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Voy en el tren de Madrid a Granada del día dieciséis de
julio del 36. Un hombre de pelo negro, que identifico sin dificultad como Federico
G Lorca, por haber asistido a una charla que impartió en el Teatro Principal Palace de Barcelona, en las Navidades pasadas, se sienta mi lado, tras pedir permiso.
En su vagón cama le cuesta dormir, y toma asiento junto a mí, de
madrugada, en esos bancos de segunda, tal vez para huir del fuego que le asoma
por sus ojos cuando dice que va a celebrar el santo a su casa de la huerta de San
Vicente. Le digo que yo huyo de Madrid,
hacia Granada, porque mi madre enferma ha sido activista de la república y que
temo por ella.
-No se preocupe, me dice, su madre
estará a salvo. Si es mayor no se atreverán a hacerle nada.
-Y usted por qué regresa a su
casa, con el peligro que corre, ya sabe que la Falange puede hacerle detener, le dije
-No se atreverán. No
cometerán el error de detenerme ni hacerme nada, soy demasiado famoso para
quedar como salvajes, además espero que mi amigo pueda reunirse conmigo para
huir juntos. No quiero vivir en una España que se desangrará.
-No estoy segura, le contesto,
estos rebeldes moros con ese loco al mando, capaces de no perdonar a nadie
haber sido fiel al ideario republicano.
-Mi caso es diferente, señora. Por
favor no me ponga triste, que ando ilusionado con mi amigo rubio, mi amor soñado. Se llama Juan.
Veo que saca un billete de papel de un bolsillo, y una pluma. Pienso que se pondrá a escribir de un momento a otro.
-Qué maravilla, le digo, encontrar
el amor es el mejor motivo para querer vivir. Ojalá puedan irse juntos, pero,
sin querer ofenderle, ¿usted no cree que su amor secreto puede pesar negativamente
en una posible detención?
-No creo que se atrevan, además mi
familia es una familia de bien. La suya también, ahora que lo pienso. Ojalá
acepten que nuestro amor es sincero, y le dejen venir conmigo, me dice, ya poniéndose de pie. Se despidió de mí con prisas, tal vez por las musas.
Bonito relato con ese encanto mágico de la poesía y el poeta como fondo.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Un viaje ideado, en el que un rato con Federico podría marcar que recuerdo imborrable. Sabemos que Juan se inscribió en la División Azul y que acabó trabajando para el ABC, pero en ese día, la ilusión del poeta era que su amor pudiera reunirse con él, pero no pudo ser
EliminarUn abrazo y feliz noche
Me ha encantado, parece escrito por aquellos idealistas, por aquellos poetas, personas que querían vivir y dejar vivir. Es posible que volvamos a esos vagones de tren...
ResponderEliminarEl relato de encanta.
Un abrazo.
Gracias. Esos vagones de huidos, de gente que deseaba vivir y dejar vivir sin ser perseguidos, duró demasiado tiempo. El poeta se fió de su fama y de su familia, pero calculó mal. El odio a los rojos y a los homosexuales era un cóctel mortal para Lorca.
EliminarUn abrazo
No se atreverán...
ResponderEliminarSe atrevieron.
Y hoy en día aún se atreven a todo.
Esos sí, disfrazados de ciudadanos.
Besos.
No ha cambiado nada, porque cambió todo para que nada cambiara, eso sí, con vestido de democracia y respeto de boquilla.
EliminarUna pena, una página negra, como los magníficos sonetos oscuros, una más de nuestra historia reciente. Un beso
Supongo que sería el pensamiento de muchas personas que no habían hecho mal a nadie en su vida. Cuántas ilusiones destrozadas miserablemente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas, demasiadas ilusiones destrozadas. Lo malo de la guerra, la sublevación recién estrenada cuando se produce el viaje, no hacía suponer el ensañamiento de los sublevados, ni su duración.
EliminarUn abrazo
La ilusión del enamorado, la inocencia de quien no tiene maldad sino amor y principios. Y el iba tan tranquilo a encontrarse de cara con lo peor del fascismo. Creo que es la primera vez que visito tu blog, excelente relato, besos.
ResponderEliminarLa ilusión del enamorado. Ese latir pasional que envalentona, que le hizo suponer que sería inmune a la barbarie. Pero para mí la unión de su comunismo ideario y su homosexualidad era demasiado para la mente de los rebeldes
EliminarEncantada de tu visita y lectura. Gracias. Un saludo
Pobre no sabía que se dirigía al matadero. Un bonito viaje con Federico.
ResponderEliminarUn abrazo
No sé, pero aun cuando afirma, ya detenido, "me van a matar mañana", creo que en el fondo no lo creía. Habita escrito un poema sobre la muerte que pareció premonitorio. " Lorca fue uno más de las 114.000 víctimas de desapariciones forzosas, una cifra que convierte a España en el segundo país del mundo con más desaparecidos tras Camboya." se dice en https://hipertextual.com/2016/08/lorca-asesinato-guerra-civil
EliminarUna pesadilla que no acabaría por décadas. Un saludo y gracias por tu lectura
gran personaje de las letras elegiste.... relato melancólico y eficaz, me gusta además que sea un paseo en tren aunque en esos primeros 30' no debería ser muy cómodo y silencioso... saludos!!
ResponderEliminarEn ese tren viajaba, además de mi personaje inventado y el propio poeta, un personaje influyente, como relataría en Granada, desde su casita en la Huerta de San VIcente, lugar que aconsejo visitar. Él, al ser pudiente, puso viajar en litera, pero con la carbonilla del humo, y el traqueteo del tren, debía ser un viaje muy pesado de tolerar.
EliminarGracias por tu lectura. Un abrazo
Conocí la biografía de Federico García Lorca hace no demasiados años y me entristeció su final como si yo fuera jovencita e ignorante: como si no supiera que así ha sido la vida y que así ha actuado el poder.
ResponderEliminarHay personajes que sobresalen a la hora de ser marcados como objetivos de un disparo. En este caso, siendo muy joven, treinta y seis años, si mal no recuerdo, tenía un pasado glorioso, recuerda Un poeta en NY, o los ciclos de conferencias, el éxito de algunas obras teatrales etc. tenía un futuro que le fue arrebatado de la forma más vil. Pero como dices, ha habido y hay barbaridades en todo tiempo y lugar. En España tenemos épocas oscuras, como una inquisición que duró trescientos años, o una posguerra que duró cuarenta, que sin embargo no deja de asombrarnos.
EliminarUn abrazo, Silvia
Sí, Albada. Un abrazo.
EliminarHan pasado los años y estamos en las mismas...
ResponderEliminarUn beso.
Cambiar por fuera para que nada cambie por dentro. La expresión " lo dejo todo atado y bien atado", que ni sé si la dijo así, es una losa que poco a apoco vamos comprendiendo que era cierta. Esperemos una generación más, a ver si este país se vuelve Europa alguna vez
EliminarUn beso
Leerte me produjo tristeza, porque conocemos
ResponderEliminarel desenlace. Gracias por el enlace al final de tu texto.
Un saludo
Gracias a ti por leer. Ese enlace, en el que me baso para la ficción de este diálogo, me resultó muy interesante. Me alegro te gsutase
EliminarUn abrazo
Siempre que leo hechos de aquella época siento tristeza. ¡Y pensar que no hemos cambiado tanto! Ojalá nunca se vuelvan a repetir aquellos años.
ResponderEliminarUn abrazo amiga.
Esa rebelión armada produjo una guerra que duró demasiado, hirió demasiado y sembró demasiado dolor y desesperanza. Ojalá nunca y en ningún sitio se de otra situación así. Bosnia vivió otra güera fratricida, ahora ya que jamás se repita.
EliminarUn abrazo, amiga Josefa
Ay, qué relato tan triste... Parece increíble la cantidad de barbaridades que se han hecho, se hacen (y, aun a riesgo de pecar de pesimista, me atrevería a asegurar que se harán). Besotes!!!
ResponderEliminarEso de hacer barbaridades creo que va con lo seres humanos, así que seguro se seguirán haciendo. Tal vez en zonas de África son actos casi cotidianos y es un horror. Aquí hablo de un poeta insigne, pero la realidad es que si era poco peligroso un poeta, horrible pensar en tantos inocentes que cayeron en esos tres años, y las décadas que siguieron. Nunca más
EliminarUn abrazo
Gracias por participar con un texto tan sentido y profundo sobre Federico. El enlace al final me ha venido muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz verano!
Mi primera idea fue viajar con el poeta y Dalí, pero preferí ese viaje de tren. Gracias a ti por impulsar la idea de los viajes y permitirme transportarme en el tiempo. El enlace me pareció interesante y aclarador
EliminarUn abrazo y feliz sábado
Muy bueno el relato y muy interesante ese viaje en tren. Que época más triste de la historia. Que barbaridades han pasado.
ResponderEliminarSaludos
En el pasado se permitían cosas que hoy nos harían chirriar los dientes desde el instante cero. Hoy, es políticamente correcto pregonar la igual, el respeto y la convivencia. Luego la realidad no es tan preciosa, pero ese tiempo oscuro, por suerte pasó.
EliminarGracias. Un abrazo grande
Un relato que recrea a una personalidad que se descubre y se oculta entre unos garabatos escritos de afán.Un buen texto escrito en el tiempo.
ResponderEliminarSaludo desde Guadalajara de Buga, Colombia.
Me alegra te haya gustado. Para mí Federico fue un gran poeta que dejó mucho por hacer. En ese, su último viaje libre, su mente debió permanecer horas haciendo planes, presintiendo posibles y abriendo esperanzas. El ejercicio es mejorable, pero quedó así :-)
EliminarUn abrazo desde España
Magistral y melancólico relato, tan de denuncia de las injusticias que se cometieron. Quiero creer que algo se ha avanzado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Se ha ido avanzando, es innegable. Pero a modo de ejemplo, mi hermano en el 75 estuvo preso por comunista en La Modelo, incomunicado y torturado. La guerra civil, con los republicanos cautivos y desarmados, o encarcelados y muertos, había acabado en el 39. Duró demasiado esa guerra que relata magistralmente A. Grandes en sus episodios de una guerra interminable.
EliminarCreo que quedan responsabilidades por depurar, muertos en cunetas por encontrar, silencios que romper en definitiva. Un abrazo y gracias por tu lectura
hola,
ResponderEliminar!Un viaje con el famoso Federico García Lorca! Buena eleccion.
Una ambientación mustia, un final sorprendente. Un placer leerte.
Un saludo
Muchas gracias por tu lectura. Era muy tentador. La realidad de ese poema, como ya se sabe, fue viajando con Juan, a Murcia, donde residía el joven amor de Lorca. Pero era tentador, mucho, que en otro tren, en este caso el último que tomaría, unos garabatos se escribieran ante una persona, compañera por un rato de un banco de vagón de segunda
EliminarMuchas gracias nuevamente. Un saludo
Una aventura sorprendente. Gracias por el viaje. saludos!
ResponderEliminarUna posible anécdota para no olvidar. Era un viaje tristón, así que ese manuscrito podía poner una guinda de ilusión.
EliminarUn saludo
Hace muy poco visité Granada y me alojé en el hotel donde estaba escondido, me traes buenos recuerdos, de unos hechos deleznables. Has dado con un personaje con el que creo, que todo el que tenga sangre se querría haber tomado un café-
ResponderEliminarKissss y Kissss
Friné, no puedo responderte en el lugar habitual. Granada es un lugar mágico, que resuena a Falla y copla, a Federico y a sangre. Para mí es un personaje al que respeto mucho, y considero uno de los grandes poetas del siglo XX. Truncada su viada, segada su voz, nunca sabremos dónde habría llegado, ni le podemos imaginar anciano, así que, junto a Marylin, son personajes que todos querríamos entrevistar
ResponderEliminarBesos grandes y feliz lunes