciudad
ante el río Grande ya no había ninguna posibilidad de abortar la huida. El
Coyote les alargó una barquita como de playa, y tras montarse en ella los
cuatro, les empujó hacia el centro del río.
La balsita volcó,
y la madre y el chaval se alejaron río abajo, hacia la desembocadura lejana. Paulina,
sujetada por un padre aterrorizado, miraba cómo su mamá se perdía en la
distancia. No sabía si tenía que llorar o no, porque no ha tenido tiempo de saber lo que es una infancia normal.
Palabras 208
El tema de la emigración visto desde un ángulo diferente, pero real. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desde dentro ha de ser horible. Pero la foto era fantástica y me ihizo imaginar
EliminarUn abrazo
A muchos la vida los pone en situaciones en que no queda más remedio que seguir hacia adelante, sea como sea. Sin tiempo para pausas, ni para pensar, ni para sentir.
ResponderEliminarBuen relato, como siempre ;)
Un abrazo
Creo que se anestesian los sentidos, a fuerza de sentir. Es una enorme tragedia, por los niños, sobre todo.
EliminarUn abrazo, y gracias.
Un tema que nos deja sin palabras, el darlo todo por llegar a un bienestar.
ResponderEliminarLa fotografía y tu texto lo dicen todo.
Un abrazo grande y enhorabuena por el relato ❤️
Cuando nada se tiene, ni esperanza, hay que buscar la vida mejor, es lícito y loable, pero la inmigración es un problema, y una tragedia
EliminarUn abrazo, y feliz dia
Emotivo texto que nos remite a una intensa y profunda reflexión sobre lo que en su día fue la llamada emigración ilegal donde había muchos y variados riesgos. Tan emotivo, tan real.
ResponderEliminarFelicito su participación muy bien ilustrada por la foto.
.
saludos poéticos
.
Pensamientos poéticos y ensoñaciones
.
Se sigue llamando inmigración irregular. Porque ilegal una persona no pude ser. Es un goteo continuo, y sangrante-
EliminarUn abrao, y feliz tarde
Tan impactante como real, Albada. Qué pena de niños que no viven su infancia. Traumático.
ResponderEliminarMil besitos y mis felicitaciones ♥
Son infancias robadas, seguro. Y ven cosa que no deberían ver.
EliminarPorque puedan estar en sus países. Un abrazo
Desgarrador, lo peor de todo es que esta situación la está viviendo mucha gente y nos hemos acostumbrado a los telediarios y eso deja mucho que desear al ser humano. La insensibilidad de algunos seres humanos me da miedo, mucho miedo.
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Con Siria nos anestesiamos. Ahora vemos los que huyen de Ucrania, pero lo olvidaremos. Son dos millones hasta ahora. Es un degoteo imparable. La gente quiere dar un futuro a sus hijos y hacen lo que sea.
EliminarUn abrazo y feliz tarde, a pesar de estas tragedias diarias.
Un abrazo, y sí proque no nso hagamso estatuas de peidra. Un abrazo
Escalofriante historia la que nos dejas y la imagen da fé de ello. Es la historia de una familia pero cuántas otras podían contarse en todos los lugares del mundo. Allí, aquí y dónde, incluso, la vida no era tan precaria pero un bombardeo la ha destruído y aniquilado, dejando tantas infancias con una mirada horrorizada al volver la vista atras. Qué injusto todo el desamparo de unos y toda la hartura de otros.
ResponderEliminarAgradezco mucho tus dos visitas en mi entrada de ayer y el aprecio que sentí en tus palabras.
Un abrazo
Son instantes que capta la cámara, que contiene esa historia trágica. La de los perdedorres. Y no importa el país, se huye hacia el norte. Ahora los ucranianos hacía PoOlonia o donde puedan, pero la inmigración es una lacra que no sabemos atajar.
EliminarUn abrazo, y gracias a ti.
Qué tragedia la de los immigrantes que huyen del hambre, de la injusticia o de las dos cosas a la vez. Y lo has sabido plasmar con tanto realismo que este relato pone los pelos de punta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una ficción másque probable, seguro que la realidad es muchísimo más cruel en más de una ocasión.
EliminarOjalá la gente pudiera tener un futuro en sus países. Un abrazo, Josep Mª
Una historia por desgracias que se repite con demasiada frecuencia. Nos has hecho ver y sentir las escenas que nos narras. Un besazo y muy feliz miércoles.
ResponderEliminarEra fácil imaginar una historia. Porque la expresión de la nena llega al corazón.
EliminarDemasiada gente buscando un futuro para los hijos. Y no sabemos arreglarlo, pero vamos a Marte. No se entiende. Un abrazo
¡¡Uff! La verdad es que tu relato es demoledor, y por desgracia, real.
ResponderEliminarTerribles situaciones y muy injustas...
Besos
Esta es medio suave, porque hay testimonios de escalofrío. En la era de Trump, la de niñoa que quedaron entre rejas y solos, por ejemplo.
EliminarUn abrazo, Maite
Hay que ser muy valiente para emprender esos viajes, se que es necesidad pero es una decisión tajante y muy dolorosa. Merecen llegar. Abrazos
ResponderEliminarCuando no queda esperanza, la vida tan sólo, hasta la vida no vale nada. Por eso se la juegan.
EliminarUn abrazo, y feliz tarde, Ester
Estremecedor y contundente.
ResponderEliminarBesos
Es un ejemplo inventado. Hay historias muchísimo más duras en esa huida a una vida mejor, seguro. Mira las senegalesas, las que consiguen llegar a España, son supervivientes natas.
EliminarUn abrazo, Myriam.
Jo... duele mucho.
ResponderEliminarQué pena.
Besos.
Es una pincelada diminuta de una realidad. Pero duele, sí.
EliminarUn beso
Un horror ver a los niños llorar. Eta mañana he visto como un niño pegaba llorando a su padre por marcharse a la guerra.
ResponderEliminarSin palabras Albada, este horror nos está superando.
Un abrazo
Esta vez era emigrar, no éxodo, pero los niños son los mismos, no entienden, ni ese al ver al padre ir a la guerra , ni esta niña dejando atrás a la madre. Vaya infancias, por Dios.
EliminarUn abrazo, Carmen
Gracias. Un saludo, Arthur
ResponderEliminarUn relato doloroso sobre una realidad aun más dolorosa. No qiero ni imaginar lo que sufren esas personas y lo que han sufrido antes para decidirse a pasar por eso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y lo que les espera hasta llegar, si no perecen por el camino.
EliminarES una tragedia, sin duda. Un abrazo
Menos mal que es ficticio pero podría ser real, las lágrimas de un niño marcan el corazón.
ResponderEliminarUn abrazo y suerte con el libro.
La imagen era muy inspiradora. Una historía latía detrás.
EliminarGracias. Un abrazo
Conmovedoramente real. Siempre habrá migrantes mientras a la sociedad se le estratifique, y no se le incluya. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarCuando se sienten deshechados, se van, por supuesto. Necesitan valor, eso sí.
EliminarUn abrazo
Durísimo y crudo relato, desgraciadamente, reflejo de una realidad de tantas, que crean dolor e impotencia.
ResponderEliminarNo deja indiferente…
Un abrazo grande, querida amiga 💙
Que no nos volvamos estatuas de sal, amiga. Porque hay mucho que mejorar.
EliminarUn abrazo grande, Ginebra
Una historia que si es irreal, se puede asemejar a la verdad que hoy en día está pasando por este mundo. Un abrazo.
ResponderEliminarLa imagen es eral, y detrás lleva una historia. La mía es la imaginada, pero tal vez es mucho más dura la real.
EliminarUn abrazo
Desgarrador...y lamentablemente tan cotidiana en tantos países... la impotencia,la rabia, la estupefacción de estas brutales noticias nos dejan helado el corazón.
ResponderEliminarPrecioso y estremecedor tu relato!
beso enorme.
Hay demasiadas tragedias por el mundo, algunas muy sonadas, Siria, y ahora Ucrania, y otras que no sabemos, pero no podemos ser indiferentes.
EliminarUn abrazo, y feliz día
¡Qué infancias más duras...! Y aquí quejándonos de nada...
ResponderEliminarMuy impactante tu relato.
Bss
Nuestros hijos se quejan por cualquier cosita, pero hay infancias muy duras.
EliminarUn abrazo
Y nos describes esa terrible realidad de los migrantes...
ResponderEliminarPaz
Isaac
La de los pies mojados, pero hay muchas más
EliminarUn abrazo, Isaac
Muy duro y muy bien escrito, Albada:
ResponderEliminarTe felicito por tus buenas letras.
Un beso enorme
Gracias, pero la imagen tenía una posible historia y la atrapé.
EliminarUn abrazo
Dolorosa historia con mucho de verdad.
ResponderEliminarCuantos escapan de sus paises en busca de un mundo mejor y perecen en el intento.
Un abrazo.
Muchos no llegan, es así de cruel, un sueño de años, de esfuerzos, y no llegan.
EliminarUn abrazo, y bonito día
Lo triste es que eso sucede a menudo y cada vez más en gran parte del mundo. Tu final lo refleja.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Es así, los que quieren un futuro mejor para los hijos van hacia el norte. Pero no porque quieran.
EliminarUn abrazo, Dulce
La última frase redondea un relato demoledor. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Infancias robadas, de pocas alegrías y mucho dolor.
EliminarUn abrazo, Macondo, y feliz jueves
Qué terrible historia hilada con maestría a través del mensaje dejado por esta magnifica imagen.! Un placer leerte, Albada. Un abrazo
ResponderEliminarEs un aposible historia, pero habría miles por contar. Me alegra que te gustara
EliminarUn abrazo, y feliz finde
Una historia real que se da en muchas geografías del Planeta y en Andalucía con las pateras tenemos mucho de qué hablar.
ResponderEliminarTú lo has descrito muy bien y además sabes de lo que hablas.
Un besito.
En las pateras ya son eneciclopedias de historias, todas de valentía, todas de perseguir un sueño.
EliminarUn abrazo, Tracy
Duró muy duro... seguir adelante no les queda otra, incluso cuando ves perderse lo más valioso de tu vida. Muy bien escrito, te atraviesa el alma. Besos.
ResponderEliminarEs que hay un punto de no retorno porque quemaron sus naves, y ya no hay vuelta atrás.
EliminarUn abrazo y gracias, Inma
siempre he meditado sobre lo que supone nacer a 600 km del lugar donde la gente huye. La pobreza asusta, la pobreza da miedo para el que no la padece. Nacer en otro país puede suponer tener o negarte un futuro. Un abrazo
ResponderEliminarEs el azar quien hcace que naciéramos donde fuera. Por eso me pomgo en la piel de quien nació en un país pobre, o en conflictos, porque es suerte no vernos así.
EliminarUn abrazo
Se dice que la vida es superar un obstáculo tras otro, pero tengo muy claro que hay vidas con obstáculos muuuy grandes, y la immigración es uno de ellos.
ResponderEliminarLa clave es la empatía y la humanidad. Cualquiera podríamos estar en su piel.
Genial contado, Albada.
Un besazo
Por supuesto. Hay vidas que son maratones de problemas y quien sobrevive es un superviviente pero de verdad.
EliminarUn abrazo, y sí, es puro azar no vernos como ellos.
Qué duro... tremendo 😔😔😔
ResponderEliminarLo has contado genial. ❤
Y lo que no sabemos, pero a veces podemos imaginar.
EliminarGracias. Un abrazo
Pudiera ser muy real. Sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuántas infancias se perdieron atravesando fronteras. Una historia muy actual. Saludos
ResponderEliminarIncontables. Son las víctimas más inocentes de los países con problemas.
EliminarUn abrazo
Una huida hacia algo mejor, o eso se espera, aunque, a veces, es un paso hacia atrás para más penurias pero por malas que sean igual son mejor que las que se dejan pero el precio a pagar suele ser muy elevado muchas veces.
ResponderEliminarLos niños siempre son los paganos de toda desgracia. Pierden una parte importante de su vida a base de dolor y lágrimas que nunca debieron sentir ni derramar.
Una historia cruenta pero con tremenda realidad.
Un beso enorme.
Es una huida hacia adelante, lo malo es ese precio, a veces excesivo, y por desgracia, a veces letal
EliminarPorque no sea necesarioo nunca. Un abrazo enorme.