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Anclando la cabeza en tu antebrazo, empezaste a dibujarme. Tus dedos recorrieron mis labios, ya huérfanos de carmín. Seguiste el trazo de mi mentón alto, y por el aire, sin tocarme, tu mano fue perfilando mis parpados, cerrados. Rodeaste mis lóbulos, paciente, esas orejas que anhelaban tus versos desbocados, las melodías de tu boca, el dulce despertar de las palabras.
Las manos se tocaron, chocando en las esquinas de laberintos de pasados. Las pieles fueron levantando anhelos que creímos olvidados, y la tarde se fue desgranando en caracolas, en olas de suspiros, en luces con gemidos, dejando aparcadas las farolas de tantos años perdidos.
Con el carnet caducado, tomamos la ruta sesenta y seis del este al oeste del ocaso. Saltaron mil esquirlas por los aires, dinamitando las compuertas. Los diques de mis labios, desbordados, los frenos de tu afán, desoxidados. Sentimos las hormigas del deseo, recorriéndonos los pies, de sur a norte. La pálida luna, incluso, hizo extraños aspavientos cuando las amapolas soñadoras emprendieron el vuelo, al dejarnos resbalar por las auroras, desembaladas sin prisas, y con acierto.
Se hizo el silencio. Ese grato y gozoso silencio. Calmados, se apaciguaron nuestros pulsos, y salimos de la mar y su oleaje, mojados, para volver a escuchar, de nuevo, los coches de la avenida, el perro del segundo, la radio de los cuarenta principales de vaya a saber qué piso. Habíamos creado un oasis sin cocotero, o un puente entre dos décadas de ausencias. Quién sabe si un pasaporte hacia un mañana.
Me encanta esto de "las amapolas soñadoras emprendieron el vuelo", pero todo el texto me parece un logro. Te felicito.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ángeles. Esas amapolas que duermen en invierno, que reaparecen en las primaveras.
EliminarUn abrazo y feliz tarde
Los rescoldos que el amor deja pueden comenzar a brotar y convertirse en fuego devorador. ¡Una gran entrada!
ResponderEliminarBesos
Esos rescoldos pueden reavivarse, estoy segura. No siempre son buenas segundas partes, creo que casi nunca, pero alguna vez toca la flauta el burro, por casualidad
EliminarUn abrazo y tarde de lujo
Muy bonito, de principio a fin.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro que te haya gustado, Macondo.
EliminarUn abrazo y tarde bonita
Me gusta bailar entre las líneas de tus letras...Andamos en lo mismo
ResponderEliminarabrazos always
Bailar es soñar entre líneas, tal vez. Este texto no corresponde a mi realidad, pero qué bonito recorrer la ruta 66 de este a oeste de las pieles, ¿verdad?
EliminarUn abrazo y por una tarde con buenos ratos, grandes sonrisas y musas cerquita.
Discurrir entre las expresiones sensoriales que otros trazan -en este caso tú y tu texto- siempre es un atractivo. Curioso saber cómo traslada uno a palabras lo que se siente, gracias, claro está, al poder de la metáfora. Pero ojo, que la metáfora sabe reservarse un puñal si llega la ocasión del desencuentro.
ResponderEliminarEstoy segura que las metáforas sirven, y de qué forma, cuando se habla de sensaciones, que en este caso no corresponde a mi presente, pero es un ejercicio, siempre interesante, eso de ponerse en otras pieles y situaciones.
EliminarUn abrazo grande.
Bonito viaje a través de tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro que te haya gustado. Los rescoldos casi siempre son como trenes, que vuelven a pasar, algunas veces
EliminarUn abrazo, Rafael
Un oasis muy bonito.
ResponderEliminarBesos.
Me alegro que te haya gustado, esos oasis sin cocoteros son los mejores :-)
EliminarUn abrazo grande
Aunque el carnet esté caducado el viaje puede ser muy largo y gozoso.
ResponderEliminarUn beso.
Tal vez caducan ciertas cosas, pero los afectos y los fuegos de las hogueras parece que pueden estar vigentes incluso con la fecha sobrepasada
EliminarUn beso
Un poético viaje de sensaciones nos regalas en este relato.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce semana.
Viaje hacia el presente, desde un pasado, imaginé. Me alegro te gustara
EliminarUn abrazo, Dulce y por una tarde de magia y amapolas
Tu prosa es poesía pura, como creo que también es la mía.
ResponderEliminarMe gusta leerte y dejarme llevar a donde tus letras nos llevan.
Precioso encuentro.
Abrazos.
Es un tipo de viaje poético, donde el lector puede poner y ponerse desde su propia experiencia. Puede hacerse cansino, pero es una manera de escribir, como otra cualquiera.
EliminarUn abrazo grande
El bello transito, hecho poesía, de un amor que fué y que se retoma con fuerza.
ResponderEliminarNúnca caduca el carnet del amor y todas las rutas llevan al deseo, cuando los labios tienen querencias de besos.
Todas la metáforas ordenan un bello poema de futuro.
Besos.
Tu comentario es de miel con amapolas. Quise ponerme en una piel ajena, con unas décadas de paréntesis, tal vez por un descuido de los dos. Si te ha gustado, el paseo valía la pena.
EliminarUn abrazo grande, Juan L
Que bello relato donde el amor esta por encima de puentes y tiempos ..Un viaje dibujado a la perfección , donde no solo las amapolas volaron tan bien se elevo vuestra imaginación ..
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y una muy feliz tarde.
Me alegro te haya gustado, Campirela. He disfrutado imaginando que el amor de verdad volaba entre los años y los desencuentros.
EliminarUn abrazo grande
Qué bonito!!!
ResponderEliminarDan ganas de vivir en un mundo así eh...
Te felicito.
jaja, un mundo así de fácil sería ideal. No creo que segundas partes sean buenas, pero a veces va, y es un acierto
EliminarUn beso
Qué precioso el relato, el amor por encima de puentes, más allá del tiempo.
ResponderEliminarUn placer leerte!
Un beso.
Está sobrevalorado, pero cuando se da el amor de verdad, creo que vuela por encima de toda situación espacio-tiempo
EliminarGracias. Un abrazo y feliz día
en las ciudades con mar, éste se percibe aunque estés en un barrio situado en el interior. se nota en el olor a sal, en alguna gaviota despistada...
ResponderEliminarel mar relaja mucho y es un escenario muy romántico. echo de menos santander en verano.
muy bonito relato. abrazos!
Las jarcias de los veleros siempre dan el toque de aire marino, y qué bien sienta.
EliminarUn abrazo, Chema
Has escogido una ruta larga la 66 tiene kilometros para vivir todo lo que describes, para dejarnos la miel servida, y enamorarnos de tu manera de escribir, elegiría varios párrafos pero no quiero dejar ninguno huérfano. Sinceramente magnífico. Abrazos
ResponderEliminarLa ruta mítica es que es tan larga, que da para vivir una vida en cada etapa. Saltarlas en une encuentro es casi una proeza. Gracias, ESter
EliminarUn abrazo grande
Pero qué lindo relato...
ResponderEliminarYo quiero hacer esa ruta... (y un amor así, también)
Besos bonita.
Cuando se da, que creo que es pocas veces, ha de ser la mejor de las rutas.
EliminarUn abrazo grande, Laura
Levamos anclas a las siete de la mañana. Me despiertas con el susurro de la brisa cuando entra por mi ventana y me tomas de la mano...
ResponderEliminarDesayuno en un monólogo que mas que una ausencia, parece agradable como la infusión que tomo. El día abre la luminosidad de una forma diferente porque es mágico lo que siento. Mis manos acarician todo aquello que tocan y hasta la tostada sabe a pan recién hecho en una sucesión de cosas sencillas donde te disfruto.
Enciendo la televisión con sus primeras mentiras y en el teletexto, el horoscopo me augura un buén día...floto pleno de sentimientos livianos como el aire que respiro. Un sentimiento agradable viene de mi tacto, de mi sonrisa solitaria, del regusto de la tostada con aceite o de aquella fotografía a una gitana casi robada que tanto me gusta...Todavía hay silencio en mi calle.
Pasa la mañana envuelto de aires soñadores. Poco me importa la gente con la que me cruzo si no me llaman la atención...y te cuento las cosas que me hacen sonreir o emocionarme por ser sensible. En los acensores me llega el perfume de desconocidas aspirando el aroma por si algún día te regalo uno pero, no, no lo encuentro prque tu eres más especial. Las aceras de Córdoba son una colmena de gentes silenciosas en su interior. Hay una vagabunda española que siempre me mira. Ella es joven y atractiva. Sentada en el suelo con su cestito, peinada y limpia pero, pidiendo. La veo en la calle Cruz Conde o en Ronda de los tejares y siempre me mira con honda pena...
A veces me pierdo contándote cosas y tú como siempre me prestas atención; casi devorándome en mis ocurrencias y siempre en silencio...No puedo evitar sentirme también triste o cómo puedo ser mejor persona para cazarte. Llegan las doce del medio día con un sol justiciero y mañana se espera ola de calor.
De nuevo en soledad me voy a mi pueblo con música de los 80 disfrutando de mi conducción prudente. Vuelvo a mis monólogos y a mi mundo interior. Cuando menos me lo espero llego a casa y ese sentimiento agradable no me deja ni un momento cuando en la sencillez de este día, vuelvo a ser feliz...pero algo melancólico...
De las pequeñas cosas, de la mirada despierta, de los pasos sin ruido, también se escriben grandes historias. Qué dulce texto el comentario, Buscador. Una preciosa prosa.
EliminarUn abrazo grande
¡Qué bonito viaje! Exactamente ahí donde el amor y el deseo te lleva, recreando un Universo sólo para dos.
ResponderEliminarSon viajes y espacios que se crean con las relaciones, y cuando la vida vuelve a unir a dos amantes, puede ser el mejor de los oasis.
EliminarMe alegro que te haya gustado. Un abrazo
Aislarse en un oasis, en medio del tumulto cotidiano de ladridos y bocinazos para revivir el amor, tan dulce y poeticamente como lo narraste, sería maravilloso.
ResponderEliminarBellísimo, Albada.
Besotes.
El acto amoroso creo que siempre tiene ese espacio de oasis, alejado del barullo de la vida. Si no, es que se eligió mal el momento, el lugar o tal vez la persona.
EliminarGracias, Mirella. Un abrazo y buen miércoles
Hay rutas que nunca debemos dejar de visitar ni puentes que cruzar. Es precioso y lleno de una ternura evocadora.
ResponderEliminarMil besitos con cariño y feliz noche, bonita ❤️
La ruta del deseo es casi tan emocionante como la de USA, y recorrerla con alguien que ya fue compañero en el pasado, imaginé que sería muy grato.
EliminarUn abrazo grande. Por un día bonito
Un mágico encuentro entre el ayer y el hoy que puede seguir hasta mañana. Un placer recorrer tus letras y detenerme en la ruta 66, saludos amiga.
ResponderEliminarMuchas gracias. Escribir es dejar miguitas de pan por un sendero. Me alegra que te haya gustado recorrerlo.
EliminarUn abrazo y por un feliz día
Cuántas sensaciones en un breve fragmento.
ResponderEliminarCuántas partes inexploradas se encuentran en esa cabeza anclada en el antebrazo.
Los delicados dedos de la mano acarician cada rincón de esa cara desconocida:
el mentón, los labios, los lóbulos de los orejas, la boca entreabierta...
Es un texto muy denso, pero representa el reencuentro de dos seres que se amaron. Dibujar la faz del ser querido, hacer que nazca de las manos amorosas me pareció un gesto adecuado aquí.
EliminarUn gusto que te haya gustado. Un abrazo y feliz tarde
Me encantó tu prosa poética llena de delicada sensualidad
ResponderEliminary esperanza.
Besos, Albada
Me alegra te gustara. Es una prosa con muchas alegorías, pero me parecía importante remarcar el carácter de ternura pero también de deseo
EliminarUn abrazo grande, Myriam. Feliz tarde
Una bello relato con una prosa impecable . Un texto lleno de delicadeza .
ResponderEliminarMuchas gracias, Chelo. Disfruté escribiendo, poniéndome en esa piel del ayer con manos y anhelos del hoy.
EliminarUn abrazo grande
¡qué bonito, Albada! Pura poesía.
ResponderEliminarme encanta.
Besossss
Me alegra mucho que te haya gustado. Es una prosa muy rítmica, imagino.
EliminarUn abrazo grane y feliz tarde
Qué delicia ese dibujarse en un momento que puede durar horas, e incluso más.
ResponderEliminarUna belleza de texto, una maravilla de viaje, de reencuentro, de oasis.
Un abrazo grande
PD. Estaba convencida de que había comentado esta entrada. Parece que sólo lo pensé mientras disfrutaba la sensación de leerlo
A veces pensamos en voz alta :-) pero no importa si comentaste o no, que agradezco siempre, sino que te gustase. Era un reencuentro dilatado, en el tiempo sobre todo. Pero quise que tuvieran la oportunidad de reconocerse y de volver a sentirse amado. Es que el amor es tan bonito...
EliminarUn abrazo grande y feliz tarde de viernes, con amor a ser posible
En este caso era alegoría de recorrido de oeste a este, como símbolo de un recorrido largo. Con la edad es verdad, se queda uno con lo que importa. Que suele ser muy poco
ResponderEliminarLas guerras de egos, carreras profesionales, ansias o fobias a la retenidamente se han pasado. Un abrazo