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Fuimos tres perros perdidos que nos habíamos reunido para hacer menos sola la soledad. La gente creía que vagábamos de
allá para acá, sin rumbo fijo, pero no era así. Nos movíamos por zonas, conociendo
las rutinas y costumbres de quienes vivían en cada lugar. Estábamos al caso de los horarios
de la gente. Por ejemplo, sabíamos que el madrugador del sastre de la
esquina era un tipo que nos miraba con desprecio y miedo a partes iguales, así
que no le molestábamos. Sobre las nueve
o un poco antes, salían a la calle muchas mujeres con niños y carritos de
bebés, así que estábamos quietecitos, por no asustar a nadie. Los niños con
mochila tendían a acercarse para acariciarnos, pero sus madres montaban un espectáculo
tal que desistimos pronto de acercarnos a sus manitas curiosas.
La dependienta de la
panadería no sé si nos esperaba o siempre era casualidad, pero nos ofrecía,
dejando en el suelo, sobre un papel de diario, unos mendrugos de pan casi cada
día. La dueña sin embargo, oronda y con una bata verde con flores era una
antipática. La habíamos visto sacar de paseo a un dálmata ufano y cursi, que
siempre hacía como que estaba por discutir con nosotros, pero luego era un
gallina, Cobarde como ninguno, si le enfrentábamos, metía el rabo entre sus
patas como un chihuahua.
Nos gustaba ver a una
joven que siempre iba tarde a donde quiera que fuese, que ahora sé que es una
oficina del centro. La acompañábamos hasta la parada, viendo cómo se acababa de
abrochar el abrigo, o una rebeca blanca en verano. Subía al bus corriendo, y la
veíamos luego acomodarse donde pudiese. Cuando regresaba, sobre las siete, nos
miraba y hacía ademanes cariñosos mientras, algunas veces, nos ofrecía restos
de bocadillo que le sobraría, imaginábamos.
Mis dos amigos desaparecieron, tal vez un coche de policía tuvo algo que ver. Empecé a esperar a la chica del bus. La seguía hasta su casa, tranquilo, alegre
y modoso, sin molestarla. Un día de marzo llovía a cántaros, pero aun empapado,
no quise dejar de seguirla. Me dejó entrar en el portal de su casa por primera
vez, y subimos por las escaleras hasta una puerta. Yo no hice gesto alguno de
entrar. Me senté sin dar muestras de nerviosismo. Me hizo entrar y me secó con
una toalla que olía estupendamente.
Somos felices, yo al menos mucho más que viviendo con la incertidumbre de qué comer. Ella me explica sus sueños de amor no correspondido. No sé si entiendo lo que me dice, pero estoy a su lado, dejando que el tiempo cure sus heridas.
Pensando en Amapola Azzul, no sé por qué.
en el pueblo donde veraneo hay muchos gatos por los jardines. pero me da la sensación de que los perros llevan peor el no tener un hogar, quizá por su naturaleza más sociable...
ResponderEliminarlos perros hacen mucha compañía, incluso hay quien los tiene con fines terapéuticos. sin duda, es el mejor amigo del hombre.
abrazos!
Hay que entender que los gatos no son tan sociables, van más a su aire y sí, tal vez quieran casa, pero no un amo.
EliminarLos perros son terapéuticos, cada día lo tengo más claro.
Pero qué detalle más bonito. Es pura ternura y toda esperanza.... Almas que se encuentran y, un alma es un alma tenga la apariencia que tenga.
ResponderEliminarOs felicito a ambas y sí sé porqué.
Mil besitos con cariño ❤️❤️
Un alma perruna es un pañuelo, un tacto, una compañía. Es lo que nso dan va mucho más allá de un animal que nos reciba.
EliminarUn abrazo y por una noche plácida.
Buena disquisición sobre la relación perruna/humana.
ResponderEliminarY buen detalle para Amapola.
Un beso.
Es un ejercicio pequeño, de lo que puede ser la salvación de dos seres. Entre comillas lo de la salvación, claro.
EliminarUn beso
Amiga vaya texto más lindo no has dejado y el final que decir que ha encantado .muy bonito ese pensamiento
ResponderEliminarAbrazos y feliz tarde.
Es que los perros entienden de tiempo, a su manera, pero creo que sí. Por ejemplo, para reencontrarse con sus amos no existe el tiempo :-)
EliminarUn abrazo y por una noche mágica, y con luna
Me ha encantado, Albada. Bella historia, tan íntima y personal. ¿Quién ha ayudado realmente a quién?
ResponderEliminarUna bellísima historia, de verdad.
Un beso enorme.
Creo que ese ayudan mutuamente, que es la gracia. Hay momentos en los que una compañía perruna es de verdad la terapia perfecta. Quién sabe si única
EliminarUn abrazo y por las noches con luna y mascota
Me ha emocionado el relato.
ResponderEliminarBesos.
Bueno, es tierno, espero :-). Un abrazo grande
EliminarMe gustan mucho los animales.
ResponderEliminar:)
Son enormes compañeros, con terapia a base de silencio y lametones, o con sentarse a tu lado. Y estar.
EliminarUn abrazo y porque el tiempo cure las heridas de los corazones rotos. Todos.
Qué regalo tan bonito le has hecho.
ResponderEliminarEs un relato muy tierno, y precioso.
Besos.
Quería regalar ternura y fidelidad. Nada mejor que un perro adoptado de la calle.
EliminarUn beso, Toro
Bonito relato que me recordó una novela que leí hace unos meses y cuyos protagonistas eran, también, unos perros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son seres especiales, como radares de sentimientos y de dolores. Son así de nobles. Son así de buena gente.
EliminarUn abrazo
Tiernísimo relato amiga, y ese final genial, precioso relato lleno de ternura, un detallazo. Mi felicitación por este relato
ResponderEliminarSoy entera de los animales, tengo dos perritos y son mi debilidad cuando compruebo que me entienden todo y que siempre están ahí.
Feliz tarde Albada.
Un abrazo
Ya sabes qué tanto nos dan. Los gatos acompañan mucho, pero los perros se entregan, están ahí siempre, sin mayores contrapartidas.
EliminarUn abrazo y por los perros, lazarillos de vida tantas veces.
Que bonito! El relato y el regalo. :) Besos
ResponderEliminarMe alegro te gustase, Laura-. Me gustan los perros, y claro, siempre son fieles y nobles.
EliminarUn abrazo y por una noche feliz
Eso de saber ponerse en el papel de los protagonistas lo haces como nadie, independientemente de tu habilidad con la pluma/teclado. Parece que hayas sido perro alguna vez. El guiño a Amapola, bonito e inesperado. Me ha encantado todo. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo.
El guiño estaba claro. Cuando el alma duele, nada mejor que llevarse a casa a un peludo, mejor abandonado, que nos reconcilie con los seres humanos. Creo que ella necesita un amigo silenciosos, una hoja de papel con lametones.
EliminarUn abrazo y noche con luna perfecta
Mucha ternura en este bello relato que nos habla de como el amor entre un ser humano y un animal, puede ser real y correspondido.
ResponderEliminarBesos.
Con un pero siempre es correspondido, lo que sirve de contrapunto para desengaños de amor, y dolores físicos.
EliminarUn abrazo y feliz noche
Por completo de acuerdo. Aquí perros sueltos ya hay pocos, pero gatos hay un montón. Cuando se les esterilizan y regresan a la zona donde los capturan, los gatos, va bien, y debería hacerse siempre, en felinos y canes.
ResponderEliminarPor los perros, esterilizados, que nos acompañen con la misma tenacidad siempre. Un abrazo
Ohh qué cosa más bonita! Y es verdad! "Se parece a Amapola azul"! Qué buena idea Albada... me gustó muchísimo!
ResponderEliminarUn beso enorme!
Me alegra te gustara. En España hay muchos más gatos sueltos sin amos que perros, pero los hay, y quise dar una oportunidad a uno de ellos y a una mujer :-).
EliminarUn abrazo y feliz día
Curiosa aproximación a los animales, apéndices antropoides. Te recomiendo vivamente, a ti y a quien pase por aquí, la lectura de la preciosa novela El coloquio de los perros, de Cervantes. Aguda crítica de costumbres de andar por casa de los vecinos de la ciudad, protagonizada por un diálogo entre Cipión y Berganza, dos perros. Adjunto enlace, aunque a mí me gusta leer las novelas en libro.
ResponderEliminarhttp://miguelde.cervantes.com/pdf/El%20coloquio%20de%20los%20perros.pdf
Guau, Albada.
Lo leí hace mucho tiempo y me encantó. No pensés en Cervantes al escribir, peo me gustaría haberlo hecho. Los diálogos entre peros han de ser estupendos de escuchar :-)
EliminarUn abrazo y por un sábado feliz
Es un relato amable y acordarte de Amapola es afecto puesto en letras. Me ha dado que pensar que tres perros son muchos y uno solo es compañia, la joven nunca hubiera adoptado a los tres perros ¿buscamos la moraleja? Abrazos
ResponderEliminarPues la moraleja está, tal vez, en que tres son multitud :-), hasta con mascotas redentoras.
EliminarUn abrazo y día bonito
Muy bonito regalo y lleno de ternura reflejada en esos perros que saben agradecer y brindar su cariño.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce fin de semana.
Me alegro que te haya gustado. Son seres especiales, de eso no me cabe duda.
EliminarUn abrazo y feliz finde
¡Qué cuento más bonito! En primer lugar me encantan los perros y muchas veces he pensado qué nos dirían si ellos pudieran hablar. La verdad es que se enteran de todo. Tengo uno en casa y no sabes cómo conoce todos nuestros hábitos y movimientos. Nos tiene superestudiados a cada uno de los que vivimos en la casa. Son animales muy listos, a veces te miran de una manera que parecen humanos. Un abrazo.
ResponderEliminarTe miran siempre con sinceridad, lo que se agradece. Dan, sin saberlo, la compañía perfecta a cambio de muy poco. Aquí se está dando mucho lo de mujeres sin pareja, que eligen un perro de compañía, por compañía :-)
EliminarUn abrazo, Rita
¡Qué bonito, Albada! Encuentro mucha ternura en este texto, como en otros en los que has dado voz a los perros.
ResponderEliminarPrecioso regalo para Amapola Azzul
Un beso a cada una
Es que siempre pienso en la voz de la perrita que tuvimos. Rescatada de la perrera tras haberla abandonado en un contenedor de basura. Casi que es lógico que les dote de dulzura :-)
EliminarUn abrazo
Un emotivo relato y un lindo regalo para nuestra Amapola.
ResponderEliminarLa compañía de una mascota es importante y vital para algunas personas.
Besos
En autismo y en la vejez, en las plantas de hospital infantil, en toda partes han demostrado ser terapéuticos. Los perros son el regalo para el hombre más valioso, amén del aire, claro :-)
EliminarUn abrazo y finde bonito
Mari, hola. Comenzaste muy activa este 2020. Por eso me estoy poniendo al día contigo.
ResponderEliminarSobre el texto pienso que tu personaje y sus amigos nos estaban acostumbrados a tomar decisiones porque nadie les daba la oportunidad de hacerlo, hasta que apareció ella.
Una muy bonita historia.
Saludos a ti y a todos tus seguidores lectores.
No estaban acostumbrados a ser protagonistas de sus vidas, y eso pasa en muchos humanos. Aquí, perro y mujer se conceden esa capacidad. Y les va bien. Tal ve otra moraleja es que más vale perro cariñoso que hombre (o mujer) inalcanzables.
EliminarUn abrazo grande, y sí las musas son siempre caprichosas :-)
Hermoso relato y bello regalo.
ResponderEliminarLo leo una y otra vez y me gusta cada vez más.
Saludos.
Me alegro te gustara. La oportunidad de ser el timonel de nuestra vida, a veces pasa por tener un perro que nos guíe. :-)
EliminarUn abrazo y feliz dís.
Me encantó tu relato en primera persona perruna... Muy bien escrito
ResponderEliminarPaz
Isaac
Me alegro te gustara. Los perros son tan sabios...y los humanos a veces demasiado necios, añado :-)
EliminarUn abrazo, Isaac
Tierno y precioso texto regalo para Amapola, siempre habrá alguien que nos de amor..... Saludos amiga. Me encanto el relato.
ResponderEliminarNo sólo hay quien nos dará amor, es que seremos nosotros quienes sepamos a quién entregar nuestro corazón, creo.
EliminarUn abrazo y sábado estupendo
Emocionante tu relato:
ResponderEliminarUn final feliz para unas vidas muy complicadas. Ser perro Callejero abandonado tiene que ser terrible.
Te dejo un abrazo
y no enhorabuena
Ana
Me alegro te haya gustado. Son vidas de abandonados, que necesitan sentirse cobijados, sentir que pueden seguir adelante, y es que la soledad puede ser muy dura. Para algunas personas lo es.
EliminarGracias, Ana. Un abrazo y feliz finde
Hola Alba , que relato tan bonito y tierno le haces a nuestra amiga
ResponderEliminaren común Amapola , estoy segura de que le gustara , tienes un don especial a la hora de hacer relatos de esta clase , ya que describes muy bien el pensamiento de una mascota abandonada o callejera , besos preciosa mía , besos de flor.
Es que me pongo en la piel de los perros con facilidad :-). No me cuesta nada, seguramente porque tener a una perrita desde cachorrita de un mes , abandonada, a sus diecisiete abriles seniles, me ha enseñado a entender un poco su mentalidad. :-)
EliminarUn abrazo y feliz miércoles