Tomado de Google |
La pareja quemada y hundida en el primer asalto sentados en la cama de la habitación, donde subieron para cambiarse de ropa antes del viaje de novios.
El pastel simbolizaba uno de los avatares de la boda: la novia se tronchaba de la risa durante la ceremonia, el cuchillo-sable se había encallado en pastel nupcial quedando posteriormente clavado sobre la primorosa bandeja y justo tras el convite la suegra se fugó con el batería alegando una jaqueca.
La cancelación del vuelo hasta una mejora en las condiciones climáticas les permitió confirmar que el modo de solventar las dificultades y torear las situaciones era radicalmente diferente.
Pasada la reválida de ese día, la noche recuperó los signos de amor entre los labios, las confidencias y los buenos augurios entre risas y caricias
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