Se sentaron y pidieron los dos combinados de siempre. Bebieron en silencio, mirándose. Al terminar sus copas, como de costumbre, empezaron a hablar casi en susurros. Aunque todo parecía igual, aquella noche, había algo intangible pero diferente. Elena se había puesto un sujetador con relleno y su cruce de piernas en el taburete era un poco más provocador que otras veces. Cansada de comentar las películas , siendo la quinta vez que se encontraban, había llegado a introducir leves cambios en su rutina, para ver si por fin cambiaba algo, y dejaba de ser lo de siempre.
Luis parecía no darse cuenta, y seguía mirándola, tan neutro como las otras veces, colando palabras vacías, que ahora ya era evidente que no bastaban. Si cuando la conoció le atrajo tanto, no acababa de entender por qué estaba yendo tan despacio. Su estrategia de conquista era la consabida, penetrar en su corazón a través de las palabras, pero esta vez, sus palabras sonaban, pero no traspasaban el muro que, no sabía muy bien por qué, crecía poco a poco entre ellos. Había llegado el momento de decidirse. O bien seguía con la llama encendida, que ella mantenía, o daba por terminada la conquista con una excusa. En ese instante Elena miró la lámpara de lágrimas del Dry Martini y su pelo negro reflejó un maremoto de promesas. En ese momento Luis lo supo: Una extraña intuición le avisó de que o espabilaba, o la perdería.
Tras tragar toda la saliva que pudo, se acercó más a Elena y acercó sus labios a los suyos, que no opusieron resistencia. Luis era el tipo serio que ella estaba esperando desde su primer novio de la facultad, y con sus ojos verdes en la tez morena le había encandilado. Quería perderse en ellos. Él, con su continuo deambular por el lado correcto del sendero, había encontrado la certeza de saber quién era, en la mirada dulce de esa mujer, quien tenía fe por los dos. Luis la tomó del hombro y salieron al frío de la noche, para iniciar su singular huida del hielo, por un particular camino hacia ningún lugar y hacia todos los lugares que en la imaginación puedan caber a un tiempo.
Derribaron los muros hechos de dudas y desencuentros, y dejaron que aquella noche se formase un oasis privado, con un beso. Ambos se encargaron de impedir que nada ni nadie pudiera resquebrajar jamás su particularidad.
Derribaron los muros hechos de dudas y desencuentros, y dejaron que aquella noche se formase un oasis privado, con un beso. Ambos se encargaron de impedir que nada ni nadie pudiera resquebrajar jamás su particularidad.
Vienen a los recuerdos momentos parecidos antes de cruzar ese paso y derribar unos muros similares.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, esos primeros encuentros en los que no está claro hacia dónde van las relaciones
EliminarUn abrazo y feliz día
el lenguaje corporal es fundamental en esas situaciones. el cruce de piernas que mencionas es un buen ejemplo.
ResponderEliminarhay estrategias de conquista más rápidas o más lentas. si estás muy enamorada, las del segundo tipo te pueden causar un poco de impaciencia, pero todo llega a su debido tiempo.
abrazos!
El lenguaje corporal yo creo que es la clave para saber qué siente el otro o hasta dónde se quiere llegar.
EliminarLa sprisas no son buenas, casi nunca. Un abrazo, Chema
Tantas veces solo basta atreverse sin temores para encontrar lo que queremos.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Sin dudad, la naturalidad y la espontaneidad deberían ser bastante, sin estrategias previas
EliminarUn abrazo y feliz día, Dulce
Muy buena descripción de esos momentos de duda y deseo que se sienten cuando el amor llama a tu puerta.
ResponderEliminarHace muchiiiisimos años, pero tu entrada me ha hecho recordar haber vivido ese momento.
Besos.
El miedo, interesante y estresante a la vez. Por excederse, o por no llegar. Suele ser así.
EliminarMe alegro te haya recordado esas mariposas extrañas. Un abrazo y feliz jueves
Las dudas nos han dejado sin historia alguna vez, me gusta la provocación de ella que toma la iniciativa. Abrazos
ResponderEliminarDicen que acaba siendo la mujer quien elige, aunque suele ser el hombre quien sale de caza. Bueno, eso ha cambiado mucho. Sin embargo no cambia que el lenguaje de los gestos orienta mucho.
EliminarUn abrazo y feliz jueves, sin dudas
Que mal se pasa cuando estamos con esas dudas e incertidumbre de saber si de verdad esa relación tiene futuro o es simplemente una amistad sin rumbo ..
ResponderEliminarMe gusto mucho el planteamiento , a veces hay que provocar la situación y ver que de verdad hay en todo ello.
Un fuerte abrazo.
La amistad es de hecho un tesoro, posible entre hombre y mujer, y de ello estoy cada vez más convencida, pero el tiempo de dudas es extraño.
EliminarUn abrazo grande y feliz día, Campirela
Elena "la timadora", eh... jajaja
ResponderEliminarBesos.
Aquí no sé si Elena quiere timar o simplemente avanzar hacia una intimidad romántica, pero acepto :-)
EliminarUn beso
Siempre llega ese momento de la decisión... y el resultado salta a la vista.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte, bonita.
Mil besitos que te lleguen y feliz tarde ♥
Acaba por quedar claro, eso seguro, para bien o para mal, para retirarse o avanzar.
EliminarUn abrazo grande y por un jueves feliz y sin dudas
Qué bueno que derribaran los muros de las dudas.
ResponderEliminarMe ha encantado tu manera de narrarlo y la imagen me encanta.
Besos enormes y feliz noche.
Los muros de las dudas se van erigiendo y a veces ni se sabe cómo o por qué, pero mejor derribarlos, siempre
EliminarUn abrazote y por un día de certezas, dulce María
Era el momento justo. Que bonita historia, me encanto, Saludos amiga
ResponderEliminarSí, ni antes ni después, ser certero a la paarq ue Cupido :-)
EliminarUn abrazo, Sandra y por un día bonito
Una relación que parece anclada en las dudas por un lado y en la esperanza por otro. La indecisión en un momento crucial pueda dar al traste con un futuro prometedor. Afortunadamente Luis acabó por tomar la iniciativa. Desde ese instante, el relato, hasta entonces en clave de suspense, se transforma en poesía. Muy bello.
ResponderEliminarUn abrazo.
La indecisión a veces hace que se dejen pasar trenes cuya meta tal vez era la mejor. Luego, tomada la decisión, puede haber errado o acertado, pero al menos sabe que lo intentó
EliminarUn abrazo
Resumiendo:
ResponderEliminarBebieron en silencio ante el muro infranqueable.
El chico tragó saliva y la chica aceptó el beso en el frío de la noche.
El muro cayó y llegaron a un oasis privado.
Saludos desde Alcalá de Henares, cuna de Cervantes.
Un resumen perfecto. Alcalá de henares me vio en Semana santa de hace un año. No recordaba bien tantas cigüeñas, ni esa bella y antigua Universidad, ni la calle de los judíos. Disfruté una barbaridad
EliminarUn abrazo y feliz tarde, con primavera en la voz
El verano pasado pasé por Reus donde participé en los Campeonatos de España Máster de natación.
EliminarDejo entrada en mi blog deportivo de aquellos campeonatos.
https://diariodeentrenador.blogspot.com/2018/07/nadando-en-reus.html
Pues ya sabes, si vuelves, que aquí tienes una amiga, Manuel. Tu blog deportivo me pareció muy logrado, sin bobadas. Enhorabuena por tus logros.
EliminarUn abrazo
Lo que hace un oportuno buen cruce de piernas ;)
ResponderEliminarUn beso.
Lo que hace el lenguaje corporal, es verdad. Incluido el cruce de piernas de infarto. Y perdona, recordé Instinto básico :-)
EliminarUn beso, Alfred
Ese ya es de antología :))))
EliminarUn beso.
Uno de los dos tiene que dar el paso cuando algo o alguien nos interesa, muchas veces por timidez y otras por cobardía dejamos escapar corazones que merecen la pena.
ResponderEliminarMuy bien descrita la historia con final feliz.
Abrazos.
Siempre uno de los dos ha de dar el paso, si no, el tema queda en un remanso impreciso. LO que va cambiando es que sea uno u otro, antes sólo podía ser el chico
EliminarGracias y por un día feliz. Un abrazo
Qué bien has narrado ese instante de sentimientos y pensamientos cruzados. A veces es difícil romper esos muros, pero, cuando son derribados, todo fluye, todo brota como maravilloso preámbulo de lo que está por llegar…
ResponderEliminarMe ha encantado leerte en esta madrugada, querida amiga. Un verdadero placer.
Un abrazo enorme 💙
Pues me alegra que te haya gustado, porque el tema es aparentemente muy banal.
EliminarUn abrazo, dulce Ginebra, y por un día sin dudas, cuajado de bellas certezas
Esos muros... ese oasis...
ResponderEliminarEncantadora historia, Albada.
Besos
Me alego te gustase. El oasis así concebido, se traslada a cualquier lugar y no pesa. Tampoco ata.
EliminarGracias. Un abrazo y feliz día
Nada tan difícil como una conquista mutua. Solo basta mirarse a los ojos y descubrir su singular brillo. Lo demás es lo mejor...
ResponderEliminarSaludos y abrazos desde siempre.
Qué baile de miradas, de gestos, de posturas...qué sinfonía de sonrisas y guiños a los común. No recordamos lo bonito e incierto que es
EliminarUn abrazo grande, desde este lado del mar
Postdata:
ResponderEliminarpor seguir con los consabidos problemas blogueros, ahotra estoy en:
microbrevedades.blogspot.com
Gracias.
Pues para allá voy, Guillermo, porque comentaba tus posts y parecía que se volatibizaban :-)
EliminarUn abrazo, otro, que nunca pesan, ni sobran
Gracias mi linda amiga por estar siempre por mi rincón de tristezas. Saludos y abrazo desde lejos.
ResponderEliminarTus poemas, fechados algunos hace bastantes años, tienen un deje de tristeza, de desamor y a la vez de necesidad de sentir. Destilan humanidad, como rocío en la mañana
EliminarUna abrazo y feliz tarde de viernes. Por un fin de semana gozoso y soleado, también en el corazón
Me gusta la manera en como escribes, creo que ya te lo había dicho... por que haces que me traslade a la historia de una manera muy particular... te mando un abrazo
ResponderEliminarAquí es un retrato de una indecisión que se decide :-), pero me alegra que te haya gustado. Es un estilo tan propio, porque en verdad es como hablo. Gracias
EliminarUn abrazo y de nuevo gracias, Susy. Feliz finde
Menos mal que se atrevieron porque grandes historias se han perdido por no atreverse.
ResponderEliminarMe alegra que tuviera un final feliz para ambos.
Besos
Sí, no siempre ocurre que se acierte en tomar las decisiones.
EliminarUn abrazo y feliz noche, sin duda alguna
Los miedos, que se disfrazan de dudas, nos dificultan ver las señales. No hay nada como seguir el instinto, sabio, porque las oportunidades como llegan se van. Hay que tomarlas al vuelo.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Las inseguridades, qué guerra dan. Hay oportunidades que pasan una vez, y no hay que dejar pasar el tren, que tal vez no vuelva.
EliminarUn abrazo grande y feliz martes, Alis